La noche del 22 de marzo la Reina de Triana, no votada en su amado barrio, hizo una escenificación, preparada a priori, de gran triunfadora de las elecciones cuando le ha pasado como al PP en las anteriores elecciones: han sido la lista más votada, pero ni tiene 50 escaños como los peperos otrora, es el peor resultado del PSOE andaluz en su historia y tiene que negociar con las demás fuerzas políticas, ya para la mesa del Parlamento, ya para su investidura....
.....Estamos disfrutando de "Había una vez un circo" y de "Cómo me pica la nariz" por el pinochismo político. El miércoles vimos a la gallina Turuleca en las puertas del TSJA y hoy, al abuelo de Heidi desfilando ante el Supremo......
Las negociaciones se están haciendo en clave nacional y con el escenario bochornoso del caminito de hormigas cabezonas en los distintos tribunales supremos de aquí y de allá, con un anti-despliegue mediático de risa, como de tapadillo.
Ella intenta ganar tiempo hasta final de mes, atada a sus palabras electoralistas al decir que no pactaría ni con el PP ni con los podemitas, con lo que sólo le quedan los nueve de C´s. El juego es ver si el Supremo se retrata antes de final de mes y ella ni Pedro Sánchez tendrían por qué mover ni una sola pestaña.
Ahora bien, en caso contrario, todos se tienen que hacer la foto: ya los socialistas con su "compromiso contra la corrupción", ya los virginales y neófitos partidos en el escenario fálico del Parlamento andaluz.
.......¿y si alargan las votaciones hasta las municipales para la investidura, los mismísimos socialistas para no desaforar a Griñán & CIA? Piénselo, no se les escapa ninguna posibilidad, y a la vez, van acusando a los demás partidos de antisistema, que no permiten la gobernabilidad, etc.
Reitero que un Gobierno técnico, orientado a auditorías, limpieza, depuración de la Administración paralela y de la oficial, consensuado por los partidos elegidos por el 65% de los andaluces, es lo más razonable para en dos años celebrar unas elecciones con las instituciones saneadas. No espero esta altura de nivel y esta visión del bien común, tanto andaluz como nacional.
Pero, si se tienen que repetir las elecciones, que se repitan. Así de claro.
Sede vacante, por Cornelia Cinna Minor.
La noche del 22 de marzo la Reina de Triana, no votada en su amado barrio, hizo una escenificación, preparada a priori, de gran triunfadora de las elecciones cuando le ha pasado como al PP en las anteriores elecciones: han sido la lista más votada, pero ni tiene 50 escaños como los peperos otrora, es el peor resultado del PSOE andaluz en su historia y tiene que negociar con las demás fuerzas políticas, ya para la mesa del Parlamento, ya para su investidura.
Puntadas sin hilo
Los pocos que nos mirábamos los deditos y sabemos contar no dábamos crédito. Nos preguntábamos a qué venía tanta sonrisa y tanto aparato de Invictus. Además, las lista más votada vale ahora, porque le interesa a ella; cuando el PP consiguió 50 disputados, no se le permitió gobernar a la lista más votada y sí, muchos listos hubo, que ahora dicen que no. Manda huevos.
En una eclosión de imagen sintética, esa noche dijo que era tiempo para coser, para unir. Pensé que Susie Q. tiene su vida ligada, irremediablemente, a los payasos: así cosía, así, así.
Estamos disfrutando de "Había una vez un circo" y de "Cómo me pica la nariz" por el pinochismo político. El miércoles vimos a la gallina Turuleca en las puertas del TSJA y hoy, al abuelo de Heidi desfilando ante el Supremo.
Estamos disfrutando de "Había una vez un circo" y de "Cómo me pica la nariz" por el pinochismo político. El miércoles vimos a la gallina Turuleca en las puertas del TSJA y hoy, al abuelo de Heidi desfilando ante el Supremo.
La ética entre costuras
Parece que, con sus gafas no graduadas y miopía personalista, Susánida no se entera o no se quiere enterar que tiene que explicar los cursos de formación y que su investidura depende de otros. Como no está acostumbrada a esto de la democracia y ha repetido tanto la identificación de su persona con nuestra tierra, le entraron todas las prisas y sus voceros no paran de lanzar el mantra de Andalucía no puede esperar. Antes sí, ahora no.
Las negociaciones se están haciendo en clave nacional y con el escenario bochornoso del caminito de hormigas cabezonas en los distintos tribunales supremos de aquí y de allá, con un anti-despliegue mediático de risa, como de tapadillo.
Ella intenta ganar tiempo hasta final de mes, atada a sus palabras electoralistas al decir que no pactaría ni con el PP ni con los podemitas, con lo que sólo le quedan los nueve de C´s. El juego es ver si el Supremo se retrata antes de final de mes y ella ni Pedro Sánchez tendrían por qué mover ni una sola pestaña.
Ahora bien, en caso contrario, todos se tienen que hacer la foto: ya los socialistas con su "compromiso contra la corrupción", ya los virginales y neófitos partidos en el escenario fálico del Parlamento andaluz.
Airear el sentimiento victimista
Los podemitas y C´s tienen poco que ganar y mucho que perder. Los acosarán con discursos de que son unos monigotes de los madriles o de más arriba, que es un insulto que Andalucía esté en los acuerdos nacionales, los van a poner de anti-andaluces; hablan de revanchismo, tacticismo y postureo, de actitudes obstruccionistas o de no tener altura política! Van a mentir como bellacos en su peor estilo como están haciendo con Podemos.
Me van a llover sapos y culebras, pero ¿y si alargan las votaciones hasta las municipales para la investidura, los mismísimos socialistas para no desaforar a Griñán & CIA? Piénselo, no se les escapa ninguna posibilidad, y a la vez, van acusando a los demás partidos de antisistema, que no permiten la gobernabilidad, etc.
Reitero que un Gobierno técnico, orientado a auditorías, limpieza, depuración de la Administración paralela y de la oficial, consensuado por los partidos elegidos por el 65% de los andaluces, es lo más razonable para en dos años celebrar unas elecciones con las instituciones saneadas. No espero esta altura de nivel y esta visión del bien común, tanto andaluz como nacional.
Pero, si se tienen que repetir las elecciones, que se repitan. Así de claro.
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