Manifestación 10-J: ¡allá vamos!
Enlace entrada 10-6-2018. Máxima difusión. Manifestación Justicia por la Sanidad, Domingo 10 de junio a 2018, Plaza Nueva al Palacio de San Telmo = La Sanidad es cosa de todos. Si no defiendes tus derechos, nadie lo hará por ti. Tu decides.
Miles de personas de toda AndalucÃa piden en Sevilla "una sanidad digna"
No es mi causa. Es la del pueblo.
Una multitudinaria protesta liderada por 'Spiriman' clama contra la Junta y exige una "sanidad digna"
SPIRIMAN
@spiriman
Impresionante!!!! Da igual el número. Lo que os tiene que preocupar es que no vamos a parar!! #yeah
La
indignación por la crisis de la sanidad pública desborda al Gobierno andaluz
- Decenas
de miles de personas -personal sanitario de la Junta y usuarios- se movilizan
contra los recortes sanitarios y reclaman a las puertas de la Junta mejorar el
sistema
- El Ejecutivo de Susana Díaz se muestra incapaz de frenar las protestas masivas, que empezaron en 2016, y aumenta la alerta en el PSOE a pocos meses de las elecciones andaluzas y municipales
¿Cuántas personas había? Si uno se quedaba parado, tardaba
50 minutos en ver pasar la comitiva, desde la cabecera hasta el primer tramo,
porque a media mañana la larga riada de personas se
partió en dos. Una segunda larga fila de personas se descolgó de la primera
multitud, ocupando prácticamente todo el recorrido de la manifestación durante
horas: Plaza Nueva, Avenida de la Constitución, Puerta de Jerez, Calle de San
Fernando, Plaza Don Juan de Austria, la Avenida del Cid, la Avenida de María
Luisa, la Glorieta de los Marineros, el Paseo de las Delicias y la Avenida de
Roma.
Miles de personas de toda Andalucía piden en Sevilla "una sanidad digna" EFE
Una multitudinaria
protesta liderada por 'Spiriman' clama contra la Junta y exige una
"sanidad digna"
Al
grito de una «sanidad digna», «no más recortes» y «fuera corruptos», una masiva protesta ciudadana, liderada por el
médico de Granada Jesús Candel, más
conocido como Spiriman, inundó este
domingo las calles del centro de Sevilla hasta llegar al Palacio de San Telmo,
sede de la Presidencia de la Junta.
Allí
dejaron, empapelando la verja que protege el edificio histórico, centenares de
carteles blancos con letras negras en los que se alerta de que «la sanidad se
vende», «roban tu salud» o «las listas de espera
matan». Esta
movilización es «una más» de las acciones que la asociación presidida por Spiriman está llevando a cabo para denunciar al
Gobierno de la Junta de Andalucía «como
una organización criminal que delinque de una forma
contumaz», dijo Candel.
Los
convocantes de la manifestación, la asociación Justicia por la sanidad que
preside Spiriman, contabilizaron más de 50.000 manifestantes a lo largo de un recorrido de unos dos kilómetros
desde la cabecera hasta la cola de la marcha. Las fuentes policiales
consultadas por Efe redujeron la participación a unas 10.000 personas.
SPIRIMAN
@spiriman
Impresionante!!!! Da igual el número. Lo que os tiene que preocupar es que no vamos a parar!! #yeah
Esta
multitudinaria protesta contra la política sanitaria de la Junta, que preside
la socialista Susana Díaz, da una
idea del descontento ciudadano con esta materia y de que éste no se
circunscribe a Granada, donde Spiriman lleva
más de dos años convocando masivas marchas que han desencadenado incluso la dimisión, en enero de
2017, del anterior consejero de Salud, Aquilino
Alonso, y
el gerente del SAS, José Manuel Aranda.
La
movilización que hubo en Granada provocó también que el Gobierno andaluz diera marcha atrás con las fusiones hospitalarias.
Candel
indicó a Europa Press que espera que la protesta, que tuvo un seguimiento
«increíble e impresionante», marque «un antes y un después» en la lucha que se
inició en Granada. Dejó claro que seguirá «luchando los días que haga falta
hasta que los responsables políticos se vayan y la justicia los meta en la cárcel».
El
lema de la protesta fue «por una
sanidad pública digna y
completa, sin privatización, no más recortes y fuera corruptos». Spiriman remarcó que hay que luchar «contra la
corrupción, en especial la sanitaria», y remarcó que ya «era hora de que
Andalucía despertara ante el sinvergonzonerío y el choricerío de la Junta, y en especial de la presidenta, Susana Díaz».
