jueves, 14 de diciembre de 2017

Sin desperdicio: Los vaivenes de la Junta en el caso de los ERE + Cronología de los siete años de instrucción de la pieza política del caso ERE + Arranca el juicio por la 'pieza política' + La cúpula del Gobierno andaluz durante una década, incluidos los expresidentes Chaves y Griñán, se sientan en el banquillo en una primera sesión gris donde lo más duro fue la foto = Los hechos hablan; ¿el gobierno de los “einsteins posociolistos” y su resultado, corrupción institucional por doquier; Andalucía en el abismo?


CASO ERELos vaivenes de la Junta en el caso de los ERE.


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  • El Gobierno andaluz ha pasado de ejercer la acusación a pedir el archivo de la pieza politica, que se juzga desde el miércoles en la Audiencia de Sevilla


CASO ERE.  Cronología de los siete años de instrucción de la pieza política del caso ERE.



  • La macrocausa de los ERE juzgará, entre otros, a los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por el presunto reparto irregular de 855 millones de euros en ayudas públicas entre 2001 y 2011


CASO ERE.Arranca el juicio por la 'pieza política'. La soledad del régimen andaluz en el banquillo


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  • El juicio por los ERE fraudulentos arranca en la Audiencia de Sevilla sin muestras de apoyo evidentes a Chaves y Griñán, que se juegan hasta ir a la cárcel



EN EL BANQUILLO. La chulería de Guerrero, el que repartía los ERE, en ‘el gran juicio’: “Estaba deseando”

Foto: El exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Guerrero (i), a su llegada a la Audiencia de Sevilla. (EFE)


La cúpula del Gobierno andaluz durante una década, incluidos los expresidentes Chaves y Griñán, se sientan en el banquillo en una primera sesión gris donde lo más duro fue la foto

  • ·    Guerrero se sentó justo detrás de Chaves, no se sabe si fue casual o una declaración de intenciones
  •  ·    La primera sesión del juicio discurrió con la lectura durante cinco horas de los escritos de la Fiscalía y el PP. 
  • ·     Los abogados del PP consiguieron que se leyera la mitad de su escrito de acusación, lo que dilatará en días el arranque del juicio


  Lo que es se ve...

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CASO ERE

Los vaivenes de la Junta en el caso de los ERE

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  • El Gobierno andaluz ha pasado de ejercer la acusación a pedir el archivo de la pieza politica, que se juzga desde el miércoles en la Audiencia de Sevilla


El fraude de los expedientes de regulación de empleo (ERE) le ha costado, según los cálculos de la Fiscalía Anticorrupción, 741 millones de euros a la Junta de Andalucía. Las arcas públicas andaluzas han sido las víctimas principales de un saqueo que se prolongó casi durante una década y ésa fue la justificación, lógica, con la que el Gobierno andaluz se personó en marzo de 2011 en las diligencias que tramitaba la magistrada Mercedes Alaya, entonces titular del Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla.

Siete años después, el juicio que arranca mañana no tendrá entre los abogados acusadores a los que representan a la Administración autonómica. Y no porque a lo largo de los años, y de la investigación, se hayan desvanecido los rastros del expolio.

Que el gobierno que hoy preside Susana Díaz haya dejado de ser acusación no es sino el penúltimo vaivén de una actuación procesal que muchas veces fue más defensa -según de qué altos cargos imputados se trataba- y que ha estado marcada por las contradicciones.

Precisamente, la inhibición acusadora de la Junta de Andalucía es el corolario de una ristra de movimientos sorprendentes que le han valido, incluso, los reproches de la Audiencia Provincial de Sevilla, amén de las críticas de la oposición política en la comunidad, especialmente desde el PP.

Fue hace poco más de un año cuando el Gobierno andaluz se quitó definitivamente el traje de acusación al pedir el archivo de la denominada pieza política de los ERE, la principal de las causas en las que la juez María Núñez Bolaños dividió, al poco de hacerse cargo del juzgado de Alaya, la macrocausa de corrupción que sentará en el banquillo a partir de esta semana a dos ex presidentes, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, así como a otros 20 ex altos cargos.

