Despues de 35 años....
Realmente nada cambia (a mejor) en este régimen inicuo. Después de 35 años, aquí nada cambia. San Parménides, patrón del régimen andaluz. Mil veces hemos escrito sobre las “virtudes” que lo caracterizan:
- Populismo antisocial
- Demagogia y cinismo.
- Confrontación, sectarismo.
- Decisionismo totalitario.
- Clientelismo y nepotismo.
- Revanchismo, represión, represalias, depuración.....
Tenemos un menú degustación en el proyecto de ley de presupuestos que han enviado al Parlamento. Veamos...
jueves, 24 de noviembre de 2016
El régimen inmovilista
Quienes vivieron la transición recordaran que los
más reacios al cambio entre los franquistas fueron bautizados –con justicia-
como inmovilistas. Así, se hablaba entonces –con justo rigor, pues el DRAE
define el inmovilismo como la tendencia a
mantener sin cambios una situación política, social, económica o ideológica- del inmovilismo como uno de los grandes
obstáculos para la democratización del país.
Para no contradecir a Marx, que afirmó que la Historia se repite primero
como tragedia y después como farsa, debemos ahora los andaluces padecer como
farsa (la
farsa de Ródope de Triana) el inmovilismo del régimen socialista
que nos pastorea.
Realmente nada cambia (a mejor)
en este régimen inicuo. Después de 35 años, aquí nada cambia. San Parménides,
patrón del régimen andaluz. Mil veces hemos escrito sobre las “virtudes” que lo
caracterizan: el populismo antisocial, la demagogia, el cinismo, el
clientelismo, el nepotismo, el rencor, la confrontación social, el revanchismo,
la represión… Tenemos un menú degustación en el proyecto de ley de presupuestos
que han enviado al Parlamento. Veamos:
POPULISMO ANTISOCIAL:
La Exposición de Motivos del
proyecto describe una situación económica en Andalucía que nada tendría que
envidiar a la feliz y próspera Arcadia. Semos lo mejón. Europa nos envidia (con
perdón). Pues bien, en este paraíso la Junta mantiene para
el año próximo una congelación salarial a sus 250.000 empleados. Octavo año triunfal de
recortes -¡anatema!- (perdón, ya sé que en Andalucía no ha habido recortes;
quise decir “aplicación temporal, pasajera, leve y transitoria de medidas para
estabilizar la coyuntura en beneficio de los andaluces y las andaluzas y
corregir las pérfidas disposiciones del diabólico gobierno de la derecha”).
Pues eso, después del zapaterazo de 2010
(pues no ha de olvidarse que fue el socialista Zapatero el que bajó los
sueldo de los empleados públicos y las pensiones de los pensionistas –único caso en la historia patria; puro socialismo
español, mú de izquierdas-) que nos llevó a los
niveles salariales del año 2005, seguimos como
entonces. El progresista y social gobierno
susanista no devuelve a sus empleados ni un céntimo de lo expoliado. Aunque, como dicen, Andalucía
esté mejor que Europa.
DEMAGOGIA Y CINISMO:
No sólo no han
devuelto lo que ya en todo el Estado han recuperado los demás: la paga extra de 2012 y los
días de vacaciones, sino que ofenden descaradamente la inteligencia de sus súbditos (sí,
súbditos; aquí no hay ciudadanos). Se atreven a decir lo siguiente: “Continuando
con el proceso ya iniciado de recuperación de los derechos suspendidos por la
Ley 3/2012… SÓLO
se mantendrán las medidas contenidas en los artículos 6, 12,13,14,15, 16, 17,
18, 19, 20, 21…” etcétera, hasta el 33; es decir, todas las
contenidas en el capítulo III de dicha Ley o, dicho de otro modo, todas las relativas
a los recortes de derechos de los empleados públicos, a excepción de la
prevista en el artículo 25 concerniente a la jornada de trabajo. Jajajaja, SÓLO… Genial,
irresistible Ródope.
CONFRONTACIÓN, SECTARISMO:
Respecto a la restauración de la jornada de 35
horas,
establecida por Decreto Ley 5/2016 (violando, por
cierto, la Constitución y el Estatuto de Autonomía que atribuyen el poder
legislativo al parlamento) constituye un brindis al sol. Y, lo que
es peor, está dictada sólo con el ánimo de confrontar con el gobierno central. En el más puro estilo chavista (en
honor de don Manuel, que instituyó y practicó con sin par maestría esta forma
de hacer política; por algo era la gran cabeza del Partido) la Junta
no ha tenido escrúpulo alguno en usar a los empleados públicos como instrumento
para la confrontación, lo que, como es natural, les importa un
carajo.
Lo cierto es que ningún derecho
de los arrebatados en virtud de la citada Ley 3/2012 ha sido restituido en su
integridad a los empleados de la Administración andaluza. Ni siquiera aquéllos que ya han
sido objeto de restitución en otras administraciones públicas, como la paga
extra de 2012 o los días adicionales de vacaciones.
