lunes, 7 de marzo de 2016

'Caza de brujas' en la federación andaluza. UGT pide encarcelar al empleado que destapó el fraude en Andalucía frente a la benevolencia dispensada a los trabajadores que aparecen en los correos electrónicos dando instrucciones sobre cómo falsear, presuntamente, las facturas. Ni uno ha sido sancionado. + Artículo de opinion: Caza de brujas' en UGT para intentar tapar sus desmanes = Y así es, con hechos, el sindicato amigo de los junteros, que pacto con estos la Ley de Reordenación del Sector Público.

A CORRUPCIÓN SINDICAL'Caza de brujas' en la federación andaluza UGT pide encarcelar al empleado que destapó el fraude en Andalucía 
  •  Acusa a un antiguo administrativo de revelación de secretos por copiar 22.500 archivos publicados "en parte" por EL MUNDO
  • La central alentó la campaña "huelga no es delito" a favor de ocho sindicalistas de Airbus enjuiciados 

  • Caza de brujas' en UGT para intentar tapar sus desmanesSorprende que el comportamiento de UGT a la hora de afrontar las acusaciones de corrupción sea similar al de algunos partidos políticos. En lugar de abrir una investigación interna para despejar todas las dudas sobre una posible trama de financiación irregular del sindicato y colaborar con la Justicia se dedica a organizar una 'caza de brujas' contra varios de sus ex trabajadores.

http://www.elmundo.es/andalucia/sevilla/2016/03/06/56dc9114e2704e38488b45b4.html

http://www.elmundo.es/opinion/2016/03/07/56dc8415ca4741de628b4622.html


A CORRUPCIÓN SINDICAL

'Caza de brujas' en la federación andaluza UGT pide encarcelar al empleado que destapó el fraude en Andalucía 


  •  Acusa a un antiguo administrativo de revelación de secretos por copiar 22.500 archivos publicados "en parte" por EL MUNDO
  • La central alentó la campaña "huelga no es delito" a favor de ocho sindicalistas de Airbus enjuiciados 

La federación andaluza de UGT sigue adelante con la 'caza de brujas' que desató en 2013 tras ver publicada en EL MUNDO y otros medios de comunicación la contabilidad interna del sindicato, que dio origen al escándalo de las facturas falsas y prueba la presunta financiación irregular de UGT-A que ahora está investigando el Juzgado de Instrucción 9 de Sevilla.

La 'caza de brujas' conocida hasta ahora iba dirigida contra Laureano Conde, el trabajador cesado de forma fulminante por UGT-A en diciembre de 2013, acusado de borrar 1.756 ficheros informáticos.


Pero no es la única víctima. R.M.C., otro ex empleado del sindicato, se enfrenta ahora a una petición de UGT-A de nada menos que cuatro años de cárcel por delitos de revelación de secretos, después de que salieran a la luz los desmanes contables de los ugetistas. Entre los desvíos de subvenciones más llamativos documentados por este diario están las comilonas en la Feria de Abril en la caseta de UGT-A y los 700 maletines fabricados en Asia que se repartieron en un congreso regional del sindicato. Todos ellos se pagaron de fondos procedentes de la Unión Europea -y distribuidos por la Junta- que tenían que haber sido destinados a la lucha contra el desempleo. Dicho fraude se realizó mediante la falsificación de facturas.


El administrativo afectado lamenta que el mismo sindicato que se ha movilizado para defender a los representantes laborales de Airbus -para los que la Fiscalía reclamaba también penas de prisión- sea también el que inste al Ministerio Público a encarcelarle a él bajo la acusación de destapar un fraude.



En el caso de Airbus, toda la cúpula sindical de UGT, con Cándido Méndez a la cabeza, arropó a los sindicalistas enjuiciados y se implicó en la campaña Huelga no es delito. «Y revelar la presunta corrupción del sindicato de la que acusan a un administrativo, ¿es delito?», se pregunta ahora R. M. C.


La federación andaluza de UGT, que encabeza la secretaria general Carmen Castilla, acusa a este ex trabajador de hacer una «copia masiva» de 32 carpetas que contenían unos 22.500 ficheros, que «al menos en parte fueron publicados en prensa desde el 21 de abril de 2013», según el escrito de acusación del sindicato, en poder de EL MUNDO.





R.M.C. estuvo trabajando en el área de compras del sindicato como administrativo entre el 5 de diciembre de 2008 hasta el 30 de noviembre de 2012. El presunto copiado de archivos que le achaca el sindicato se produjo unos días antes de su marcha, el 7 de noviembre de 2012.


Lo llamativo es que el sindicato acusa a su administrativo de copiar una carpeta que se llama «compras/confidencial/compras, que como su nombre indica es confidencial», según el escrito de UGT-A.


Para sostener semejante acusación, el sindicato contrató a la empresa especializada Forest Digital Evidence, con la finalidad de que analizara los equipos informáticos asignados a sus empleados para determinar si desde alguno se sustrajo «información confidencial y sensible, considerada por UGT-A como indebida y no autorizada», afirma el sindicato en la querella que interpuso contra R.M.C.


El 5 de septiembre de 2013, técnicos de Forest Digital, en presencia de trabajadores del sindicato y de la presidenta del comité de empresa, precintaron los discos duros de catorce ordenadores que quedaron bajo la custodia de una notaria que se desplazó a la sede regional de UGT-A en Sevilla.


