viernes, 29 de septiembre de 2017

Mi adiós a la Sanidad Pública = Las prácticas de un Régimen; las que todos conocemos.....Lo que todos callan en Andalucía : "a todos los niveles de la Administración pública andaluza, que me ha demostrado de forma clara que los profesionales no importamos ni valemos nada en este sistema de salud público, salvo que seas de la cuerda, amigo, rías las gracias o tengas el carné." ¡¡¡¡ La Andalucía imparable, un camino hacia ninguna parte !!!!


Mi adiós a la Sanidad Pública

Resultado de imagen de junta de andalucia
Resultado de imagen de el regimen andaluz
Resultado de imagen de hay que irse

  • La decepción, el cansancio y el hastío de un sistema de salud imposible han machacado mi vocación de servicio público

Resultado de imagen de junta de andalucia
Resultado de imagen de el regimen andaluz o conmigo o contra mi


Las cosas no ocurren por casualidad; el contexto de un Régimen lo permite; sólo hay que ver lo que ocurre en Cataluña; "o conmigo o contra mi", no respetan nada.....


Resultado de imagen de junta de andalucia
Resultado de imagen de ingenieria social
Resultado de imagen de junta de andalucia lobo con piel de cordero
 Resultado de imagen de causalidad y no casualidad


Mi adiós a la Sanidad Pública

  • La decepción, el cansancio y el hastío de un sistema de salud imposible han machacado mi vocación de servicio público


El pasado mieércoles 9 de agosto puse fin, tras 22 años y 7 meses() y estando aún en el ecuador del desarrollo de mi carrera profesional) a mi trayectoria laboral como cirujano de la Sanidad Pública. La decepción, el cansancio y el hastío de un sistema de salud imposible han machacado mi vocación de servicio público, que he defendido siempre coo hijo de funcionarios que soy y grandes valedores de los público, enseñanza en su caso, que han sido mis padres. A partir de ahora dedicaré toda mi actividad asistencial al sector privado, el único que de verdad ha valorado mi capacidad profesional y respetado mi trayectoria en los últimos años.

Cada vez hay más médicos que pasan del sector público al privado, ya sea a tiempo completo o bien a tiempo parcial compartiendo ambos escenarios profesionales. Y la tendencia es pensar que lo hacen por un interés personal o económico, que puede haberlo y es legítimo, pero en muchos casos hay también una necesidad de desarrrolllo profesional y de poder vivier en paz. Los servicios o unidades de gestión de los hospitales y centros de salud de la Sanidad Pública, dirigidos en ocasiones por profesionales de alta cuallificación y liderazgo, están ocupados también en muchos caso por otros de marcada ineptitud que han sido enchufados a dedo como cargos de confianza (con matiz político, por supuesto)o a través de procesos de de concurso-oposición podridos en los que se treatraliza la ausencia de competencia o bien, si está existe, se sabe de antemano quien va a ser el destinatario del puestos. Estos lideres de papel, no reconocidos por sus iguales , sino impuestos reproducen patrones de comportamientos análogos en todos sitios y funcionan con dos premisas básicas: el rechazo al talento y el aprovechamiento de la responsabilida asignada (pública y que debe ser de servicio a los demás) para el beneficio propio.

He nacido, crecido y vivido como persona y profesional en Málaga. Adoro mi ciudad y me duele como mi casa que es. Estudié en la Facultad de Medicina de la UMA y me forme como cirujano en el Carlos Haya, donde trabaje desde 1995 hasta 2010. Fui el médico especialista más joven del Hospital, el cirujano que con menos edad realizó un trasplante y obtuvo su plaza de Profesor Asociado Universitario, y , a fecha de hoy, sigo siendo el autor de los dos artículos con mayor relevancia científica (medido como Factor de Impacto) que han publicado desde cualquier Unidad de Gestión Clínica o Servicio de Cirugía Digestiva de Málaga. Finalmente, fuí el cirujano más joven en obtener su plaza en propiedad en el Sistema Sanitario Andaluz en la Oferta de Empleo Público (OEP)  de 2007, (con el número 21 de 300 opositores), tomando posesión de la misma en mi caso en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla en abril del año 2010 tras la resolución final de dicha OPE; el paso siguiente debería haber sido, por pura conciliación de la vida familiar y la profesional, y al igual que ocurrió con todos los compañeros andaluces que se vieron en esta situación, obtener una comisión de servicios para apoder seguir trabajando en mi caso, cerca de mi familia y en mi puesto de siempre. Dicha concesión, por cierto y de forma paradójica en Andalucía y por legislación, no sólo no es un derecho básico del trabajador, sino que es una potestad exclusiva de los Jefes de Servicio o Unidades de Gestión Clínica. Es decir que se dan y quitan a dedo por decisión unipersonal de los que mandan.

