miércoles, 10 de junio de 2015

Ciudadanos ha muerto..., sus Votantes burlados = Albert Rivera ha decidido perpetuar el régimen andaluz sin obtener nada a cambio para los ciudadanos andaluces que en la cantidad de un 62% dijeron NO a un gobierno socialista

Ciudadanos ha muerto para todos los que hemos luchado durante años contra un régimen instaurado por el PSOE a partir de su primera victoria en las elecciones municipales de 1979 y, sobre todo, desde su triunfo en las elecciones autonómicas de 1982, triunfo que dura y dura y dura, con muletas ocasionales como el Partido Andalucista (hundido),  Izquierda Unida (hundida) y finalmente y desde ayer, 80 días después de las elecciones anticipadas del 22 de marzo, Ciudadanos. Albert Rivera prometió a los andaluces regeneración, fin del bipartidismo, principio de cambio económico y social, limpieza y transparencia. La realidad se ha impuesto y sus votantes, todos ellos desencantados por los comportamientos del PSOE y el PP, sobre todo el PSOE en Andalucía, han sido burladosEsto no ha sido un cambio, sino un cambiazo, tan cutre como el de los viejos trileros de la calle Sierpes de Sevilla.


No sabemos por qué Ciudadanos se ha jugado su futuro en Andalucía y en el resto de España con esta aventura amoral y suicida. 



Por tanto, Albert Rivera ha decidido perpetuar el régimen andaluz sin obtener nada a cambio para los ciudadanos andaluces que en la cantidad de un 62% dijeron NO a un gobierno socialista. Eso, los votantes que han visto como C´s era la llave pero de la puerta que lleva al régimen.  Con la abstención, serían muchos másQue Dios y el PSOE se lo paguen  y que las urnas andaluzas y nacionales se lo demanden por los siglos de los siglos. Amén.






Albert Rivera regala a los andaluces la vuelta al régimen socialista en 80 días


Ciudadanos ha muerto para todos los que hemos luchado durante años contra un régimen instaurado por el PSOE a partir de su primera victoria en las elecciones municipales de 1979 y, sobre todo, desde su triunfo en las elecciones autonómicas de 1982, triunfo que dura y dura y dura, con muletas ocasionales como el Partido Andalucista (hundido),  Izquierda Unida (hundida) y finalmente y desde ayer, 80 días después de las elecciones anticipadas del 22 de marzo, Ciudadanos. Albert Rivera prometió a los andaluces regeneración, fin del bipartidismo, principio de cambio económico y social, limpieza y transparencia. La realidad se ha impuesto y sus votantes, todos ellos desencantados por los comportamientos del PSOE y el PP, sobre todo el PSOE en Andalucía, han sido burlados. Esto no ha sido un cambio, sino un cambiazo, tan cutre como el de los viejos trileros de la calle Sierpes de Sevilla.

No sabemos por qué Ciudadanos se ha jugado su futuro en Andalucía y en el resto de España con esta aventura amoral y suicida. Amoral porque no ha sido respetuoso ni con sus principios ni con sus votantes ni con la idea de una "tercera" España abierta surgida de la sociedad civil, de la libertad y de la decencia. Tal vez haya pensado que unas nuevas elecciones andaluzas le perjudicaban seriamente ante la caída vertiginosa de sus votos a causa de sus coqueteos con el régimen y la imagen inquietante de su jefe andaluz, Juan Marín, al que ha habido que limpiarle las babas algunas veces por su desbordamiento incontenido ante la posibilidad de ser el auxiliador del PSOE de Susana Díaz.

Cabe la posibilidad de que haya estructurado a nivel nacional su estrategia de apoyos de modo que finalmente emergiera una imagen de centralidad, equidistancia, mejor dicho, entre los dos partidos que componen el hasta ahora bipartidismo español. Por eso, en Madrid se hace una cosa, o en Valencia. En Andalucía, la contraria,  pasando por favorecer indirectamente a Podemos y ya iremos viendo si finalmente logra el "fifty-fifty" en la tensión PP-PSOE. De este modo, sienta las bases, no de una tercera España ni de una reforma limpia de la democracia española, sino de un partido bisagra carente deescrúpulos y principios donde a no mucho tardar empezarán a salir a la superficie las protestas y la amargura de sus votantes por la imposición de este acuerdo que entrega al PSOE andaluz la Junta de Andalucía casi sin control y a Susana Díaz la llave de Ferraz.

