La Andalucía imposible..
Alaya apartada de su juzgado....¿¿???
Aznalcollar un proceso viciado desde el origen
Día de Trileros.
ALFONSO LAZO
PASADO MAÑANA por la noche conoceremos los resultados de las elecciones
autonómicas y locales (en Andalucía sólo locales). En realidad, al amanecer del
lunes aún no sabremos nada, ni quiénes van a ser los alcaldes de las ciudades
andaluzas, ni cómo serán los gobiernos autonómicos de otras regiones. Y esto es
así, esta ignorancia, porque cuando haya terminado el recuento de los votos,
comenzará el juego de los trileros donde los ciudadanos ni siquiera tendrán
derecho a mirar cómo juegan los tramposos; manejos de naipes con sucias manos
en habitaciones llenas de humo, en torno a secretas mesas camilla y entre
susurros. Luego, cuando todo esté decidido nos dirán los resultados, que poco
tendrán que ver con la voluntad expresada por los electores: ¿fulanito alcalde?
¡pero si su partido quedó el tercero! Y así seguirán siendo las cosas mientras
no se cambie la ley electoral.
Si los andaluces fuésemos un pueblo políticamente instruido, los acuerdos
secretos, los repartos de prebendas, el qué me das tú para que te dé yo, los
enjuagues de los que nada se sabe, todo eso que algunos ingenuos llaman
política (servicio al país) y no es más que la búsqueda del poder; todo eso que
de inmediato va a seguir a las elecciones del domingo debería provocar entre
nosotros una enorme escandalera. Mas nadie se moverá, de modo que los tahúres
podrán jugarse con calma los ayuntamientos que supuestamente hemos votado.
Algunos comentaristas hablan de listas abiertas para regenerar la vida política
y acercar los electores a los elegidos; no pasa de ser un espejismo banal.
Listas abiertas son las que tenemos en las papeletas del Senado y no sirven
para nada: la gente desconoce quiénes son los señores que aparecen allí, y
votan según el orden alfabético o las siglas del partido. Si queremos
seriamente regenerar la vida política de manera que el ciudadano (y no los
aparatistas partidarios) tenga la última palabra en las elecciones, sólo caben
dos modelos de sistema electoral.
Uno, el modelo anglosajón de pequeños distritos unipersonales en donde los
votantes conocen muy de cerca a los candidatos y permite la saludable
oportunidad de votar a las personas en lugar de a los partidos. Un sistema que
obliga a los partidos a proponer siempre a los mejores; a los mejores según el
electorado, y no según los aparatistas. El segundo modelo sería el francés: si
en un distrito ningún partido alcanza la mayoría absoluta, se procede a una
segunda vuelta entre los dos que quedaron primero. El ciudadano decide lo menos
malo. Por supuesto, tanto el sistema mayoritario inglés, como el de la doble
vuelta favorecen el bipartidismo; pero es que a mí me parece que el mejor fruto
de la Transición, que fue lo mejor que le ocurrió a España en el siglo XX, ha
sido, precisamente, el bipartidismo. Los frutos nefastos de la fragmentación ya
los estamos probando ahora en Andalucía, sin ir más lejos; o lo que se avecina
con gobiernos municipales pentapartidos.
A pesar de los trileros será bueno que votemos el domingo; incluso
conociendo de antemano que muchos de los nuevos alcaldes en Andalucía no habrán
sido los más votados. Así, quizás el escándalo se haga cada vez más evidente y
estalle por fin un día y acabe con los fulleros.
http://www.elmundo.es/andalucia/2015/05/22/555eca6346163f107c8b456b.html
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