Bruselas
alerta a España de una “desviación significativa” en el déficit
- La Comisión Europea ha enviado una carta al ministerio de Economía alertando de la “desviación significativa” ante la falta de presupuestos.
Bruselas alerta a España de una “desviación
significativa” en el déficit
La Comisión Europea ha
enviado una carta al ministerio de Economía alertando de la “desviación
significativa” ante la falta de presupuestos
22/10/2019 09:38 - ACTUALIZADO:
22/10/2019 10:53
Otra regañina de la Comisión Europea al Gobierno español, que a estas alturas ya
está acostumbrado a recibir la tradicional carta del Ejecutivo comunitario,
firmada por Pierre Moscovici, comisario de Asuntos
Económicos y Financieros, y Valdis Dombrovskis, vicepresidente a cargo
del Euro, en la que se reprende a España por incumplir los objetivos. En este
caso la misiva, enviada este 22 de octubre, señala que los presupuestos
remitidos por el ministerio liderado por Nadia Calviño representan un “riesgo de desviación significativa” para
los objetivos marcados.
Calviño ha estado
continuamente en contacto con Moscovici y su equipo, y de hecho la carta admite
que todo está sujeto “a la naturaleza en funciones” del Gobierno de Pedro Sánchez. Fuentes comunitarias
confiaban el pasado verano en que Madrid fuera capaz de presentar unas cuentas,
y señalaban que el ministerio trabajaba a toda máquina en esa dirección. Las
elecciones anticipadas pararon ese esfuerzo y hacen prever que la espera se
dilatará.
“Reconocemos que el
plan presupuestario presentado por España se ha preparado sin cambios en la
política” por estar el Gobierno en funciones, pero Madrid acumula otro año más prorrogando cuentas, y eso significa otro
año más sin ajustes. Bruselas le pidió un esfuerzo estructural del 0,65%, y
Madrid solo ofrece el 0,1%: unos 6.500 millones de euros de diferencia.
Además el Ejecutivo
comunitario alerta al Gobierno por otro motivo: pidió que el aumento del gasto no superara el 0,9% del
PIB, y las cuentas enviadas por Calviño lo
aumentan en un 3,8% sin las medidas de recaudación que el Ejecutivo de Sánchez
incluyó en el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas.
Todo esto, señala la
Comisión en su carta, apunta “a un riesgo significativo de desviación en 2020 y
a lo largo de 2019 y 2020 en su conjunto”, ya que “estos elementos no parecen
estar en línea con los requisitos de política presupuestaria” europea. Con esta
misiva Moscovici y Dombrovskis buscan
información adicional de cara al análisis que llegará dentro
de un mes.
Presupuesto
actualizado
“Si bien entendemos
que la presentación del proyecto de presupuesto va a la zaga de su calendario
habitual, deseamos resaltar la importancia de la presentación de un plan
presupuestario actualizado”, recuerda a Calviño la Comisión Europea. Bruselas
pide a las autoridades españolas “presentar, tan pronto como se envíe el proyecto
de presupuestos para 2020 al Parlamento, un plan presupuestario
actualizado a la Comisión Europea y al Eurogrupo”.
España tiene un largo historial de recibir reprimendas por parte del
Ejecutivo comunitario. El año pasado la Comisión Europea ya envió una carta a
Calviño, como ya hizo en 2017 y 2016 con su antecesor en el cargo.
Todo apunta a que España ha perdido otro año en el
bloqueo político: la paralización del Gobierno en funciones y la desaceleración
económica hacen que las cuentas vayan a terminar el año, según las
estimaciones, muy cerca del 2,5% (el Banco de España ha revisado a la alta el
déficit hasta el 2,4%), igual que en el 2018.
Las regañinas de Bruselas giran sobre dos elementos: el
primero es si tiene un problema más serio, y el segundo es si tiene una
relación de confianza con su interlocutor. Calviño es de la máxima confianza de
Moscovici, habiendo sido directora general de presupuestos del Ejecutivo
comunitario: habla su lenguaje, conoce todos los pasillos, todas las personas.
Por eso Bruselas critica al Gobierno con cuentagotas. Además, la ministra ha
sabido cuidar esa relación, la ha mimado en todo momento. Además, España
respira más tranquila desde que el año pasado salió del brazo correctivo del Pacto
de Estabilidad y Crecimiento al rebajar el déficit por debajo del 3%: era el último
país en hacerlo.
Por el otro lado, en 2018, la Comisión tiene un asunto
mucho más grave: un Gobierno italiano, liderado políticamente por el xenófobo y
euroescéptico Matteo Salvini, que
jugueteaba con abandonar el euro y que utilizó los presupuestos como una forma
más de buscar el conflicto con Bruselas. La Comisión Europea ha vuelto a enviar este año una
misiva a Roma, pero ahora hay un Gobierno proeuropeo, con Roberto Gualtieri,
muy conocido en Bruselas, al frente del ministerio: copiando el modelo Calviño,
el Ejecutivo transalpino confía en evitar un choque con la Comisión.
Pero la buena amistad entre Calviño y los responsables
económicos no hace magia y no evitó que el año pasado, con un borrador
negociado con Podemos en la mano, la Comisión Europea reprendiera a España: se encontraba “en riesgo de
incumplimiento” del Pacto, con una “desviación
significativa” y un incumplimiento “del objetivo de reducción de deuda”.
Los Estados miembros tienen que enviar sus planes
presupuestarios a la Comisión Europea antes del 15 de agosto. Durante unos
días, equipos de técnicos pasan la lupa por las cuentas. Cuando las cosas
no cuadran, Moscovici y Dombrovskis envían una carta a la capital, pidiendo más
explicaciones, pidiendo retoques o, cuando no hay presupuestos por elecciones o
por haber un Gobierno en funciones, solicitando que se envíe el borrador cuanto
antes.
Esa última es la excepción. Normalmente Bruselas no entra demasiado
en el fondo de la cuestión porque no tiene sentido: mejor esperar a las cuentas
completas. Pero la excepcionalidad es la nueva normalidad para España, que
sigue con los presupuestos del Gobierno de Mariano Rajoy.
En noviembre Moscovici y Dombrovskis darán un análisis
más detallado de los planes presupuestarios en base a las aclaraciones que
envíen las capitales. Nadie prevé que vaya a haber un especial escarmiento
contra España, pero en voz baja la Comisión alerta de los efectos negativos de
tener unos presupuestos tan desactualizados. Además de a España, la Comisión Europea ha enviado cartas
a Bélgica, Francia, Portugal e Italia.
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