La presidenta en funciones
presiona a Podemos y PP para su investidura
- Reclama al resto de partidos un ejercicio de responsabilidad para no perder tiempo
- Asegura que Andalucía "no puede perder un minuto" para la formación de gobierno
- Apoya a Sánchez como secretario general, pero elude hacerlo como candidato
El tercio de la
investidura por Carlos Mármol.....
Para Ella, juez y parte en este litigio, .......no
es necesario que nadie la designe jefa de la Junta: «Eso ya lo han hecho los
andaluces», proclama.... : Díaz
sigue muy alejada del suelo, levitando en su altar
dorado, como un globo hinchado. Se le pasará más pronto que tarde porque su tesis
de fondo no es cierta....
¿La han elegido presidenta los andaluces? Técnicamente
no. Sólo es la candidata de la lista más
votada. La mayoría
que esgrime para que el Parlamento avale su santa voluntad es tan escasa como
discutible. El PSOE no tiene la mitad más
uno de los votos de los andaluces, sino 1,4 millones de sufragios, la cifra más baja de su
historia. De
los 6,2 millones de electores con derecho a voto el 22-M, no acudieron a las
urnas 2,2 millones. El sistema electoral
sigue ciego ante esta evidencia -los
correspondientes escaños no quedan vacíos- y construye, sobre la tábula rasa de
los votos emitidos, otra realidad virtual. Es legal, pero poco fiel a la verdadera
opinión de la calle. Para que se hagan
una idea del peso de la abstención bastan dos comparaciones. Primera: los andaluces que no
votaron son más que los votantes socialistas. Segunda: su número equivale casi
a la suma de los sufragios conjuntos de PSOE y PP. Dos de cada tres
votantes no han apoyado a Díaz, cuya representatividad se limita a un tercio de
los sufragios, por debajo de las
elecciones de 1994 en las que Chaves no consiguió ni el 40% de los votos.
Con este apoyo
menguante, Díaz se siente por encima de la cámara legislativa y del Papa de
Roma y se hace la ofendida ante la posibilidad, cada vez menos remota, de
repetir los comicios. Desde su cargo,
donde debería limitarse a meros asuntos de trámite, intenta forzar su segunda
coronación. En su fuero interno, Ella ya la ha celebrado.
http://www.elmundo.es/andalucia/2015/04/13/552b8fee22601d3a3c8b458a.html
La presidenta en funciones
presiona a Podemos y PP para su investidura
Díaz: 'No pido el voto, sino que no
boicoteen el voto de los andaluces'
- Reclama al resto de partidos un ejercicio de responsabilidad para no perder tiempo
- Asegura que Andalucía "no puede perder un minuto" para la formación de gobierno
- Apoya a Sánchez como secretario general, pero elude hacerlo como candidato
La presidenta en
funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha pedido al resto de fuerzas
políticas, pero especialmente a PP y Podemos, un ejercicio de responsabilidad para
"no perder un minuto" y que Andalucía tenga un gobierno "lo
antes poible".
Díaz, que ha presentado al candidato del PSOE a la Alcaldía
de Sevilla, Juan Espadas, en un debate organizado por Nueva Economía Fórum,
aseguró que, con vistas a la investidura, a los otros partidos no les está
pidiendo el voto: "A mí ya me han votado los andaluces", dijo.
La presidenta en funciones recordó que el PSOE ha obtenido
14 parlamentarios más que el PP y 32 más que Podemos, por lo que advirtió que
deben respetar la "decisión de los andaluces". Les dio, eso sí, una
alternativa, que alcancen un acuerdo y gobiernen juntos.
Lo prioritario ahora no es el conflicto entre partidos,
según dijo, ni los intereses de cada uno de ellos ante las elecciones
municipales, sino "que Andalucía tenga un gobierno" y, para eso,
"todos tienen que arrimar el hombro". "Les pido que no
boicoteen, que no impidan lo que han decidido los andaluces", dijo.
En relación al apoyo mostrado este fin de semana por Felipe
González al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con el que Díaz
mantiene públicas diferencias, la presidenta en funciones señaló que
"desde el primer momento" ella también apoya al secretario general,
aunque rechazó hacerlo en su condición de aspirante a candidato a la Presidencia
del Gobierno. "En materia de primarias, voy a ser neutral. Y de ahí no me
van a sacar". Manifesta.
CRÓNICAS INDÍGENAS
El tercio de la
investidura por Carlos Mármol.