Donde la Fiscalía Anticorrupción ve una trama organizada para saquear fondos públicos, un perjuicio de 741 millones de euros y delitos de malversación y prevaricación que alcanzan a los dos antecesores inmediatos de Susana Díaz, los abogados de la Junta de Andalucía no aprecian comportamiento delictivo alguno. Ni, mucho menos, la trama de la que habla el Ministerio Público.

Desde luego no en la actuación de Chaves y Griñán, quienes, de acuerdo a las tesis (definitivas) del gobierno autonómico no pudieron tener conocimiento alguno de las irregularidades en la concesión de las ayudas para los expedientes de empleo y las empresas en crisis, aquéllas que se pagaban con cargo a la partida presupuestaria 31L, el famoso «fondo de reptiles».

La teoría de los "cuatro golfos"

Como mucho, la Junta admite reponsabilidades en escalafones inferiores, siguiendo la teoría de los «cuatro golfos» que acuñó, y no es una casualidad, el ex presidente Chaves. Aunque esas responsabilidades habría que dirimirlas, mantiene, en las otras piezas aún pendientes de juicio.

Si la Audiencia sigue librando de ser juzgados en las otras causas a los ex altos cargos que lo van a ser en los próximos meses en la pieza política, la Junta corre el riesgo de que no pueda acusar ni a los que ella misma considera responsables de las irregularidades.

Claro que la petición de archivo viene después de otras decisiones igualmente polémicas, como el rechazo a la imputación de Magdalena Álvarez, ex consejera de Hacienda y ex ministra de José Luis Rodríguez Zapatero, que le valió un tirón de orejas de Alaya.

En la misma línea, los ataques y cuestionamientos a la labor de la juez Alaya han sido constantes, un enfrentamiento que cambió radicalmente con la llegada de María Núñez, con la que la Junta se ha alineado no pocas veces.

Eso ocurría al mismo tiempo que se enarbolaba la bandera de la colaboración con la Justicia y la defensa de los intereses de los andaluces, la misma doble personalidad de la que ha hecho gala en todo el procedimiento.

http://www.elmundo.es/andalucia/2017/12/12/5a2fd57fe5fdeacf3b8b4588.html

 

 

CASO ERE

Cronología de los siete años de instrucción de la pieza política del caso ERE





La macrocausa de los ERE juzgará, entre otros, a los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por el presunto reparto irregular de 855 millones de euros en ayudas públicas entre 2001 y 2011

9 enero 2011

La jueza de Sevilla Mercedes Alaya abre diligencias para investigar un presunto fraude en ayudas públicas de la Consejería de Empleo a empresas en crisis.

15 noviembre 2011

La juez Alaya apunta por primera vez en un auto al entonces presidente de la Junta, José Antonio Griñan, como "cúspide" de una "estructura piramidal" que propició el presunto fraude durante una década.

9 marzo 2012

Declara en el juzgado el exdirector general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, que al día siguiente ingresa en prisión.

16 marzo 2012

El exchófer de Guerrero declara ante la jueza Alaya que dinero público de las ayudas se gastó en copas y cocaína.

24 abril 2012

Tras cuatro días declarando en el juzgado, Alaya envía a prisión al exconsejero de Empleo Antonio Fernández sale en agosto tras pagar 450.000 euros de fianza).

20 marzo 2013

La Guardia Civil despliega la operación Heracles con decenas de detenidos y registros en aseguradoras y bufetes que presuntamente se lucraron con sobrecomisiones para tramitar los ERE.

20 julio 2013

Griñán anuncia su dimisión, formalizada el 27 de agosto, para "preservar" a la Junta de la "erosión" del caso ERE.

31 julio 2014

Alaya remite al TS la exposición razonada con los indicios de delito que ve en Chaves, Griñán, Gaspar Zarrías, José Antonio Viera y Mar Moreno, todos diputados o senadores.

21 enero 2015

Remite al TSJA la exposición razonada con los indicios de delito que ve en 4 exconsejeros que son parlamentarios.

7 abril 2015

Declaran como investigados en el Supremo Viera (7), Griñán (9), Chaves (14), Zarrías (16) y Mar Moreno (21).

16 junio 2015

Alaya deja el juzgado de instrucción 6 de Sevilla tras conseguir una plaza en la Audiencia y la sucede María Núñez Bolaños.

20 junio 2015

El Tribunal Supremo imputa formalmente a Chaves, Griñán, Zarrías y Viera. Archiva la causa contra Moreno.

