lunes, 11 de abril de 2016

CATALUÑA Colau utiliza una treta legal para contratar a afines como directivos. = Todos iguales; ahora toca, a los nuevos, vivir de la política ¿¿Tretas para incumplir las limitaciones de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Loca.???

  • Decreta que personal externo ostente cargos habitualmente ocupados por empleados públicos
  • Miembros de BComú o a la ex mano derecha en el PSC del actual gerente consiguen los puestos
  • Los fichajes más polémicos de Colau

 



 «Hacemos porras entre los funcionarios sobre quién va a ganar y acertamos», relata un empleado público del Consistorio a este diario. Otro considera que el sistema de selección está hecho «a medida».




CATALUÑA

Colau utiliza una treta legal para contratar a afines como directivos

  • Decreta que personal externo ostente cargos habitualmente ocupados por empleados públicos
  •  Miembros de BComú o a la ex mano derecha en el PSC del actual gerente consiguen los puestos
  • Los fichajes más polémicos de Colau


 

Ada Colau está utilizando una argucia legal para que personal externo afín al Gobierno de Barcelona ocupe puestos directivos del Consistorio.

La alcaldesa de la capital catalana firmó un decreto el 20 de noviembre de 2015 por el que establecía que hasta 35 direcciones «podrán ser ocupadas por titulares que no tengan la condición de funcionarios». Esa orden directa de la alcaldesa le está permitiendo situar en puestos destacados del organigrama técnico del Ayuntamiento a miembros de Barcelona en Comú (BComú), personas que incluso formaron parte de su lista electoral en las elecciones municipales o trabajadores que estuvieron vinculados profesionalmente en el pasado con comisionados o gerentes del actual Gabinete. Hasta seis de los recién nombrados directores cumplen alguna de esas condiciones, y las designaciones continúan.

El proceso de selección de este personal directivo, retribuido con 64.520 euros brutos anuales, se está realizando mediante concursos abiertos a los que puede concurrir cualquier ciudadano con estudios universitarios que acredite una experiencia mínima de tres años en «lugares de dirección» y cumpla requisitos tan abstractos como «poseer la capacidad funcional necesaria para el desarrollo del puesto de trabajo convocado». A algunas de las fases selectivas han llegado a presentarse más de cuarenta candidatos, pero en muchas de ellas el ganador ha acabado teniendo un vínculo con cargos del actual Gobierno municipal. «Hacemos porras entre los funcionarios sobre quién va a ganar y acertamos», relata un empleado público del Consistorio a este diario. Otro considera que el sistema de selección está hecho «a medida».

A través de uno de estos concursos fue nombrada el pasado 4 de marzo Marta Grabulosa como directora adscrita a la Oficina de la Gerencia Municipal. Grabulosa pasará a ser la mano derecha de Jordi Martí, el actual gerente, después de haber sido su jefa de gabinete durante el pasado mandato, cuando Martí era el líder del PSC en el Ayuntamiento.

En conversación con EL MUNDO, Martí aseguró que no participó en el proceso de selección de Grabulosa, al que se presentaron 42 aspirantes, y defendió la capacidad profesional de su subordinada, quien, entre otros cargos de responsabilidad, ostentó el de directora de gabinete del ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

El pasado 10 de marzo, otro de estos procesos de selección acabó con el nombramiento de Óscar Abril como director de Sectores Culturales e Innovación. Abril no era en absoluto un desconocido para Colau, pues ocupó el número 33 en la lista electoral de Barcelona en Comú (BComú). Hasta 22 candidatos optaron al concurso que acabó ganando el directivo de Colau, destituido el pasado año como director del Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón tras unos meses en el cargo.

Similar es el caso de David Llistar, un miembro de BComú convertido en nuevo director de Servicios de Justicia Global y Cooperación Internacional tras imponerse en un concurso al que optaron otros 16 candidatos. O el de Davide Malmusi, que venció a ocho aspirantes, y el pasado 10 de marzo fue nombrado director de Servicios de la Salud. Este ex investigador de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, sin experiencia previa como cargo directivo, hizo campaña públicamente por Colau e incluso se adhirió a un manifiesto de profesionales sanitarios que pedía abiertamente el voto para BComú.

Aida Guillén se convirtió en la nueva directora de Servicios de Derechos de Ciudadanía e Inmigración tras superar en otro de estos procesos selectivos a 21 aspirantes. Como gerente del Instituto de Derechos Humanos de Cataluña (IDHC), Guillén colaboró estrechamente con el observatorio DESC, la ONG en la que estaba empleada Colau y su mano derecha, Gerardo Pisarello. Guillén, Pisarello y el concejal de Vivienda de Barcelona, Josep Maria Montaner, incluso elaboraron juntos estudios sobre los derechos humanos en las ciudades.

Finalmente, Ester Vidal, nueva directora de Servicios de Economía Cooperativa, Social y Solidaria compartió en el pasado proyectos profesionales con Jordi Via, comisionado de la misma área de Gobierno y, por tanto, su nuevo jefe. Vidal y Via crearon unidos la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña. Vidal ganó un concurso en el que se habían postulado otros 15 candidatos.


Un argucia ideada por Trias para ganar cargos de confianza

Pese a renegar de la herencia de Xavier Trias, Ada Colau se está valiendo de una treta ideada por el ex alcalde de Barcelona para burlar las limitaciones de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (LRSAL), que obligó al Ayuntamiento de la capital catalana a reducir los cargos de confianza. En 2014, Trias impulsó la modificación del artículo 52 de la Carta Municipal de Barcelona -el máximo texto normativo del Consistorio- para que los directivos tuviesen una categoría profesional propia y no computasen como cargos de confianza, oficialmente llamados personal eventual. En este mandato, Colau ha visto como la LRSAL reducía de 163 a 92 los cargos de confianza. De esos 92 se quedó con 52, pues tuvo que ceder el resto a la oposición. De ahí que se acogiese a la modificación de la Carta Municipal impulsada por CiU en el pasado mandato para nombrar a los nuevos directivos sin ver reducida todavía más su cuota de personal eventual. Colau ratificó la argucia legal de CiU en el pleno del pasado octubre, con la abstención del PP y Ciutadans y el voto en contra de la CUP. Y, posteriormente, decretó que hasta 35 direcciones podrían ser ocupadas por personal externo al Consistorio. La diferencia entre lo hecho por Trias y Colau radica en que el ex primer edil de CiU nombró a sus directivos a dedo y la actual alcaldesa ha convocado concursos públicos para cubrir esas plazas. Aun así, los ganadores de esos procesos de selección han acabado estando ligados en muchas ocasiones a BComú o el Gabinete municipal.

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