Bla, bla, bla, ....y ¿están sin blanca? ¿Quién
pagará la “gestión juntera basada en “promesas” ......?
Como si la crisis fuera ya
cosa del pasado, no hay mención entre los 70
puntos del pacto entre el PSOE andaluz y Ciudadanos de la necesidad de respetar
el objetivo de déficit y de deuda. Al contrario, las señales son de que la
Junta de Susana Díaz entra en una nueva fase alegre de más gasto y menos
ingresos con el voto a favor de la formación que lidera Albert Rivera. Para un inversor extranjero que lea el pacto y, al
mismo tiempo, el último informe de Moody's sobre la solvencia de la Junta
andaluza, la impresión será de preocupación. La
agencia líder de calificación de solvencia mantiene a Andalucía en Ba1, es
decir, en bono basura por su «riesgo crediticio significativo». El pasado año el rating era incluso peor, aunque la consejera de
Hacienda andaluza, María Jesús Montero, logró que Moody's le mejorara un
peldaño, pero sin conseguir aún que le sacara de la lista negra que ya
han abandonado el grueso de las comunidades. Fitch y
Standard&Poor's confían más que Moody's en la Junta andaluza
-siempre
que no haya un gran impacto del fraude en los cursos de formación-
pero menos que en otras autonomías.
A este mejorable cartel internacional hay que
unir que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal
(AIReF) mantiene a Andalucía en las comunidades con «elevado riesgo de
desviación» del cumplimiento del objetivo de déficit este año. El
organismo que preside José Luis Escrivá se basa en que Susana
Díaz logró cumplir el déficit en 2014 de forma raspada y con ingeniería
financiera de venta de edificios para cuadrar cuentas. La deuda de Andalucía superaba los 29.000 millones a
cierre de 2014, de los cuales la mitad corresponden ya al fondo de rescate del
Estado tanto por pago a proveedores como por el Fondo de Liquidez Autonómica
(FLA).
Sin embargo, Díaz no hizo mención alguna
en su discurso de investidura a la necesidad de devolver dinero al Estado ni a los inversores ni tampoco al
cumplimiento de la senda de déficit. Tampoco Ciudadanos ha pedido un compromiso
explícito a Díaz en este sentido, sino al contrario, se ve más
gasto público y menos perspectivas de recaudación con un impacto presupuestario
no cuantificado.
En cuanto a impuestos, el
pacto es la «reducción entre 2 y 3,5 puntos en el tramo autonómico del IRPF
para clases medias y bajas». Es decir, lo mismo que ya prometió Díaz en su
programa electoral con un matiz. Entonces, se prometió bajar los impuestos sólo
si el Ministerio de Hacienda procedía a «la devolución de los 1.235 millones
que adeuda por la recaudación del IRPF». Ahora, ni aunque no lo devuelva. También prometen nuevas deducciones autonómicas en el
IRPF por creación de empleo. Sin embargo, Ciudadanos y
PSOE han pactado a la vez «la plena ejecución de la política de dependencia»,
que es especialmente costosa en Andalucía, dadas sus dificultades financieras
para ponerla en marcha. Según aseguró el martes en el Congreso la
diputada del PP Macarena Montesinos, la media de espera para obtener
reconocimiento de la prestación en Andalucía es de 310 días frente a los 49 de
media nacional.
C's y PSOE prometen también
más gasto en sanidad y educación, anticipo de becas, creación de una entidad
pública de crédito de Andalucía, 40 nuevas 'embajadas' de apoyo a las empresas
en las principales capitales económicas del mundo ... Cierto que en varias de
estas partidas matizan que de forma progresiva y sin fuerte gasto inmediato y
que se acompañan de un enésimo "plan de lucha
contra el fraude", pero hay un tufillo de vuelta al ele, que no
decaiga. La
Junta debe afrontar solo las alegrías que se pueda permitir controlando el
gasto y no pidiendo rescate.
@carlossegovia_
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