Federico Jiménez Losantos
comenta la declaración de Manuel Gómez ante el Tribunal Supremo en Libertad
Digital: "NI LOS tambores de
Calanda, universalmente célebres gracias al más revoltoso de sus hijos, Luis
Buñuel, hubieran podido hacer ayer una rompida del silencio tan atronadora como
la de Don
Manuel Gómez, al que popularmente se conocerá como Manolo, El Interventor,
porque durante muchos años lo fue de la Junta de
Andalucía y ayer cantó en el Supremo las verdades del barquero o del
interventor o de Agamenón o del porquero de Agamenón, que la verdad es la verdad, dígala quien la dijere.
La verdad de Manolo, El Interventor, es muy sencilla: durante más de una década Chaves, Griñán
y sus más significados consejeros se negaron a atender los informes que la
Intervención General elevaba una y otra vez –y
así diez años largos– sobre la clamorosa ilegalidad
del tinglado de los ERE. Ya se lo había dicho Don
Manuel a la juez Alaya, pero como los padrinos y predecesores de Susana Díaz se
habían atrincherado en el Supremo para no dar cuenta de sus responsabilidades en el mayor atraco
institucional de la Unión Europea, hasta ayer
Don Manuel Gómez no había podido repetirlo ante el juez Barreiro: durante diez
años, en infinidad de ocasiones y en muchísimos informes. La Junta supo siempre que cometía no un delito sino un cerro
de delitos, pero fiaba en la eficacia del delito por antonomasia, el de la impunidad, y
tomaban a Manolo El Interventor por el pito del sereno. Hasta que ayer sonaron el pito,
la flauta, el tambor y el atambor.
El ritmo de Manolo, El Interventor, es casticísimo: o–delinques–tú–o–delinco–yo / yo–no–delinquí–delinquiste–tú /
y–ole–catapún. Si El Kichi, letrista de
chirigotas gaditanas y novio de Teresa Rodríguez, la podemita que dice que no será la
Vicecasta de Susana Díaz, le pone letra a ritmo
tan pegadizo, a lo mejor hasta disuade a la que –dicen– lo ha ungido aspirante a la alcaldía de Cádiz a cambio de
resignarse, sólo por amor, a vicepresidir el Imperio de los ERE. El
argumento clave para no apoyar tal continuidad es
el que dio ayer Manolo, El Interventor: o han
mentido todos los de la Junta diciendo que no había informes contrarios a sus
fechorías o han mentido las decenas de funcionarios que han hecho los informes.
Y como hasta Griñán ha
reconocido «la barbaridad», o sea, el delito, sólo queda por identificar al
culpable. Y
para mí que Manolo, El Interventor, no ha sido."
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