ELECCIONES ANDALUZAS 2018¿Por qué el PSOE gana (casi) siempre las elecciones en
Andalucía?
- Los socialistas se han impuesto en nueve de las diez convocatorias de las elecciones andaluzas.
El PSOE ha ganado en nueve de
las diez convocatorias de elecciones autonómicas en Andalucía, lo que ha
permitido más de tres décadas de gobierno socialista, ya que la única vez que
no se impuso, en 2012, logró acceder al palacio de San Telmo gracias al apoyo
de IU. ¿Cuáles son las claves de esta sucesión de triunfos y la consolidación de
un poder hegemónico sin precedentes en España?
1. Amortización del ideal
andaluz. Pese a no ser un partido nacionalista, el socialismo andaluz ha
amortizado mejor que sus oponentes el concepto autonomista y la defensa de
Andalucía. Uno de los grandes activos es la identificación de la Junta de
Andalucía con el propio partido, de forma que para gran parte del ideario
sociopolítico andaluz la autonomía es el PSOE. Los socialistas lanzan
reiteradamente el mensaje de que la actual derecha es heredera de la UCD que no
apoyó el estatuto de autonomía en los albores de la democracia, y en
determinados estratos sociales esta idea está consolidada.
2. La Junta, la mayor empresa de Andalucía. La administración
autonómica es un mastodonte en el que trabajan más de 300.000 andaluces, según
las estimaciones más fiables, aunque ni el propio Gobierno andaluz sabe cuántos
empleados tiene. Los funcionarios tienen una
seguridad laboral que avala su independencia política -de hecho se han
movilizado contra el PSOE en determinadas ocasiones-, pero en el conglomerado
de empresas públicas trabajan
miles de personas que ven su puesto de trabajo amenazado con un cambio de
régimen, como se encarga de resaltar el PSOE
en todas las terminales administrativas de la Junta. Una bolsa de votos nada desdeñable.
3. Subvenciones. El poder que supone gobernar no se limita sólo a
la política de personal. Desde el Gobierno andaluz se reparten muchos millones
de euros en ayudas con un claro trasfondo
clientelar. No conviene olvidar que el caso ERE tiene su origen en la
necesidad de disponer con rapidez de fondos para solventar problemas laborales
de diversas empresas en vísperas electorales.
4.
La nuestra. En círculos políticos se suele bromear con la leyenda de que
el lema de «La nuestra», elegido por la Junta para autodefinir la televisión
pública andaluza, quiere decir en realidad «la del PSOE». La parcialidad de los
informativos ha sido reiteradamente denunciada por los partidos de la
oposición, que ven en la fuerte penetración de Canal Sur en áreas rurales y
localidades medianas una de las claves de la hegemonía socialista en Andalucía.
5.
Implantación territorial. El PSOE es con diferencia el partido mejor
implantado en la comunidad autónoma. No solo por el número de sedes y casas del
pueblo, presentes hasta en las más remotas localidades, sino por su penetración
en todo tipo de entidades ciudadanas. De asociaciones de vecinos hasta clubes
deportivos; de entidades educativas a movfimientos culturales, nada escapa al
escrutinio político. Aunque la capacidad de control socialista ha ido
decreciendo de forma pareja a su descenso en las urnas, lo cierto es que su
amplia implantación social supone un importante aval electoral.
6. El abrazo del oso. Menos con el PP y Podemos, el PSOE ha
pactado con todos los partidos políticos para acceder a la Junta de Andalucía
tras las elecciones autonómicas. Los dos partidos que entraron en el Gobierno,
PA e IU, pagaron caro el denominado «abrazo del oso»: los andalucistas desaparecieron
e IU ha terminado protagonizando una «fusión por absorción» con Podemos.
Siempre que ha necesitado apoyo externo, el PSOE ha sabido sacar provecho de la
situación. Queda por ver el efecto con Ciudadanos, con el que alcanzó un
acuerdo parlamentario pero no de gobierno en la anterior legislatura.
7. Oposición débil. No todo es mérito del PSOE. La oposición en la
Cámara pocas veces ha puesto contra las cuerdas al PSOE en las urnas. Sólo en
dos ocasiones, en 1994 y en 2012, hubo una coyuntura con opciones reales de
relevo, ambas con Javier Arenas al frente del PP. En 1994 los populares se
quedaron a cuatro escaños del PSOE, que gobernó en minoría ante la «pinza» del
PP y e IU, entonces un poderoso grupo de veinte diputados con Luis Carlos Rejón
al frente. El PSOE explotó el discurso victimista y amplió su ventaja tras el
adelanto electoral de 1996. En 2012 el PP llegó a ganar las elecciones, pero se
quedó lejos de la mayoría absoluta que auguraban las encuestas. Escaso bagaje
para tres décadas y media de poder socialista en los que ni el PP ni las
fuerzas a la izquierda del PSOE han encontrado la fórmula para asaltar la
hegemonía política andaluza.