26 junio 2015

Chaves, Griñán y Zarrías dejan sus escaños en las Cortes (con efecto el 2 de julio). Viera no y se pasa al Grupo Mixto tras darse de baja en el PSOE (dimite el 24 de septiembre).

31 julio 2015

La nueva instructora Núñez divide la macrocausa de los ERE en piezas separadas que se reparte con el juez de refuerzo Álvaro Martín, una sobre el procedimiento específico creado y mantenido por la Junta para dar las ayudas, que asume Martín.

16 marzo 2016

Chaves, Griñán, Zarrías y Viera -que ya no son aforados- declaran como investigados en el juzgado 6 de Sevilla.

31 mayo 2016

El juez Martín dicta auto de procedimiento abreviado contra 26 excargos de la Junta, entre ellos Chaves y Griñán, y archiva la causa contra otros 24.

1 junio 2016

Chaves, Griñán, Zarrías y Vallejo se dan de baja en el PSOE.

3 noviembre 2016

El juez Álvaro Martín abre juicio oral y remite a la Audiencia de Sevilla el procesamiento de los 26 acusados (4 son luego desimputados) por delitos de prevaricación, malversación y asociación ilícita. La Fiscalía y las acusaciones del PP-A y Manos Limpias piden entre 2 y 10 años de cárcel y la Junta el archivo.

13 diciembre 2017

Arranca el juicio por la pieza política del caso ERE, con Manuel Chaves, José Antonio Griñán y otros 20 ex altos cargos de la Junta en el banquillo.


CASO ERE

Arranca el juicio por la 'pieza política'

La soledad del régimen andaluz en el banquillo

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  • El juicio por los ERE fraudulentos arranca en la Audiencia de Sevilla sin muestras de apoyo evidentes a Chaves y Griñán, que se juegan hasta ir a la cárcel



Ni las «criaturas necesitadas» que supuestamente eran los beneficiarios de los expedientes de regulación de empleo bajo sospecha. Ni un solo cargo del PSOE andaluz. Ni siquiera un grupo de fervorosos militantes socialistas. El juicio del caso ERE que este miércoles arrancó en Sevilla evidenció la extrema soledad de quienes durante más de dos décadas encarnaron el poder absoluto del socialismo en Andalucía. En el banquillo de los acusados, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, los dos ex presidentes que más tiempo han ocupado el Palacio de San Telmo, junto a seis ex consejeros y otros catorce ex altos cargos del Gobierno andaluz y en la calle, la indiferencia.

Apenas unas referencias a la «honorabilidad» de los ex presidentes en boca del portavoz parlamentario del PSOE, Mario Jiménez, y un discreto apoyo virtual en las redes sociales a un mensaje publicado en Facebook por la mujer de Griñán: «Dejadme que venza hoy mi pudor para deciros que estoy orgullosa de él, de su honestidad y decencia, y feliz de haber compartido, juntos, los últimos 50 años».

Poco más respaldo recibieron Chaves y su sucesor en el cargo en el arranque de un proceso en el que se juzga algo más que la legalidad de la decisión, política, de poner en marcha un mecanismo para financiar ayudas con dinero público prácticamente sin control.

A la misma hora en la que los ex presidentes se acomodaban a las sillas de PVC y metal instaladas a modo de banquillo en la Audiencia de Sevilla, Susana Díaz presidía una reunión del Patronato de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA). Entre la sede de la Presidencia de la Junta, el antiguo palacio de los Montpensier, y la sala de vistas hay poco más de medio kilómetro de distancia, pero desde el entorno de la presidenta el mutismo fue absoluto. Como si el juicio ocurriera en otro país.

Quizás por esa soledad, el proceso judicial que hace siete años inició la magistrada Mercedes Alaya ha tenido un efecto insospechado y colateral: el acercamiento de quienes fueron algo más que compañeros en el Consejo de Gobierno y cuya relación acabó rota tras dar uno el relevo al otro.

Chaves y Griñán se han reencontrado en el cerco judicial en el que se enfrentan, incluso, a penas de cárcel por malversación y/o prevaricación.

Ayer los dos ex presidentes llegaron por separado al Palacio de Justicia sevillano, literalmente blindado con efectivos especiales de la Policía Nacional y vallado todo su perímetro. Pero dentro, no sólo se sentaron juntos -intercambiando de cuando en cuando confidencias- sino también en los pasillos durante los recesos de una primera sesión que prácticamente se consumió en la lectura de los escritos de acusación de la Fiscalía.

