sábado, 26 de noviembre de 2016

El Fiscal Superior del TSJA corrige a Ciudadanos, por Luis Escribano = ¿Los casos de corrupción que ahora no lo serían, según ciudadadanos; dicen que prevaricar no es corrupción, versus, hay que justificar lo que están haciendo en Andalucía? ¿Los cambios que se han producido en Andalucía, versus modelo a exportar a España?

Cuando Juan Marín y su equipo naranja se empeña en ir contracorriente, apoyando al régimen clientelar del PSOE andaluz para que todo siga igual o incluso peor, no puede ocurrir nada más que seguir recibiendo varapalos. 



 Uno puede entender que el PSOE andaluz siga con su inmovilismo, como dice mi buen amigo José Luis Roldán (le felicito por su creación, el patrón del PSOE andaluz, San Parménides), para preservar su régimen corrupto, su nepotismo, su sistema clientelar que le permite seguir consiguiendo apoyos de andaluces beneficiados por el mismo. Sin embargo, lo que es inexplicable, espeso y hasta esotérico, es que un partido como Ciudadanos, que no hace más que remachar que viene a “regenerar la política” (¿qué, cómo, cuándo?) y efectuar las reformas necesarias para mejorar esta Comunidad (¿cuáles?), se dedique a hacer lo contrario, apoyando las políticas clientelares del PSOE andaluz; salvo que, mejorar Andalucía, no sea el objetivo del partido naranja.

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http://www.eldemocrataliberal.com/2016/11/el-fiscal-superior-del-tsja-corrige.html

El Fiscal Superior del TSJA corrige a Ciudadanos



Cuando Juan Marín y su equipo naranja se empeña en ir contracorriente, apoyando al régimen clientelar del PSOE andaluz para que todo siga igual o incluso peor, no puede ocurrir nada más que seguir recibiendo varapalos. 

Uno puede entender que el PSOE andaluz siga con su inmovilismo, como dice mi buen amigo José Luis Roldán (le felicito por su creación, el patrón del PSOE andaluz, San Parménides), para preservar su régimen corrupto, su nepotismo, su sistema clientelar que le permite seguir consiguiendo apoyos de andaluces beneficiados por el mismo. Sin embargo, lo que es inexplicable, espeso y hasta esotérico, es que un partido como Ciudadanos, que no hace más que remachar que viene a “regenerar la política (¿qué, cómo, cuándo?) y efectuar las reformas necesarias para mejorar esta Comunidad (¿cuáles?), se dedique a hacer lo contrario, apoyando las políticas clientelares del PSOE andaluz; salvo que, mejorar Andalucía, no sea el objetivo del partido naranja.

Pero ya no es sólo Marín y su equipo quienes constantemente siguen quebrantando sus palabras con sus actuaciones, sino que, para colmo, su líder, Albert Rivera, también se ha unido a la torticera fiesta andaluza. El jueves de la semana pasada, Rivera vino a Sevilla para reunirse con los dirigentes y militantes de Andalucía, y aprovechó la ocasión para inaugurar la nueve sede regional del partido. Ese día, fatídico donde los haya, declaró que la fórmula aplicada por Ciudadanos en Andalucía en cuanto a su apoyo al PSOE es el modelo a seguir en España, dado los “cambios conseguidos” para la Comunidad andaluza. No quedando contento con tan desquiciada declaración, mostró asimismo su apoyo al trabajo realizado por lo suyos con los Presupuestos de la Comunidad para 2017, al haber logrado aumentar las partidas de gasto para sanidad, educación y servicios sociales, así como la reducción de entes instrumentales de la Junta. ¿De qué planeta son los que asesoran a Rivera sobre lo que ocurre en Andalucía?

Albert Rivera miente o fantasea. Cuando dice que en Andalucía ha habido “cambios” debería saber que no son precisamente a mejor si observara la realidad con un mínimo de interés. Al menos, le recomendaría que leyera los artículos publicados en este diario, en los que se demuestra todo lo contrario, invitándole a rebatir uno a uno los hechos y fundamentos, pero con datos.

Si en mis anteriores artículos he dejado constancia de las mentiras del PSOE andaluz y de este partido "regenerador", ahora ha sido el Fiscal Superior del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía quien ha puesto en su sitio al partido naranja. En su comparecencia del jueves pasado ante la Comisión de Justicia e Interior del Parlamento de Andalucía, en la que presentó la Memoria anual de la Fiscalía andaluza de 2015, manifestó que hay formas de corrupción que no son delictivas, y que deben igualmente de perseguirse, aunque no sean delitos. Es justo lo contrario que ha defendido Ciudadanos en Andalucía con toda la corrupción del PSOE andaluz cuando se han archivado los casos en los tribunales, declarando sandeces como que “la prevaricación no es corrupción”, “se trata de simples irregularidades administrativas”, etcétera, un ejercicio desatinado y muy infortunado que no hace más contribuir a que la corrupción siga campando a sus anchas en Andalucía.