Al día siguiente, el sindicato llevó a la notaría los ordenadores de R.M.C. y Laureano Conde para que la empresa especializada los analizara. En esa fecha, ninguno trabajaba ya en UGT-A. En el juicio por el despido de Conde, celebrado a finales del pasado enero, quedaron en evidencia los fallos en la custodia de los equipos informáticos.


De hecho, la intervención de esta empresa con los ordenadores se produjo diez meses después de que R.M.C. hubiera sido despedido, de manera que no es descabellado pensar que alguien pudiera haber introducido esta carpeta en el ordenador que tuvo asignado este ex empleado de UGT.


No es el único indicio para llegar a esta conclusión. Ninguno de los atestados que ha elaborado la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en las pesquisas sobre las presuntas facturas falsas hacen referencia a la carpeta «confidencial» en la que estarían las pruebas de los desmanes de UGT. Todo ello pese a que los investigadores de la UCO clonaron los servidores, discos duros y material informático que había en la sede de UGT-A en Sevilla tras registrarla durante más de diez horas en diciembre de 2013 por orden de la juez Alaya.


Además de la condena de cuatro años de cárcel, el sindicato solicita que su antiguo administrativo le pague una indemnización de 60.000 euros en concepto de daño moral, «solicitándose la prestación de fianza o embargo de bienes del acusado y personas jurídicas responsables en cuantía suficiente para garantizar las responsabilidades civiles reclamadas», dice el escrito de acusación.


La Fiscalía también reclama una condena de tres años de prisión para R.M.C. por un delito de revelación de secretos.


Inicialmente, la querella de UGT-A iba dirigida contra este ex trabajador y contra Laureano Conde, al que acusaron de causar un «daño irreparable» al sindicato con el borrado «masivo» de los 1.756 archivos. Sin embargo, el juzgado archivó la causa contra él, al no encontrar ninguna prueba.


Contrasta la dureza mostrada por el sindicato contra ambos ex empleados con la benevolencia dispensada a los trabajadores que aparecen en los correos electrónicos publicados por este diario dando instrucciones sobre cómo falsear, presuntamente, las facturas. Ni uno ha sido sancionado.

Las cifras


·         22.500. Es el número de ficheros que, según UGT-A, copió el ex trabajador del sindicato R. M. C. de las carpetas en red.
·         60.000 Es la suma que reclama el sindicato a su ex empleado por daño moral. Pidió una fianza o el embargo de bienes del acusado.

·         4 años. Es la condena que exige UGT por un presunto delito de revelación de secretos.




Caza de brujas' en UGT para intentar tapar sus desmanes


Sorprende que el comportamiento de UGT a la hora de afrontar las acusaciones de corrupción sea similar al de algunos partidos políticos. En lugar de abrir una investigación interna para despejar todas las dudas sobre una posible trama de financiación irregular del sindicato y colaborar con la Justicia se dedica a organizar una 'caza de brujas' contra varios de sus ex trabajadores.



La federación andaluza de la organización sindical pide nada menos que cuatro años de cárcel y 60.000 euros de indemnización por delitos de revelación de secretos a un empleado administrativo, que responde a las siglas R.M.C., al que despidió en 2012. Supuestamente, según la acusación de UGT-A, encabezada por su secretaria general, Carmen Castilla, este trabajador habría copiado 32 carpetas y 22.500 archivos considerados por el sindicato como «confidenciales».


Desde que este periódico documentase algunos de los desvíos de subvenciones más escandalosos, como las comilonas organizadas en la caseta del sindicato en la Feria de Abril o los 700 maletines fabricados en Asia para repartir en un congreso regional, UGT-A inició una persecución interna. Además de R.M.C., otro trabajador, Laureano Conde, fue acusado de haber realizado un borrado de más de 1.700 ficheros informáticos.


El sindicato llegó incluso a contratar una empresa informática especializada para analizar los equipos de algunos empleados y determinar si desde ellos se había filtrado información no autorizada. Y especialmente desde los ordenadores de estos dos ex empleados. Sin embargo, en el juicio celebrado contra Conde a finales del pasado mes de enero, quedaron en evidencia los fallos en la custodia de los equipos informáticos. Además, se da la circunstancia de que el análisis de los ordenadores se realizó 10 meses después de que R.M.C. abandonase el sindicato, por lo que resultaría imposible achacar al trabajador despedido todo lo que se encontrase en su antiguo equipo. Por último, en ninguno de los atestados elaborados por la UCO de la Guardia Civil durante su investigación sobre las facturas falsas y la presunta financiación irregular del sindicato se hace referencia a las carpetas supuestamente copiadas.


Cándido Méndez, que se ha negado a asumir sus responsabilidades políticas como secretario general de UGT, debería dedicar sus esfuerzos y los recursos del sindicato para aclarar si su organización se financió ilegalmente. No en tomar represalias contra sus ex trabajadores. Porque contrasta el acoso a estos dos ex empleados con la impunidad en la que han quedado los que aparecen en los correos electrónicos publicados por este diario dando instrucciones sobre cómo falsear, presuntamente, las facturas. A ninguno de ellos se le ha abierto un expediente por su hipotética participación en posibles delitos de falsedad.




Nuestros lectores saben bien que además del caso de las facturas falsas UGT está siendo investigada por el desvío de fondos en los cursos de formación. Si Méndez, que abandonará el cargo la semana próxima, no es capaz de salir al paso de estas acusaciones, dejará manchado su legado de 22 años al frente del sindicato. Y lo que es peor, ha levantado una sombra de duda sobre una organización sindical fundamental en la defensa de las libertades democráticas y los derechos de los trabajadores en nuestro país.

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