Lo más granado del socialismo andaluz escuchó durante tres tediosas horas el relato de cómo, según la Fiscalía Anticorrupción, se organizó una «trama» para desviar cientos de millones de euros, burlar los controles públicos y destinarlos a consolidar el régimen clientelar garantizando la paz social que aseguraba la tranquilidad política.

Los «cuatro golfos» con los que Chaves quiso despachar en su día el entonces incipiente escándalo de corrupción de los ERE se multiplicaron ayer por cinco. El ex presidente que señaló a los escalafones inferiores de la Junta para tratar de salvarse se vio obligado a compartir banquillo con esos «golfos».

Justo detrás de Chaves se sentó el ex director de Trabajo Francisco Javier Guerrero, el que bautizó la partida presupuestaria 31L -de la que se nutrían los ERE irregulares- como el «fondo de reptiles».

Guerrero, junto al ex consejero Antonio Fernández, fue ignorado por el resto de los acusados. Nadie, o casi nadie, se les acercó en los descansos del juicio. Y ello a pesar de que el ex director de Trabajo estaba deseoso de compartir el reciente nacimiento de su tercera nieta con quien quisiera escucharle. Parecía aliviado o, al menos, eso quería aparentar:«Ya era hora, éste es el principio del final», declaraba a los periodistas el más locuaz de los enjuiciados.

Con un «estoy bien, pero no voy a decir nada», despachó a la prensa Griñán, de los dos ex presidentes el que, con diferencia, más se juega en la vista, dado que el Ministerio Público carga especialmente contra él por su condición de consejero de Hacienda cuando los avisos de los interventores sobre el fraude fueron sistemáticamente desoídos.

Más parcos aún fueron acusados como la ex consejera -y ex ministra- Magdalena Álvarez, que llegó a la Audiencia sevillana en un Audi 4 granate con tantos trienios como pueda acumular el ordenanza más veterano del Palacio de San Telmo y que compartía con el ex vicepresidente de la Junta Gaspar Zarrías.

Ambos siguieron las recomendaciones del tribunal de compartir coche para llegar hasta las puertas de la Audiencia, para la que se había habilitado un carril especial de acceso. El paseíllo de los acusados se redujo, por tanto, a sólo unos metros, aunque suficientes para que los fotógrafos pudieran hacer su trabajo.

Tampoco se prodigó en palabras el ex interventor general de la Junta, Manuel Gómez, que se pasó buena parte de la sesión consultando su teléfono móvil muy cerca de Guerrero, que de cuando en cuando bostezaba y miraba ansioso -es fumador empedernido- el paquete de Marlboro que tenía entre las manos.

Dio tiempo a casi todo mientras el letrado de la Administración de Justicia -el antiguo secretario judicial- despachaba los 44 folios del escrito de la Fiscalía y los 49 de la acusación del PP que sus abogados se empeñaron en que fueran leídos pese a las protestas de algunas de las defensas, que incluso amagaron con un plante.


EN EL BANQUILLO

La chulería de Guerrero, el que repartía los ERE, en ‘el gran juicio’: “Estaba deseando”

Foto: El exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Guerrero (i), a su llegada a la Audiencia de Sevilla. (EFE)

La cúpula del Gobierno andaluz durante una década, incluidos los expresidentes Chaves y Griñán, se sientan en el banquillo en una primera sesión gris donde lo más duro fue la foto

13.12.2017 – 19:33 H.

Entró apurando un pitillo y salió encendiendo otroFrancisco Javier Guerrero, el exdirector general de Trabajo, ese personaje de novela picaresca, pasó casi cinco horas dentro del edificio de la Audiencia de Sevilla en la primera sesión del juicio del caso ERE, que ha llevado al banquillo a 22 ex altos cargos de la Junta, toda una década de gestión socialista en la comunidad.

No estuvo solo, ni mucho menos. Él iba de secundario. La jueza Mercedes Alaya, que ocupaba su despacho en la tercera planta del mismo edificio, debía de estar saboreando su triunfo. Dos expresidentes, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, seis exconsejeros, Gaspar Zarrías, Magdalena Álvarez, Antonio Fernández, José Antonio Viera, Francisco Vallejo y Carmen Martínez Aguayo. Quienes formaron parte de la cúpula de las consejerías de Empleo y Hacienda, el exinterventor general y hasta el jefe de los letrados de la Junta.

