EDITORIAL. Opinión. Censura penal a la corrupción socialista
- Sánchez llegó al poder invocando la sentencia de 'Gürtel', pero la condena más dura por corrupción política la ha recibido el PSOE.
Parece muy probable que la publicación de esta sentencia cuando estaba prevista, en plena campaña, habría podido provocar un vuelco electoral, agravando la merma de 760.000 votos sufrida por el PSOE el 10-N. En todo caso, Sánchez justificó la moción de censura que lo aupó al poder invocando una frase introducida por un juez recusado en una sentencia de Gürtel. Ahora que sobre su partido ha caído la condena de corrupción más dura de la democracia, él ha perdido la credibilidad -también- como exponente de regeneración.
Los diputados nacionales del PSOE procedentes de Andalucia han supuesto sistemáticamente, desde el 2010, entorno al 22% de los diputados del PSOE. Andalucia supone el 18% del censo. El PSOE nacional se ha beneficiado de esa compra de votos y de la red clientelar tejida durante decenas de años. En las últimas elecciones un 21%; 25 diputados, de un total de 125 escaños.
LA TIRAOpinión
Gallego & Rey
SIN EL DEBIDO RESPETO. Opinión
Ricardo.
https://www.elmundo.es/opinion/2019/11/20/5dd42768fc6c8368118b4879.html
EDITORIAL
Opinión
Censura penal a la corrupción socialista
Martes, 19 noviembre 2019 - 20:08
- Sánchez llegó al poder invocando la sentencia de 'Gürtel', pero la condena más dura por corrupción política la ha recibido el PSOE.
Durante
una década el socialismo andaluz malversó cientos de millones de euros para
armar una gigantesca red clientelar con la
que acudir dopado a las urnas y asegurarse la perpetuación en el poder autonómico.
Desvió el dinero destinado a los parados para articular un procedimiento
paralelo de pagos a empresas, sindicatos, colectivos y personas físicas sin
sujeción a la ley, generando un déficit que comprometía el crédito
presupuestario y perjudicaba las necesidades asistenciales de los parados. Y lo
hizo desde la estructura misma de la
Junta de Andalucía. Esto
ha acreditado la Audiencia de Sevilla en su sentencia.
El
pueril recurso a la presunta ignorancia de los máximos dirigentes políticos
queda completamente desarticulado por el juez, quien afirma que la monumental
estafa de los ERE no
pudo armarse sin su conocimiento, antes bien exigió
"la decisión del superior jerárquico". Manuel Chaves y José Antonio
Griñán eran, dice la sentencia, "plenamente conscientes de las palmarias
irregularidades" en las que participaban. Eran conscientes de que sus
subalternos habían eliminado los mecanismos de control legalmente establecidos
para sustituirlos por un sistema discrecional de reparto fraudulento de dinero
público. Se trataba de comprar voluntades a dedo con cargo al bolsillo de los
ciudadanos a través de conseguidores conectados con el PSOE-A, que copó la
Junta durante 40 años. Se trataba, en suma, de robar 680 millones de
euros del erario para engrasar la maquinaria de un régimen
corrupto levantado y sostenido por el socialismo andaluz.
Esta
es la conclusión ya acreditada por la histórica sentencia de la Audiencia de
Sevilla en la pieza política de los ERE. El juez atiende en buena medida la
petición de la Fiscalía Anticorrupción para condenar a una
veintena de altos cargos socialistas por delitos de prevaricación y
malversación. Dos ex presidentes de la Junta y del PSOE: Chaves y Griñán,
quienes asimismo fueron respectivamente vicepresidente del Gobierno de Zapatero
y ministro con Felipe González; siete consejeros autonómicos, entre ellos la
también ex ministra Magdalena Álvarez; dos ex viceconsejeros, tres ex
directores generales -entre ellos uno de los ejecutores de la trama: Francisco
Javier Guerrero-, dos ex directores generales y tres ex secretarios generales.
Es decir, la cúpula de la propia Junta de Andalucía durante años.
Por
la dureza de la sentencia, la dimensión de las condenas -61 años de cárcel y
252 de inhabilitación en total- y la entidad política de los condenados, habríamos esperado
una reacción menos bochornosa del actual secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.
Que se afanó sin éxito -con la ayuda tuitera de su futuro compañero de
Gabinete, Pablo Iglesias, antaño azote de la casta corrompida- en la imposible
tarea de levantar un muro de contención entre el partido y los
"responsables de la Junta de Andalucía". Como si no fuera a entrar en
prisión un ex presidente del PSOE, o como si Chaves no hubiera sido la
encarnación caciquil del socialismo andaluz durante dos décadas.
Parece
muy probable que la publicación de esta sentencia cuando estaba prevista, en
plena campaña, habría podido provocar un vuelco electoral, agravando la merma de 760.000 votos sufrida por el
PSOE el 10-N. En todo caso, Sánchez justificó la moción de censura
que lo aupó al poder invocando una frase introducida por un juez recusado en
una sentencia de Gürtel. Ahora que sobre su partido ha caído la condena de
corrupción más dura de la democracia, él ha perdido la credibilidad -también-
como exponente de regeneración. Contra quien se hartó de repetir que el PP es
un partido corrupto cabe hoy esgrimir, usando su propia retórica, que el PSOE,
en la figura de sus principales referentes andaluces, también lo es. No solo
eso: es que la
cuantía de dinero malversada por el socialismo andaluz no tiene parangón con
ningún otro caso de corrupción conocido hasta la fecha. EL MUNDO
destapó el escándalo en diciembre de 2010, y un año más tarde la juez Alaya
abrió las primeras investigaciones. Ha tenido que transcurrir casi una década
para que los responsables políticos de aquel gigantesco latrocinio conozcan el
veredicto de culpabilidad que hace justicia a toda una época de corrupción
socialista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...