miércoles, 8 de abril de 2015

La Rueca, por Antonio Soler. Díaz, que convocó elecciones, urge ahora a los demás a un acuerdo + ¿Quién gobernará en solitario? LUIS MARÍN SICILIA

Las cosas de “Susanida” = el cinismo una virtud ¿¿??? 



 SUSANA DIAZ sigue con el bla, bla, bla...




¿Quién gobernará en solitario?

Estatuto.....artículo 138, ......si a los dos meses no hay candidato a la Presidencia de la Junta que obtenga mayoría simple, se disuelve el Parlamento y se convocan nuevas elecciones. =  Los grupos minoritarios tienen en sus manos el cambio real




Sres politicos, tengan dignidad,  porque la verdad sólo tiene un camino.







LA FRONTERA

La rueca

ANTONIO SOLER


Hilando, tejiendo el tapiz de nuestro futuro, Susana Díaz no para de dar vueltas a la noria, de maniobrar con los bolillos para salir airosa en el trance de su investidura. En paralelo, los altos cargos de los ERE inician su paseíllo. Son los espectros del otro mundo que vienen a recordarnos la fugacidad del poder y la gloria. Sin embargo, no inmutan esos fantasmas el encaje de Díaz. Está acostumbrada a vivir con espectros y preñada de futuro, el suyo es el latido de un mañana inacabable por mucho que el PP y los arribistas con coleta o los que van vestidos de moderados quieran amargarle el trabajo. Rueca y rueca. Cuánto sacrificio, cuánta entrega y cuánta -dolorosa y al mismo tiempo feliz- entrega, cuánta Andalucía cabe en ese pecho transido de bondad. Todo por nosotros, lo mejor para los andaluces, para nuestra tierra. Ella la última, la sacrificicada. Este martirio ha de tener compensación y ese es el mensaje que Díaz lanza en su botella al mar de la eternidad.

Esta presidenta pide un acuerdo cuanto antes, por el bien de los andaluces. Ella, que convocó elecciones gozando de un gobierno estable, urge ahora a que los demás asuman su responsabilidad. Los conmina a que no nos abandonen en este tránsito, en este desgobierno que ella nos ha traído. Este es el gobierno fuerte que quería. Y nosotros sin entenderlo, sin acabar de comprender cuánto bien nos acarrea esta coyuntura. Como niños que no entienden la paliza que les dan, por su bien. Es la ingratitud del inmaduro, del desdentado mental, del ceporro que piensa que dos y dos siempre son cuatro. No. Rueca, rueca, Díaz nos está demostrando con su infatigable trabajo que dos más dos es una partitura musical, un baile que puede bailarse para adelante o para atrás y que si desafina es por culpa de Mariano Rajoy, que lo único que hace es disparar perdigones contra los andaluces. Anteayer lo acusaba de sabotear la estabilidad de Andalucía a través de Moreno Bonilla y su malsana renuencia a apoyarla en la sesión de investidura. Ese es el culpable, el de las barbas, el hombre malo que no nos quiere.


Ella, esta presidenta, es pura responsabilidad. Ha comprendido, ahora que está encinta, lo dañino que es el desempleo y cómo corroe las familias, y, ya antes del embarazo, entendió el mal que la corrupción ocasiona. Ahora quiere tener las manos libres para atajar esos males, para bordar una legislatura de dulce, pero los demás no están a la altura. Y no lo están por intereses partidistas, por egoísmo, por falta de patriotismo. Y es verdad, ahí están ellos, intransigentes, calculando lo que ahora vale un apoyo, un sí o un no, un encogerse de hombros o un dar la espalda. Porque, por mucho que pueda resultarle increíble a Díaz, estos partidos miran por encima de Despeñaperros y calibran el eco que allí, en la meseta, en las elecciones grandes, más grandes incluso que las andaluzas, van a tener sus gestos aquí. Todo sería distinto si el horizonte fuese más amplio, si las municipales, las autonómicas, las generales e incluso las catalanas estuviesen difuminadas por la neblina del tiempo. Darle la mano a Díaz, ofrecerle un impulso, aunque sea un soplo, puede tener efectos radiactivos. Ella no teme a esos espectros que ahora comienzan a desfilar por la sombría pasarela judicial, pero los otros sí. Unos, los del PP, tienen sus propios armarios atestados de cadáveres, y los otros son como niños. Todavía se asustan con los cuentos de la abuelita. Creen en el hombre del saco y se entretienen con cualquier cosa, con la rayuela de las líneas rojas, practicando a los bolos con los imputados -caca, nene-, jugando con lo que no se toca en vez de darle hilo y más hilo a la dueña de la rueca.


  


¿Quién gobernará en solitario?

