CASO
FAFFE. Enchufados en la Faffe: El ex alcalde socialista que cobraba sin ir a
trabajar se pagó un máster con los fondos para parados.
- La fundación pública andaluza le costeó un máster a un ex alcalde del PSOE que cobró de la entidad durante once años sin aparecer por su despacho.
La
fundación andaluza para formar a los parados, la Faffe, no sólo tuvo en nómina
durante ocho años como empleado fantasma al ex alcalde socialista de Lebrija,
Antonio Torres. Además del medio millón de euros que le pagó por no ir a
trabajar, también le costeó un máster que cursó en su (supuesto) horario
laboral. Torres fue uno de los 200 empleados que, según los investigadores de
la Guardia Civil, fueron enchufados en la Fundación Fondo Andaluz de Formación
y Empleo, la misma cuyos fondos públicos acabaron en parte pagando juergas en
prostíbulos. Cobraban abultadas nóminas sin tener que acudir a su lugar de
trabajo, tenían ayudas escolares para sus hijos y hasta para cursar un máster
en el horario en el que (no) trabajaban. La mayoría es hoy parte de la plantilla del
Servicio Andaluz de Empleo (SAE) y,
por lo tanto, empleados públicos con todos los derechos.
¿Empleado público por Ley y a dedo?
Entre ellos estaban
históricos socialistas andaluces, como el ex alcalde
de la localidad sevillana de Lebrija, Antonio Torres, su homólogo de
Montellano, Francisco Aguilera, o la esposa del ex consejero de Medio Ambiente y actual alcalde de
Sevilla, Juan Espadas. Hay, además, apellidos ilustres del socialismo
andaluz, como Pizarro, del clan de Alcalá de los Gazules (Cádiz) uno de cuyos
referentes es Luis Pizarro, que fue hombre fuerte del gobierno y del PSOE-A en
tiempos de Manuel Chaves. El sobrino del propio Fernando Villén, el ex director
de la Faffe, o el hermano del presidente socialista de la Diputación de Jaén.
……EL
MUNDO de Andalucía ha tenido acceso a los expedientes laborales de todos ellos, una
documentación que retrata con fidelidad el funcionamiento de la Fundación Fondo
Andaluz de Formación y Empleo, más conocida por sus siglas, la Faffe, que más allá de gastar el dinero público
que recibía en prostíbulos practicaba una política de recursos humanos en la
que los principios de igualdad, mérito y capacidad brillaban por su ausencia.
…..
Entre los
expedientes de la Faffe destaca también el de la mujer de Juan Espadas, el alcalde de Sevilla y
antes consejero y viceconsejero en la Junta de Andalucía. Su esposa, Carmen Ibanco,
entró en la Faffe en febrero de 2007, después de enviar su curriculum en
respuesta a un anuncio publicado en el diario El País por el que,
aparentemente, había tenido conocimiento de la oferta de trabajo.
Ibanco
remitió su curriculum al director de Recursos Humanos el 24 de enero de 2007 y
el 1 de febrero el máximo responsable de la Faffe, Fernando Villén, firmó su
contratación como técnico de proyecto con un sueldo de casi 1.800 euros brutos
mensuales.
Para
contratarla, señala el informe final de aquel proceso de selección, se tuvo en
cuenta que poseía "amplios" conocimientos experiencia en programas de
empleo, "así como una alta disponibilidad y motivación para el desempeño de las funciones del
puesto".
- Las prácticas corruptas en la fundación de la Junta para formar a los parados entroncan con el caso de los ERE, el de la Formación y hasta el de la UGT. Chaves, Griñán y Susana Díaz tendrán que rendir cuentas en el Pârlamento andaluz por ello en cuestión de horas.
CASO FAFFE
Enchufados en la Faffe: El ex alcalde socialista que cobraba sin ir a
trabajar se pagó un máster con los fondos para parados
- La fundación pública andaluza le costeó un máster a un ex alcalde del PSOE que cobró de la entidad durante once años sin aparecer por su despacho.
La fundación andaluza para formar a los parados, la
Faffe, no sólo tuvo en nómina durante ocho años como empleado fantasma al
ex alcalde socialista de Lebrija, Antonio Torres. Además del medio millón de
euros que le pagó por no ir a trabajar, también le costeó un máster que cursó
en su (supuesto) horario laboral. Torres fue uno de los 200 empleados que, según los
investigadores de la Guardia Civil, fueron enchufados en la
Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo, la misma cuyos fondos públicos
acabaron en parte pagando juergas en prostíbulos. Cobraban abultadas nóminas
sin tener que acudir a su lugar de trabajo, tenían ayudas escolares para sus
hijos y hasta para cursar un máster en el horario en el que (no) trabajaban. La mayoría es hoy parte de la plantilla del Servicio
Andaluz de Empleo (SAE) y, por lo tanto, empleados públicos con todos los
derechos.
Entre ellos estaban históricos socialistas andaluces,
como el ex alcalde de la localidad sevillana de Lebrija, Antonio Torres, su
homólogo de Montellano, Francisco Aguilera, o la esposa del ex consejero de
Medio Ambiente y actual alcalde de Sevilla, Juan Espadas. Hay, además,
apellidos ilustres del socialismo andaluz, como Pizarro, del clan de Alcalá de
los Gazules (Cádiz) uno de cuyos referentes es Luis Pizarro, que fue hombre
fuerte del gobierno y del PSOE-A en tiempos de Manuel Chaves. El sobrino del
propio Fernando Villén, el ex director de la Faffe, o el hermano del presidente
socialista de la Diputación de Jaén.
