jueves, 2 de junio de 2016

Artículos de opinión; A Saber, por Antonio Soler + Nada de verdad por Teodoro León Grosso = .".....La impunidad premia el delito, induce a su repetición y le hace propaganda: estimula al delincuente y contagia su ejemplo” . Eduardo Galeano. ¡¡¡¡BASTA YA!!!!

  • A Saber, por Antonio Soler. La semana ha arrancado con el desfile de altos cargos, pasados y presentes, del PSOE andaluz ante la comisión de investigación del Parlamento autonómico.…..Luego resultó que Andalucía no era tan imparable como parecía, …….un sueño. Los pies eran de barro y la cabeza estaba en otra parte.


  •   Nada de verdad por Teodoro León Grosso

 





A saber

ANTONIO SOLER

La semana ha arrancado con el desfile de altos cargos, pasados y presentes, del PSOE andaluz ante la comisión de investigación del Parlamento autonómico. El revés de un desfile nupcial, el negativo de lo que fue un tiempo de aparente esplendor en el que Andalucía era una California tumbada a orillas del sur de Europa. La cabeza en el Atlántico y los pies chapoteando en el Mediterráneo. Luego resultó que Andalucía no era tan imparable como parecía, que la enseñanza bilingüe se quedaba tartamuda, el ordenador por cabeza infantil se quedaba sin disco duro y las sucesivas y fulminantes modernizaciones se quedaban -salvo muy honrosas excepciones- en un sueño. Los pies eran de barro y la cabeza estaba en otra parte. No hay que exagerar ni hacer pensar que somos tercer mundo, pero para aquellos que vendían la gran revolución social es necesario recordar que estamos instalados en el furgón de cola del continente al que pertenecemos y que los niveles de desempleo, de fracaso escolar y de preparación académica de nuestros estudiantes pronostican que nos quedaremos en ese lugar durante una larga temporada.

La comisión de investigación no es otra cosa que un purgante. Unas cucharadas de ricino que en estos días han debido engullir los ex presidentes Chaves y Griñán, la presidenta Díaz y algunos de sus viejos teloneros de lujo. Un purgante que tiene sabor a campaña electoral y que por eso huele a sobreactuación. El calendario electoral no ha favorecido en los últimos tiempos al PSOE en sus distintas comparecencias legales sobre asuntos de corrupción, y aunque es cierto que en los tiempos de la juez Alaya las coincidencias sonaban a campanadas, con tanta campaña y tanta presunta corrupción no es difícil que existan estas coincidencias. Más bien lo contrario, es imposible que no se amontonen. En cualquier caso, por mucho que en estos días se haya agitado con las presencias sonoras de los grandes líderes, la comisión parlamentaria huele a defunción y poco o nada pude esperarse de ella.

El PSOE, como es lógico la aceptó a regañadientes. Para Ciudadanos era un lavado de cara, la constatación de que ellos no se doblegan ante el partido hegemónico. Para Podemos una nueva ocasión de afearle la conducta a los socialistas y mostrarse en el escaparate público como la izquierda honrada, la de los quilates callejeros, la única posible. Al PP se le presentaba una renovada oportunidad para que su líder fuese más líder y volviera a morder en el costado de Susana Díaz. Sin embargo, la espantada legal de la ministra Fátima Báñez dejó muy mermado su impulso. Con su fuga dejó a los socialistas la réplica en bandeja y la espada mellada al niño Bonilla. La comisión lleva tiempo convertida en un escaparate electoral, como si fuese una herramienta más de campaña, un espacio publicitario pagado por la comunidad que ha olvidado su origen -la revelación de la verdad- en beneficio de la propaganda, el ditirambo y el cruce de reproches. Puro zumbido mediático.

Por desgracia, constituye ya una larga tradición el hecho de que las comisiones parlamentarias de investigación sean pólvora mojada. Una parafernalia con la que cubrir el expediente, tratar de arrinconar al adversario y llegar a la conclusión de que será la justicia ordinaria quien tenga que resolver los hechos que se investigan. En este caso concreto tampoco ha ayudado mucho que más de una docena de los comparecientes hayan optado por no declarar para no perjudicar su posterior defensa ante los tribunales. El silencio de los corderos. O de los lobos. Vaya usted a saber. Quizás ese debería ser el lema bajo el que se tendrían que desarrollar estas comisiones de investigación: Vaya usted a saber




Nada de verdad

TEODORO LEÓN GROSS0. 1/06/2016 09:56


I.nesperadamente, Chaves dijo ante la comisión que no sabía nada. Y sin tiempo para superar esta sorpresa, fumata negra sobre las esperanzas de los comisionados, llegó Griñán y tampoco sabía nada. Nadie podría haber sospechado que les sucediera como a Ana Mato, que no sabía nada de los regalos, nada de los viajes, nada del Jaguar, nada de nada. O como Francisco Granados, sobre el volcán de Púnica, nada. O como la infanta que no sabía nada porque sólo firmaba lo que le daba su duque empalmando negocios turbios. En eso ella como Isabel Pantoja, que no sabía nada, al albur de Julián Muñoz, que no sabía nada, al albur de Roca, nada, al albur de Gil, que nunca vio nada como Chaves y Griñán, sin motivos para sospechar de nada, como Rita Barberá, aunque todo su gobierno está imputado, pero ella nada, como Besteiro, el socialista prevaricador que para más inri se llama Besteiro. Felipe se enteró por la prensa del GAL, pero no sabía nada, y Rajoy se enteró por la prensa de la Caja B de Bárcenas, pero tampoco sabía nada. Por la prensa Chaves y Griñán saben que hay lío, sospechan que menor, pero no sabían nada desde las estancias palaciegas de San Telmo, como genuinos Montpensier lejos del mundanal ruido, sin saber nada como Pujol de Andorra, nada del 3% en Suiza, o Pujol jr, el rey de los binladen, nada de Luxemburgo, nada de Liechtenstein, y Oriol Pujol, nada de las ITV, y Oleguer Pujol, nada del blanqueo, ninguno sabía nada como Mas sobre la cuenta familiar opaca en Liechtenstein, o Xavier Trías en Suiza, nada de nada, como Almodovar en Panamá, nada, los Alcántara de Cuéntame en Panamá, nada, como el ministro Soria, nada de Panamá. En víspera de Susana, mensaje oficial a los comisionados: nada. Griñán sabe que Velasco se fue pero nada de sus escándalos; y Chaves, ese factótum que controló dos décadas de Andalucía con Rasputín Zarrías, dice que tampoco sabe nada de nada, como nada de los ERE, nada de Matsa, agitando la cabeza como un boxeador sonado, y repitiendo nada con la convicción de Schettino, el capitán que quiso escapar de su naufragio sin ver nada. Nadie sabe nada, nadie sabía nada, salvo Aznar, que sabía que en Irak había armas de destrucción masiva.

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