martes, 16 de octubre de 2018

Sánchez no debe dejar solo al Rey + Viñetas presupuestos + No cabe diálogo ni distensión con Maduro = Sin comentarios, lo que es se ve....


Sánchez no debe dejar solo al Rey




Un error de protocolo no suele forzar a la Casa Real a emitir un comunicado oficial. Si Zarzuela salió el sábado a defender a Pedro Sánchez, quien pese a su experiencia en el besamanos del Doce de Octubre cometió el error de ponerse a recibir a los invitados en paralelo con los Reyes, fue porque aquella bochornosa escena que se viralizó rápido atacaba el patrimonio político más cuidadosamente fomentado por el propio Sánchez, a falta de otro más sólido: su imagen. Se comprende por ello el gesto crispado con que abandonó su incorrecta posición tras el aviso del encargado de protocolo. Lo que no se comprende tanto es que esa misma tarde Moncloa corriera a servirse de sus terminales mediáticas para trasladar la culpa a la propia Casa Real, cuando no a Ana Pastor, con versiones contradictorias pero coincidentes en un propósito: presentar a Sánchez como la víctima.

Aquel error suyo no habría tenido mayor recorrido de no ser porque la Casa Real no puede defenderse sino que está sometida por principio constitucional al control del Ejecutivo, razón del insólito comunicado exculpatorio; y porque la víspera de la Fiesta Nacional, la facción catalana del socio preferente de Sánchez había votado a favor de reprobar al Felipe VI en el Parlament. Contra esta inadmisible iniciativa impostó gran indignación el presidente, anunciando acciones legales a través de otro comunicado oficial; pero pasan los días y esas campanudas intenciones no se traducen en nada. Ya en los corrillos del Palacio Real el propio Sánchez quitó hierro a la resolución contra el Rey, recurriendo al socorrido argumento de que las palabras no son hechos, y por tanto no son punibles. Pero si es así, ¿por qué anunció la víspera que estudiaba adoptar medidas legales? Más bien parece que Sánchez necesita fingir firmeza constitucional unos días y entregarse a la estrategia del apaciguamiento otros, según le aprieten los partidos separatistas de cuyo voto depende la aprobación de los Presupuestos y en suma su supervivencia en el poder.

En política las palabras no son inocentes. Las palabras crean los marcos argumentales que justificarán las decisiones fácticas de mañana. Aunque al principio suene escandaloso presionar a la Fiscalía o reprobar a un Monarca constitucional, el escándalo se aminora a fuerza de repeticiones. Son las palabras de políticos como Roger Torrent o Quim Torra, de cuyos partidos depende la estabilidad de este Gobierno, las que han contribuido a hacer de Cataluña un territorio hostil que el Rey ya no puede pisar sin un aparatoso y humillante dispositivo de seguridad, como pasó en la entrega de los premios Princesa de Girona.

La Constitución obliga al Rey a secundar al presidente del Gobierno, y lo está haciendo con la elegante discreción que caracteriza a Felipe VI. Pero también obliga al presidente del Gobierno a no dejar sola a la Corona en la defensa de la unidad y la democracia de todos.

Idígoras y Pachi



Gallego & Rey


No cabe diálogo ni distensión con Maduro

Borrell, al inicio del Consejo de Ministros de la UE que se celebra en...


Solo a un Gobierno desnortado como el de Sánchez se le ocurre, justo cuando el chavismo recrudece la persecución de la disidencia, abanderar el diálogo con Nicolás Maduro. Dando un giro a la posición mantenida hasta ahora por España, el Gobierno arrastró ayer a la Unión Europea a apostar por una salida dialogada, lo que inevitablemente pasará por relajar las sanciones impuestas a los jerarcas bolivarianos.

Este volantazo de Borrell, inaudito e improvisado, despertó el tajante rechazo de la oposición y del exilio venezolano. De consumarse, proporcionaría un balón de oxígeno a Caracas, cuya deriva autoritaria ha agudizado la profunda crisis social y económica que atraviesa Venezuela. Resulta inconcebible que, en lugar de hacer frente común con el resto de la UE y la comunidad internacional, Sánchez pretenda seguir los pasos de Zapatero en aras de articular una política de distensión con un régimen abyecto como el que acaudilla Maduro. 

No cabe ningún diálogo con un Gobierno que ha hecho del atropello a los derechos humanos y los delitos de lesa humanidad su principal divisa. Cualquier intento de apaciguamiento no haría más que dar alas a quienes alientan la atroz represión chavista.


http://www.elmundo.es/opinion/2018/10/16/5bc4d633e5fdead36c8b45f0.html




http://www.elmundo.es/opinion/2018/10/16/5bc4d48722601d27568b45f8.html

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