El 23 de marzo de 2010, pocos días antes de firmar mi plaza en propiedad en Sevilla y toda vez que se me había prometido y asegurado la comisión de servicios para seguir en el Carlos Hay, mi jefe de entonces (el mismo que tras ser nombrado en su cargo de mando intermedio varios años antes lo primero que hizo fue llamarme a su despacho y decirme que si de él dependiera me echaba inmediatamente del Servicio de Cirugía del Carlos Haya, cosa que no podía hacer, porque entonces yo era interino). Me indico que por decisión suya, mi comisión de servicios no se iba a conceder porque yo no tenía los valores humanos y personales para trabajar en su Servicio, y como el camino de Málaga a Sevilla daba para que se me aireara y refrescara la cabeza, allí iba a aprender durante unos meses cómo me tenía que comportar con él para volver a Málaga a trabajar en un plazo de tiempo que él decidiría. En su exhortación terminó advirtiéndome de que no debería decir a nadie la verdad de mi situación en Sevilla, pues él tenía amigos suyos vigilándome allí y si decía algo inapropiado no volvería nunca a Málaga. Esto no esta sacado de películas como "El Padrino", "Muerte entre las flores" o "Uno de los Nuestros", sino que lo viví yo en primera persona.

Las decisiones que se toman sobre nosotros, los profesionales, sobre nuestras carreras afecta a nuestra vidas y a nuestras familias de forma directa, que sufren y padecen de forma paralela. He estado 7 años y medio desplazándome a Sevilla cada día para poder ejercer mi muesto de trabajo esperando que el momento de volver a mi ciudad, a mi casa, a trabajar, llegase; no sólo no ha llegado, sino que sólo he recibido desprecio, ninguneo y pasotismo a todos los niveles de la Administración pública andaluza, que me ha demostrado de forma clara que los profesionales no importamos ni valemos nada en este sistema de salud público, salvo que seas de la cuerda, amigo, rías las gracias o tengas el carné. Mi mujer, médico también y trabajadora del SAS en el Carlos Haya, embarazada de nuestro segundo hijo en 2011, fue a pedir el fin de mis situación al citado doctor y obtuvo la respuesta de que la sartén por el mango la tenía el y que haría lo que quisiera conmigo. Mi madre, que sufría junto a mi padre inválido mi situación personal y profesional, fue a hablar con el susodicho, para pedir apoyo y recibió la cínica respuesta de que yo era afortunado, puesto que gracias a él podía trabajar en Sevilla en el mejor hospital público de Andalucía.



Esta situación profesional a la que me he visto oblitado durante estos más de 7 jaños ha jorobado mucho tiempo de mi familia y mi vida. Por eso he decidido decir basta y me voy. Mi padre, que falleció hace 3 meses y fue un gran luchador contra las injusticias laborales en el campo de la enseñanza, estaría orgulloso de mí por no haber permitido nunca que la mediocridad me doblegara y denunciar lo que por miedo la gente calla. Porque el miedo a hablar de las injusticias en los hospitales públicos existe de verdad.A mis hijos, que ya están en edad de preguntarme por qué no podía trabajar en mi ciudad (y lo hacían), nunca les podré devolver el tiempo perdido, en este caso robado. A mi mujer, Marta, gracias eternas por haber estado siempre a mi lado y haber sido mi gran apoyo.Sólo espero que las personas que desde sus puestos de poder actúan así puedan ser eliminadas del sistema de salud pública, destituidas y no tengan nunca más la capacidad de hacer daños a los que entregamos nuestra vida laboral al servicio de los demás.Y que la gente de la calle entienda uno de los motivos por el que los profesionales también tenemos que irnos de la Sanidad Pública. Como yo acabo de hacer. Muy a mi pesar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...