- Ex empleado de UGT-A. La federación andaluza de UGT pide cárcel para su ex administrativo Roberto Macías, al que acusa de copiar 22.500 archivos confidenciales.
- Macías rompe su silencio con EL MUNDO para denunciar el acoso del que se siente víctima.
- "En el sindicato se falseaban facturas diariamente. Era algo normalizado"
- "Quieren mi cabeza. Soy víctima de la caza de brujas para buscar al filtrador"
- Cándido Méndez: el adiós del 'tercer vicepresidente' de Zapatero
CASO
UGT. Entrevista a Roberto Macías, ex trabajador de UGT-A
"Vi
cómo se cocinaba en UGT el desvío de las ayudas"
- Ex empleado de UGT-A. La federación andaluza de UGT pide cárcel para su ex administrativo Roberto Macías, al que acusa de copiar 22.500 archivos confidenciales.
- Macías rompe su silencio con EL MUNDO para denunciar el acoso del que se siente víctima.
- "En el sindicato se falseaban facturas diariamente. Era algo normalizado"
- "Quieren mi cabeza. Soy víctima de la caza de brujas para buscar al filtrador"
- Cándido Méndez: el adiós del 'tercer vicepresidente' de Zapatero
Cuando este diario pidió a Roberto Macías hacerle una foto ante la
sede regional de UGT en Sevilla, en la que estuvo trabajando seis años, tuvo
que esperar a que se hiciera de noche y no quedara nadie en el edificio. El ex
administrativo de origen mexicano afincado en Sevilla se ha convertido en un
apestado para la central sindical, que pide para él cuatro años de cárcel por
un delito de revelación de secretos, tras acusarlo de ser el filtrador del
escándalo de las facturas falsas.
P¿Copió los 22.500
archivos de la contabilidad de UGT que dejan al
descubierto los desmanes del sindicato, como afirman?
R. No, no fui yo. Lo quiero dejar rotundamente claro. Ya lo
manifesté en sede judicial.
P. El sindicato
pide cuatro años de cárcel y que les abone una indemnización de 60.000 euros
por los daños morales.
R. Es una acusación de canallas. Un
despropósito sin sentido. Se consuma una injusticia. Estoy en desempleo desde
hace más de tres años y para mí es muy difícil engancharme al mercado laboral
porque, en cualquier entrevista, estoy aniquilado por mi paso por UGT.
P. La base de la acusación es el ordenador
en el que trabajó, que el sindicato analizó diez meses después de su despido.
¿Cree que le han tendido una trampa?
R. Esta acusación es
falsa. No se sostiene y cuando lo logre demostrar, ¿quién me va a resarcir de
estos tres años de mi vida machacados? ¿Una trampa? UGT ha hecho una caza de
brujas para buscar al filtrador. Quieren mi cabeza.
P¿Por qué usted?
R. Me han elegido a mí como
un aviso a navegantes porque había
un ERE y estaban despidiendo a mucha gente del
sindicato, las fundaciones... Y
fue como decirles 'señores, como alguien filtre información, mire lo que le va
a pasar'. Y me eligen a mí porque soy inmigrante, sin respaldos,
sin familia. Soy la cabeza de turco perfecta.
P Es llamativo que mientras hay
sospechosos de la presunta financiación irregular del sindicato que ni han ido
a declarar al juzgado, usted está a punto de ser juzgado.
R. Me sorprende la desigualdad. Para mí, toda la rapidez de la ley y todo el peso de una
organización que quiere mi cabeza,
mientras a sus imputados les siguen pagando sus defensas.
Soy una gran víctima de UGT. Me he sentido
maltratado, humillado, no se ha respetado mi presunción de inocencia y han
intentado destruirme la vida...
P. Estuvo trabajando como administrativo
en Sevilla en el área de compras de UGT de Andalucía entre 2006 y 2012. ¿Qué
hacía?
R. Durante mucho tiempo fui secretario de Federico Fresneda [el ex tesorero
de UGT-A que está imputado y fue detenido en el marco de las pesquisas que
sigue el Juzgado de Instrucción 9 de Sevilla por la presunta trama de las
facturas falsas destapada por EL MUNDO]. Le
llevaba temas de agenda y le filtraba
llamadas.
P. ¿Fue testigo de cómo se falseaban las
facturas para desviar subvenciones de la Junta?
R. Sí,
diariamente, era algo normalizado. Era parte de la actividad del departamento
de justificaciones y compras.
P¿Y qué vio?
R. Vi cómo se cocinaba en UGT ese sistema para desviar sistemáticamente ayudas de la
Junta de Andalucía a través del cobro de mordidas y rápel a los proveedores a
través del sistema de los botes.
P. ¿Y ningún empleado
de UGT dio la voz de alarma?
R. Si algún trabajador tomaba la
iniciativa, le cortaban la mano. No se movía ningún papel sin el conocimiento de Federico.
Ejercía un control férreo porque había cosas que no estaban bien y tenía que controlarlas.
Nadie cuestionaba ninguna decisión u orden de Federico porque era como una ley
suprema debía ejecutarse.
P. Pero no actuaría solo.
R. Claro. Él le rendía cuentas a Pastrana [el ex secretario general de
UGT-A, también imputado en la trama de las facturas falsas].
Cuando lo
llamaba, acudía con prontitud.
P. Menuda sensación de impunidad debían
tener.
R. Yo alguna vez escuché: 'como entre aquí la Guardia Civil'. Los trabajadores se escandalizaban de las cosas que se
hacían para justificar las subvenciones.
P.-¿Los empleados eran
conscientes de que las comilonas en la caseta de la Feria de Abril se cargaban
a las subvenciones de la Junta?
R. Cuando te
invitan a un sitio no te cuestionas de dónde viene el dinero, pero es verdad
que eran unas buenas Ferias de Abril. Nos
invitaban a todos los trabajadores de UGT Andalucía y UGT Sevilla. Jamás me
cuestioné el origen del dinero. Ni me lo podía imaginar
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