ENTREVISTAS
IMPERTINENTES.
- "La autonomía es un régimen clientelar mafioso. No hemos tenido ni bipartidismo"
- "Díaz tiene el perfil de andaluza de Canal Sur. Es un personaje de los Quintero"
ENTREVISTAS IMPERTINENTES
Isidoro Moreno, antropólogo
"El PSOE jamás ha creído en Andalucía"
- "La autonomía es un régimen clientelar mafioso. No hemos tenido ni bipartidismo"
- "Díaz tiene el perfil de andaluza de Canal Sur. Es un personaje de los Quintero"
Llegó
a la Antropología desde la Historia de América. Ha investigado, entre otros
temas, sobre la identidad cultural de Andalucía, materia de la que tiene
escrita una bibliografía ingente. Desde 1967 da clases en la Hispalense, donde
ha creado escuela. Catedrático emérito, en los archivos policiales se le
definía en los años 60 como «un peligroso activista estudiantil». Fue
secretario general del Partido de los Trabajadores de Andalucía (PTA), firmó el
Pacto de Antequera y conoce, en primera persona, los albores de la autonomía.
Exterior tarde.
P ¿Cumplir años aburguesa?
R. Al revés. Con la edad uno se vuelve más
radical. La antropología educa la mirada y enseña a relativizar las cosas. Es
una buena vacuna antidogmática.
P. La historia oficial dice que en la universidad
sevillana nacieron los grandes hombres de la Transición.
R. En Filosofía y Letras el decano era
catedrático, cura y teniente coronel castrense. Uno y trino. De ese tenor era
la cosa. Algunos hicimos cosas, como cargarnos el SEU. Pero decir que era una
cosa generalizada...Fue un movimiento minoritario. Algunos se hicieron
marxistas antes de que naciera Marx. Supuestamente en esa época Guerra y
González eran los líderes. No es cierto. Lo más revolucionario que hizo Guerra
fue dirigir Divinas Palabras. Felipe era el novio de la Carmen; una novia,
previa a su posterior mujer, que era actriz en el TEU. De ahí viene su
relación. El director de orquesta era Guerra. Felipe es un personaje de
Alfonso.
P. ¿Un científico puede ser buen
político?
R. La ciencia hace análisis objetivos, pero eso
no quiere decir que tenga que ser neutral. La realidad grita y te obliga a
posicionarte. A mí me cuesta aceptar que se limite mi manera de pensar. Por eso
no entré en un partido hasta el asesinato de Carrero Blanco.
P. ¿Cómo eran los partidos de
izquierda?
R. En Sevilla existía un grupo alrededor del PCE, donde
estaban los Pérez Royo. Desde estudiante me llevo mal con ello s. Eran
dogmáticos, sectarios y manipuladores. Me entendía mejor con otros grupos.
Entré en el PTE porque en mi facultad eran los más numerosos. Después estuve en
la Junta Democrática. Viví la estafa de los partidos políticos de izquierda. El
PSOE exigía ya en aquella época la disolución de los grupos de la Junta
Democrática que no fueran partidos. Se opuso desde el principio a que existiera
una sociedad civil independiente. Querían que el proceso político pasase por
las cúpulas del PSOE y el PCE. Algunos dicen ahora algo parecido. Es
inquietante.
P. ¿Usted fue uno de los que se
inventaron la manifestación del 4D?
R. No sé si la inventamos, pero la organizamos. El
día lo elegimos entre Borbolla y yo. Y no lo hicimos, como se ha dicho después,
por ningún antecedente histórico. No pensábamos en eso.
P. ¿Qué reivindicaban?
R. Libertad, amnistía y autonomía, pero este
último concepto no estaba definido. Antes de que la Constitución le pusiera
límites, la autonomía consistía en tener instrumentos para cambiar las cosas.
Dicho así, sin concretar, se podía apuntar todo el mundo.
P. ¿Fue tan épico como cuentan?
R. La gente desbordó a los partidos políticos. No
hubo otra bandera más que la andaluza. Se decía que no había conciencia
identitaria. El 4D reafirmó a Andalucía como sujeto político.
P. ¿Se pedía la autodeterminación?
R. No existía este planteamiento. El PSOE, hasta
Suresnes, la llevaba en sus estatutos. Renunciaron, junto a los comunistas,
cuando iniciaron la poda ideológica. La urgencia era cambiar la situación
económica y social. Lo que se visualizó el 4D fue un sentimiento casi prepolítico:
«Aunque seamos pobres, no somos menos que los demás».
P. La autonomía se hizo en los
despachos.
R. La autonomía jurídica, sí. En el Pacto de
Antequera se pidió la más amplia autonomía que permitiera la Constitución. Como
no se cumplió, hubo que volver a la calle en 1979. El PSOE intentaba hundir a
la UCD. Impuso la bandera de España en la manifestación. Seguían el plan que le
hicieron los alemanes. Sólo les falló el famoso gobierno de concentración.
P. ¿El PSOE creía en la autonomía?
R. Vio una oportunidad con la metedura de pata de
UCD y usó a Escuredo, que procedía de la Democracia Cristiana. Cuando se lo
creyó demasiado, lo tiraron por la ventana. Andalucía nace para el PSOE cuando llegan a la Junta. Antes, no existe.
P. ¿La autonomía es un relato?
R. Es el relato del PSOE y sus intelectuales
orgánicos, que insisten en que la identidad puede fabricarse. Es una idea que
espanta. Esos intelectuales, a los que Susana Díaz -que es un personaje de los
Quintero- no echa cuenta, dicen que hay que revisar el relato. Ya no conecta
con la gente joven.
P. ¿No existe una concepción algo
patrimonialista de la autonomía?
R. La visión de Clavero sobre Andalucía, que yo
no comparto, es más progresista que la del PSOE. El PSOE
jamás ha creído en Andalucía. Manipularon la realidad para ganarle el pulso
a la UCD y llegar a la Moncloa. Para ellos, Andalucía sólo es un
instrumento para conseguir cosas en Madrid. Escuredo pensó otra cosa y lo quitaron de en
medio. A Pepote, el comisario político de Escuredo, le pasó igual. Chaves
vino a Andalucía a rastras. Susana Díaz tiene ya el perfil de andaluza que ha
fabricado Canal Sur. Todo es un bucle. En
Andalucía no ha habido bipartidismo, sino monopartidismo. Esto es un régimen.
La gente no lo sabe, pero el PSOE estuvo seis años oponiéndose a crear una
televisión regional hasta que su hegemonía se consolidó. Creían que
hacerlo antes sería peligroso. Luego montaron Canal Sur, un instrumento de alienación.
P. El PSOE defiende un relato social
de la autonomía.
R. Dicen que el autonomismo de los andalucistas
era etnicista y el suyo es social. Una barbaridad. El núcleo duro de su relato
es que la autonomía debe fortalecer España. Lo que vaya más allá de la gestión
los pone nerviosos. Ni el 4D se defendió la cohesión de España ni ejercimos el
derecho a decidir. Interpretarlo así es un anacronismo.
P- ¿Por qué votó en contra del Estatuto?
R, Fue una estafa al 28F y al 4D. Como no lo
pueden reconocer, llevamos 35 años jugando a esta ficción. Estamos
donde estábamos. Comparativamente, no hemos avanzado nada. La
autonomía es un régimen clientelar mafioso y Andalucía sigue en la dependencia
económica, sin pulso político y sumida en una crisis cultural. Que hayamos dejado de darle valor al
trabajo es más grave que la corrupción.
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