Jornada gris, foto de impacto


Una foto demoledora que fue lo más impactante en un primera jornada tediosa y limitada a la lectura de los escritos de acusación. Si en 2011, cuando comenzó la instrucción, alguien hubiera preguntado por esta imagen, posiblemente casi nadie la habría creído. Rostros serios y circunspectos, tensos, a veces airados, a veces más relajados.

El exdirector general de Trabajo, unos 15 minutos antes de que el juez Juan Antonio Calle diera por concluida la primera sesión, sacaba su paquete de Marlboro del bolsillo y lo miraba con deseo. En cada plano de televisión que salía Guerrero estaba delante el expresidente Chaves. No se sabe si fue intencionado o casual que se sentara justo detrás.

Guerrero se sentó justo detrás de Chaves, no se sabe si fue casual o una declaración de intenciones

Fue el único acusado que se acercó a los micrófonos. Hace siete años Guerrero abrió el caso de los ERE cuando declaró en sede policial que había un “fondo de reptiles”, dinero destinado a las “criaturitas” de Andalucía, añadiría más tarde. ¿Cómo afronta el juicio?, le inquirieron. “Estaba deseando. Ya era hora”, contestó con sonrisa burlona y sobrado de chulería. Sonó a lo que dijo en la comisión de investigación del Parlamento, agosto de 2012, cuando declaró: “Me tengo por una persona jovial; ni he sido un putero, como alguien dijo, ni me he dedicado a la drogodependencia; me tomo las copas que me apetece” o “sé cuánto vale un paquete de Marlboro, un 'gin-tonic' y ya está. En mi vida me ha dado por comprar un porro”. Ya entonces había pasado por la cárcel, como su superior directo, el exconsejero Antonio Fernández.

La pirámide de Alaya


Guerrero siempre que puede dejar caer que a él no lo van a pillar de cabeza de turco. Que sus superiores sabían. Habría que precisar si sabían de la partida presupuestaria y de las ayudas que la Junta dio y él administró, presuntamente sin el suficiente control, durante una década, o si sabían de esos otros detalles sórdidos, de sus supuestos tejemanejes, de que su chófer, Juan Francisco Trujillo, declaró que se llegaron a gastar 25.000 euros al mes de los parados andaluces en cocaína, de que daba las ayudas en la barra del bar, de que en muchos casos no hay ni expediente...

Técnicamente, nada de esto se dirime en el primer juicio de los ERE que comenzó en Sevilla, casi siete años después de la que la jueza Alaya arrancara su instrucción. Pero en el fondo sí. El juicio de la pieza política aborda si el procedimiento específico que se creó en 2001 para repartir las ayudas sociolaborales en Andalucía fue legal o no, qué miembros del Gobierno participaron del sistema y con qué grado de responsabilidad. Las posibilidades son varias. Si el sistema se declara legal, no hay caso, todo se desmorona. Si es ilegal habrá que ver hasta dónde llegan las responsabilidades penales. Si hasta la presidencia de la Junta, Hacienda o Empleo. “La pirámide”, que relató la jueza Alaya. Hay peticiones de inhabilitación y cárcel por prevaricación y malversación.

En la primera sesión del juicio, el único que mereció de verdad el jornal fue el secretario judicial, ahora letrado de la Administración de Justicia, que pasó cinco horas leyendo en voz alta los escritos de acusación de la Fiscalía y el PP. Los 44 folios del escrito Anticorrupción fueron un prolijo relato sobre el sistema de ayudas sociolaborales y para empresas en crisis que durante una década se dotó con 742 millones de euros.

La primera sesión del juicio discurrió con la lectura durante cinco horas de los escritos de la Fiscalía y el PP

El escrito repasa cómo desde el año 2000 se diseñó un sistema para repartir estas ayudas que finalmente se rigió con un convenio marco en 2001. Hubo varios borradores de decreto pero ninguno se aprobó. "Como resultado, buscado por los encausados, de los cambios operados en la gestión presupuestaria (...) consiguieron que las denominadas ayudas sociolaborales para el pago de las primas de pólizas de rentas para extrabajadores y las ayudas a empresas en crisis soslayaran la necesaria y preceptiva fiscalización crítica o previa de la Intervención Delegada de la Consejería de Empleo".