La “Cloaca Máxima” andaluza.
Cornelia Cinna
22 de noviembre de 2018
En
la comparecencia de Susana Díaz y de Manuel Chaves en el Senado, hemos sido
testigos de acusaciones muy graves: los enchufes de los cuñados de la
Presidente y de su marido, que trabajó ocho años dando cursos en UGT, su
inacción ante la recuperación de los 855 millones de los ERE, los escándalos de
la FAFFE y los 3.015 millones de cursos de formación, el 33% de las mordidas a
los empresarios beneficiados por las subvenciones de la Junta socialista, la
pasividad de los miles de millones presuntamente robados a los andaluces y toda
una retahíla de escándalos. Eso sí, todo convenientemente callado, silenciado y
relativizado por el fabuloso aparato mediático-publicitario socialista.
Ni la corrupción, ni el caos
sanitario, ni el desastre educativo, ni el despilfarro, ni el paro, ni su
nefasta gestión le salpicarán. Nada impedirá ser la lista más votada el 2 de
diciembre, según la encuestas. La respuesta a la pregunta lógica de por qué
ocurre una situación tan anómala y se perpetúa casi cuarenta años -que supera
al Franquismo- es por muchos andaluces conocida y no entendida por el resto de
los españoles.
Los cómplices institucionales
Si bien hay un 30-33% de voto fiel, voto comprado o cautivo, también es cierto que a los partidos que han apoyado y apoyarán al Régimen no les importa tampoco la lucha contra la corrupción, sino que depende de qué partido. Sin cómplices institucionalizados, el Régimen habría caído ya. Lo vimos en 2012 con Izquierda Unida -ahora Unidos Podemos-, y lo hemos constatado con Ciudadanos en 2015, que aplicaba medidas y exigencias en Madrid pero miraba para otro lado con Susana Díaz; y lo observaremos con Adelante Andalucía -alianza electoral de Unidos Podemos con dos minipartidos radicales más-, que ya dijo Tereschenka el 7 de agosto de 2018, que para que no entrara la derecha en la Junta, iban a apoyar a la defensora de Chaves y Griñán. A los troskistas la corrupción andaluza no les huele ni apesta, por lo visto. Problemas de hiposmia, anosmia y parosmia ¿O será fantosmia? Esto es, no hay un tapón institucional que frene la continuidad de la corrupción, la mala gestión, el enchufismo, los dislates gubernamentales, etc. Empero, de una contradicción se sigue cualquier cosa, ex contradictione sequitur quodlibet, ¿Y de muchas contradicciones? Las peores cosas.
El factor determinante de la economía sumergida
Es más, lo que casi nadie
señala es una frase de Susana Díaz, donde
justificaba la economía sumergida en el mismísimo Parlamento andaluz, con fecha
11 de febrero de 2016: "Esas personas no tienen más remedio".
No solo como presidente de la Junta de Andalucía, que juró cumplir la ley,
pronunció una barbaridad de tal calibre, sino que además, aconsejó a los parlamentarios allí presentes que no demonizaran
a los que cometiesen fraude fiscal ¿Creen ustedes. que le pidieron una
moción de censura o su dimisión ipso facto? Para nada. Potenciar la desigualdad
y la apología de la ilegalidad es la tónica del PSOE andaluz desde hace décadas
sin que nadie se escandalice por ello y menos, en el Parlamento.
Se preguntarán en qué contexto
hizo "la luchadora contra la corrupción" esas declaraciones. Pues
ante su apoyador Juan Marín de Ciudadanos que le reprochaba que no hiciera nada
al respecto, pero éste mismo no dudó en mantener el Régimen susanista toda la
legislatura, pese a contar con munición para dinamitarlo con las interminables ilegalidades e
irregularidades denunciadas por la Cámara de Cuentas en sus sucesivos informes,
los continuos casos de corrupción, agujeros negros de miles de millones,
impagos, subida de la deuda pública, 13.000 trabajadores fantasmas,
sobresueldos y los desmanes múltiples que florecen.
