lunes, 28 de septiembre de 2015

Soberbia o tontería, por Antonio Gala = Un político ha de serlo por exigencias de su pueblo, nadie consciente acepta la carga que tal responsabilidad lleva consigo; nadie de verdad inteligente desea gobernar y hacerse responsable de los irresponsables.... ¿Quien acepta, hoy en día, una carta tan dura como es el bien ajeno?

LA TRONERA
Soberbia o tontería


SER POLÍTICO no es aconsejable, salvo que traiga bien (al pueblo, no al político). En España acostumbramos respetar a quien nos presentan como tal: somos bastante imbéciles. Abrimos nuestros brazos y, aún peor, nuestras esperanzas, al primero que llega: a un catalán, por ejemplo. Un político ha de serlo por exigencias de su pueblo. Nadie de verdad inteligente desea gobernar y hacerse -ni por amor siquiera- responsable de los irresponsables. Para eso se requiere algún grado de deficiencia mental. O de trastorno, al menos. La soberbia no da para esa estupidez. Nadie consciente acepta la carga que tal responsabilidad lleva consigo. El político es una excepción: generoso de sí, ha de darse a ciegas después de poner a prueba su generosidad, su inteligencia, su amor al género humano que lo obliga a aceptar una carga tan dura como es el bien ajeno. Tener una vocación así requeriría la existencia de dios y su claro mandato. Y dios, si existe, calla y tolera. Quien se dedica a la política da pruebas de su escasez mental. Su escasez económica es la peor de las justificaciones. Yo quiero al pueblo y no a sus gobernantes. Siempre fui así. Y lo seguiré siendo. Todo buen gobernante lo es a la pura fuerza. Los demás son imbéciles. Ojalá fuesen cariñosos también



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