¿Pero esto de que
va.....? ¿Tiran y dilapidan nuestro dinero?;
y no pasa nada nada de nada; ¿Qué hace la Oposición en
Andalucía?
La
Junta pierde 115 millones en tres ruinosas operaciones en yenes
- Paga comisiones y sobrecostes al cancelar tres operaciones en moneda japonesa
- El acreedor exigió el dinero después de que Moody's rebajara el 'rating' del bono andaluz
Casi 200 millones en
yenes y avales y ¿Sin responsables conocidos....?
Si a estas ruinosas emisiones de bonos en moneda japonesa se
suma el fiasco de los 83,08 millones perdidos por los avales prestados por la
Agencia IDEA, adelantado ayer por este periódico, el resultado son 198,1 millones de euros que se han ido por
el sumidero por la mala gestión de la Junta. Los beneficiados por estas operaciones son los
bancos e intermediarios, en el caso de las
emisiones de bonos en yenes, y los empresarios beneficiados por
la Agencia IDEA, en el caso de
los avales. La titular del Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, Mercedes Alaya,
ha abierto una causa en la que investiga si el fiasco de los avales 83,08 millones de
euros perdidos hasta el momento- fue
sólo mala gestión o si, por el contrario, se trata de un caso de corrupción. En
cuanto a los 115,02 millones que costaron las emisiones de bonos en yenes japoneses,
además de la mala gestión también pudo influir la
corrupción. De hecho, otra de las agencias
de referencia para la calificación de la solvencia de la Junta de Andalucía,
Standard&Poor's ya advirtió en un informe oficial: «Podríamos degradar la nota de
Andalucía si observamos en el perfil de riesgo de la Junta impactos
potencialmente negativos derivados de las investigaciones en curso sobre
presunta malversación de fondos de formación para los desempleados».
Mientras la cuantía del dinero perdido se aproxima a
los 200 millones de euros, cabe hacerse una pregunta: ¿quién o quiénes han sido responsables
de esa gestión?
En los informes de la
Cámara de Cuentas no se entra a analizar ese aspecto.
ECONOMÍA
La Junta pierde
115 millones en tres ruinosas operaciones en yenes
- Paga comisiones y sobrecostes al cancelar tres operaciones en moneda japonesa
- El acreedor exigió el dinero después de que Moody's rebajara el 'rating' del bono andaluz
La Junta de Andalucía
perdió 115 millones de euros en tres operaciones ruinosas en yenes japoneses. La rebaja de la calificación de solvencia
de Andalucía al borde del bono basura por la agencia Moody's en octubre de 2012
obligó a cancelar tres emisiones de deuda.
Las tres emisiones de deuda pública canceladas se habían
realizado en yenes japoneses y obligaron a devolver anticipadamente el dinero
prestado a la Junta.
Entre 2009 y 2010 la comunidad
autónoma logró recibir 252,46 millones de euros a cambio de bonos en yenes
japoneses a 10 y 30 años, pero
se vio obligada a devolverlos entre 2012 y 2013, pagando 367,48 millones de euros, un 45,55% más. La subida del yen frente al euro y las comisiones con las
entidades financieras supusieron a la Junta ese sobrecoste de 115,02 millones.
Así se desprende de los informes de la Cámara de Cuentas
que fiscalizan la cuenta general de la Junta de Andalucía en los años 2009,
2010, 2011, 2012 y 2013, consultados por EL MUNDO, en los que se puede indagar en la
historia de las tres operaciones en yenes.
Las comunidades autónomas se financian por diversas vías: los
impuestos que cobran a los ciudadanos; la explotación de servicios que puedan ser rentables, como
museos o monumentos; la explotación de su patrimonio inmobiliario urbano y rural; las
subvenciones del Estado y de la Unión Europea; los préstamos y créditos de las entidades financieras...
Necesidad del
dinero
Como todo ello no suele ser
suficiente, además, se emite la «deuda pública», es decir, se pide dinero a los denominados «mercados» -fondos de inversión,
entidades financieras, grandes fortunas...- con
el compromiso de devolverlo con intereses en un plazo determinado.
En la época de bonanza, cuando las administradores eran muy
de fiar, la Junta de Andalucía celebraba subastas de deuda pública al mejor
postor: aceptaba el dinero prestado de aquel que menos interés estaba dispuesto
a cobrarle.
Pero en 2009 el
programa de subastas de bonos y obligaciones de la Junta de Andalucía «quedó en
suspenso por falta de ofertas», decía la auditoría de la Cámara de Cuentas
sobre las cuentas de aquel ejercicio. En pleno estallido de la burbuja
inmobiliaria, acudir a los «mercados» ya no era tan sencillo como antes.
El 14 de abril de 2009, Gaspar Zarrías como presidente en funciones por la dimisión de Manuel
Chaves y José Antonio Griñán como consejero de Economía y Hacienda firmaron el decreto 79/2009 que
autorizaba «el establecimiento de un programa EMTN (Euro Medium Term Notes)
como instrumento para la canalización de emisiones de deuda de la comunidad».
El EMTN se definía como un instrumento muy
utilizado en los mercados financieros y un «marco jurídico y documental» que
«flexibiliza los procedimientos de emisión e introduce una mayor agilidad para
dar respuesta inmediata a las demandas puntuales de los inversores».