«No
para de mentir y engañar. Nos ha llevado intencionadamente a la quiebra sanitaria, a la privatización, a
los recortes y a una ley para tapar las corruptelas», afirmó.
También
participó en la manifestación el activista onubense Ramón López, candidato a la alcaldía de Huelva por el partido
independiente 'Huelva Sí o Sí', quien señaló que «hay que venir a defender la
salud de todos los andaluces».
A
la marcha también se sumaron destacados activistas contra la corrupción, como
el funcionario de la Junta Luis Escribano, que
es vocal de la asociación presidida por Spiriman, y
fue destituido de
su puesto tras negarse a acatar órdenes irregulares de su jefe; y Roberto
Macías, el
ex administrativo de UGT Andalucía que el sindicato quiere que sea condenado a 4 años de cárcel bajo la acusación de
haber destapado la contabilidad interna y el presunto fraude de las facturas
falsas que está investigando un juez de Sevilla.
Roberto Macias
@roberto_macias_
#sanidadpublicadigna #FelizDomingo ¡no me se rajar!
¡Hasta la victoria ✌️!#Whistleblowing is not crime!
14:33 - 10 jun. 2018
El funcionario de la Junta que fue suspendido de empleo y cuenta
con un expediente disciplinario abierto Jaime González fue otro de los participantes en la
manifestación de este domingo. González denunció en los tribunales amaños en
varias consejerías y la adjudicación irregular del contrato millonario de
alquiler de medios aéreos para el Plan Infoca. Su testimonio sirvió para imputar a varios cargos de la Consejería de Medio Ambiente.
A la cola del gasto sanitario.
Mientras,
la consejera de Salud, Marina Álvarez, alabó
el compromiso del Gobierno andaluz con la sanidad pública, a la que se destina
uno de cada tres euros del presupuesto de la comunidad. Pese a ello, Andalucía
está a la cola en el gasto sanitario por habitante.
La
consejera sostuvo que la Junta "ha dado pasos innegables en su apuesta por
la sanidad pública", a la que destina este año un presupuesto de más de
9.000 millones y
en los últimos cuatro años lo ha incrementado un veinte por ciento.
Además,
ha destacado que la sanidad andaluza cuenta con una plantilla muy numerosa de profesionales, cerca
de 100.000 que atienden 1.500 centros de salud y 49 hospitales, a los que ha
agradecido su esfuerzo en un audio remitido este domingo a los medios.
Igualmente,
la titular de Salud ha señalado que en Andalucía, a diferencia de otras
comunidades, durante los años de la crisis económica se aumentó la cartera de servicios, se abrieron nuevas infraestructuras y se dio
respuesta a colectivos vulnerables.
"Todo
ello es una muestra de la apuesta y el compromiso por
la sanidad pública",
ha resaltado la consejera, quien ha añadido que "hay que estar orgulloso
de ella".
No
obstante, ha indicado que la Junta seguirá trabajando y dialogando con los
ciudadanos y los profesionales para mejorar la sanidad.
La indignación por la crisis de la sanidad pública
desborda al Gobierno andaluz
Decenas de miles de personas -personal sanitario
de la Junta y usuarios- se movilizan contra los recortes sanitarios y reclaman
a las puertas de la Junta mejorar el sistema
El Ejecutivo de Susana Díaz se muestra incapaz de
frenar las protestas masivas, que empezaron en 2016, y aumenta la alerta en el
PSOE a pocos meses de las elecciones andaluzas y municipales.
Mientras los partidos
políticos que disputan el poder a Susana Díaz reajustan su estrategia -tras la
imprevista llegada de Pedro Sánchez a Moncloa-, la mayor oposición al Gobierno
andaluz está en la calle. Decenas de miles de
personas se manifestaron el domingo por el centro de Sevilla reclamando “una
sanidad pública sin recortes”. Algunas fuentes cifran la multitud en 10.000 indignados, otros elevan
el número hasta 60.000. Eran muchísimos, están muy bien organizados, y
hacen mucho ruido social a pocos meses para las elecciones andaluzas y
municipales. Ni la Junta ni el PSOE
andaluz saben ya cómo pararlo y entre los alcaldes socialistas -alguno había
ayer tomando nota de lo que pasaba- empieza a cundir la preocupación. Ellos son
los que más de cerca ven el cabreo de sus vecinos cuando salen del centro de
salud después de horas y horas de espera en la consulta.