LUIS MARÍN SICILIA * Actualizado: 08/04/2015 09:11 horas

Quien, por capricho e interés personal, convocó a los andaluces, con un año de antelación, a pronunciarse electoralmente, no tuvo empacho en proclamar, con rutilante aura triunfal, que gobernaría en solitario. Y acto seguido, convocó a los cabezas de lista de los demás partidos intentando dar imagen de reforzamiento institucional sin precedentes. Por lo visto hasta ahora, el reciente proceso electoral andaluz ha puesto de manifiesto la baja calidad de nuestra democracia parlamentaria, sobre todo por parte de quienes venían a regenerar el sistema. Porque no es que fallen las instituciones; lo que falla son quienes deben impulsarlas. Y en este sentido participo de lo escandalizado que se manifiesta Luis Carlos Rejón con el ninguneo que los nuevos políticos están teniendo con el órgano básico de la representación popular como es el Parlamento andaluz.

Quien ha decidido gobernar en solitario parece ignorar, debido quizás a la costumbre inveterada de usar el rodillo, lo difícil que puede resultarle dar cuenta a un Parlamento cuya mayoría no controla. Marear la perdiz hablando de investidura es intentar adormecernos cuando antes hay un tema esencial en democracia como es la constitución del Parlamento. De entrada, el Parlamento andaluz debe estar regido institucionalmente en correspondencia al resultado electoral, de forma que, de los siete miembros de la Mesa, que es su órgano de gobierno, cuatro pertenezcan a los partidos a los que la candidata Díaz, con su autosuficiencia, ha lanzado a la oposición, y los otros tres sean de su cuerda. Si de verdad los partidos se creen sus propias proclamas de regeneración democrática, la consecuencia de ello no es baladí, ya que, en el primer acto institucional, al constituirse el Parlamento, pueden ponerse de manifiesto determinadas exigencias reformistas, regeneradoras y de transparencia.

Puesto que, con arreglo al artículo 102 del Estatuto de Andalucía, el Parlamento tiene «plena autonomía reglamentaria», «elabora y aprueba su presupuesto» y «se dotará de su propio Reglamento cuya aprobación y reforma requerirá el voto de la mayoría absoluta de los diputados», una eficaz política de regeneración y transparencia para el futuro implicaría que, al ser el primer acto institucional, la constitución de la Mesa debe reflejar la diversidad surgida de las urnas. Y acto seguido el nuevo Parlamento, antes de la investidura, procedería a reformar su propio Reglamento por tres cuestiones fundamentales:

1) Una formal, al objeto de adecuar el propio Reglamento al artículo 118 del Estatuto, ya que aquél es contradictorio, en su artículo 138, con el texto estatutario. Para éste, que es norma de rango superior, si a los dos meses no hay candidato a la Presidencia de la Junta que obtenga mayoría simple, se disuelve el Parlamento y se convocan nuevas elecciones. Si embargo, el Reglamento vigente establece, en tal hipótesis, que será proclamado el candidato del partido que tenga mas escaños. Tal reforma del Reglamento la considero esencial, no sólo por adecuarla al principio de jerarquía normativa, sino porque un presidente elegido de tal forma estaría al albur de un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional interpuesto por cualquier diputado dela oposición como cuestión de inconstitucionalidad por acto legislativo que lesiona sus derechos políticos.

Los grupos minoritarios tienen en sus manos el cambio real

2) Otra de fondo al objeto de que se proyecte la imagen regeneradora que todos los partidos, sobre todo los nuevos, proclamaban. La reforma, pues, abordaría, entre otros, las comisiones de investigación, reduciendo el quorum para solicitarlas e incorporando criterios objetivos de independencia, neutralidad y transparencia en su composición. Igualmente se reforzaría el papel de la Camara de Cuentas, con mayores competencias y atribuciones de control real.

3) Y una tercera de oportunidad, nombrando en esa primera sesión a los senadores autonómicos, con lo que las peticiones de cese de algunos de los actuales imputados aforados se resolverían por sí mismas.

En definitiva, los grupos minoritarios tienen en sus manos el cambio real de la situación política andaluza para que, como han venido diciendo en campaña electoral, Andalucía deje de ser un mayorazgo del PSOE. Quienes han venido para acabar con la casta o para limpiar la basura tienen una oportunidad de oro, cuya primera secuencia se verá en la sesión constitutiva del Parlamento. Si no pelean porque la mayoría opositora al actual régimen controle la mayoría de la Mesa, podemos intuir que sus proclamas de mejorar, regenerar y reformar la autonomía eran tan sólo la estrategia para embaucar a los desinformados. Porque si, por contra, fueran ciertos sus propósitos, en Andalucía, hoy por hoy, y pese a la complaciente idea de la candidata Díaz, está por ver quién será capaz de gobernar en solitario.


* Luis Marín Sicilia es notario jubilado y fue vicepresidente del Parlamento de Andalucía con UCD


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