- El PP pedirá explicaciones al Gobierno de
Susana Díaz en el Parlamento por unos hechos que considera
"gravísimos"
- El Gobierno autonómico sostiene que los documentos
destruidos, que "carecen de valor", procedían de unos almacenes
propios desalojados
La Consejería de Justicia
e Interior ha dado instrucciones a la Policía
Autonómica para que
investigue la quema, en un descampado de Sevilla, de documentos de la Junta
descargados desde un vehículo de la Administración regional.
Así lo anunció este martes el portavoz del
Gobierno andaluz, Miguel
Ángel Vázquez, horas después de que el
PP denunciara con imágenes la destrucción de documentación de la Junta en pleno
campo y su intención de pedir explicaciones
«inmediatamente» en el Parlamento al Ejecutivo de Susana Díaz por unos hechos que calificó
de «gravísimos».
La vicesecretaria de Política Institucional
del PP-A, Patricia
del Pozo, informó de que los hechos tuvieron lugar el pasado
viernes en torno a las 17.30
horas, cuando un ciudadano que viajaba en metro les alertó de
que un vehículo de la Junta se encontraba junto a una fogata humeante en unos terrenos contiguos al Centro Fitosanitario de
Sevilla, a 25 metros de las vías por las que circulan trenes de mercancías y
justo enfrente del Carrefour de la carretera de Utrera.
Según Del Pozo, empleados del partido se
desplazaron al lugar de los hechos y comprobaron la existencia de restos de
«una gran hoguera que todavía permanecía encendida», apreciando «diverso material que seguía ardiendo en medio de una montaña de cenizas».
La diputada por Sevilla dijo que el estado
en que se encontraban los restos hacía difícil la identificación de la
documentación destruida, pero sí constataron que había carpetas con el logotipo de la Junta y restos de anillas metálicas.
También fotografiaron restos de
publicaciones que, al ser más satinadas, no se quemaron en su totalidad. En
concreto, se identifica una página de La revolución silenciosa: el desarrollo rural en
Andalucía, una publicación de 297 páginas que editó
la Empresa Pública de Desarrollo Agrario y Pesquero -dependiente de la Consejería de Agricultura y Pesca- en
el año 2003, en la etapa de Paulino Plata como titular.
En una de las fotos tomadas por el PP se
aprecia una caja de cartón tamaño A4 con el logotipo de la Junta, el nombre tachado de una consejería -concretamente la de Educación, según puede leerse si se
analiza en detalle- y una anotación a mano en la que parece leerse la leyenda
«AGA 0341».
Sin querer establecer una relación directa,
Patricia del Pozo llamó la atención sobre el hecho de que la quema de papeles
coincida en el tiempo con la «falta de
colaboración» de la Junta tanto con la
comisión de investigación que trata de depurar responsabilidades políticas por
el fraude de la formación como con los juzgados andaluces que investigan estos
hechos.
La parlamentaria denunció también la
existencia de otra
decena de restos de hogueras en la zona, en los que se mantenían las cenizas pese a las lluvias caídas en Semana
Santa en la capital hispalense. «Parece que pudiera ser un lugar habitual donde se queman papeles», afirmó.
«¿Está empleando la Junta a su personal
para quemar papeles? ¿Tiene excedente de funcionarios cuando luego manda sólo
tres para auxilio en el proceso de los ERE? ¿Qué se está quemando? ¿Desde cuándo se producen estas hogueras? ¿Éste es el
protocolo de destrucción de documentos de la Junta de Andalucía? ¿Tiene autorización
para llevar a cabo estas fogatas? ¿Quién da la orden para que se produzcan en
los aledaños de un parque público de Sevilla?». Son algunas de las preguntas que lanzó la parlamentaria del PP y que espera que algún representante del Ejecutivo de Díaz
responda en la Cámara.
Patricia del Pozo consideró que los hechos
«atentan presuntamente» contra la Ley
Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal y una «gravísima infracción» de la normativa
medioambiental.
Almacén
desalojado.
En un comunicado emitido
por la tarde, la Consejería de Presidencia y Administración Local defendió que
los documentos quemados «carecían de
valor» y criticó el
uso «torticero» que han hecho
de este asunto el PP y otras fuerzas políticas, en velada alusión a Podemos por
pedir también explicaciones al Ejecutivo autonómico.
Según la Junta, el material destruido
estaba formado, «en su mayor parte», por folletos, cartelería, trípticos y
diversos catálogos de la Consejería de Agricultura que se almacenaban en unos almacenes del
Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) que se han «desalojados para ahorrar los costes de
alquiler, trasladando los elementos más valiosos o de interés a las
dependencias de la Consejería y destinando los objetos inservibles a su
destrucción». Los terrenos, precisó la Junta, son de su propiedad.
De acuerdo con la versión de la Junta, el
material fue «llevado en un principio para su destrucción a un punto limpio», pero «los trabajadores descartaron esta opción ante el temor a un
posible incendio por los objetos de madera y otros objetos inflamables que
existían en dicho lugar».
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