- Decreta que personal externo ostente cargos habitualmente ocupados por empleados públicos
- Miembros de BComú o a la ex mano derecha en el PSC del actual gerente consiguen los puestos
- Los fichajes más polémicos de Colau
«Hacemos porras entre los funcionarios sobre quién va a ganar y acertamos», relata un empleado público del Consistorio a este diario. Otro considera que el sistema de selección está hecho «a medida».
CATALUÑA
Colau utiliza una treta legal para contratar a afines como directivos
- Decreta que personal externo ostente cargos habitualmente ocupados por empleados públicos
- Miembros de BComú o a la ex mano derecha en el PSC del actual gerente consiguen los puestos
- Los fichajes más polémicos de Colau
Ada Colau está utilizando
una argucia legal para que personal externo afín al Gobierno de Barcelona ocupe
puestos directivos del Consistorio.
La alcaldesa de la capital catalana firmó un decreto el 20 de noviembre de
2015 por el que establecía que hasta 35 direcciones «podrán ser ocupadas por
titulares que no tengan la condición de funcionarios». Esa orden directa de la
alcaldesa le está permitiendo situar en puestos destacados del organigrama
técnico del Ayuntamiento a miembros de Barcelona en Comú (BComú), personas que
incluso formaron parte de su lista electoral en las elecciones municipales o
trabajadores que estuvieron vinculados profesionalmente en el pasado con
comisionados o gerentes del actual Gabinete. Hasta seis de los recién nombrados
directores cumplen alguna de esas condiciones, y las designaciones continúan.
El proceso de selección de este personal directivo, retribuido con 64.520
euros brutos anuales, se está realizando mediante concursos abiertos a los que
puede concurrir cualquier ciudadano con estudios universitarios que acredite
una experiencia mínima de tres años en «lugares de dirección» y cumpla
requisitos tan abstractos como «poseer la capacidad funcional necesaria para el
desarrollo del puesto de trabajo convocado». A algunas de las fases selectivas
han llegado a presentarse más de cuarenta candidatos, pero en muchas de ellas
el ganador ha acabado teniendo un vínculo con cargos del actual Gobierno
municipal. «Hacemos porras entre los funcionarios sobre quién va a ganar y
acertamos», relata un empleado público del Consistorio a este diario. Otro
considera que el sistema de selección está hecho «a medida».
A través de uno de estos concursos fue nombrada el pasado 4 de marzo Marta
Grabulosa como directora adscrita a la Oficina de la Gerencia Municipal.
Grabulosa pasará a ser la mano derecha de Jordi Martí, el actual gerente,
después de haber sido su jefa de gabinete durante el pasado mandato, cuando
Martí era el líder del PSC en el Ayuntamiento.
En conversación con EL MUNDO, Martí aseguró que no participó en el proceso
de selección de Grabulosa, al que se presentaron 42 aspirantes, y defendió la
capacidad profesional de su subordinada, quien, entre otros cargos de
responsabilidad, ostentó el de directora de gabinete del ex presidente de la
Generalitat, Pasqual Maragall.
El pasado 10 de marzo, otro de estos procesos de selección acabó con el
nombramiento de Óscar Abril como director de Sectores Culturales e Innovación.
Abril no era en absoluto un desconocido para Colau, pues ocupó el número 33 en
la lista electoral de Barcelona en Comú (BComú). Hasta 22 candidatos optaron al
concurso que acabó ganando el directivo de Colau, destituido el pasado año como
director del Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón tras unos meses en
el cargo.
Similar es el caso de David Llistar, un miembro de BComú convertido en
nuevo director de Servicios de Justicia Global y Cooperación Internacional tras
imponerse en un concurso al que optaron otros 16 candidatos. O el de Davide
Malmusi, que venció a ocho aspirantes, y el pasado 10 de marzo fue nombrado
director de Servicios de la Salud. Este ex investigador de la Agencia de Salud
Pública de Barcelona, sin experiencia previa como cargo directivo, hizo campaña
públicamente por Colau e incluso se adhirió a un manifiesto de profesionales
sanitarios que pedía abiertamente el voto para BComú.
Aida Guillén se convirtió en la nueva directora de Servicios de Derechos de
Ciudadanía e Inmigración tras superar en otro de estos procesos selectivos a 21
aspirantes. Como gerente del Instituto de Derechos Humanos de Cataluña (IDHC),
Guillén colaboró estrechamente con el observatorio DESC, la ONG en la que
estaba empleada Colau y su mano derecha, Gerardo Pisarello. Guillén, Pisarello
y el concejal de Vivienda de Barcelona, Josep Maria Montaner, incluso
elaboraron juntos estudios sobre los derechos humanos en las ciudades.
Finalmente, Ester Vidal, nueva directora de Servicios de Economía
Cooperativa, Social y Solidaria compartió en el pasado proyectos profesionales
con Jordi Via, comisionado de la misma área de Gobierno y, por tanto, su nuevo
jefe. Vidal y Via crearon unidos la Federación de Cooperativas de Trabajo de
Cataluña. Vidal ganó un concurso en el que se habían postulado otros 15
candidatos.
Un argucia ideada por Trias para ganar cargos de confianza
Pese a renegar de
la herencia de Xavier Trias, Ada Colau se está valiendo de una treta ideada por
el ex alcalde de Barcelona para burlar las limitaciones de la Ley de
Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (LRSAL), que obligó
al Ayuntamiento de la capital catalana a reducir los cargos de confianza. En
2014, Trias impulsó la modificación del artículo 52 de la Carta Municipal de
Barcelona -el máximo texto normativo del Consistorio- para que los directivos
tuviesen una categoría profesional propia y no computasen como cargos de
confianza, oficialmente llamados personal eventual. En este mandato, Colau ha
visto como la LRSAL reducía de 163 a 92 los cargos de confianza. De esos 92 se
quedó con 52, pues tuvo que ceder el resto a la oposición. De ahí que se
acogiese a la modificación de la Carta Municipal impulsada por CiU en el pasado
mandato para nombrar a los nuevos directivos sin ver reducida todavía más su
cuota de personal eventual. Colau ratificó la argucia legal de CiU en el pleno
del pasado octubre, con la abstención del PP y Ciutadans y el voto en contra de
la CUP. Y, posteriormente, decretó que hasta 35 direcciones podrían ser
ocupadas por personal externo al Consistorio. La diferencia entre lo hecho por
Trias y Colau radica en que el ex primer edil de CiU nombró a sus directivos a
dedo y la actual alcaldesa ha convocado concursos públicos para cubrir esas
plazas. Aun así, los ganadores de esos procesos de selección han acabado
estando ligados en muchas ocasiones a BComú o el Gabinete municipal.
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