Esta semana ha tenido lugar una de las sesiones consideradas "cumbre" por los anecdotistas. Claro que, en este caso, la anécdota pasa rápidamente a categoría una vez se reflexiona sobre lo ocurrido. En un pleno ordinario se leyó la carta que el director del colegio público Pablo Ruiz Picasso de Sevilla envió a los padres de sus alumnos. Textualmente decía:
Agradeceríamos que cada alumno contribuyese, por los menos, con un rollo de papel higiénico y otro de papel de cocina, que se entregarán a la tutora y serán para uso exclusivo de cada tutoría. Muchas gracias.
Naturalmente, la lideresa calificó a la carta de "papelito" y destacó que procedía de uno solo de los 4.500 centros educativos existentes en Andalucía. Es obvio que el intrépido director debe extremar el cuidado con su cuello a partir de ahora. Todavía está caliente la purga del alto funcionario Luis Escribano, denunciador persistente de las irregularidades sistemáticas de la Junta de Andalucía, cuya alevosa destitución ha obligado al PP a llevar su caso al Parlamento.
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Pedro de Tena
Susana Díaz y el “papelito” higiénico
Esta semana ha tenido lugar una de las sesiones
consideradas "cumbre" por los anecdotistas. Claro que, en este caso, la
anécdota pasa rápidamente a categoría una vez se reflexiona sobre lo ocurrido.
En un pleno ordinario se leyó la carta que el director del colegio público
Pablo Ruiz Picasso de Sevilla envió a los padres de sus alumnos. Textualmente
decía:
Agradeceríamos que cada alumno contribuyese, por los
menos, con un rollo de papel higiénico y otro de papel de cocina, que se
entregarán a la tutora y serán para uso exclusivo de cada tutoría. Muchas
gracias.
Que sea posible una carta así en Andalucía bajo un
gobierno de Susana Díaz es algo tremendo.
Naturalmente, la lideresa calificó a la carta de
"papelito" y destacó que procedía de uno solo de los 4.500 centros
educativos existentes en Andalucía. Es obvio que el intrépido director debe
extremar el cuidado con su cuello a partir de ahora. Todavía está caliente la
purga del alto funcionario Luis Escribano, denunciador persistente de las
irregularidades sistemáticas de la Junta de Andalucía, cuya alevosa destitución
ha obligado al PP a llevar su caso al Parlamento.
Como la mente humana es intrínsecamente metafórica, lo del papelito
higiénico de la educación andaluza, ya PISAda sin garbo por los informes
europeos, conduce, de manera natural, a relacionarse con el otro papelito
higiénico, a saber, el que la propia Susana Díaz quiere desempeñar en el PSOE
nacional.
Las preguntas son forzosas. ¿Puede un PSOE como el andaluz, con un régimen
de gobierno anómalo a cuestas, sin alternancia democrática desde hace 34 años,
erigirse como adalid de la higiene política futura de una socialdemocracia cabal? ¿Puede un PSOE como el andaluz,
agobiado por casos de corrupción innumerables y juicios inminentes que
afectan a sus reliquias históricas, postularse como el futuro limpio de un
nuevo socialismo nacional? ¿Puede un PSOE como el andaluz proponerse como
modelo aseado de gestión de los dineros públicos tras sus fracasos estrepitosos
en convergencia de riqueza, en empleo, en sanidad, en educación o en cultura
durante dos generaciones?
Naturalmente,
hay otras preguntas destinadas a la pulcritud personal de la lideresa. ¿Puede
un equipo de pretorianos como el que la apoya y sustenta estar a la altura de lo que el socialismo
español y España precisan? ¿Puede ella misma, campañas de imagen aparte, con su
escasa experiencia política nacional –su centro de gravedad ha sido el PSOE de
Sevilla, y preferentemente el aparato–, tener los atributos necesarios para ser
garantía de continuidad renovada del socialismo patrio?
Estas
preguntas son obligadas para toda la militancia socialista española. Sus
pérfidos enemigos no tienen que hacer más que airearlas y hacerlas llegar a las
agrupaciones y federaciones. Pero hay dos preguntas más, venenosas y decisivas,
que la pueden dejar noqueada en la batalla nacional que se supone –sólo hay
amagos y fintas por ahora– quiere dar por la dirección del PSOE. Tómese nota.
Una.
¿Puede ser alguien al mismo tiempo rompehuesos y cirujana tras haber defenestrado
a Pedro Sánchez en
una operación, digamos, discutible? Y dos. ¿Puede ponerse en peligro la taifa
del Sur, maravilloso ungüento curativo, en caso de desastre nacional prolongado?
Por
esto, alguien mece la cuna de un papelito más higiénico, el del Ni Sú ni Sá.
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