Seguimos sumando......
" KEEP CALM AND CARRY ON" = "Manten la calma y sigue adelante " ; recuerda seguimos recaudando....
El lector fiel -si es que tengo alguno-, sin duda tan
perspicaz como desocupado, habrá percibido que me he tomado un año sabático en
este oficio de plumilla juntaletras; por
razones tan confusas, he de decir, que ni yo mismo consigo aclararlas. Es digna
de admiración esta capacidad de nuestra especie para enredar todo lo que por
naturaleza es sencillo.
Después
de este viaje desde la nada a ningún sitio; desde la confusión a la zozobra, vuelvo desde mi
corazón a mis mundanos asuntos. O sea, pongo de
nuevo los pies en el suelo (la muchacha que amo me dice -y es alegre- no sirves
para nada, siempre estás levitando...) Regreso metafóricamente a Ítaca. No a la Ítaca homérica, donde Ulises, redimido ya de sus
tribulaciones, encontró a su Penélope, a su Telemaquito, a su fiel y avispado
perro Argos, y al sursuncorda, y vivieron felices y comieron perdices. Sino a esta Ítaca nuestra,
amada y lacerante, convertida en ciénaga putrefacta, donde sólo las sabandijas
y los parásitos están en disposición de medrar.
Aunque he sobrevivido, como
Odiseo, a los
cantos de sirena (de la sirena Susánida, que ahora ya sólo canta nanas:
Duérmete
“Chicharito”
que
viene Chaves
y te
trae subvenciones,
y va
a colocarte…
Porque si no te duermes
viene
Alaya a llevarte,
y…¡zas!
te
come la paguita,
chacapumba,
chacapumba…
Sin embargo, he de confesar
avergonzado que no pude vencer del todo la tentación y libé el néctar alienante
de la esperanza: voté a Ciudadanos.
Sólo los ingenuos
olvidamos que el fruto de la esperanza se llama fracaso. Ahora, para escarnio, vilipendio, burla, cachondeo, befa,
mofa y choteo de mi persona por parte de quienes me conocen y me quieren (aunque no
tanto), este régimen inicuo pervive gracias a mi voto. ¡Qué
vergüenza! ¡Cómo pude olvidar la
dantesca sentencia que tantas veces en estas mismas páginas espeté a los
ingenuos: Lasciate ogni speranza…! Consejos vendo y para mí no tengo. Me está
bien empleado. Mea culpa.
Piso el suelo, pues, y entono un
mea culpa y esta canción desesperada: no hay fuerza humana capaz de acabar con la siniestra hegemonía del
partido más totalitario (con careta de socialdemócrata; cosa, por cierto -la careta- que le ha copiado Podemos) del país, y, por ende, con este régimen nocivo y provecto, más longevo ya que el de “Su Excelencia” por antonomasia.
Pero a diferencia de la del cervantino Grisóstomo, esta canción desesperada no es de rendición y abandono, sino de
lucidez y de lucha. Lo he
dicho muchas veces –permíteme que insista - y, por desgracia, no me he
equivocado: esta es una batalla perdida, pero
hay que darla. Por dignidad, por principios, por vergüenza -e, incluso, por instinto de
especie: por nuestros hijos-. Nada ennoblece más al hombre que luchar
por lo imposible; pedir la luna. Nada le ensanchece
más que defender una causa perdida; tal vez
juguemos en la liga de los perdedores pero, desde luego, es la división
de Honor.
Sin duda este régimen seguirá más allá de
nuestros días. Cada día que pasa sirve para afianzar su hegemonía e inmunizarse
contra las potenciales afecciones que puedan atacarlo. Pero, del mismo modo, no podrá librarse del cada vez más numeroso coro de grillos
que martillean la conciencia de los que aún la tienen viva, y perturban la placidez y el
sosiego de esta siesta perpetua en que el régimen quiere adormecernos..
Amigos grillos: yo, en mi insignificancia, emulo a Whitman y
a Brecht y a Neruda, y os celebro y os canto. Y
os reconozco y os convoco y os nombro: Pedro, Antonio, Guillermina, Paco,
Mara, Luis, Cornelia, Eduardo, Higea, Rafael, Alfonso, Sergio…y tantos otros,
gracias. Y os abrazo.
¡Que no cese la
música! ¡No dejéis de grillar!
Max Estrella, cesante de hombre libre!
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