domingo, 3 de junio de 2018

Los testigos dejan sin cortafuegos a Chaves y Griñán en el juicio del caso ERE + La Fundación Guadalquivir, un banco de alimentos para la familia con dinero de la Junta y el Estado + Susana Díaz y el nuevo jefe del Ejecutivo, obligados a entenderse ¿¿??? + Rafael Hernando hace repaso de los apoyos de Pedro Sánchez. = La corrupción andaluza, socialista y juntera, sigue su curso….. ¿con la colaboración estelar del Sr. Pedro Sanchez y sus nuevos aliados de la moción de censura..…..? Seguimos degenerando…..


Los testigos dejan sin cortafuegos a Chaves y Griñán en el juicio del caso ERE


Los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el juicio

  • La Guardia Civil, la testigo clave y las interventoras de la Junta complican el horizonte de los expresidentes por el sistema de ayudas irregulares.

La Fundación Guadalquivir, un banco de alimentos para la familia con dinero de la Junta y el Estado



  • La entidad vinculada al PSOE cordobés investigada por mordidas y ahora también por las ayudas para beneficencia recibió dinero de múltiples administraciones durante años

La Fundación Guadalquivir, estrechamente vinculada al PSOE de Córdoba -su presidenta, Ángeles Muñoz fue en la lista municipal y su hijo, Christian Menacho era presidente de Juventudes Socialistas- actuó durante años como un banco de alimentos. Recibía fondos públicos para, teóricamente, repartir alimentos a familias necesitadas, pero la investigación abierta en el seno del Juzgado de Instrucción 5 de Córdoba ha extendido las sospechas de irregularidades y nepotismo a esta otra faceta solidaria de la entidad. Por ahora, el juez que investiga el caso Guadalquivir se ha fijado en las ayudas que recibió la organización de la Junta de Andalucía -a través de un programa de emergencia social-, pero la Administración autonómica no era el único apoyo en lo que al reparto de alimentos se refiere.

….. Además de las arcas andaluzas, las estatales proveyeron también las cuentas de la organización que manejaba con mano de hierro Ángeles Muñoz, sobre la que precisamente recae la sospecha de que usaba esos alimentos para beneficiar a su entorno más cercano. O lo que es lo mismo, que en lugar de repartirlos entre los necesitados cordobeses, los distribuía -así lo ha declarado una sobrina suya- entre su propia familia.



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Susana Díaz y el nuevo jefe del Ejecutivo, obligados a entenderse.


Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español

  • Mantener la Junta de Andalucía es clave para el PSOE y mucho más con el Gobierno debilitado en la Moncloa





Rafael Hernando hace repaso de los apoyos de Pedro Sánchez.






¿Es usted un ciudadano normal o todavía piensa?



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Los testigos dejan sin cortafuegos a Chaves y Griñán en el juicio del caso ERE



Los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el juicio
  • La Guardia Civil, la testigo clave y las interventoras de la Junta complican el horizonte de los expresidentes por el sistema de ayudas irregulares
Después de Mariano Rajoy, probablemente sólo Manuel Chaves y José Antonio Griñán han vivido una semana tan amarga como la que ahora termina, aunque por motivos muy diferentes. La que fuera asesora técnica de la Dirección General de Trabajo de la Junta de Andalucía entre 2008 y 2011, María José Rofa, ha dejado sin cortafuegos a los expresidentes andaluces con su declaración durante tres días consecutivos en el juicio de la pieza política del caso ERE.

La extrabajadora sostuvo que ambos recibían «información puntual» sobre todo lo que se cocía en el departamento que concedía las ayudas. Había «un flujo de información continua» y las órdenes descendían desde sus despachos hacia el director general, «de arriba a abajo».

Es justo lo contrario de lo que han manifestado los exdirigentes socialistas, cuyos interrogatorios ante el tribunal fueron una sucesión de negaciones. Griñán defendió que «nunca» negoció con el consejero de Empleo sobre ninguna ayudas sociolaboral y «nunca» despachó con el ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero. «No conozco a nadie que recibiera ayudas de los ERE» y «ningún miembro del Consejo de Gobierno puede conocer la ejecución presupuestaria de un programa», afirmó ante el tribunal.

Su antecesor en el cargo se aferró a la ignorancia para eludir cualquier responsabilidad penal: «Ni el procedimiento, ni la cuantía, ni los requisitos, ni los beneficiarios, ni cómo se articulaba… Ni lo conocía ni tenía por qué».

En la bancada de las defensas no se esperaba un testimonio favorable de quien ha sido una colaboradora indispensable de la Guardia Civil para descifrar cómo se gestionaban las ayudas a prejubilados y empresas en crisis. Pero tampoco imaginaban que iba a señalar con el índice a los expresidentes.

Con su relato, Rofa, a la que la Junta acusa en las piezas separadas donde había sido exculpada, ha puesto nombre a esas entidades abstractas que permitieron por acción, omisión o conveniencia que el sistema irregular de ayudas fuera alimentado durante diez años con los presupuestos. «A veces, el último que se enteraba era el director general de Trabajo», dijo.

