martes, 17 de mayo de 2016

Estampas totalitarias Andaluzas, por Max Estrella + Sostiene De Llera lo evidente, por Rafael Porras = ....¿Hacia donde vamos; un camino sin retorno....?

  • Estampas totalitarias Andaluzas, por Max Estrella.... nuestra presidenta –que está ahí para corregir, a todos- ha subsanado, por algo se llama Subsana: me refiero al currículo del lenguaraz consejero.



Estoy seguro que, incluso los desmemoriados, la mayoría recordara el encomiable (para el régimen) trabajo de acoso realizado bajo su dirección sobre la labor de la jueza Alaya, ebúrnea encarnación de la Justicia. Desde privarle de los medios necesarios para realizar su labor en lo que calificó “ese rollo de los Ere”, hasta aquellas irónicas declaraciones públicas preguntándose de dónde sacaba el tiempo para estudiar tantos asuntos, o los machistas cínicos halagos –que no merecieron reproche alguno del feminismo progresista-: “…trabaja mucho y encima sigue guapa”.



.......Consta, asimismo, en el currículo del consejero susánido otro apunte de corte totalitario, que también ha quedado impune a la crítica: la creación de la Web de la Verdad. Hay cosas que, verdaderamente, resultan difíciles de creer, pero en este régimen y, más aún en manos de un desertor de la justicia, todo es posible. En efecto, la Consejería de Justicia e Interior, que dirige –todavía- el fiscal heterodoxo, tuvo alojada entre las páginas de su Web oficial una sección (hoy desaparecida) dedicada a la desacreditación, injuria, menosprecio y estigmatización de los funcionarios que se atrevieron a denunciar las irregularidades que sucedían en su Consejería.

¿Se refería a esto doña Subsana, cuando habló del currículo del reprobado? En esta desdichada tierra, en la que oído, vista, lengua, razón y entendimiento no sirven a la prosperidad sino al desconsuelo, es preferible, tal vez, ser ignorante; como sabiamente dejó escrito Quevedo.




  • Sostiene De Llera lo evidente = lo que es evidente: que la Justicia está bajo mínimos, que los jueces y los fiscales están politizados y que muchos no son independientes. Felipe González dijo no hace tanto tiempo lo mismo y con similar sal gorda: «La Justicia está hecha unos zorros por el 'ganao' (sic) que hay dentro».....sirva como boton de muestra  lo que ha pasado en el Tribunal Constitucional con la Ley de Reordenación del Sector Público de andalucía, "Ley del Enchufismo", un fallo donde la  Justicia consta en el voto particular; versus el mundo al revés.


 





ESTAMPAS TOTALITARIAS ANDALUZAS (III)


ÍDOLOS Y LLANTO
"Mas del caballo no os fiéis, troyanos: yo temo al griego, aunque presente dones..." (Eneida,II,66-67)

Tics totalitarios

Ahora que la Asamblea andaluza –en un insólito ejercicio de parlamentarismo democrático; que sospecho no volverá a repetirse- ha reprobado a un consejero del gobierno susanista y que el cuarto poder ha puesto el foco en el sujeto, creo oportuno el momento para hacer memoria. Me mueve solamente la intención de llamar la atención del lector sobre algo que la prensa ha obviado y que, sin embargo, por fortuna, nuestra presidenta –que está ahí para corregir, a todos- ha subsanado, por algo se llama Subsana: me refiero al currículo del lenguaraz consejero.

Estoy seguro que, incluso los desmemoriados, la mayoría recordara el encomiable (para el régimen) trabajo de acoso realizado bajo su dirección sobre la labor de la jueza Alaya, ebúrnea encarnación de la Justicia. Desde privarle de los medios necesarios para realizar su labor en lo que calificó “ese rollo de los Ere”, hasta aquellas irónicas declaraciones públicas preguntándose de dónde sacaba el tiempo para estudiar tantos asuntos, o los machistas cínicos halagos –que no merecieron reproche alguno del feminismo progresista-: “…trabaja mucho y encima sigue guapa”.

El lector más memorioso tal vez recuerde la polémica suscitada por el PSOE a finales del 2014 acerca de la decisión del Gobierno (del PP, claro) de instalar concertinas en la valla fronteriza de Melilla. Pedro Estornudo (y no me refiero al escribano de dicho nombre, ilustre personaje del entremés cervantino “La elección de los alcaldes de Daganzo”, sino al secretario general del PSOE al que gusta aludirse como Pedro Snchz, onomatopeya antonomástica del estornudo) se apresuró a cargar contra dicha decisión gubernamental con toda su artillería demagógica, disfrazada de filantropía, y con todo su rencor sectario y cainita, enmascarado de integridad y principios; o sea, como acostumbran en su secta. Olvidó decir Pedro Estornudo que su partido, en el año 2005 siendo presidente del Gobierno su correligionario Zapatero Fons Amoris, instaló un sistema aún más agresivo.

Pues bien, al hilo de este escándalo salió a la luz algo que la Junta ocultaba celosamente: las dos terceras partes de los centros de menores regentados por la Consejería de Justicia estaban dotados de concertinas. El inefable consejero De Llera justificó el hecho diciendo que las concertinas, puesto que apuntaban hacia fuera, no estaban puestas para evitar la fuga de los internados sino para impedir intrusiones (por favor, aguanten la risa; un poco de seriedad). Olvidó el consejero que, conforme a esa lógica, otro de los servicios bajo su autoridad, la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía, parecería entonces, más que centro de formación, campo de concentración pues las alambradas de espino que la circundan, rematadas en un ángulo de 45 grados de inclinación, apuntan hacia adentro, obviamente no para impedir intrusiones (pues en tal caso lo harían hacia afuera, según declaró), sino para evitar fugas. Impepinable.