DECISIONISMO TOTALITARIO,
CLIENTELISMO Y NEPOTISMO:
El régimen persiste en la práctica generalizada de lo que
la doctrina científica ha dado en llamar la “huída del derecho
administrativo”. Es decir, trasladar a entidades regidas por el derecho privado (aunque su
personificación sea pública) la gestión de los servicios públicos que antes prestaba la
Administración pública a través de sus propios órganos y con sujeción al
derecho administrativo, que garantizaba el control de legalidad, oportunidad y
eficiencia en la actuación administrativa. Esto, aunque a la trianera Ródope se le
llene la boca hablando de “lo público”, es justamente lo contrario: entraña una
privatización de los recursos y de la gestión de los servicios públicos. La
denominada “Administración paralela” sigue engordando en los presupuestos de la
Comunidad Autónoma, a costa y en detrimento de la Administración
legítima.
Y no sólo eso, con el cinismo que les caracteriza,
bajo el argumento (excusa) de clarificar la situación de los directivos de los
numerosos chiringuitos de la administración paralela, se atreven
(verdaderamente son geniales en sus inventos) a establecer un sistema dual (bicéfalo) de dirección: “máximos
directivos” y “directivos profesionales”. Este dualismo es
revelador de un concepto patrimonialista de la Administración. Los titulares de cualquier
órgano de la administración, sea de la Administración general o de sus
entidades instrumentales, desempeñan una función
profesional. Su selección he de regirse
necesariamente por los criterios de mérito y capacidad; es decir, de
competencia técnica. Y su desempeño ha de obedecer al único criterio de servir
con objetividad los intereses generales (que
por cierto es lo que dice la ley, aunque no lo cumplan; ni tampoco los jueces
les obliguen a hacerlo).
El modelo que el régimen pretende imponer –además
de técnicamente indefinido y opaco, favorecedor del decisionismo; pues, ya se
sabe que a río revuelto…- remite a la
idea de “directivos políticos” y “directivos profesionales”. Remite, como hemos dicho, a
un concepto patrimonialista de la administración en el que el partido
gobernante se garantiza y se arroga el derecho a designar a una especie de
“comisarios políticos” en las entidades instrumentales (“máximos directivos” se designan
en la Exposición de Motivos), que supervisan y dirigen la labor de los “directivos
profesionales”.
Totalitarismo puro, que no tiene cabida (en la teoría, que
sí en la praxis, como vemos y padecemos) en un modelo constitucional como el
nuestro.
En suma, el régimen
da una vuelta de tuerca en su joya de la corona (que no es la sanidad
prehistórica -76 millones de años de antigüedad-) sino la
administración paralela; y aquilata un sistema que fomenta el
totalitario decisionismo político, la opacidad, el oscurantismo, el
clientelismo y el nepotismo y que, obviamente, resulta contrario a la justicia, la
racionalidad jurídica, la objetividad y la transparencia.
REVANCHISMO, REPRESIÓN,
REPRESALIAS, DEPURACIÓN:
esto no viene en el proyecto de ley de presupuestos, es
la práctica cotidiana de un régimen corrupto e ineficaz. Es lo que sucede entre
las bambalinas de esta grotesca, pero trágica, representación; y que,
obviamente, el público no ve. Pero debe saber; no quedará la cosa porque
callemos.
Este régimen es brutal,
despiadado, cruel e implacable con todo aquél que no se pliega a sus
trapicheos. Y más aún, si amén de no plegarte, denuncias su corrupción. Yo sé muy bien de lo que hablo. “Es que no te
doblegas” -me decían- “Esto podría perjudicarte; no escribas tanto, que es malo para tu salud; o
escribe novelas...” Y, porque lo sé y lo he
padecido y lo padezco, puedo hablar y no me callarán.
Ser competente en esta
Administración de directivos inútiles y servilones es un
baldón; ser íntegro y honrado en una charca pútrida un pecado
imperdonable. Un régimen tan corrompido no tolera ninguna forma de virtud.
Del mismo modo que en el cuarteto de Schubert “La
muerte y la doncella” la Muerte trata de seducir a su víctima primero con
halagos, con sugerencias luego y con insinuaciones y perífrasis y, por último,
con abiertas amenazas, así actúa el régimen
con los funcionarios que osan defender el interés general antes que
el del partido (“el interés general de mi Partido”, Chaves –don Manuel-
dixit) y obedecer la ley antes que al
déspota.
Ahora le ha tocado el turno a un
amigo (Luis, permíteme que así te llame). Hombre
íntegro, inteligente, competente y buena persona. Por eso, amigo; si no
fuera así no lo sería. Luchador incansable
contra la corrupción, ha elegido servir
a sus principios antes que a sus conveniencias; ser fiel a su conciencia antes
que a su interés. Sigan su ejemplo algunos.
Claro que este estado de cosas no sería posible sin la colaboración necesaria de quien ahora lo sostiene y calla: el partido Ciudadanos. Tomen nota.
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