Con la nueva reprimenda pública del Fiscal Superior, el Sr. Rivera debería enmendar el camino recorrido en Andalucía. Pero lamentablemente no lo hará, porque su partido ha elegido estar al lado del poder a cualquier precio, aunque este siga actuando de forma corrupta.

Uno de los graves errores del partido regeneracionista es negar siempre la mayor: la prevaricación no es corrupción”, o “si se ha archivado el caso en el Juzgado queda demostrado que no es un caso de corrupción”. Pero la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Que conste que no soy el único que mantiene que la prevaricación es corrupción, pues como mencioné en un anterior artículo, también hay juristas como Manuel-Jesús Dolz Lagofiscal del Tribunal Supremo, que considera corrupción política los delitos de tráfico de influencias, cohecho, prevaricación administrativa, negociaciones y actividades prohibidas a funcionarios y autoridades, abusos en el ejercicio de la función, malversación de caudales públicos y fraude a la Administración Pública”(publicado en Abogacía Española, 16-01-2014).

¿Y qué dice el Tribunal Supremo al respecto? La Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de 24 de Noviembre de 2014 (Rec. 729/2014) explica que la condena por el delito de la prevaricación trata de “…..sancionar supuestos límite en los que la posición de superioridad que proporcionaba el ejercicio de la función pública se utiliza para imponer arbitrariamente el mero capricho de la autoridad o funcionario, perjudicando al ciudadano afectado o a los intereses generales de la Administración Pública en un injustificado abuso de poder.”

Cada vez que se airea un caso de corrupción por prevaricación administrativa, rápidamente acuden a su manual de exculpaciones:

Cadena SER (24/08/2016): Fernando de Páramo ha señalado en una entrevista en ‘Hoy por Hoy’ que en las negociaciones sobre corrupción con el PP “hemos aplicado el mismo criterio que siempre, el mismo criterio que con Cristina Cifuentes, en Madrid, o con Susana Díaz, en Andalucía”. Para el secretario de Comunicación del partido de Rivera, “no es ninguna novedad la definición que dio José Manuel Villegas sobre corrupción”, porque “no es lo mismo robar que equivocarse o cometer un error de gestión, lo que es reprobable, pero que no debe entrar en el pacto anticorrupción.

ABC de Sevilla (05-05-2016): "En una entrevista en TVE, el número dos del partido de Albert Rivera ha asegurado este jueves que su partido no va a «pedir que salga del Gobierno de Andalucía» el consejero de Economía y Conocimiento de la Junta, citado como investigado el próximo 10 de mayo por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) porque considera que el suyo no es un caso de corrupción política".

Diario El Mundo (09-12-2015): el alcalde de Espartinas (Sevilla), José María Fernández, de Ciudadanos, ha dimitido tras ser citado a declarar el 20 de enero como imputado por un delito de prevaricación en contratos del programa de ayudas al empleo de personas en situación de exclusión social de la Junta…En un comunicadoCiudadanos ha aclarado de la dimisión "no está relacionada con un caso de corrupciónsino con un "asunto administrativo" relativo al plan de ayuda a la contratación, si bien José María Fernández ha decidido dimitir para "no perjudicar al partido y cumpliendo escrupulosamente con lo que dice los estatutos" de su partido”.

También les dejo con un enlace a esta noticia clarificadora del diario El Plural: Los casos de corrupción que ahora no lo serían, segúnCiudadanos”.


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Según suelen declarar los dirigentes de Ciudadanos, no consideran el delito de prevaricación como corrupción política porque no hay enriquecimiento personal”, ni “financiación ilegal”, simplemente es “un asunto administrativo” o “cometer un error de gestión” que nada tiene que ver con la política. ¿Quién puede tragarse tamaña barbaridad? ¿Acaso se están protegiendo para el futuro de su propia incompetencia en la gestión pública?

En primer lugar, debo aclarar que el delito de la prevaricación se encuentra en el mismo Título del Código Penal –Delitos contra la Administración Pública- que los delitos de cohecho, malversación, tráfico de influencias, etcétera., y para su comisión es necesario el dolo o intención, por lo que nunca se trata de “equivocaciones o errores en la gestión”, como declaran los dirigentes de Ciudadanos. La sanción del delito de prevaricación garantiza el debido respeto, en el ámbito de la función pública, al principio de legalidad como fundamento básico de un Estado social y democrático de derecho, frente a ilegalidades severas y dolosas. Además, el delito de prevaricación queda consumado cuando se dicta la resolución injusta, sin que sea preciso que ésta genere determinados perjuicios personales o materiales a terceros.

