170 toneladas
MIGUEL ÁNGEL VÁZQUEZ, portavoz del Gobierno autonómico, ha anunciado que
remitirá «en tiempo y forma» a los grupos parlamentarios toda la documentación
relativa al pluscuampresunto fraude de la formación profesional. Como se sabe,
al poco tiempo de que saltara el escándalo, la Junta se apresuró -eso se dijo-
a revisar las ayudas, detectar anomalías y reclamar de oficio el dinero
indebidamente cobrado. Lo suyo habría sido encargar la cosa a auditores
externos públicos (inspectores de Hacienda, por ejemplo), por aquello de que la
mujer del César no sólo debe ser honesta, sino parecerlo. Pero no. La Junta no
suele admitir otras culpas que las derivadas de la Teoría de los Cuatro Golfos.
Si hay indicios de mondongo, nuestros gobernantes se rasgan estentóreamente las
vestiduras y aplican a continuación el principio del cuatrogolfismo, casi
siempre en formato Gila: «¿alguien ha mangado a alguieeen?». Es comprensible,
en este sentido, que Vázquez anuncie el cumplimiento de una elemental medida de
higiene y juego limpio democráticos con despapuchos dirigidos a la oposición:
ellos (el Gobierno) no son culpables de otra cosa que de exceso de buena fe,
una virtud siempre elogiable. El PP, a su juicio, practica una especie de
gamberrismo parlamentario consistente en hacer ruido y no currar. Que Vázquez
ocupe un cargo de relevancia en la política andaluza diciendo las cosas que
dice sólo significa -o tempora o mores- que buena parte de nuestros paisanos no
leen nunca el periódico. Y es que el caso de la formación profesional (como
otros notorios ejemplos de mangancia institucionalizada habidos en
mmiandalussia, desmenuzados inapelablemente por la prensa) sólo ha sido posible
por la negligencia, o connivencia, o inoperancia de la administración andaluza.
Y sólo esto último sería, si acaso, un reproche asumible por el susanismo
político, siempre, claro está, que se formulara la acusación en pasado. Es más:
seguro que Juan Marín se apuntaría al cómodo mantra de la inoperancia
pretérita. El líder de Ciudadanos se ha revelado como un virtuoso de la
inanidad política.
Parece empeñado en convertir su partido en anécdota.Vázquez enviará a los
grupos parlamentarios ciento setenta toneladas de papel. Es decir: 31 millones
de folios que ocupan 400 metros cúbicos. Este énfasis cuantitativo, deduzco,
significa que Vázquez no quiere que se lean y que le importa un pito el cambio
climático. Qué astuto, pero también qué iluso: unos cuantos escáneres
profesionales de documentos digitalizarían esa millonada de folios en un par de
semanas. Luego sólo habría que empezar a aplicar sobre los archivos búsquedas
cruzadas para descubrir los secretos que ocultan. Si yo fuera miembro de la comisión
no me limitaría a olfatear convolutos escondidos entre semejante montaña de
documentos. Experimentaría un indescriptible placer morboso en comprobar la
dimensión de la catástrofe formativa andaluza, esa miríada de cursos grotescos
cuyo fin último ha sido más bien la recaudación que la ocupación. Este
es el convoluto del convoluto, para entendernos.
Ciuda anos|!!!!!
;Protocolo de actuación contra la corrupción ¿¿??; hechos no palabras, es evidente lo que están haciendo en Andalucía....¿Pero como....?
http://www.elmundo.es/andalucia/2015/11/11/5642ed54e2704ec21b8b45d1.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...