lunes, 4 de mayo de 2015

Ciudadanos y la corrupción socialista en Andalucía = ¿Pactar con un Régimen donde impera la corrupción sistémica?; De lectura inexcusable

"Si todo te da igual, estas haciendo mal las cuentas"




Con toda seguridad, no hay un partido más corrupto a escala continental y que  más haya hecho por extender la podredumbre a todas las instituciones que el PSOE andaluz. Hablar de corrupción en Andalucía implica necesariamente hacerlo del  PSOE, no sólo por los tremendos escándalos que han llevado a la cúpula dirigente  de los socialistas a los tribunales, sino por la confusión interesada entre partido y Administración Pública durante décadas, que ha convertido al socialismo en un régimen que desborda la necesaria alternancia democrática.

La macrocausa de los ERE, con los dos últimos presidentes del PSOE encabezando un listado de decenas de altos cargos socialistas imputados, pone de manifiesto la magnitud de este saqueo organizado de las arcas públicas por parte del socialismo andaluz. No se trata de un caso aislado de corrupción protagonizado por unos delincuentes de cuello blanco, sino de un sistema puesto en marcha desde la Junta de Andalucía para fomentar todos estos desmanes a espaldas de la Administración Pública, la oposición política y los ciudadanos.

Todo lo anterior es suficientemente conocido por cualquiera que siga mínimamente la actualidad. Sin embargo Ciudadanos, el partido que ha irrumpido  en el parlamento andaluz tras obtener unos espléndidos resultados en las elecciones pasadas, está enfocando sus conversaciones con el PSOE para procurar la investidura de Susana Díaz como si la corrupción en Andalucía fuera un fenómeno ajeno a la misma esencia del socialismo andaluz.

El pretexto para avanzar en estas negociaciones es que el partido liderado por Susana Díaz, el mismo que ha convertido la Administración andaluza en un cenagal, ha aceptado el decálogo contra la corrupción que le ha presentado la formación de Albert Rivera. La situación movería a la carcajada si no fuera porque están en juego la preservación de un modelo político absolutamente corrupto y el destino final de centenares de millones de euros de dinero público

Resulta difícilmente creíble que los dirigentes andaluces de Ciudadanos, liderados por Juan Marín, estén actuando así por pura ingenuidad. No puede ser  que crean sinceramente que la aceptación de unas normas éticas por parte de los socialistas va a permitir a Ciudadanos presentar a sus votantes en el resto de  España el acuerdo final con el PSOE como un acto de normalidad democrática destinado a regenerar las instituciones.

Lo que ha caracterizado al PSOE en sus más de tres décadas en el poder andaluz ha sido el uso del dinero público para fines políticos, saltándose todas  normas administrativas establecidas para garantizar su adecuado control. Ni Susana Díaz ni nadie en su partido admiten esta responsabilidad que dio origen al mayor caso de corrupción de nuestra historia. No repudian el sistema, verdadera fuente de la corrupción, sino algunos casos puntuales, como si este saqueo metódico de las arcas públicas obedeciera tan sólo a la golfería de unos cuantos empleados


Lo que suceda entre Ciudadanos y el PSOE en Andalucía tendrá serias implicaciones en el resto de España para la formación naranja, un partido que podría estar tirando por tierra el proyecto ilusionante de "cambio sensato" que Albert Rivera ha venido simbolizando como ningún otro político en nuestro País.


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