sábado, 21 de mayo de 2016

Cambio de Estatutos: O deporte o política, por Luis Martín Sicilia.... La libertad de expresión termina cuando se ofende a los demás. = El fútbol está hecho para deportistas, no para políticos; toca olvidarse de la política y disfrutar del partido....

La UEFA ha sancionado por dos veces al Barcelona por exhibir signos partidistas de división en partidos de fútbol disputados en competiciones europeas. Se trataba de banderas llamadas "esteladas", expresión formal del separatismo catalán que no representa a todos los catalanes, cuya bandera oficial es la señera cuatribarrada.


La legislación deportiva es cada día más dura con la exhibición de toda clase de símbolos que generen conflicto, división, racismo o xenofobia, por ser todo ello ajeno a la limpieza de la confrontación deportiva. Así lo consagra la Ley del Deporte y todas las disposiciones de legal aplicación en los eventos deportivos europeos. Lo lamentable es que se haya llegado hasta aquí en la tolerancia hacia quienes quieren imponer una visión sectaria y segregacionista al conjunto de los españoles.

Mientras la UEFA no miraba hacia otro lado cuando tal conducta barcelonista afrentaba a la limpieza del deporte, aquí se permitía la exhibición masiva, sin decoro y provocadora de símbolos de división, al tiempo que se pitaba al himno que representa al conjunto de los españoles. Aún produce náuseas aquella imagen del mequetrefe Artur Mas junto al Rey de España, en la Copa del pasado año, con su sonrisa cínica y el rictus risueño de satisfacción, mientras los silbidos orquestados tapaban los sones del himno nacional.

Parece que los sevillistas vamos a tener la satisfacción de no ver a varios sectarios al lado del Rey en la final copera del próximo domingo. Ni a los Puigdemont, las Colau y ojalá que a otros muchos más, que bien harían en quedarse por Las Ramblas barcelonesas. El fútbol está hecho para deportistas, no para políticos. Por ello, es hora de que el Barcelona, como institución, diga claramente a lo que juega.

La libertad de expresión termina cuando se ofende a los demás. Si esto no lo entienden en "can Barca" sería conveniente que iniciaran sesiones intensivas de lo que es educación, civismo y honestidad. Si las instituciones catalanas entienden que el símbolo que los identifica ya no es la señera sino la llamada "estelada", deben modificar su estatuto de autonomía para su aprobación por el conjunto de catalanes. Mientras tanto, la "estrellada" es un símbolo prohibido, sectario y provocador para la legislación deportiva.

De igual modo, si el Barcelona piensa que su papel es hacer política, debe proceder en primer lugar a modificar sus reglas estatutarias, inscribiéndose en el registro de partidos políticos. Y acto seguido, retirarse de todas las competiciones deportivas y concurrir a las elecciones de rango político que en lo sucesivo se convoquen.

Por ello, nada me agradaría más que un club sano, honesto, trabajador y estrictamente deportivo, como es el Sevilla, mi Sevilla FC, le diera una lección de pundonor y limpieza a ese grupo de millonarios que sirven de instrumento para los fines perversos, ajenos al deporte, de quienes les pagan.

El domingo estará la humildad, la limpieza, la honra deportiva y el trabajo bien hecho frente a un producto mercenario que ha puesto el fútbol al servicio de una política sectaria, ofensiva incluso para muchos barcelonistas que repudian tal maniobra perversa. Mientras allí se manipula, aquí solo se canta...

"¡Y SEVILLA, SEVILLA, SEVILLA, AQUÍ ESTAMOS CONTIGO SEVILLA...!"





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