miércoles, 25 de marzo de 2015

Esto es lo que hay. El régimen socialista está enquistado con tanta solidez como la telebasura; nuestros jóvenes, en tanto subsista esta nefasta política, se tienen que ir, triste pero es así.

Hablaron las urnas y se repitió la secular historia andaluza: aunque con más pena que gloria, el régimen sigue enquistado en una sociedad adormecida. Una campaña vacua, populachera y sin sustancia ha sido suficiente para mantener a la nueva «princesa del pueblo» al frente de la primera autonomía española

Y una conclusión: Esta sociedad subvencionada, donde la gran derecha económica, tan escasa como miedosa, confunde sus intereses con los de la Junta, estará condenada al atraso económico y social de su gente si no apuesta por otro modelo más liberal y emprendedor. Después de haber digerido sin éxito más de 80.000 millones de euros (¡13.000 billones de pesetas!) de ayudas europeas que ya no volverán, Andalucía está donde está. Y basta con analizar las inversiones extranjeras durante 2.014. Mientras en Madrid con políticas aperturistas, se ha concentrado el 49,5%, sólo el 1,5% ha recalado en Andalucía. Y es que cualquier inversor se pregunta: «con esa política ¿cómo voy a invertir allí?».


 Por ello, hay que darle la razón al catedrático Alfonso Lazo cuando sugería a los jóvenes titulados universitarios que, de ocurrir lo que ha ocurrido, emigraran de esta tierra en tanto subsista la nefasta política hasta ahora practicada. Es triste pero es así. Y como diría el clásico, «esto es lo que hay».




Hablaron las urnas y se repitió la secular historia andaluza: aunque con más pena que gloria, el régimen sigue enquistado en una sociedad adormecida. Una campaña vacua, populachera y sin sustancia ha sido suficiente para mantener a la nueva «princesa del pueblo» al frente de la primera autonomía española. A vuela pluma, la lectura del comportamiento electoral hay que hacerla desde la irrupción de las dos nuevas formaciones políticas, Podemos y Ciudadanos. ¿Donde han arañado sus votos?

De los 15 escaños de Podemos, obviamente 7 los arranca a IU. ¿Y los otros 8? Aritméticamente, salen del PP, pero en realidad provienen de un rebote del PSOE, es decir, electores de éste que se van a la nueva formación y son compensados por otros del PP, muy conservadores, ante el miedo a Podemos reforzando así al que se intuía ganador.

Respecto a Ciudadanos es obvio que sus 9 diputados salen del PP que ha sido el gran damnificado, hasta extremos difícilmente explicables, más allá de su pésima política de comunicación y de su ensimismamiento que lo aleja de la sociedad civil. Curiosamente, en la comunidad donde más limpia es su trayectoria, sufre el PP un castigo inmerecido, como si la pésima gestión, los recortes sanitarios y educativos, competencia de la Junta, y los escándalos de los ERES, cursos de formación, Invercaria y un largo etcétera les fueran atribuibles.

Una triple lectura puede extraerse del resultado electoral:ç

1) El régimen socialista andaluz está enquistado con tanta solidez como la telebasura en la sociedad española. Ni una sola propuesta de futuro, tan solo apelaciones populistas a lo Belén Esteban, han bastado a Susana Diaz para mantener sus escaños.

2) Andalucía no tendrá una alternativa ganadora mientras no construya un mensaje atractivo y opuesto, sin ambages ni concesiones demagógicas, al imperante en esta tierra cuyos negativos resultados son patentes. Frente a burocracia, clientelismo e igualitarismo, flexibilidad, libertad y fomento del esfuerzo y el mérito como bases del progreso.

3) En una sociedad ultraconservadora que se cree de izquierdas, todo lo que no se identifique con tal criterio no puede ir dividido si quiere ser alternativa. El centro derecha nunca ganará en Andalucía si se fracciona.

Y una conclusión: Esta sociedad subvencionada, donde la gran derecha económica, tan escasa como miedosa, confunde sus intereses con los de la Junta, estará condenada al atraso económico y social de su gente si no apuesta por otro modelo más liberal y emprendedor. Después de haber digerido sin éxito más de 80.000 millones de euros (¡13.000 billones de pesetas!) de ayudas europeas que ya no volverán, Andalucía está donde está. Y basta con analizar las inversiones extranjeras durante 2.014. Mientras en Madrid con políticas aperturistas, se ha concentrado el 49,5%, sólo el 1,5% ha recalado en Andalucía. Y es que cualquier inversor se pregunta: «con esa política ¿cómo voy a invertir allí?».

Por ello, hay que darle la razón al catedrático Alfonso Lazo cuando sugería a los jóvenes titulados universitarios que, de ocurrir lo que ha ocurrido, emigraran de esta tierra en tanto subsista la nefasta política hasta ahora practicada. Es triste pero es así. Y como diría el clásico, «esto es lo que hay».

Luis Marín Sicilia es notario jubilado y fue vicepresidente del Parlamento de Andalucía.

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