OPINIÓN. Abusos, abusos y más abuso
El chanchulleo con el empleo y la contratación en la Junta de Andalucía
parecía que estaba en stand by. Pues bien, el botón de encendido ya se apretó y
de qué manera. ¿Los perjudicados? Los de siempre: arcas del estado autonómico,
funcionarios de oposición a los que ningunea la Junta una y otra vez, el
contribuyente porque se le vuelve a engañar, duplicando servicios y, por
supuesto, el usuario porque se encuentra un personal desmotivado, en el mejor
de los casos, o incompetente por falta de preparación. ¿Los beneficiarios?
También los mismos de siempre: enchufados provenientes de todos los partidos,
cierto y verdad que en su mayoría del PSOE.
Los funcionarios de la Junta de Andalucía, en concreto los que se
encuentran en el SAE vienen denunciando la desigualdad de derechos que existen
en la Administración andaluza y especialmente en esta Agencia de Régimen
Especial dependiente de la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio.
Funcionarios de la propia administración me confirman que la plantilla del SAE
se ha incrementado considerablemente por personal externo o subrogados sin
pasar por ningún procedimiento reglado, como los procedentes de la extinta
Fundación Andaluza de Fondo de Formación y Empleo (Faffe), los Memtas que
procedían del Plan de Medidas Extraordinarias para la Mejora de la
Empleabilidad de las personas demandantes de Empleo y los Alpes (Agentes
Locales de Promoción de Empleo).
Y como consecuencia de su llegada, en el mes de octubre los funcionarios
del SAE de toda Andalucía no han cobrado el complemento de productividad, que
es una retribución complementaria regulada por una Orden, y aunque esta
percepción no implica derecho alguno a su mantenimiento, sí genera una
desigualdad de derechos respecto al resto de personal funcionario de otras
consejerías. El impago de este complemento de productividad, destinado a pagar
los numerosos sueldos de este personal externo que configura la administración
paralela según denuncian los funcionarios, se interpreta como una precariedad
económica que va en aumento en el SAE y que puede poner en peligro no ya sólo
el citado complemento en las siguientes mensualidades, sino las propias nóminas
de meses venideros o la tan ansiada paga extraordinaria de Navidad.
Pero las críticas de los funcionarios del SAE no se quedan en la cuestión
económica. Aluden también a la falta de espacio dentro de las oficinas y a la
falta de mesas y ordenadores como consecuencia de la llegada de este nuevo
personal, que en muchos casos permanecen sin carga de trabajo y cobrando un
sueldo que es superior al de la mayoría del personal funcionario, lo cual
genera un gran malestar entre compañeros de oficina que deriva en un mala
atención al ciudadano.
En definitiva, el SAE se ha convertido en un coladero de ese personal que
no quiere nadie, sin ocupación, oficio ni beneficio, un personal que entra a formar
parte de una Administración pública pagada por todos que contrata a quien
quiere, que tarda en aprobar Ofertas de Empleo Público y cuando las aprueba son
insuficientes, repercutiendo en aquellos opositores que estudian unas
oposiciones sacrificando su esfuerzo y su dinero, en el usuario -el
contribuyente- y, en definitiva, en el
pueblo andaluz que sigue engañado por sus gobernantes.
El destino de los fondos
La Guardia Civil
investiga si una fundación de la Junta pagó salarios a más trabajadores
'fantasma'
- Se busca casos como el de Antonio Torres, ex alcalde de Lebrija
La Guardia Civil ha reclamado distinta documentación para descartar o
confirmar «la existencia de una bolsa de fraude, a través de pagos de salarios
a personas que no realizarían ningún tipo de actividad laboral» en la Fundación
Pública Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe).Los investigadores tratan
de averiguar si hay algún caso más de empleados fantasma en la Faffe que
cobraban de esta Fundación de la Junta sin trabajar en ella. El caso más
llamativo que ya ha salido a la luz es el del ex alcalde del
municipio sevillano de Lebrija, Antonio Torres (PSOE), que habría cobrado 535.452,64 euros brutos entre
2006 y 2013 y al que la Guardia Civil, en su oficio, no cita.Dentro de la
investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por presunta
malversación de fondos con subvenciones de la Junta de Andalucía, los agentes
han solicitado información al Servicio de Prevención de Delitos Económicos de
la Tesorería General de la Seguridad Social, según un oficio al que tuvo acceso
Efe.
En el oficio remitido al Juzgado de Instrucción 6, donde se sigue una
investigación por los cursos de formación financiados con fondos públicos, la
Guardia Civil recuerda que Faffe recibió entre 2009 y 2010 dos subvenciones
para minimizar el cierre de Delphi por un importe de 5,4 millones de euros.Con
parte de esas subvenciones se hicieron contratos de trabajo que creaban «una
apariencia de relación jurídico-laboral para justificar el alta en la Seguridad
Social, como único medio para proporcionar a los ex trabajadores de Delphi, de
manera velada, el acceso a una ayudas y/o las prestaciones a las que, de otro
modo, no tendrían derecho», según la Guardia Civil.Los agentes no descartan
«por tanto, la existencia de otras personas en la misma situación» que el ex
alcalde de Lebrija.La Faffe se constituyó en mayo de 2003 y en mayo de 2011 se
integró en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) hasta que se disolvió y el SAE
asumió sus competencias.
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