Maestros de la mentira, por Eva Díaz Pérez. Sr. Viera, un respeto por una profesión de hombres y mujeres que hacen progresar un país, dejen lo de los “subalternos” y no insulten nuestra inteligencia.

ADMIRO a los maestros. Para mí son el pilar junto a los médicos de las sociedades democráticas. Son los hombres y mujeres que hacen progresar un país, que avance y que sobreviva. Hace poco se prejubilaba una de mis profesoras. .....aquellas maravillosas clases, ella me enseñó a ser mejor persona y una ciudadana crítica con gran conciencia ética. .......no he vuelto a encontrar a muchas personas que la igualen en sabiduría, brillantez y generosidad.

Admiro a los maestros. Por eso me ha disgustado tanto el grotesco episodio protagonizado por el ex consejero andaluz de Trabajo José Antonio Viera refugiándose en la supuesta ignorancia de su profesión de maestro: «El declarante es de profesión maestro y no tiene formación jurídica como para adentrarse en el recorrido de los instrumentos presupuestarios, confiaba plenamente en sus subordinados», asegura en su declaración por el folletín de los ERE. Y me pregunto qué clase de cínicos diletantes han gestionado Andalucía. ¿Cómo puede escudarse en la discreción y humildad de una profesión tan noble? ¿Es posible que sólo con esa declaración haya conseguido desprestigiar un oficio tan digno?

 ...... En estos días seguirá el paseíllo infamante de altos cargos que se defienden asegurando que confiaban en los subalternos, como si lo que se gestionaba no tuviera que ver con ellos, como si sólo fueran bobas infantas vistiendo sedas y encajes de lujo sin atender cuánto costaban y de qué negocios venía el dinero para comprarlas. Es un insulto a la inteligencia hacernos creer que estos altos cargos ignoraban el entramado de corrupción, la tupida red que ha imperado tantos años, el negociado de jerarquías, la despreciable jauja de amiguismo y privilegio de una clase política y empresarial urdido durante su gobierno de poder casi absoluto.

 http://www.elmundo.es/andalucia/2015/04/09/552622fce2704ee3678b456d.html

Maestros de la mentira

EVA DÍAZ PÉREZ

ADMIRO a los maestros. Para mí son el pilar junto a los médicos de las sociedades democráticas. Son los hombres y mujeres que hacen progresar un país, que avance y que sobreviva. Hace poco se prejubilaba una de mis profesoras. Me dio clases de Historia y de Arte en un modesto instituto de barrio y con ella viajé por primera vez al extranjero para comprender la belleza del mundo. Pero, más allá de aquellas maravillosas clases, ella me enseñó a ser mejor persona y una ciudadana crítica con gran conciencia ética. Dudo que hoy en día sea tan fácil encontrar eso en la enseñanza pública. Yo, desde luego, no he vuelto a encontrar a muchas personas que la igualen en sabiduría, brillantez y generosidad.

Admiro a los maestros. Por eso me ha disgustado tanto el grotesco episodio protagonizado por el ex consejero andaluz de Trabajo José Antonio Viera refugiándose en la supuesta ignorancia de su profesión de maestro: «El declarante es de profesión maestro y no tiene formación jurídica como para adentrarse en el recorrido de los instrumentos presupuestarios, confiaba plenamente en sus subordinados», asegura en su declaración por el folletín de los ERE. Y me pregunto qué clase de cínicos diletantes han gestionado Andalucía. ¿Cómo puede escudarse en la discreción y humildad de una profesión tan noble? ¿Es posible que sólo con esa declaración haya conseguido desprestigiar un oficio tan digno? Qué lástima que esa argumentación de defensa haya salido precisamente de los que se hacen llamar socialistas, los que supuestamente tendrían que haber aprovechado la educación y la cultura para hacer la revolución social pendiente. Todos esos que se cargaron la ilusión e hicieron del desencanto el estigma de una época.

En estos días seguirá el paseíllo infamante de altos cargos que se defienden asegurando que confiaban en los subalternos, como si lo que se gestionaba no tuviera que ver con ellos, como si sólo fueran bobas infantas vistiendo sedas y encajes de lujo sin atender cuánto costaban y de qué negocios venía el dinero para comprarlas. Es un insulto a la inteligencia hacernos creer que estos altos cargos ignoraban el entramado de corrupción, la tupida red que ha imperado tantos años, el negociado de jerarquías, la despreciable jauja de amiguismo y privilegio de una clase política y empresarial urdido durante su gobierno de poder casi absoluto.

Espero que este asunto que hemos intuido, adivinado y sufrido durante años se resuelva con justicia y que los responsables pagen su culpa. Y espero que los políticos procaces que han gobernado esta desgraciada tierra tengan la valentía de asumir sus responsabilidades. Pero sobre todo les pido que no refrieguen más por el fango a los maestros; esos maestros que, ay, viendo cómo nos han gobernado unos falsos políticos de izquierdas, aún deben soñar como soñaba Giner de los Ríos en la elegía que le dedicó Antonio Machado con un nuevo florecer de España

  

Bajar o no de la nube por J. Caro Romero. Hay quien empieza a torcer el gesto; la cosa es más complicada de lo que pensaban....pero lo que sea se verá, porque cada uno es lo que es =  la verdad sólo tiene un camino.

  

Esa es la cuestión. Bajar o no de la nube. Queda menos de una semana para que arranque la décima legislatura andaluza con la constitución de su Parlamento y en el partido que ganó las elecciones parece que siguen de fiesta.

.......Podemos y Ciudadanos parecen exhibirse ya más aferrados a sus posiciones de partida, es decir, renuentes a apoyar la investidura de la candidata del PSOE. Ambos han reforzado sus argumentos contra el sí. Aunque queda la duda de si todo ello responde a una estrategia dilatoria. . Y es que hay dos poderosas circunstancias que influyen en esta coyuntura. Una es el desfile judicial de los aforados por los ERE...........

La segunda circunstancia son las municipales del 24 de mayo. La investidura podría postergarse hasta después de esa fecha, cuando se conozca el mapa definitivo que permita a cada uno decidir con quién le interesa pactar aquí y allá. De manera que la cosa consistiría en dejar pasar el tiempo en Andalucía hasta que mejor convenga. Si es así, el PSOE no tendrá que preocuparse más que por no perder la paciencia. Si no lo es y el envite de los recién llegados va en serio, más le vale bajar pronto de la nube.