El delito de prevaricación administrativa es el negativo del deber que se impone a los poderes públicos de actuar conforme a la Constitución y al ordenamiento jurídico. Por ello el delito de prevaricación constituye la respuesta penal ante los abusos de poder que representan la negación del propio Estado de Derecho, pues nada lesiona más la confianza de los ciudadanos en sus instituciones que ver convertidos a sus representantes públicos en los vulneradores de la legalidad de la que ellos deberían ser los primeros custodios.

Ciudadanos padece la enfermedad del relativismo, inoculada a conciencia por la socialdemocracia que destila (el liberalismo brilla por su ausencia). Nada es verdad y todo vale. Y con este juego consiguen moldear la realidad a su conveniencia, y que los ciudadanos dejen de buscar la verdad y el bien objetivo. Con ese retorcido juego del relativismo en el lenguaje, los signos, las formas y los conceptos, que alcanza y supera la cota del adoctrinamiento, han conseguido que muchos ciudadanos duden hasta de sus palabras y de todos sus actos.

Obviamente, si yo fuera un militante de Ciudadanos en Andalucía, exigiría una rectificación inmediata al líder, pediría su dimisión o, en su caso, me daría de baja de un partido que perdió el rumbo hace tiempo, funcionando como un comodín: sirve para lo que se tercie en cada momento, si con ello no sigue perdiendo rédito electoral. Por ello, le propongo a Ciudadanos que cambie su logo actual por un Joker de la baraja inglesa de cartas, como el que se muestra a la izquierda del texto, dado que en Andalucía está actuando como tal.




A continuación les dejo con dos anécdotas más que demuestran como está el patio en Ciudadanos. La primera ha ocurrido recientemente: Albert Rivera, siguiendo las pautas iniciadas por Juan Carlos Girauta, se dedica a bloquear las cuentas de la red social Twitter de aquellos que son críticos con las actuaciones del partido (así entienden la democracia), como acaba de hacer con la cuenta de un servidor por criticar sus declaraciones sobre los “cambios” (¿!) que se han producido en Andalucía gracias a Ciudadanos, poniéndolo como modelo a exportar a España. ¡Tengan cuidado de Despeñaperros para arriba!




A renglón seguido siempre ocurre lo mismo: cuando surgen seguidores y simpatizantes del partido naranja echándome en cara estas críticas, les pido que lean mis artículos y rebatan uno a uno los motivos alegados que me llevan a concluir que el papel de Ciudadanos en Andalucía no es admisible. O no me contestan o, si lo hacen, ni siquiera fundamentan sus respuestas, y salen por los cerros de Úbeda. En mi cuenta de Twitter y en los comentarios de mis artículos tienen varios ejemplos, donde el silencio suele ser la respuesta.

Y la segunda anécdota, como les relaté en un anterior artículo, el pasado 30 de septiembre se celebró en Sevilla una charla-coloquio, titulada "Corrupción en Andalucía", en la que participaron como ponentes los periodistas Silvia Moreno (El Mundo) y Pedro de Tena (Libertad Digital y esRadio), y un servidor. A dicho evento fue invitado, entre otros, el grupo parlamentario de Ciudadanos, a fin de que algunas de sus señorías o algún representante de dichos partidos nos honrara con su presencia, y participaran en el coloquio que iba a tener lugar tras las ponencias. No apareció ningún representante, demostrando la sensibilidad que tienen por un tema que, según las encuestas del CIS, es el segundo problema que más preocupa a los ciudadanos.


Coda: les recomiendo a los dirigentes y simpatizantes de Ciudadanos que, antes de iniciar sus críticas, lean mis artículos anteriores, como por ejemplo “Andalucía, corrupta hasta la médula”, “Corruptos y cobardes en los partidos cárteles”, “El PSOE: "barra libre" en los municipios (parte II)”, “Desinfección del PSOE andaluz”, “Fondo Jeremie Andalucía”, “La apisonadora ciuda-socialista”, “El superjuez” o “Buhoneros en política”. Y si tienen interés en rebatir uno a uno mis argumentos, porque puedo estar equivocado, les ruego me las envíen por email o las expongan debajo de este artículo, y les responderé. No se corten y sean transparentes: es un ejercicio muy sano cuando no hay nada que ocultar y todo está por debatir.


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