Veamos: la relación paro-economía sumergida es un hecho indiscutible. A
más paro, más economía sumergida o actividad en "B". Empero, su
persecución y control nunca van a ser
objetivos de la Junta socialista, ni recaudatorios ni políticos. Perderían
cientos de miles de votantes de la corrupción trasversal que recorre Andalucía,
desde Paymogo en Huelva a Olula en Almería, desde El Campo de Gibraltar a la
Sierra Norte ¿Cuántos trabajadores por cuenta propia no declaran lo que ganan
por la abrumadora carga fiscal? ¿Cuántos cientos de miles de trabajos hay en B
o mitad en B? Apuntan a unos 180.000. Asimismo, el presunto maquillaje de las
listas del paro es una sombra que sobrevuela ¿Dónde están los datos de los
miles de jóvenes parados de 17 años tras la ESO o los de 23 años, al terminar
la universidad?
Agárrense a los machos, el porcentaje defraudado está en torno al 30%,
según las fuentes consultadas, unos 40.500 millones de euros, con más
incidencia en las zonas rurales, donde el PSOE tiene su masa votante
¿Casualidad? La cultura de "con IVA o sin IVA", contratos por las
horas mínimas y el resto en B -fraude laboral-, la baja preparación educativa
de los jóvenes, la falta de planificación y de ofertas de formación
profesional, la emigración de los mejores trabajadores ya dentro de España, ya
fuera de nuestro país, la nula conciencia social, nos avocan a un callejón sin
salida, como si votar al PSOE fuera ya una tradición o ser de un equipo de
fútbol PSOE o de la hermandad de Susana Díaz. Es decir, la mismidad de la
suidad del introito cavernícola del susanato/chavesnato/griñanato, o sea, la
nadería política.
Los protagonistas agradecidos al Régimen
Dicho lo anterior, completan el
cuadro del 30-33%, los miles de andalucistas que no tienen asidero identitario
político y se refugian en el nacionalismo andalucista del que tanto hace alarde
Susana Díaz, además de los cientos de miles de millones a la prensa, TV y
radios andaluzas con el voto de sus plantillas, los trabajadores de las cientos
de empresas externas que viven de la Junta, las 128 empresas con participación
de la Junta, 40.000 votos de los enchufados en la Administración paralela y sus
familias, los 150.000 afiliados de UGT, las ayudas a las miles de asociaciones,
el riego de cientos de millones a los sindicatos, el PER con 150.000
beneficiados (y los votos de sus familias), las miles de becas-calla-bocas, que
después no pagan o tardan, las matrículas universitarias gratis, los adelantos
del PAC, las famosas "paguitas" no contributivas que alimentan el
sistema perverso mantenedor de la Garduña, además de los cientos de miles
colocados en ayuntamientos y sus agencias y empresas públicas, diputaciones y
mancomunidades: todo un ejército de grupos familiares, nepotismo y
clientelismo. Recuerden que en las últimas elecciones hubo 2.266104
abstencionistas, 40939 votos nulos, 54807 votos en blanco. Los cada vez más
desencantados del sistema.
La chistera de Susana la Maga
¿Que
los datos no les dan para llegar al 30-33%? Pues lanzan una medida de
legalización de ilegalidades, como en 2016, que legalizaron 25.000
viviendas en terrenos no urbanizables, prometen que van a plantar 8,6 millones
de árboles o la construcción de 15 hospitales, cuando no han empezado a
construir los que prometieron en 2012. O “el café para todos” ahora con las
matrículas gratis en la universidad y la gratuidad de 0-3 años en infantil o
ampliación de ayudas al alquiler o subvenciones para ventanas y ascensores con
lo que se garantizan comunidades enteras de votantes -unos miles caerán-. Mientras tanto, la deuda pública sigue impagable y tienen que pedir un crédito in extremis
para abonar la extra a los docentes.
La mayoría de los andaluces
somos conscientes de esa retroalimentación antiprogresista e irregular. Todos
intuimos o experimentamos que oponernos al Régimen conlleva el ostracismo
social y laboral. Todos sabemos que la corrupción es un abanico que se abre y
se cierra, según quién y dónde. Unos se han rendido, cientos de miles emigraron
y otros ni se rinden ni se van. En realidad, la “Cloaca Máxima” es la
mentalidad regionalista, conservadora y cortoplacista, el tribalismo, la
indolencia, los nuevos señoritos -no tan nuevos-, el poco amor propio y los
pocos principios del 30-33% de andaluces.
Coda:
el PSOE es apoyado y votado por defraudares,
enchufados, vividores de lo público y el número exacto lo veremos el 2 de
diciembre de 2018.
En Andalucía, formalmente los sociolistos hacen como que cumplen la norma, pero la realidad, los fines y los medios que persiguen son otros: ¿mantenerse en el poder manejando el dinero público de todos?.....El 2D hay que BOTARLOS.....
SUSANA DÍAZ Y LA LISTA DE ENCHUFADOS
https://www.elcritico.org/analisis/2018/11/22/la-cloaca-mxima-andaluza
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...