El revuelo generado con su alusión a los exmandatarios eclipsó el otro torpedo que lanzó contra los acusados de la Consejería de Innovación y la agencia IDEA, el ente utilizado para abonar las subvencionesPasó desapercibido para muchos, pero no para el presidente del tribunal, Juan Antonio Calle, que le preguntó si se pagaron ayudas a Astilleros con fondos de Innovación. Rofa contestó que «desde diciembre de 2009 a marzo de 2010» las abonó Innovación y después, Empleo. Los indicios de malversación se extienden a más departamentos del Gobierno andaluz.

No es una idea de Guerrero


La testigo clave confirma la tesis de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Durante el juicio, los autores de los atestados incorporados al sumario declararon que el sistema «no es una idea del señor Guerrero porque las cosas les vienen dadas de arriba», y que el Consejo de Gobierno «conoció» y «amparó» el sistema y «estaba cebando» el programa para pagar las ayudas irregulares mediante sucesivas modificaciones presupuestarias.

Para terminar de conformar la tormenta perfecta, dos interventoras de la Junta de Andalucía han testificado en la sala de vistas que el procedimiento implantado impedía la fiscalización previa de las ayudas, «el régimen de control establecido legalmente», aclaró Rosario Lobo, la jefa de Fiscalización de la Intervención General de la Junta de Andalucía entre 2000 y 2012.

Aún más comprometedor fue el testimonio de María Luisa Raya. La interventora de IDEA dijo que la agencia «colaboró» el «mal uso» del sistema de financiación de las ayudas, que se mantuvo invariable hasta meses después de que aparecieran los primeros intrusos empotrados en los ERE.

La Fundación Guadalquivir, un banco de alimentos para la familia con dinero de la Junta y el Estado


  • La entidad vinculada al PSOE cordobés investigada por mordidas y ahora también por las ayudas para beneficencia recibió dinero de múltiples administraciones durante años

La Fundación Guadalquivir, estrechamente vinculada al PSOE de Córdoba -su presidenta, Ángeles Muñoz fue en la lista municipal y su hijo, Christian Menacho era presidente de Juventudes Socialistas- actuó durante años como un banco de alimentos. Recibía fondos públicos para, teóricamente, repartir alimentos a familias necesitadas, pero la investigación abierta en el seno del Juzgado de Instrucción 5 de Córdoba ha extendido las sospechas de irregularidades y nepotismo a esta otra faceta solidaria de la entidad.

Por ahora, el juez que investiga el caso Guadalquivir se ha fijado en las ayudas que recibió la organización de la Junta de Andalucía -a través de un programa de emergencia social-, pero la Administración autonómica no era el único apoyo en lo que al reparto de alimentos se refiere.

Además de las arcas andaluzas, las estatales proveyeron también las cuentas de la organización que manejaba con mano de hierro Ángeles Muñoz, sobre la que precisamente recae la sospecha de que usaba esos alimentos para beneficiar a su entorno más cercano. O lo que es lo mismo, que en lugar de repartirlos entre los necesitados cordobeses, los distribuía -así lo ha declarado una sobrina suyaentre su propia familia.

Según ha podido comprobar este periódico, la Fundación Guadalquivir Futuro recibía ayudas para alimentos también del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), que ha permitido a esta organización repartir alimentos hasta febrero de 2018. Según documentos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente -entidad al que pertenece el FEGA-, la Fundación Guadalquivir participó por última vez en la tercera fase del Programa 2017 de ayuda alimentaria a las personas desfavorecidas (FEAD); un plan que se desarrolló del 5 al 19 de febrero.

Este programa distribuye alimentos a las personas más desfavorecidas y está cofinanciado en un 85% por el FEAD y en un 15% por el presupuesto de la Administración General del Estado. Comprende la compra de alimentos adquiridos en el mercado, su suministro a las organizaciones asociadas de distribución (OAD), quienes los distribuyen entre organizaciones asociadas de reparto (OAR). En este punto es donde desarrolló su actividad la Fundación Guadalquivir que, de manera gratuita, debió distribuir los alimentos entre las personas desfavorecidas.

Tal y como confirma la propia fundación a través de su web, «la cobertura alimenticia a familias en riesgo de exclusión social del Distrito Sur» se lleva desarrollando «desde hace más de cuatro años en base a una colaboración suscrita con FEGA, FAGA, Banco de Alimentos Medina Azahara y Cruz Roja».

Esta fundación lleva participando en este programa desde el 13 de junio de 2012, primer momento en el que su nombre aparece entre las organizaciones encargadas del reparto de alimentos. En todas las resoluciones, hasta la relativa al 16 de febrero de 2016, la asociación aparece con su nombre y su CIF correspondientes. Sin embargo, a partir de dicha fecha, una errata permite constatar que el nombre varía ligeramente (de Fundación Guadalquivir a Fundación Gudalquivir) aunque sus datos fiscales se mantienen intactos. En total, la fundación ha participado en 23 ocasiones y siempre bajo la actividad de reparto, nunca de distribución.