La manifestación salía de
Plaza Nueva, discurría por las calles peatonales del centro, luego giraba hacia
amplias avenidas -obligando a cortar el tráfico- y terminaba frente al Palacio
de San Telmo, sede del Gobierno andaluz. Abría la comitiva un grupo de
percusionistas, marcando el paso, y la cerraba una furgoneta con amplificadores
en el techo, con música a todo volumen. La marcha avanzó sin altercados, de
manera pacífica, aunque los gritos y las pancartas de protesta reflejan un alto
grado de indignación ciudadana: “Venden mi salud”; “Los recortes matan”;
“Susana no sana o Susana no sana ná”; “Roban salud”; “Las listas de espera
matan”; “¿Cuántos más deben morir?”; Te va a votar tu puta madre”…
¿Cuántas personas había?
Si uno se quedaba parado,
tardaba 50 minutos en ver pasar la comitiva, desde la cabecera hasta el primer
tramo, porque
a media mañana la larga riada de personas se partió en dos.
Una segunda larga fila
de personas se descolgó
de la primera multitud, ocupando prácticamente todo el recorrido de la
manifestación durante horas: Plaza Nueva, Avenida de la Constitución, Puerta de
Jerez, Calle de San Fernando, Plaza Don Juan de Austria, la Avenida del Cid, la
Avenida de María Luisa, la Glorieta de los Marineros, el Paseo de las Delicias
y la Avenida de Roma.
La
llamada de Spiriman
La protesta había sido convocada por la asociación
‘Justicia por la Sanidad”, presidida por el
controvertido doctor Jesús Candel, alias Spiriman en redes sociales. El lema
oficial era éste: “Por una sanidad pública, digna y completa, sin privatización, no más
recortes y fuera corruptos”. Se escuchan golpes de
tambor, sirenas, pitos, gritos. Los organizadores llevan su propio equipo de
grabación, que toman imágenes y entrevistan, micrófono en mano, a los
manifestantes. Luego inundarán las redes sociales de vídeos. Desfilan médicos
de la sanidad pública, de prácticamente todas las especialidades, desfilan
enfermeras, universitarios del área sanitaria, farmacéuticos y, sobre todo,
muchos pacientes, muchos usuarios de la sanidad pública, muchas personas
mayores, pensionistas, jubilados.
La manifestación del
domingo no es sólo Spiriman, un médico que ha logrado con sus arengas agresivas
-a veces trufadas de insultos personales- y sus vídeos de denuncia en You Tube
una enorme
movilización social. La respuesta
social al llamamiento del doctor Candel -los organizadores dicen haber fletado
100 autobuses de todas las provincias- deja atrás la capacidad de movilización
de sindicatos y partidos políticos. Apenas hay banderas de
partidos en la multitud, aunque sí se ven dirigentes de Podemos e IU.
Miles de personas de toda Andalucía piden en Sevilla "una
sanidad digna" EFE
El Gobierno de Andalucía asume que tiene un problema
serio. Es incapaz de cicatrizar la profunda herida de descontento y rabia que
se ha instalado en el personal sanitario andaluz y en las decenas de miles de
pacientes que se manifiestan en la calle en protesta por el deterioro de la
salud pública tras años de recortes. El Ejecutivo de Susana Díaz se quedó absorto en
octubre de 2016 cuando vio desfilar por las avenidas de Granada a más de 50.000
personas protestando por la fusión de dos hospitales de la capital granadina.
Antes de que terminase el año el incendio de la indignación sanitaria se había
extendido a Huelva y a Málaga, donde se movilizaron otras 70.000
personas.
Este domingo, dos años
después de aquello, decenas de miles de personas han vuelto a manifestase en el
centro de Sevilla con las mismas reivindicaciones. Ya no reclaman medidas
concretas. Vienen a denunciar
el desgaste de la calidad en la sanidad pública andaluza. La Junta de Andalucía
no sabe cómo taponar la herida. Desde 2016, Susana Díaz
ha pedido disculpas públicamente en reiteradas ocasiones (en entrevistas
televisadas, en sesión parlamentaria, en la inauguración de instalaciones
sanitarias); ha destituido a casi toda la cúpula de la Consejería de Salud que
había entonces, la que se desayunó por sorpresa la primera protesta masiva; ha
frenado el proyecto de fusión hospitalaria de Granada, la espita que desató la
marea blanca; y ha pedido a todo su gabinete reforzar el mensaje político en
defensa de la sanidad pública, la llamada “joya de la corona del Gobierno”.
