lunes, 29 de junio de 2015

Los últimos de Aznalcázar, por Benito Fernández = Uso y abuso del poder ejercido y consecuencias de ¿tomadura de pelo? ¿Inhabilitación política para Manuel Chaves, José Antonio Griñán, Gaspar Zarrías, dos ex presidentes y un ex consejeros del Gobierno andaluz, prácticamente jubilados? ¿Y José Antonio Viera además podría ser condenado a una pena mínima de cárcel por dar dinero sin control a sus amigos de la Sierra Norte sevillana? = Conclusión: ¿Los únicos que van a pisar el trullo y van a pagar por el expolio de fondos públicos, son los pringados de siempre, los Lanzas, Guerrero, Fernández y compañía, tildados por el propio Chaves como los “tres o cuatro golfos” que trincaron del presupuesto?

...Sinvergüenzas...es de lo único que no carecemos....




Durante mis casi treinta años como comentarista político y responsible de la información política del diario más importante de Andalucía, he conocido bastante de cerca a los cuatro imputados por el Tribunal Supremo en el Caso de los EREs fraudulentos de la Junta de Andalucía, ya saben, Manuel Chaves, José Antonio Griñán, Gaspar Zarrías y José Antonio Viera, dos ex presidentes y dos ex consejeros del Gobierno andaluz. Contra todos ellos he vertido mis críticas, a veces excesivas, y he puesto de manifiesto, negro sobre blanco, sus numerosos errores, su demagogia y, sobre todo, su prepotencia a la hora de ejercer unos puestos en la administración que, aunque tuvieran el respaldo de las urnas, no suponían tener carta blanca para hacer lo que le viniera en gana con los presupuestos generales de nuestra comunidad. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que ha acabado con sus largas carreras políticas, el uso y el abuso de un poder que ellos creían omnímodo y que ejercían sin respetar control alguno. Y es que siete lustros ininterrumpidos de hegemónicos gobiernos socialistas dan para mucho.


Al final el laberíntico caso de los EREs va a acabar con la inhabilitación para ejercer cargos públicos de dos persnajes que ya han superado la edad de jubilación, Chaves y Griñán, y de otro que está a punto de cumplirla, Zarrías. Ninguno de ellos, acusados por el Supremo solo de prevaricación, van a ver en peligro su libertad cuando se celebre el juicio y solo el pringado de Viera, fiel a su trayectoria, podría ser condenado a una pena mínima de cárcel por dar dinero sin control a sus amigos de la Sierra Norte sevillana. Es decir que los únicos que van a pisar el trullo son los pringados de siempre, los Lanzas, Guerrero, Fernández y compañía, tildados por el propio Chaves como los “tres o cuatro golfos” que trincaron del presupuesto.


He dejado pasar unos días pàra ver cuales eran las reacciones tanto de los tertulianos como de los responsables políticos sobre la decisión del Supremo. Y me he topado con silencios escandalosos como los de Susana Díaz o Pedro Sánchez, o chorradas grandiosas como la de los propios imputados Chaves y Zarrías al justificar sus decisiones con eso de que “los EREs permitieron sobrevivir a más de seis mil familias”, ¡hombre, claro! Entre ellas a la de Juan Lanzas en Jaén que tenía escondido bajo el colchón “dinero para asar una vaca”. ¡No te jode! Y es que estos muchachos siguen a lo suyo, confundiendo el tocino con la velocidad. En estos cinco años de investigaciones en los que la juez Mercedes Alaya ha puesto patas arriba a todo un entrado administrativo que vivía en la más completa impunidad, nadie ha puesto en duda, que yo sepa, que los EREs eran malos. Lo malo era la forma de concederlos, sin control alguno, y la inclusión en los mismos de cerca de un centenar de personas amigas que se llevaban un pastón sin haber currado nunca en la empresa.

Porque lo que muchos se preguntan, y con razón, es si algunos de los casi trescientos implicados en el macroescándalo de los EREs va a devolver un euros de los casi novecientos millones que han sido estafados a todos los andaluces. La gran Susana ha repetido hasta la saciedad que ese dinero se va a recuperar, lo que no dice en como ni cuando porque no lo sabe. Como tampoco sabe si la Junta podrá recuperar algo de los más de mil millones estafados por los falsos cursos de formación. Yo me pregunto para qué ha sido elegida por los andaluces como presidenta si no es para resolver problemas y poner algo de orden en el Patio de Monipodio en el que se ha convertido nuestra comunidad en la última década.

Ayer volví a contemplar la famosa foto de la tortilla tomada por Manuel del Valle en los pinares de Aznalcázar a mediados de los años 70. Del grupo, Felipe González, Alfonso Guerra, Pepote Rodríguez de la Borbolla, Luis Yáñez, Carmeli Hermosín, Carmen Romero, entre toros, el único que quedaba en activo era Manuel Chaves a quien el Supremo acaba de darle también de baja. Toda una generación de políticos andaluces que forjaron el nuevo socialismo postmarxista y socialdemocrata y que, ahora, treinta años después, se ven obligados a ver desde la barrera como sus sucesosres, de la mano de Pedro Sánchez, se echan en manos de las olvidadas ideologías para lograr alcanzar un poder que no consiguen directamente en las urnas en las urnas.

P.D.-Una maldad. No sé si habrán recibido por guasap el mensaje, pero se lo reproduzco porque es genial. Dice así: “Rajoy anuncia cambios radicales en el PP: La P de delante pasa detrás, y la de detrás pasa delante”. Genial.









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