Los partidos
andaluces que están en la oposición, PP, Podemos, Ciudadanos e IU, se
encogieron de hombros o incluso apoyaron el control socialista de la
institución parlamentaria, permitiéndole designar
a su presidente y una distribución favorable de los miembros de la Mesa de la
Cámara. Ya han comenzado a experimentar sus
consecuencias. Dada la
negativa de todos ellos de apoyar la investidura de Susana Díaz, el nuevo presidente del parlamento andaluz, el aparatista del PSOE Juan Pablo Durán, ha impedido que las
asignaciones de dinero y medios lleguen a los grupos parlamentarios en una
operación que Podemos considera una utilización del Parlamento como rehén ante
la investidura.
Ante la negativa a apoyar a Díaz, el PSOE
bloquea las asignaciones de los grupos parlamentarios.
Los partidos
andaluces que están en la oposición, PP, Podemos, Ciudadanos e IU, se
encogieron de hombros o incluso apoyaron el control socialista de la
institución parlamentaria, permitiéndole designar a su presidente y una distribución favorable de
los miembros de la Mesa de la Cámara.
Ya han comenzado a experimentar sus consecuencias. Dada la negativa de todos ellos de apoyar
la investidura de Susana Díaz, el nuevo presidente del parlamento andaluz, el aparatista del PSOE Juan Pablo Durán, ha impedido que las asignaciones
de dinero y medios lleguen a los grupos parlamentarios en una operación que
Podemos considera una utilización del Parlamento como rehén ante la
investidura.
Hasta
el momento y a pesar de que Susana Díaz ha hecho que se convocara el pleno del Parlamento
para su investidura los próximos días 4 y 5, no hay acuerdo alguno con ningún
grupo parlamentario por lo que Susana Díaz no saldrá elegida en primera
instancia y por mayoría absoluta en esa primera votación.
Tendrá
una segunda oportunidad días después, en este caso ya por mayoría simple para
lo que necesita
la abstención de al menos 17 miembros del Parlamento. Susana Díaz, que de no salir elegida en esta segunda
votación se vería abocada muy probablemente a convocar nuevas elecciones elevando el rango de la
inestabilidad política andaluza hasta niveles nunca conocidos, ha comenzado a
presionar a los diferentes grupos para que se abstengan en esa segunda vuelta
que se celebrará los días 6 y 7 de mayo.
Desde el flanco de la comunicación, se
están utilizando las tácticas ya habituales. Al PP se le sitúa como aliado de Podemos
y defensor despechado del radicalismo al haber fracasado en las elecciones al
tiempo que ante el empresariado se le acusa de retrasar la recuperación posible
con la dilación de la investidura. A Podemos se la
arrincona como fuerza política desquiciada al tiempo que se le ofrece un
conjunto de medidas que la obliguen a explicar por qué dice que no a una
investidura que cumple las condiciones expuestas. Lo mismo ocurre con Ciudadanos. A Izquierda Unida,
que juega poco en este lance, se le repite el discurso de su radicalidad que
fue lo que obligó a romper el pacto de gobierno y dar paso a la inestabilidad. A todos se les acusa de cultivar una inestabilidad que los
andaluces no quieren porque han
decidido que la presidenta sea Susana Díaz, que, por cierto, obtuvo tres
escaños menos que Javier Arenas en 2012.
Desde el flanco de las propuestas
políticas, se fragua un documento
en el que la sucesión de palabras y su parecido con las pronunciadas
o escritas por Ciudadanos o Podemos haga que estos partidos pierdan fuerza a la
hora de seguirse absteniendo. Por ejemplo, en su discurso de investidura incluirá,
refiere El Mundo, las principales propuestas del programa de los nuevos partidos,
con el objetivo de que les sea muy difícil votar en contra o incluso
abstenerse. Exigencias como un programa de rescate ciudadano; un plan para
frenar los desahucios; el recorte de los altos cargos y del personal eventual,
y hasta una oficina anticorrupción, serán las bazas de Susana Díaz para forzar
a Podemos y Ciudadanos a permitir su investidura.
Si a pesar de todo
se siguen absteniendo forzando nuevas elecciones, la maquinaria socialista los hará responsables, junto con el PP si este persiste en
su abstención, postura que subraya El País que lo está partiendo en dos,
del monumental desastre político generado en la Comunidad andaluza. De ahí a la presentación victimista de un
PSOE sin gobierno en la campaña electoral municipal que comienza precisamente
al final de esa misma semana, sólo hay un paso.
Un tercer flanco, el institucional, le
está sirviendo al PSOE para presionar a los demás grupos parlamentarios. De hecho, el presidente del Parlamento, el
aparatchnik Juan Pablo Durán, retiró ayer del orden del día
de la Mesa del Parlamento, recurrida ante el Tribunal Constitucional y el
Contencioso Administrativo, una propuesta presentada por todos los
grupos de la oposición para recibir las asignaciones presupuestarias y de
personal que les corresponden.
Engañados sobre el
número de asesores y la cantidad de dinero que les correspondía, todos los
grupos decidieron unirse contra el PSOE en este trance. Lograron
convocar una reunión previa a la Mesa pero los socialistas la boicotearon y el
presidente Duran
la retiró del orden del día en uso de sus atribuciones. Esto es, los grupos parlamentarios de la oposición no
tienen ni dinero, ni asesores técnicos ni medios para realizar su labor
parlamentaria. Ni siquiera tienen CIF tramitados.
El
problema además es parecido al ocurrido con la Mesa. El PSOE no quiere perder ningún personal a su
servicio pagados por el Parlamento. De los 14 técnicos de libre designación que corresponden a los
grupos, el PSOE quiere quedarse con 5 y que los demás grupos se repartan los 9
restantes. En este caso, y a pesar de que Podemos
quiere reducir los puestos de libre designación, tanto
Podemos como Ciudadanos como IU, quieren que se amplíe el número de asistentes
o asesores de modo que PSOE y PP dispongan de 5 cada
uno y los demás grupos, de 4, o sea, subir de los 14
actuales hasta los 22.
Teresa
Rodríguez, de Podemos, ya ha acusado a los socialistas de usar el Parlamento
«como rehén» y como «mecanismo de presión» en la negociación de la investidura.
Exigió además que no se retrase la constitución de las comisiones y se cumplan
los plazos establecidos por el reglamento. La misma separación de poderes
reclamó el portavoz del PP, Carlos Rojas.
Por primera vez en la historia del
Parlamento, dos grupos, Podemos y Ciudadanos, han renunciado al uso de los
coches oficiales asignados a sus portavoces y miembros de la Mesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...