Bonos en yenes
En el marco de ese programa más
ágil, el 31 de julio de
2009 la Junta de Andalucía realizó una emisión privada de bonos en yenes
japoneses. La operación se cifró en
111,54 millones de euros prestados por
un inversor -probablemente un banco japonés- que la Junta le iría devolviendo
gradualmente en 30 años, hasta el 29 de julio de 2039.
El tipo de interés
pactado era del 3,17%, pero la operación comportaba un riesgo añadido: la incertidumbre del
cambio del yen con respecto al euro. La
emisión se calculó a un cambio de 0,007436 euros por cada yen, pero como la
Junta opera en euros y no tiene reserva de yenes, se vería obligada a
comprarlos a precio de mercado cada vez que tuviera que amortizar los plazos de
la deuda. Así, el coste de la operación podría aumentar o disminuir en la
práctica con respecto a ese 3,17% fijo pactado.
Para evitar ese riesgo, la Junta de Andalucía asoció la
emisión de los bonos en yenes con una operación denominada Cross Currency Swap
o permuta financiera. Esto, que puede parecer muy complicado es, en
realidad, fácil de explicar: un banco se encarga de pagar la
deuda al interés del 3,17% al inversor que ha prestado los yenes a la Junta
durante los 30 años de vigencia de la operación y asume el riesgo por la
fluctuación del precio de las divisas. A cambio, la Junta le abona al banco el
dinero, pero a un interés muy superior: el 6,1051%. En resumen: el banco gana casi un 3% pero asume el riesgo de
que el yen japonés se revalorice.
El 7 de mayo de 2010, la Junta realizó la segunda emisión de
bonos en yenes japoneses por un total de 39,71 millones de euros
y lo asocia a una nueva permuta o swap con un
banco, pagándole exactamente el doble del interés pactado con el inversor: un
6,10% frente a un 3,05%, a cambio de que la entidad financiera asuma el riesgo
por el tipo de cambio de divisas. Esta operación vencía en julio de 2039, igual que la
primera.
Cláusula de
rescisión
La tercera emisión de bonos en yenes japoneses se formalizó
el 10 de diciembre de 2010, con un vencimiento de diez años, por un total de 101,21 millones de
euros. Al
igual que en las otras dos, la Junta realizó una permuta o swap con un banco,
pagándole un 5,3454% de interés frente al 3,0645% pactado con el inversor que
prestó el dinero.
Esos tres contratos de emisión de bonos en yenes contenían
una cláusula denominada rating trigger, es
decir, la posibilidad de que el acreedor cancele los contratos y
exija la devolución del dinero por pérdida de calificación. Y eso, que debía de parecer
impensable para la Junta cuando aceptó la cláusula, fue lo que terminó
ocurriendo.
El 22 de octubre de
2012, la agencia de rating Moody's rebajó la calificación de la deuda de
Andalucía a Ba2. Pero no sólo ponía el bono de la Junta a un nivel
«especulativo» sino que le otorgaba perspectiva negativa.
En esas circunstancias,
el acreedor hizo valer la cláusula rating trigger y exigió la devolución de sus
yenes mucho antes del plazo de vencimiento. Y ahí
vino el desastre, porque al tratarse de una cancelación anticipada por cláusula
contractual prácticamente quedaban sin efecto las operaciones de swap.
El 13 de noviembre de 2012 se procedió a cancelar las
emisiones de bonos en yenes japoneses y esta moneda japonesa estaba más cara
que en el momento de la emisión. Así, frente a los 252,46 millones de euros que
recibió entre 2009 y 2010, la Junta tuvo que abonar de un
golpe 309,61 millones de euros, una demasía de 57,15 millones.
Pero una vez devueltos los yenes al acreedor, hubo que
cancelar los tres contratos de swap con la entidad financiera, lo que supuso a
la Junta de Andalucía otros 57,87 millones de euros en comisiones, según se desprende de los informes de auditoría de la cuenta
general de 2012 y 2013. En total, 115,02
millones de euros perdidos.
Casi 200 millones
en yenes y avales. ¿Responsables?
Si a estas ruinosas emisiones de bonos en moneda japonesa se
suma el fiasco de los 83,08 millones perdidos por los avales prestados por la
Agencia IDEA, adelantado ayer por este periódico, el resultado son 198,1 millones de euros que se han ido por
el sumidero por la mala gestión de la Junta. Los beneficiados por estas operaciones son los
bancos e intermediarios, en el caso de las
emisiones de bonos en yenes, y los empresarios beneficiados por
la Agencia IDEA, en el caso de
los avales. La titular del Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, Mercedes Alaya,
ha abierto una causa en la que investiga si el fiasco de los avales 83,08 millones de
euros perdidos hasta el momento- fue
sólo mala gestión o si, por el contrario, se trata de un caso de corrupción. En
cuanto a los 115,02 millones que costaron las emisiones de bonos en yenes japoneses,
además de la mala gestión también pudo influir la
corrupción. De hecho, otra de las
agencias de referencia para la calificación de la solvencia de la Junta de
Andalucía, Standard&Poor's ya advirtió en un informe oficial: «Podríamos degradar la nota de
Andalucía si observamos en el perfil de riesgo de la Junta impactos
potencialmente negativos derivados de las investigaciones en curso sobre
presunta malversación de fondos de formación para los desempleados».
Mientras la cuantía del dinero perdido se aproxima a
los 200 millones de euros, cabe hacerse una pregunta: ¿quién o quiénes han sido
responsables de esa gestión? En los
informes de la Cámara de Cuentas no se entra a analizar ese aspecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...