Desde entonces, el fondo "se puso en manos del encausado Francisco Javier Guerrero como director general de Trabajo, sin competencia legal para la concesión de subvenciones", señala el escrito. Este dispuso de esa partida "sin sujeción a la fiscalización debida (...) y sin necesidad de tramitar expediente alguno (...) al no haberse propuesto ni aprobado una norma que regulase la concesión de estas ayudas".

El PP añade "asociación ilícita"


Guerrero fue cesado en abril de 2008 tras una década en su puesto. La Fiscalía repasa las cantidades que administró el exdirector general de Trabajo cada año, hasta sumar 741,6 millones de euros en una década. Recoge también los reparos y advertencias de la Intervención casi desde el primer momento en que comenzó el sistema. Las ayudas salieron del circuito habitual y dejaron de ser pagadas directamente por la Consejería de Empleo. Mediante el mecanismo presupuestario de las transferencias de financiación, los fondos se dirigían al IFA, ente público que dependía de Empleo y después (2004) de Innovación. A partir de 2008, es la Agencia IDEA la que paga las ayudas. El escrito de acusación insiste también en los desfases y déficits presupuestarios, que obligaron a sucesivas ampliaciones del Presupuesto para cubrir los gastos.

“La gravedad de la situación creada como consecuencia directa y necesaria de la gestión presupuestaria del programa 31.L”, el de los ERE, “necesariamente debieron ser conocidas por los encausados”, sostiene la Fiscalía. En 2010 se puso fin a este sistema. En los ERE se incluyeron personas ajenas a las empresasintrusos, “al no establecerse el más mínimo mecanismo de comprobación”.

La Fiscalía señala que “se han abonado 66,1 millones de euros por encima de los precios de mercado a las aseguradoras en las llamadas sobrecomisiones, “gastos de gestión externa o comisiones a entidades mediadoras”. Acerca de las ayudas directas a empresas en crisis,al no haberse exigido convocatorias de estas ayudas para garantizarse su publicidad y conocimiento general”, sostienen los fiscales, hubo muchas empresas “privadas” de estas subvenciones.

Un juez muy tranquilo


No se esperaba que el juez Juan Antonio Calle, que cumplió con su leyenda de hombre parsimonioso y con nervios de acero, diera paso a la lectura del escrito de acusación del PP. Esto indignó a muchos letrados y acusados. Los abogados del PP pidieron que se leyera al menos la mitad de sus 100n folios por considerar que había “hechos no coincidentes” con la Fiscalía. Así ocurrió, evidenciándose una vez más que el PP, como acusación particular, ha jugado y sigue jugando un papel clave en el caso desde que Juan Ignacio Zoido, juez en excedencia y hoy ministro del Interior, puso el caso en bandeja a la magistrada Alaya. Y dejándose entrever también que el juez está dispuesto a echarle paciencia y agotar todas las garantías procesales para que nadie pueda pedir la nulidad del juicio. El escrito del PP pide dos años de cárcel para los acusados de mayor renombre por “asociación ilícita” y eleva el fondo de los ERE a 1.280 millones de euros.

Los abogados del PP consiguieron que se leyera la mitad de su escrito de acusación, lo que dilatará en días el arranque del juicio

Este jueves seguirá el juicio en una segunda sesión donde posiblemente los abogados se apunten a leer sus escritos de defensa después de que los letrados del PP desplegaran sus argumentos. Posteriormente quedarán las cuestiones previas. El viernes se suspende todo hasta el 9 de enero, si no hay retrasos. Y a partir de ahí, se aguarda sentencia dentro de un año o año y medio, auguran algunos letrados.

No hubo gritos, ni abucheos, ni gente en los juzgados pidiendo justicia. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, continuó con su agenda habitual: “Andalucía ganará el futuro a través de la I+D+i”, proclamaba en un foro puntero con la Corporación Tecnológica de Andalucía, intentando poner tierra con aquella Andalucía de las pagas a los prejubilados y la paz social por la que sus antecesores políticos se sentaban en el banquillo. Mientras, la oposición sacaba lustre a sus argumentarios de corrupción y régimen clientelar.



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