Independientemente de la ideología y de las
lecturas de cada cual, es absolutamente incomprensible que haya alguien en su
sano juicio que quiera ponerse en las manos de indocumentados como los citados
en este artículo. Y los que lo hacen, terminan creyéndose que Maduro habla con el espíritu de Chávez a través de un
pájaro o que Andalucía podrá funcionar algún día desde un punto de vista
político. En cualquier caso, a esta gente no hay que tenerle ningún
temor más allá de aquel que proviene del estropicio
que pueden causar los estúpidos. Nada
más. Cierto que las páginas de los libros de
historia están llenas de patanes pero también de héroes
dispuestos a batirse hasta la última gota de sangre. Si tienen dudas de lo que aquí les dejo escrito, convoquen
a los espíritus de la Cochabamba para que les cuenten historias sobre unos tipos
rudos, con armadura y que manejaban el acero como nadie. Recuerdos, y muy buenos, que evocan una leyenda muy española; “con la espada y el compás y más y
más y más”.
Recuerdos 2, por Sergio Calle Llorens
Independientemente de la
ideología y de las lecturas de cada cual,
es absolutamente
incomprensible que haya alguien en su sano juicio que quiera ponerse en las
manos de indocumentados como los citados en este artículo. Y los que lo hacen,
terminan creyéndose que Maduro habla con
el espíritu de Chávez a través de un pájaro o que Andalucía podrá
funcionar algún día desde un punto de vista político. En cualquier caso, a esta gente no hay que tenerle ningún
temor más allá de aquel que proviene del estropicio
que pueden causar los estúpidos. Nada
más. Cierto que las páginas de los libros de
historia están llenas de patanes pero también de héroes
dispuestos a batirse hasta la última gota de sangre. Si tienen dudas de lo que aquí les dejo escrito, convoquen
a los espíritus de la Cochabamba para que les cuenten historias sobre unos tipos
rudos, con armadura y que manejaban el acero como nadie. Recuerdos, y muy buenos, que evocan una leyenda muy española; “con la espada y el compás y más y
más y más”.
La autonomía andaluza es
como aquel marido que, tras más de tres largas décadas de continuos gatillazos,
promete que con el nuevo tratamiento contra la impotencia será como el Molino;
con pases de mañana, tarde y noche. La esposa, cansada de que no le
haya dado jamás una alegría a la entrepierna, no se cree ni la mitad y piensa,
como todas las señoras insatisfechas, que a falta
de tortas el inepto del consorte podría usar la lengua para algo más que hacer
predicciones que nunca se cumplen. Es un hecho que los socialistas son tan
impotentes para crear empleo como algunos maridos en el tálamo. A ambos grupos me ofrezco, y de forma gratuita, a enseñarles
un par de trucos para que mejoren sus paupérrimas prestaciones.
La
Bolivia de Evo Morales, en cambio, siempre me ha recordado a ese viejo
hechicero vestido con plumas de gallina que trata de curar un cáncer con un
sonajero. Por
tanto, no es extraño que el presidente de ese cochambroso país haya regalado al
Papa Paco un crucifijo con la hoz y el martillo. El símbolo de la ideología que
ha causado más de cien millones de muertos en todo el mundo. Algunos señalan al
consumo excesivo de la hoja de coca como el causante de sus desvaríos. Esas
perlas que van desde apuntar “al consumo de pollo cargado de hormonas femeninas
como responsable de las desviaciones sexuales de los hombres”, hasta sus
revelaciones eróticas; “cuando voy a los pueblos quedan todas las mujeres
embarazadas y en sus barrigas escriben
Evo cumple”. Y qué decir de ese otro “mujeres aguantan, Evo no se cansa”. En definitiva, el
presidente bolivariano es el mejor haciendo lo que hace; el indio. No hace falta añadir
nada más.
Pablito Iglesias intentó
marcarse un Alfonso Guerra forzando a retrasar la salida de un avión de la
Compañía Iberia. Y eso
sin ni quiera haber llegado, al menos de momento, a presidente de la comunidad
de vecinos de su bloque. El bolivariano, que siempre me ha recordado a una hiena
antes de un ataque, tiene un ego tan grande que está convencido que tras
Jesucristo- el de la cruz de Morales-
es el hombre más
importante nacido en este mundo. Lástima
que Tsipras, algo estresado el hombre, no supiera nada al respecto y pasara
olímpicamente de él el otro día en el parlamento europeo para alegría de
Alberto Garzón, hombre celoso donde los haya.
Independientemente de la
ideología y de las lecturas de cada cual,
es absolutamente
incomprensible que haya alguien en su sano juicio que quiera ponerse en las
manos de indocumentados como los citados en este artículo. Y los que lo hacen,
terminan creyéndose que Maduro habla con
el espíritu de Chávez a través de un pájaro o que Andalucía podrá
funcionar algún día desde un punto de vista político. En cualquier caso, a esta gente no hay que tenerle ningún
temor más allá de aquel que proviene del estropicio
que pueden causar los estúpidos. Nada
más. Cierto que las páginas de los libros de
historia están llenas de patanes pero también de héroes
dispuestos a batirse hasta la última gota de sangre. Si tienen dudas de lo que aquí les dejo escrito, convoquen
a los espíritus de la Cochabamba para que les cuenten historias sobre unos tipos
rudos, con armadura y que manejaban el acero como nadie. Recuerdos, y muy buenos, que evocan una leyenda muy española; “con la espada y el compás y más y
más y más”.
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