O tal vez se haya acojonado tras las presiones y amenazas de Susana Díaz y los viejos y astutos zorros del régimen que les han advertido que podían presentarlos como desestabilizadores políticos. O tal vez hayan cambiado muchos más cromos a escala nacional de lo que nos suponemos.

El caso es que, visto a vuela pluma los documentos que dicen han firmado sus segundos -ni Susana Díaz ni Juan Marín han firmado nada -, Ciudadadanos ha entregado un cheque en blanco a Susana Díaz. Haré un resumen, no importa el orden: ni una palabra sobre Canal Sur, su estructura y su dirección; ni una palabra sobre la libertad de comunicación(libertad de radios y televisiones privadas); ni una palabra sobre la publicidad institucional; ni una palabra sobre lal gigantesca administración paralela ni sobre la reforma de la administración; ni una palabra sobre el impuesto de sucesiones y donaciones; ni una concreción sobre la política de contrataciones y subvenciones; ni una petición de explicación sobre el hundimiento de las cajas de ahorros andaluzas; ni una petición de explicación sobre los planes de concertación y sus millones para empresarios y sindicatos "de clase" desde los últimos 15 años con resultado cero en empleo; ni una exigencia sobre Chaves ni Griñán ni los demás altos cargos; ni una palabra sobre los casos de corrupción pendientes en los tribunales ni una petición de auditoría necesaria en casos en los que la Cámara de Cuentas ha encontrado irregularidades; ni una exigencia sobre los miles de puestos de libre designación; ni una exigencia sobre el enchufismo que sacó a más de 30.000 empleados públicos a la calle; ni una palabra sobre comisiones de investigación, ni una palabra sobre la sociedad civil, ni una reflexión sobre el hecho e que 33 años después de 1982 Andalucía siga a la cola de España y Europa en bienestar; ni una palabra sobre el sectarismo y el control de la educación pública; ni una mención a la necesaria reforma de la sanidad andaluza....

O sea, ni una palabra ni una exigencia ni una reflexión sobre la toxicidad democrática de un régimen edificado al margen de la legalidad - por poner dos ejemplos, digamos que desde 1982 a 1990 no hubo ni una oposición a la función pública o que los orígenes de Canal Sur fueron el dedo socialista puro y duro y asi sigue-, cuya dimensión y peso en la economía andaluza es el principal obstáculo para el desarrollo andaluz y cuyo poder ha impedido la alternancia democrática, la regla de oro de la democracia.  Esto es, Ciudadanos ha contribuido a la perpetuación del régimen socialista sin posibilidad alguna siquiera de reformarlo.

De hecho, si mantiene su palabra de no participar en el gobierno, que ya veremos, la tarea de controlar a Susana Díaz será imposible. Primero, porque aceptó entregarle el gobierno del Parlamento dañando al PP andaluz y permitiendo un control casi absoluto de la Mesa que decide plenos, comisiones, comparecencias y demás procesos de la vida parlamentaria. Segundo, porque nunca tendrá conocimiento, de no estar en el gobierno, de las actividades del nuevo ejecutivo de Susana Díaz. Aun estando le sería difícil, pero sin estar será imposible.

Por tanto, Albert Rivera ha decidido perpetuar el régimen andaluz sin obtener nada a cambio para los ciudadanos andaluces que en la cantidad de un 62% dijeron NO a un gobierno socialista. Eso, los votantes que han visto como C´s era la llave pero de la puerta que lleva al régimen.  Con la abstención, serían muchos más. Que Dios y el PSOE se lo paguen  y que las urnas andaluzas y nacionales se lo demanden por los siglos de los siglos. Amén.


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