...Sinvergüenzas...es de lo único que no carecemos....
Durante mis casi treinta años como comentarista político y responsible de la información política del diario más importante de Andalucía, he conocido bastante de cerca a los cuatro imputados por el Tribunal Supremo en el Caso de los EREs fraudulentos de la Junta de Andalucía, ya saben, Manuel Chaves, José Antonio Griñán, Gaspar Zarrías y José Antonio Viera, dos ex presidentes y dos ex consejeros del Gobierno andaluz. Contra todos ellos he vertido mis críticas, a veces excesivas, y he puesto de manifiesto, negro sobre blanco, sus numerosos errores, su demagogia y, sobre todo, su prepotencia a la hora de ejercer unos puestos en la administración que, aunque tuvieran el respaldo de las urnas, no suponían tener carta blanca para hacer lo que le viniera en gana con los presupuestos generales de nuestra comunidad. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que ha acabado con sus largas carreras políticas, el uso y el abuso de un poder que ellos creían omnímodo y que ejercían sin respetar control alguno. Y es que siete lustros ininterrumpidos de hegemónicos gobiernos socialistas dan para mucho.
Al final el
laberíntico caso de los EREs va a acabar con la inhabilitación para
ejercer cargos públicos de dos persnajes que ya han superado la edad de
jubilación, Chaves y Griñán, y de otro
que está a punto de cumplirla, Zarrías. Ninguno de ellos, acusados por el
Supremo solo de prevaricación, van a ver en peligro su libertad cuando se
celebre el juicio y solo el pringado de Viera, fiel a su
trayectoria, podría ser
condenado a una pena mínima de cárcel por dar dinero sin control a sus amigos
de la Sierra Norte sevillana. Es decir que los únicos que van a pisar
el trullo son los pringados de siempre, los
Lanzas, Guerrero, Fernández y compañía, tildados por el propio Chaves como los “tres o
cuatro golfos” que trincaron del presupuesto.
He dejado pasar unos días pàra ver cuales eran las
reacciones tanto
de los tertulianos como de los responsables políticos sobre la decisión del
Supremo. Y me he topado con silencios escandalosos como los de Susana Díaz o Pedro
Sánchez, o chorradas grandiosas como la
de los propios imputados Chaves y Zarrías al justificar sus decisiones con eso
de que “los EREs permitieron sobrevivir a más de seis mil familias”, ¡hombre,
claro! Entre ellas a la de Juan Lanzas en Jaén que tenía escondido bajo el
colchón “dinero para asar una vaca”. ¡No te jode! Y es que estos muchachos siguen a lo suyo, confundiendo el
tocino con la velocidad. En estos cinco años de
investigaciones en los que la juez Mercedes Alaya ha puesto patas arriba a todo un
entrado administrativo que vivía en la más completa impunidad, nadie ha puesto en
duda, que yo sepa, que los EREs eran malos. Lo malo era la forma de concederlos,
sin control alguno, y la inclusión en los mismos de cerca de un centenar de
personas amigas que se llevaban un pastón sin haber currado nunca en la
empresa.
Porque lo que muchos se preguntan, y con razón, es si algunos de los casi trescientos implicados
en el macroescándalo de los EREs va a devolver un euros
de los casi novecientos millones que han sido estafados a todos los andaluces. La gran Susana ha
repetido hasta la saciedad que ese dinero se va a recuperar, lo que no dice en
como ni cuando porque no lo sabe. Como tampoco sabe si la Junta podrá recuperar
algo de los más de mil millones estafados por los falsos cursos de formación. Yo me pregunto para qué ha
sido elegida por los andaluces como presidenta si no es para resolver problemas
y poner algo de orden en el Patio de Monipodio en el que se ha convertido
nuestra comunidad en la última década.
Ayer volví a contemplar la famosa foto de la tortilla tomada
por Manuel del Valle en los pinares de Aznalcázar a mediados de los años 70. Del grupo, Felipe González, Alfonso
Guerra, Pepote Rodríguez de la Borbolla, Luis Yáñez, Carmeli Hermosín, Carmen
Romero, entre toros, el único que quedaba en activo era Manuel Chaves a quien el
Supremo acaba de darle también de baja. Toda
una generación de políticos andaluces que forjaron el nuevo socialismo
postmarxista y socialdemocrata y que, ahora, treinta años después, se ven
obligados a ver desde la barrera como sus sucesosres, de la mano de Pedro
Sánchez, se echan en manos de las olvidadas ideologías para lograr alcanzar un
poder que no consiguen directamente en las urnas en las urnas.
P.D.-Una maldad. No sé si habrán
recibido por guasap el mensaje, pero se lo reproduzco porque es genial. Dice
así: “Rajoy anuncia cambios radicales en el PP: La P de delante pasa detrás, y
la de detrás pasa delante”. Genial.
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