Consta, asimismo, en el currículo del consejero susánido otro apunte de corte totalitario, que también ha quedado impune a la crítica: la creación de la Web de la Verdad. Hay cosas que, verdaderamente, resultan difíciles de creer, pero en este régimen y, más aún en manos de un desertor de la justicia, todo es posible. En efecto, la Consejería de Justicia e Interior, que dirige –todavía- el fiscal heterodoxo, tuvo alojada entre las páginas de su Web oficial una sección (hoy desaparecida) dedicada a la desacreditación, injuria, menosprecio y estigmatización de los funcionarios que se atrevieron a denunciar las irregularidades que sucedían en su Consejería.

¿Se refería a esto doña Subsana, cuando habló del currículo del reprobado? En esta desdichada tierra, en la que oído, vista, lengua, razón y entendimiento no sirven a la prosperidad sino al desconsuelo, es preferible, tal vez, ser ignorante; como sabiamente dejó escrito Quevedo.



Sostiene De Llera lo evidente = lo que es evidente: que la Justicia está bajo mínimos, que los jueces y los fiscales están politizados y que muchos no son independientes. Felipe González dijo no hace tanto tiempo lo mismo y con similar sal gorda: «La Justicia está hecha unos zorros por el 'ganao' (sic) que hay dentro».




FUERA DE GUIÓN

Sostiene De Llera lo evidente

RAFAEL PORRAS


UNAS DE LAS COSAS que causan mayor asombro en los últimos tiempos es que parece que a nadie le importe desprestigiarse. Es como si, preocupados sólo de atender a los incondicionales, no afecte lo que opinan o piensan los contrarios y que hasta los que aparentan indiferencia o escepticismo no cuenten para establecer su crédito o prestigio.

Sí, ya sabemos que son tiempos de retórica de hojalata y que esta tendencia a no preocuparse del prestigio propio o del trabajo bien hecho se está generalizando. De manera que cada uno va a lo suyo en espera de recibir el aplauso de sus conmilitones. La cosa está así, y poco nos resta más que lamentarnos o lanzarnos sin salvavidas a un ominoso océano de silencio. Pero, en este caso, corremos el riesgo de que nos apliquen el viejo principio totalitario según el cual de lo que no se habla, no existe. Como aún nos permiten existir, estamos en la obligación de evitar que se intente negar la evidencia e impedir, en la medida de nuestras posibilidades y habilidades, que la opinión pública se convierta en una ciénaga de humo retórico, de mentiras, de medias verdades o de ocultaciones.

Existe una regla indiscutible que es que no se puede negar la evidencia porque, si se procede de esa forma, el debate público degenera inevitablemente en puro ruido. Y algo de esto es lo que ha pasado con la aparente cruzada política contra el consejero de Justicia, Emilio de Llera, un consumado boquita pintada, como ha acreditado con suficiencia desde que dejó la carrera fiscal y se pasó a la política.

De Llera ha logrado el dudoso honor de ser el primer consejero de la Junta reprobado por el Parlamento por cuestionar con gruesas palabras la independencia judicial y la orientación del voto hacia Podemos, entre otras lindezas. Para que ello sucediera -la reprobación- han tenido que coincidir varias circunstancias: que el PSOE no tuviera mayoría parlamentaria; que De Llera patinara ostensiblemente en su habitual verborrea política y que Susana Díaz no haya hecho nada para salvar al, en esta ocasión, indefendible consejero. Es más, en este caso, desde el entorno más cercano a la presidemta se ha actuado de manera miserable intentando averiguar si las palabras del consejero eran consecuencia de su charlatanería frecuente o de otras condiciones.

Pero, este artículo no va sobre De Llera, aunque no lo parezca,y sí de que resulta paradójico que se haya reprobado por primera vez a un consejero por decir -tal vez de la peor manera y, por supuesto, de forma inapropiada por el cargo que ostenta- lo que es evidente: que la Justicia está bajo mínimos, que los jueces y los fiscales están politizados y que muchos no son independientes. Es decir, la más pura realidad.

Felipe González dijo no hace tanto tiempo lo mismo y con similar sal gorda: «La Justicia está hecha unos zorros por el 'ganao' (sic) que hay dentro», sostuvo González en un congreso de PSOE-A aplaudido por todos los asistentes, hasta por la propia Susana Díaz.

No se trata de que la afirmación de González como la De Llera sean incorrectas -creo que somos muchos los que podemos estar de acuerdo con el fondo y hasta con la forma-, pero sí demuestran ambas la hipocresía y la impostura con las que los políticos -también de los que han reprobado al consejero- se manejan ante la Justicia.

Hace bastantes años, el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo acuñó un término al que, desde entonces, le tengo indisimulada devoción. Fue en un artículo en el diario El País en el que comentaba la decisión del Tribunal Supremo de levantar el secreto sobre unos documentos de los servicios secretos referidos a la guerra sucia contra ETA y que sirvieron al fin, si no mal recuerdo, para condenar a la cúpula del Ministerio de Interior de los primeros gobiernos de Felipe González. Sí, aquellos de la cal viva de Pablo Iglesias. Pues bien, según Pérez Royo, con aquella decisión, los altos magistrados habían cometido «prevaricación intelectual» al permitir que se conocieran unos hechos que por su propia naturaleza eran secretos.

A De Llera se le habrá reprobado, pero no se le podrá acusar de eso al sostener lo evidente.


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