- Los técnicos interrogados admiten que tenían trabajadores de la Faffe colaborando en la gestión de los expedientes.
- 'Fantasmas' a sueldo de la Junta.
La comisión de investigación parlamentaria intenta estos días aclarar el papel político de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), que sirvió durante años como una agencia de colocación para un sinfín de allegados y familiares de dirigentes del PSOE, y que se extinguió en mayo de 2011. Tras su disolución, sus 1.500 trabajadores fueron subrrogados por el SAE, una incorporación de plantilla que cuesta a la Junta unos 25 millones de euros al año.
En casi todas las comparecencias, los técnicos interrogados admiten que tenían a trabajadores de la Faffe, que no eran funcionarios, colaborando en la gestión de los cursos. El ex jefe de servicio de la Dirección General de Formación de Sevilla entre noviembre de 2011 y julio 2015, Daniel Fito García, investigado por la juez Alaya, acusado por el testigo protegido de Alaya de impedirle hacer su trabajo, y que obtuvo su plaza en un inusual procedimiento, se esforzó ayer por asegurar que los trabajadores de la Faffe no tenían potestades administrativas.
«¿No tocaban expedientes? ¿Qué significa que hacían un apoyo administrativo?¿Tocaban el expediente sí o no? ¿Qué documentos?», inquirió la diputada del PP Teresa Ruiz Sillero.
«Lógicamente tocaban los expediente y los documentos, pero no creo que eso vulnere las potestades administrativas», tuvo que admitir el funcionario, que también reconoció que su mujer era trabajadora de esa agencia.
¿Y todo es un monumental fraude?
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