miércoles, 10 de junio de 2015

INVESTIDURA SUSANA DÍAZ. Cómo cambiamos... desde el 24-M; + Artículo de opinión "La bendición" de Antonio Soler = mientras la Policía peina Andalucía rastreando el fraude de la formación ¿¿??

  • INVESTIDURA SUSANA DÍAZ. Cómo cambiamos... desde el 24-M,  Del «no» al «sí» en 80 días sin que Chaves deje su escaño...La sucesión de hechos ha demostrado que aquellas objeciones formaban parte de una estrategia para evitar daños colaterales en las elecciones municipales. Rivera sabía que apoyar al PSOE antes le hubiera supuesto una pérdida de votos importante, sobre todo votos procedentes del caladero del PP que tan rentable le había sido en las andaluzas. Después del 24-M, todo ha sido más fácil. Ciudadanos ha pasado del «no» al «si» sin pasar por la abstención. Díaz ha firmado (y modificado) los documentos. Manuel Chaves, sigue siendo diputado y aforado. Y la Policía peina Andalucía rastreando el fraude de la formación.

Cómo cambiamos... desde el 24-M  ´
  • Artículo de opinión "La bendición" de Antonio Soler. Susana ha dado su palabrita del Niño Jesús. Las líneas rojas se han vuelto rosas. 




LOS EX DELEGADOS de la Junta se sientan a la puerta de su casa esperando a la policía, como aquellas mujeres de negro que aguardaban al sol la llegada de la parca, aliviando la espera en un murmullo con las vecinas y los transeúntes que todavía las reconocían. Vestigios de un esplendor remoto carcomido por el tiempo. El barro de aquellos lodos. El barro de la vida y el fango de la política. Con esa arcilla manchándole los zapatos, ha acudido Susana Díaz a su cotidiano duelo de esgrima con los bloqueadores de su santa investidura. Ochenta días de travesía por el desierto. El traje de la primera comunión desgarrado después de cruzar tanto pedregal y tanto espino. Ahí ha estado Susana, cada día con un nuevo alto cargo detenido por los cursos de formación, enfrentada a unos nuevos vendedores de la pureza política que en todo momento han tenido el ojo puesto en el 24-M. Todos preocupados por Andalucía, pero todos ocupados en la cotización de su partido en la bolsa electoral, atentos a cómo se podía penalizar o premiar su conducta. Cabezas de estadistas con ingredientes de chorlito. O tal vez piensen que somos nosotros -los votantes, los ciudadanos, el ganado o la gente- quienes llevamos sobre los hombros el fruto del cocotero, una corteza dura y un interior líquido que se mueve según la marea de sus guiños. Felices de seguir al flautista de Hamelín que muchos creen ser.

 Susana Díaz se marcó un ultimatum gratuito. Ama los deportes de riesgo. Lanzó un órdago convocando elecciones erróneamente y luego volvió a dar una vuelta de tuerca. Moreno Bonilla, sabedor de que no iba a ninguna parte con la partitura de la presidenta en funciones, le atacó donde más podía dolerle, tratando de convertirla en lastre. El obstáculo no era el PSOE, sino Susana Díaz. Una estocada a fondo cuando ya no hay nada que perder. Morir matando, señalando como una rémora a quien hasta ayer era considerada la esperanza blanca del socialismo. La nueva Felipe González que surgía del sur de Despeñaperros para redimir la maltrecha socialdemocracia y exportar al resto del país el senequismo, la profunda sabiduría acumulada durante siglos a orillas del Guadalquivir. Ella, que estaba dispuesta a desobedecer el mandato de Ferraz. Ella, que sigue teniéndose por el futuro de la rosa y el puño, considerada como un fardo. Ya puede Bonilla preparse para una legislatura de fuego. Ni agua encontrará en ese portal. 

Díaz ha buscado en otra parte. Sólo doblar la esquina del 24-M Ciudadanos empezó a tratarla con más consideración. Incluso es probable que mientras este texto se convierte en papel se haya firmado la bendición. Ese apoyo que nunca podía haber encontrado en IU, herida de despecho, abandonada y ahora envenenada. Un enemigo gratuito. Podemos deshojaba una margarita mustia. Teresa Rodríguez se pierde en su pequeño dédalo, un laberinto de VPO, mientras su Kichi mira desde La Caleta cómo los barcos se alejan en el horizonte. Ciudadanos era la clave. Lo que el 23 de mayo era inadmisible para unos catequistas de la política, hoy es razonable, comprensible, asumible. Griñán y Chaves han sido puestos contra la pared con sus orejas de asnos -más o menos-. Susana ha dado su palabrita del Niño Jesús, cree en la Justicia y abomina de la corrupción. Si, confirmando esa extraña tarea de anunciar los arrestos con antelación, nuevos militantes socialistas de altura son detenidos, Ciudadanos tendrá las manos limpias. Susana Díaz ha hecho acto de contricción. Las líneas rojas se han vuelto rosas con tanto sol y Ciudadanos puede ofrecerse al mundo no como una muleta de la derecha coja sino como el fiel de la balanza que premia a los niños buenos y castiga a los malos.

http://www.elmundo.es/andalucia/2015/06/10/5577e07e268e3e7b3a8b456b.html



 INVESTIDURA SUSANA DÍAZ. 

Cómo cambiamos... desde el 24-M 

Del «no» al «sí» en 80 días sin que Chaves deje su escaño


Cómo cambiamos... desde el 24-M

Ni con el PP ni con Podemos. Tal como quería Susana Díaz. Su investidura como presidenta será bendecida sólo por Ciudadanos mañana en el Parlamento. El acuerdo se daba por hecho en el PSOE después de conocer el resultado de las elecciones anticipadas del 22 de marzo, pero el apretón de manos ha tardado 81 días en producirse.
El 5 de mayo de 2015, mientras se celebraba el primer y fallido pleno de investidura, Albert Rivera comparecía ante los medios en Barcelona para asegurar que Ciudadanos votaría «no». El mensaje era contradictorio con el discurso templado que minutos antes había realizado en el Parlamento andaluz el portavoz de Ciudadanos Juan Marín, fiel aliado de los socialistas en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda. Desde Barcelona, Rivera exigió la «firma» por parte del PSOE del decálogo de regeneración democrática. No se conformaba con que Díaz incluyera buena parte del mismo en su discurso. El globo sonda lanzado días antes sobre un hipotético apoyo a los socialistas andaluces había recabado puntual información: la militancia y los votantes no entenderían el mensaje con la polémica todavía caliente de la declaración de los expresidentes Chaves y Griñán ante el Tribunal Supremo por el caso ERE. Por eso, aquel día Rivera marcó una condición sine quan non para apoyar la investidura: que Manuel Chaves abandone su escaño en el Congreso. «Ciudadanos es un partido de palabra», dijo Rivera.
La sucesión de hechos ha demostrado que aquellas objeciones formaban parte de una estrategia para evitar daños colaterales en las elecciones municipales. Rivera sabía que apoyar al PSOE antes le hubiera supuesto una pérdida de votos importante, sobre todo votos procedentes del caladero del PP que tan rentable le había sido en las andaluzas.
Después del 24-M, todo ha sido más fácil. Ciudadanos ha pasado del «no» al «si» sin pasar por la abstención. Díaz ha firmado (y modificado) los documentos. Manuel Chaves, sigue siendo diputado y aforado. Y la Policía peina Andalucía rastreando el fraude de la formación.

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