El
vídeo de la consejera de Salud
Mientras los indignados
seguía manifestándose en las calles de Sevilla y las redes sociales se llenaban
de mensajes contra Díaz, el Gobierno andaluz intentó reaccionar con un
precipitado anuncio de contención de daños: la consejera de Salud, Marina
Álvarez, apareció en un vídeo oficial recordando las cifras presupuestarias de
su departamento: el 30% de los Presupuestos Autonómicos son para la sanidad; el
gasto sanitario ha aumentado un 20% en los últimos cuatro años y alcanza en la
actualidad los 9.000 millones de euros -cifra récord en la historia
autonómica-; la sanidad andaluza cuenta con 100.000 profesionales, 1.500
centros de salud y 49 hospitales; la Junta ha anunciado una oferta pública de
empleo masiva: 29.000 puestos de trabajo para estabilizar la plantilla
sanitaria. “Estamos orgullosos de nuestros sistema sanitario, es un referente
nacional e internacional”, culminaba la consejera.
Pero la multitud que
inunda la calle demuestra que el discurso oficial no cala en el colectivo
sanitario. Hay un gen de indignación que va más allá de los recortes en
sanidad, en la propia marcha había pancartas sobre educación o exigiendo la
supresión del impuesto de sucesiones y donaciones, una reclamación latente de
PP y Ciudadanos. Ambos partidos, además de dirigentes de Podemos e IU, se
sumaron ayer a las protestas a través de Twitter y Facebook. A media tarde el
tsunami en las redes sociales había hecho saltar todas las alarmas en la
Junta.
Miles de personas de toda
Andalucía piden en Sevilla "una sanidad digna" EFE
La marea blanca y las
protestas sanitarias han sido el eje motor del discurso de oposición a Díaz en
el Parlamento, con frecuentes intervenciones de PP, Podemos e IU. La presidenta
andaluza, que no puede confrontar en abierto con sus médicos y sus pacientes,
ha aprovechado los ataques de la oposición política para denunciar “la pinza
entre el PP y Podemos”. Su defensa articula una especie de complot de la
derecha para desprestigiar la sanidad pública y “alarmar a la ciudadanía” con
el oscuro objetivo de “abrir la puerta al negocio de las farmacéuticas y las
empresas sanitarias privadas”. Pero la calle está cabreada y se mueve por
impulsos propios, hay demasiada gente manifestándose para digerir esa teoría de
la manipulación política y mediática.
La
ley que blindará la sanidad, en el aire
Uno de los orígenes de la
indignación ciudadana con la sanidad pública está en un proyecto de la ex
consejera de Salud, María Jesús Montero, luego consejera de Hacienda y ahora,
desde hace unos días, ministra del ramo en el Gobierno de Pedro Sánchez. La
idea de Montero para para reducir gastos en puestos directivos de la sanidad
pública andaluza pasaba por unificar las gerencias de los hospitales de una
misma ciudad y trabajar bajo un modelo de unidades intercentros. En Huelva y
Granada, por sus características poblaciones, se proyectó unificar sus grandes
hospitales en grandes complejos hospitalarios, un modelo que ya funciona en
otras provincias andaluzas, como Córdoba, Jaén, Almería. Sevilla y Málaga lo
paralizaron de raíz.
En la práctica, la fusión
hospitalaria en Granada ha hecho que se repartan las especialidades entre
distintos edificios y, como consecuencia, un paciente con politraumatismos
tenga que “autodiagnosticarse”, según los críticos, para decidir cuál de los
edificios visita primero, y luego, trasladarse de uno a otro recabando las
pruebas que requiere su tratamiento. La Junta defiende, sin embargo, que la
fusión hospitalaria no se aplicó para ahorrar costes y que no dio lugar a
recortes.
La última carta en la
manga de Susana Díaz es el proyecto de Ley de Sostenibilidad de la Sanidad
Pública Andaluza, en el último trámite parlamentario, que promete el blindaje
del presupuesto sanitario, plantilla y recursos incluidos. Pero está por ver si
el resto de formaciones políticas -incluido su socio de Gobierno, Ciudadanos-
apoya una ley de la Junta en materia sanitaria,
siendo ahora el mayor riesgo que amenaza a la presidenta andaluza de cara a las
próximas elecciones.
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