13/04/2015 09
A QUERIDA PRESIDENTA (en
funciones) tiene una forma singular de entender la democracia y, por extensión,
la aritmética. Siempre en su beneficio, nunca en el nuestro. No sé si piensa que los andaluces
ignoramos el manejo básico de los números o acaso cree que nuestra brújula para
las mayorías anda algo nublada, como el tiempo, porque de otra manera no se comprende la lectura tan sumamente egocéntrica con la que, tras días de silencio y cofradías, y después de
un sinfín de encuentros con los actores políticos del susanato, todos ellos con
el mismo guión, se ha descolgado en una televisión de ámbito nacional. Allí,
ante las cámaras, Díaz
llamó «boicot» a la negociación para su nombramiento, despreciando una vez más
los poderes que el Estatuto de Autonomía, una ley orgánica, otorga al
Parlamento.
Para Ella, juez y parte en este
litigio, igual que en los
debates electorales, donde interviene y pretende moderar la discusión,
no es necesario que nadie la designe jefa de la
Junta: «Eso ya lo han hecho los andaluces», proclama. Lo urgente ahora es que los partidos «no bloqueen la
formación del Gobierno». Nos lo temíamos: Díaz sigue muy alejada del suelo, levitando en su altar dorado, como un
globo hinchado. Se le pasará más pronto que tarde porque su tesis de fondo no es
cierta: si
contase con mayoría no se vería en el aprieto, tan desagradable para
personalidades como la suya, poco dadas a la humildad, de pedir algo a los demás.
Que necesita votos ajenos es un hecho obvio, como dicen en Argentina, la cuna
del peronismo político. Pero la lideresa, no se adivina merced a qué extraña
combinación astral, cree que una investidura automática y sin mayoría
parlamentaria es perfectamente posible.
¿La han elegido presidenta los andaluces? Técnicamente
no. Sólo es la candidata de la lista más
votada. La mayoría
que esgrime para que el Parlamento avale su santa voluntad es tan escasa como
discutible. El PSOE no tiene la mitad más
uno de los votos de los andaluces, sino 1,4 millones de sufragios, la cifra más baja de su
historia. De
los 6,2 millones de electores con derecho a voto el 22-M, no acudieron a las
urnas 2,2 millones. El sistema electoral
sigue ciego ante esta evidencia -los
correspondientes escaños no quedan vacíos- y construye, sobre la tábula rasa de
los votos emitidos, otra realidad virtual. Es legal, pero poco fiel a la verdadera
opinión de la calle. Para que se hagan
una idea del peso de la abstención bastan dos comparaciones. Primera: los andaluces que no
votaron son más que los votantes socialistas. Segunda: su número equivale casi
a la suma de los sufragios conjuntos de PSOE y PP. Dos de cada tres
votantes no han apoyado a Díaz, cuya representatividad se limita a un tercio de
los sufragios, por debajo de las
elecciones de 1994 en las que Chaves no consiguió ni el 40% de los votos.
Con este apoyo
menguante, Díaz se siente por encima de la cámara legislativa y del Papa de
Roma y se hace la ofendida ante la posibilidad, cada vez menos remota, de
repetir los comicios. Desde su cargo,
donde debería limitarse a meros asuntos de trámite, intenta forzar su segunda
coronación. En su fuero interno, Ella ya la ha celebrado.
Sus prisas denotan
nerviosismo. Con el Parlamento sin constituir no podemos hablar de retraso ni
de urgencia, como hacen los agentes sociales (a sueldo), cuyos mensajes en
favor de una investidura por lo marcial contrastan con su parsimonia para
devolver los millones de euros de dinero público cobrados por cursos de
formación que jamás han dado. ¿Para esto no hay prisa, próceres? Lo sabemos:
son patriotas que sólo piensan en el bien común. Las cosas se están torciendo.
El PSOE confiaba en que Podemos y Ciudadanos se postrarían ante la reina de las
marismas. No va a poder ser. Entre otras razones, porque los socialistas no
quieren su colaboración, sino su rendición. La única opción de Díaz para ser
investida, a estas alturas, pasa por un cambio en la posición del PP por orden
de Rajoy. No es descartable. Si ocurriese Moreno Bonilla quedaría al pie de los
caballos antes de jurar en las Cinco Llagas y sería el escenario ideal para
Podemos y Ciudadanos: la partitocracia apoyándose mutuamente para repartirse el
poder, consumando de una vez el cambalache institucional entre Andalucía y la
Moncloa. La investidura de Díaz está anunciada como el cartel de una corrida de
toros. Sólo nos queda averiguar quién será el toro, quiénes los toreros y en
cuál de los tercios de la lidia estamos. Si en el de varas, banderillas o en el
de la muerte (política). Hagan sus apuestas.
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