EL MUNDO de Andalucía ha tenido acceso a los expedientes laborales de
todos ellos, una documentación que retrata con fidelidad el funcionamiento de
la Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo, más conocida por sus siglas,
la Faffe, que más allá de
gastar el dinero público que recibía en prostíbulos practicaba una política de
recursos humanos en la que los principios de igualdad, mérito y capacidad
brillaban por su ausencia.
Un caso paradigmático es el del ex alcalde de Lebrija. Antonio Torres fue
trabajador de la Faffe desde la creación de la entidad, en 2003, primero con un
contrato temporal y luego con uno indefinido, como técnico adjunto a la
Dirección de Organización y, más tarde, director de Recursos Externos. Con la
liquidación de la Faffe pasó, como el resto de sus compañeros, al SAE con las
mismas condiciones laborales, aunque en 2012, como consecuencia de la crisis,
le recortaron horario y sueldo, un ajuste con el que se mostró disconforme, tal
y como refleja la documentación de su expediente.
Según los testimonios de esos compañeros recogidos por
la Guardia Civil, Torres no acudía a su puesto y, a pesar de eso, se llegó
a embolsar en todo el tiempo
a sueldo de la Faffe cerca de medio millón de euros.
En esos años, Torres tuvo tiempo, además, de cursar un máster que le financió la
propia Faffe. Fue al año siguiente de ser contratado por Villén y logró que la
fundación le costease la mitad de los 2.274,04 euros que costaba la matrícula
del Curso de Experto Universitario en Comunicación Institucional y Márketing
Político, un título propio de la Universidad de Sevilla.
MÁSTER
"DE PRIMERA NECESIDAD"
Torres justificó la petición de la ayuda
económica de la Faffe con el argumento de que suponía el
"perfeccionamiento en contenidos propios del puesto" y el cargo que
le dio el visto bueno, Antonio Jiménez, lo hizo alegando que era "de
primera necesidad" tener a un profesional formado en comunicación
institucional.
El máster de la Hispalense no fue el único título
formativo que tuvo tiempo de conseguir mientras era empleado de la Faffe. De
acuerdo con el curriculum incluido
en su expediente, en 2010 realizó otro máster, el de Gerencia Política por la
Universidad Politécnica de Madrid, y en 2007 hizo un curso en Dirección de
Campañas Electorales impartido por MAS Consulting Group España, aunque en estos
casos no hay constancia de que la fundación abonase parte o todo el coste.
El ex alcalde y ex presidente de la Mancomunidad de
Municipios del Bajo Guadalquivir -otra entidad pública plagada de
irregularidades-, licenciado en Psicología y sin más experiencia que
los cargos públicos que había desempeñado por el PSOE, resumió en 2011 sus
"gestiones" en la Faffe en poco más de doce líneas. Se limitó a
impulsar o proponer convenios y propuestas de colaboración o a "iniciar
gestiones" para alcanzar acuerdos.
La investigación que ordenó el juzgado sobre sus
funciones en la Faffe concluyó que Torres fue un empleado fantasma. Un informe
elaborado por la Agencia Tributaria y enviado a la juez Mercedes Alaya en 2015
detalla cómo Torres fue fichado por la fundación apenas unas semanas después de
que dejara la Alcaldía de Lebrija, cobrando un total de 535.452,64 euros brutos
entre 2006 y 2013, con anualidades que oscilaban entre los 53.136,61 euros en
2013 y los 74.040,59 euros en 2010, más de lo que cobraba el entonces
presidente de la Junta, José Antonio Griñán.
Sobre las pesquisas llevadas a cabo por la Unidad
Combinada de Vigilancia Aduanera de Huelva refleja el informe que "no se
ha obtenido respuesta alguna sobre la actividad laboral que desempeñaba el
investigado ni se ha podido determinar si tenía despacho o lugar concreto de
trabajo". Más aún, el nombre de Antonio Torres ni siquiera aparecía en los
listados de teléfonos. "Tampoco por parte de ninguno de los responsables
de estos organismos se tenía conocimiento del trabajo ni de la presencia de
Antonio Torres García en sus dependencias", añadía el autor del documento.
Entre los expedientes de la Faffe destaca también el
de la mujer de
Juan Espadas, el alcalde de Sevilla y antes consejero y viceconsejero en la
Junta de Andalucía. Su esposa, Carmen Ibanco, entró en la Faffe en febrero de
2007, después de enviar su curriculum en respuesta a un anuncio publicado en el
diario El País por el que, aparentemente, había tenido conocimiento de la
oferta de trabajo.
Ibanco remitió su curriculum al director de Recursos
Humanos el 24 de enero de 2007 y el 1 de febrero el máximo responsable de la
Faffe, Fernando Villén, firmó su contratación como técnico de proyecto con un
sueldo de casi 1.800
euros brutos mensuales.
Para contratarla, señala el informe final de aquel
proceso de selección, se tuvo en cuenta que poseía "amplios"
conocimientos experiencia en programas de empleo, "así como una alta
disponibilidad y motivación para
el desempeño de las funciones del puesto".
Otro ex alcalde socialista que encontró acomodo en la
Faffe fue el ex regidor de Montellano, Francisco Aguilera. Éste sí se presentaba a veces en la
oficina, pero, según los testigos a los que ha interrogado la Guardia Civil, se
limitaba a leer la prensa o dar una cabezada en su mesa.
Aguilera fue fichado en noviembre de 2003, a los pocos
meses de que se creara la fundación con un sueldo de unos 30.000 euros brutos
anuales y con un curriculum en el que lo único que aparecen son cargos
públicos. Su nivel máximo de formación era haber cursado segundo de Magisterio,
además de cursos de monitor de natación o entrenador de fútbol.
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