TRIBUNALES. La multinacional mexicana
controla ya el proyecto.
- El grupo cordobés recibió una comisión por 'servicios previos' tras ganar el concurso
TRIBUNALES. La multinacional mexicana controla ya el proyecto
Grupo México pagó
comisiones en el concurso de Aznalcóllar
- La empresa Magtel, afín a la Junta, habría vendido sus influencias por 1,2 millones
- El grupo cordobés recibió una comisión por 'servicios previos' tras ganar el concurso
El Gobierno de Susana
Díaz adjudicó la explotación de la mina de Aznalcóllar en un procedimiento
plagado de irregularidades, saltándose la ley y «sin observar el más mínimo
rigor». Y todo para dejar el yacimiento en manos de Magtel, una empresa con
fuertes vínculos con la propia Junta de Andalucía, que le concedió hasta 15
millones en ayudas en cuatro años y que fichó a un ex alto cargo socialista.
Lo hizo en plena precampaña de las autonómicas y como una de
las promesas estrella de Díaz: la reapertura de la mina cerrada tras el vertido de 1998 y
la consiguiente creación de cientos de puestos de trabajo.
Las irregularidades
(y el entrecomillado) son parte de las conclusiones a las que ha llegado la
juez de Instrucción número 3 de Sevilla, que investiga el posible amaño del
concurso convocado a bombo y platillo por la Administración autonómica.
En un auto dictado el pasado día 7, al que ha tenido acceso
EL MUNDO, la magistrada Patricia
Fernández pone de manifiesto que el consorcio formado por Minorbis (filial de
Magtel) y Grupo México no cumplía ni uno solo de los requisitos establecidos en
el procedimiento. Y, a pesar de eso, la Junta le otorgó el
16 de marzo los derechos de explotación de la mina por un periodo de 30 años.
La juez destaca que de la información recabada hasta ahora
por parte de la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la
Policía Nacional se desprenden abundantes indicios que vendrían a confirmar las
irregularidades denunciadas por la otra empresa que aspiraba a explotar la
mina, Emerita Resources.
Tanto es así que la juez cree
que Minorbis-Grupo México ni siquiera debería haber superado la primera fase
del concurso.
«No se observa -dice literalmente el auto- el más mínimo rigor en la actuación de la Administración»,
un reproche que es aún más grave si se tiene en
cuenta, como destaca la juez Fernández, que se trata de la misma explotación minera que
protagonizó en abril de 1998 el que fue considerado el mayor desastre
medioambiental ocurrido en España. Entre los
requisitos que incumple la adjudicataria de la mina están incluidos los
medioambientales.
También investiga la juez si hubo tráfico de influencias, lo que podría explicar una concesión que, como deja constancia la magistrada en su auto, no debió haberse producido. Cohecho, prevaricación
y negociación ilegal son otros de los posibles delitos que incluyen las
diligencias judiciales.
Las pesquisas que lleva a cabo la Udef bajo la dirección de
la magistrada apuntan a la directora general de Industria, Energía y Minas,
María José Asencio, a la que considera «responsable» de las decisiones
adoptadas en el proceso de adjudicación,
incluida la resolución, que ella firmó.
Por ello, la magistrada ordena a la Policía que
interrogue a esta alto cargo del Gobierno de Susana Díaz, así como a los
técnicos que intervinieron en el concurso.
Todos ellos tendrán
que explicar por qué se otorgó la concesión minera de Aznalcóllar a
Minorbis-Grupo México y también cómo es posible que superara incluso la primera fase
del procedimiento sin reunir los requisitos exigidos.
La juez enumera estos requisitos, entre los que destaca que
ni siquiera acreditó la capacidad de Grupo México a través del preceptivo
informe de la Oficina Consular.
También le llama la
atención a la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla que las
dos empresas asociadas no detallasen en su propuesta las inversiones
comprometidas y califica de «cuestionable» el acuerdo por el que se asocian. No
lo hacen mediante un contrato al uso, sino a través de lo que llaman una
«declaración conjunta de compromiso» que, en palabras de la juez, no excede de
«una declaración de buenas intenciones».
No acaban ahí los
incumplimientos, puesto
que la filial de Magtel y su supuesto socio mexicano no presentaron el obligatorio
seguro por importe mínimo de 1,5 millones. Tampoco Minorbis presentaba las
cuentas en el Registro Mercantil, y el deber de acreditar el capital social lo
solventaron con «simples capturas de pantalla de las web».
'Evidentes' carencias
En cuanto al equipo técnico -que
la Junta puntuó con la máxima nota-, presenta «evidentes» carencias y
deficiencias, mientras que en lo que respecta a la maquinaria tampoco se
observan los requisitos, hasta el punto de que ni siquiera está en España, sino
en América.
La juez incluye en el auto la orden a la Policía Nacional de
que investigue una reunión celebrada el 11 de abril de 2014 en la que el
presidente de Magtel, Mario López Magdaleno, acudió a la sede de Emerita
Resources. Según denunció esta última, López Magdaleno les propuso asociarse
porque el concurso estaba adjudicado de antemano y no tenían posibilidades. Como
prueba de su influencia en la Junta, el directivo de Magtel anunció la llamada,
nada más salir él, de un alto cargo autonómico. Efectivamente, cinco minutos
después de irse, el secretario general de Industria llamó para interesarse por
la reunión.
De la relación
privilegiada entre el PSOE y Magtel no sólo dan fe los 15 millones en
subvenciones de la Junta y los contactos directos en la cúpula del Gobierno
andaluz. Además, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero le concedió 9,3
millones de euros cuando el PP ya había ganado las elecciones y el equipo del
PSOE se encontraba en funciones. El
destino de estas ayudas es también objeto de investigación judicial.
Pero la filial de
Magtel -creada pocos días antes de presentar la oferta- no es la única que ha
provocado recelos. Su socio mexicano está en cuestión en su país de origen y las
autoridades mexicanas le investigan tras provocar el mayor desastre
medioambiental en la historia del país, un vertido tóxico en el río Sonora que, por cierto, recuerda mucho al
ocurrido en Aznalcóllar hace 17 años y que contaminó gravemente el río
Guadiamar.
La oferta que 'nunca' debió ganar
•Inversión y empleo.
El consorcio formado por Minorbis y Grupo México
prometió una inversión de 304,6 millones y la creación de 476 empleos directos
y otros 700 indirectos. La otra aspirante,
Emerita, iba a invertir 642 millones y prometió 892 puestos de trabajo
directos.
•Lo que 'gana' la Junta.
Según los términos del concurso, la empresa ganadora debe pagar un canon de 200.000 euros más
un porcentaje sobre las ventas.
•Las cifras de negocio.
Minorbis-Grupo México preveía una cifra global de
negocio de 1.620 millones, frente a los 6.800
millones que reflejó en su propuesta Emerita Resources.
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