Los partidos políticos decidieron lo que, a costa del dinero público, iban a cobrar por su participación en las elecciones andaluzas. Ni siquiera se ha tenido el rubor de que una instancia "independiente" estableciera la rapiña. La Junta de Andalucía acordó subvencionar a los partidos políticos con 0,82 euros por voto recibido. A esa cantidad hay que sumar 0,35 euros, con variantes según el partido, por cada uno de los 6.286.917 electores en concepto de envío de propaganda; y, finalmente, 22.299 euros por escaño obtenido. El saqueo de las arcas públicas se eleva para el PSOE Andalucía a un total de 4.424.953 euros que el partido percibirá cada año que dure la legislatura. Si a eso le unimos los sueldos de los diputados, los viajes gratis total, las dietas y un sinfín de prebendas, entenderemos mejor la indignación de la ciudadanía, que es la que paga la insaciable codicia de la clase política española. El "ande yo caliente e indígnese la gente" se lo pasan airosamente los partidos por el arco triunfal. .....
......Falta una consideración: la subvención recibida por el PSOE, el PP y los otros partidos en las andaluzas no es
incompatible con la que recibieron y siguen recibiendo por las elecciones
generales de 2011. Se suman las cantidades, como se sumará el maná que caerá del cielo, en
generosa mamandurria, tras las elecciones autonómicas y municipales del 24 de
mayo. Todo es poco para la voracidad de los partidos políticos, que se regenerarían democráticamente si aprobaran en el Congreso de los Diputados una ley que
estableciera: "Ningún partido
político, ningún sindicato, podrá gastar un euro más de lo que ingrese a través
de las cuotas de sus afiliados".
CANELA FINA
Los partidos, jueces y parte
LUIS MARÍA ANSON.
Los partidos políticos
decidieron lo que, a costa del dinero público, iban a cobrar por su
participación en las elecciones andaluzas. Ni
siquiera se ha tenido el rubor de que una instancia "independiente"
estableciera la rapiña. La Junta de
Andalucía acordó subvencionar a los partidos políticos con 0,82 euros por voto
recibido. A esa cantidad hay que sumar 0,35 euros, con variantes según el
partido, por cada uno de los 6.286.917 electores en concepto de envío de
propaganda; y, finalmente, 22.299 euros por escaño obtenido. El saqueo de las arcas
públicas se eleva para el PSOE Andalucía a un
total de 4.424.953 euros que el partido percibirá cada año que dure la
legislatura. Si a eso le unimos los
sueldos de los diputados, los viajes gratis total, las dietas y un sinfín de
prebendas, entenderemos mejor la indignación de la ciudadanía, que es la que
paga la insaciable codicia de la clase política española. El "ande yo
caliente e indígnese la gente" se lo pasan airosamente los partidos por el
arco triunfal.
En las elecciones generales de
2011, los líderes políticos decidieron lo que iban a ingresar a costa del
dinero público. Jueces y parte en el saqueo, establecieron las siguientes subvenciones: 0,83 euros por
cada uno de los votos al Congreso; 0,33 euros por cada sufragio al Senado; 0,22
euros por cada elector; y 21.633 euros por escaño obtenido en el Congreso y en
el Senado. Durante
el tiempo que dura la legislatura, los partidos cobran esas cifras cada año. Hay que sumar también los sueldos de los diputados y senadores, las dietas, los
viajes gratis total y el rosario interminable de las prebendas que se otorgan a
sí mismos los políticos por sacrificarse en el servicio a la patria.
Lo que caracteriza a las clase política española no es, por
supuesto, la grandeza, tampoco la corrupción. Es la mediocridad
En el año 2011, el PP gastó 133.398.210 de euros e ingresó a
través de las cuotas de los afiliados 12.303.879. Más del 90% del derroche se hizo a cargo del
dinero público. Manda huevos, que diría un
ilustre político especializado en Shakespeare, el autor de 'El sueño de una
noche de verano' -no se refería a la democracia española-, que escribió: "Ser honrado, tal como anda el mundo,
equivale a ser un hombre escogido entre diez mil". Y también: "Algunos
nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y
a otros la grandeza les queda grande". Lo que caracteriza a las clase política española
no es, por supuesto, la grandeza, tampoco la corrupción. Es la mediocridad.
Podría citar a varios ministros y ministras de los
Gobiernos democráticos que no hubieran sido admitidos ni como auxiliares de
redacción en los periódicos nacionales.
Falta una consideración: la subvención recibida por el PSOE, el PP y los otros partidos en las andaluzas no es
incompatible con la que recibieron y siguen recibiendo por las elecciones
generales de 2011. Se suman las cantidades, como se sumará el maná que caerá del cielo, en
generosa mamandurria, tras las elecciones autonómicas y municipales del 24 de
mayo. Todo es poco para la voracidad de los
partidos políticos, que se regenerarían democráticamente si aprobaran en el
Congreso de los Diputados una ley que estableciera: "Ningún partido
político, ningún sindicato, podrá gastar un euro más de lo que ingrese a través
de las cuotas de sus afiliados". Pero eso sí que es el
sueño de una noche de verano.
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