El Escándalo, en 2016.

Hay que recordar que el escándalo de las mordidas de la Fundación Guadalquivir estalló el verano de 2016 y que esta organización ha participado en este programa hasta el pasado mes de febrero. En este sentido, las condiciones de participación de las organizaciones en este plan no contemplan ninguna incompatibilidad si los dirigentes de la asociación están inmiscuidos en procesos judiciales.

Así, los requisitos que se establecen son los siguientes: estar legalmente constituida e inscrita, carecer de ánimo de lucro, tener estatutos afines a la prestación de asistencia social de personas desfavorecidas con perfiles similares a los del FEAD, atender a un mínimo de 20 personas y disponer de capacidad administrativa, operativa y financiera para realizar la distribución gratuita de los alimentos.

El pasado mes de abril, el Fondo reabrió el plazo para que las organizaciones asociadas de reparto que lo estimen oportuno presenten su solicitud de participación para la primera fase del Programa FEAD de 2018. Será a mediados de junio cuando se conozca si la Fundación Guadalquivir vuelve, de nuevo, a participar en este programa en medio de una nueva línea de investigación que ha abierto el Juzgado de Instrucción número cinco relativa a unas ayudas para bancos alimentos que le habría concedido la Junta de Andalucía.

  

Susana Díaz y el nuevo jefe del Ejecutivo, obligados a entenderse

Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español
  • Mantener la Junta de Andalucía es clave para el PSOE y mucho más con el Gobierno debilitado en la Moncloa

Andalucía es crucial para el proyecto del PSOE. Eso lo tienen claro tanto en Ferraz como en la calle San Vicente y en ambos lados lo afirman tajantemente. Pero una cosa es asumir esa realidad y otra muy distinta la manera de llevarla a cabo.

Porque Susana Díaz y Pedro Sánchez son como el agua y el aceite. No tienen química, no comparten el modelo político para el partido, ni para España ni para Europa. Pero saben que tienen que entenderse porque no les queda otro camino. Susana Díaz era, hasta el viernes, la socialista con más poder institucional en España y Pedro Sánchez es, desde el viernes, el presidente del Gobierno.

Y eso los sitúa en un plano muy diferente que tendrán que aprender a gestionar. Hasta ahora habían evitado los roces que saltan en cuanto se ven dedicándose cada uno a su propia tarea. Sin molestarse. Sin interferir ninguno en el plano del otro.

Susana Díaz pedía manos libres para gestionar el PSOE andaluz con la promesa de no opinar en ningún asunto del federal. Tan es así que el pasado 28 de mayo fue al Comité Federal, aplaudió a Sánchez, hizo una intervención moderada y en la misma línea que había marcado el partido, y se marchó inmediatamente para no generar más noticias.

Ni una sola palabra ha salido del PSOE andaluz sobre la moción de censura. Es más, la presidenta andaluza impuso la ley del silencio tras la celebración de la Ejecutiva Regional previa al Comité Federal. Andalucía no tiene opinión sobre lo que decida Pedro Sánchez.

Hasta ahora. Porque Sánchez se ha convertido en el presidente del Gobierno y todas las decisiones que tome afectarán también a Andalucía. Sobre todo, a las reivindicaciones de Andalucía que eran uno de los principales argumentos políticos de Susana Díaz. En sus intervenciones públicas, la presidenta defendía su gestión social, sin recortes y cumpliendo con las medidas económicas impuestas por el Gobierno central como contraposición a las «políticas de la derecha que tanto daño han hecho».

Las cosas han cambiado y Susana Díaz tiene que reivindicar su papel ante un presidente del PSOE que, además, tiene las manos más que atadas y ella sabe de sobra que con muy poco margen de maniobra.

Ya se lo advirtió cuando la eligieron secretaria general del PSOE andaluz en julio de 2017«no me hagas elegir entre Andalucía y el PSOE». Pero entonces, ella no pensaba que iba a tener que ejecutar esa amenaza tan pronto.

O quizás no pueda llevarla a cabo. En el Gobierno andaluz y en el PSOE regional preocupa mucho que una mala gestión de Sánchez —obligado por las circunstancias o por propia incapacidad— arrastre a Andalucía que será la primera comunidad autónoma en tener urnas. Por eso saben que tienen que navegar en un río muy estrecho manteniendo las demandas de Andalucía —otra cosa no se entendería— pero sin hacer demasiada sangre.

El equilibrio es muy complicado y han intentado poner algunos pilares de entendimiento. Los respectivos números dos, Juan Cornejo y José Luis Ábalos, al menos, hablan por teléfono y se ven en algunas ocasiones. Pero no es suficiente. Sobre todo porque, a partir de ahora, habrá muchos sanchistas con poder en Andalucía. Un poder que antes, sólo tenían los que eran de Susana.

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