sábado, 14 de marzo de 2015

Siguen las encuestas. Inaudito. PSOE, con su corrupción institucionalizada ¿41 y 44 escaños? ¿los podemitas "ideitas" ¿16 y 18? . Lo que dice el sentido común el PSOE con su ¿corrupción institucionalizada? no debe gobernar y votar a los podemitas, que "entran en el sistema para dinamitarlo y hacernos venezolanos" tampoco, necesitamos, responsabilidad ciudadana, sentido común y cordura + Artículo Mayoría absoluta, recomendado. Los representantes políticos deben rendir cuentas a los ciudadanos y electores, no al partido

ENCUESTA EL MUNDO - SIGMA 2 Elecciones andaluzas.  Ciudadanos, clave para gobernar.
  •  A Díaz podría bastarle su apoyo de para gobernar y esquivar al PP y a Podemos 
  •  El PSOE ganaría con su respaldo más bajo a costa del desplome 'popular'



El  Sentido Común es el arte de resolver los problemas, no de plantearlos.





Elecciones 22 M: ¿PSOE + Podemitas ideitas =  ¿La Andalucía de los "gogernantes psociolistos venezolanos?




¿Porque gobiernan los peores?



Entrevista portavoz adjunta de Ciudadans en el Parlament de Cataluña y nacida en Andalucía=  Para limpiar a Andalucía de la corrupción hay que cambiar a las personas ......"A la Junta le falta musculatura y le sobran grasa y chiringuitos"

 

 Los partidos no pueden fagotizar la Administración ni confundirse con ella....


Mayoría absoluta, por Manu Ramos.
Para reflexionar,  muy instructivo.  


 


Cualquier entrevista que se le haga a cualquier candidato para las próximas elecciones tiene una pregunta flotando en el ambiente: ¿con quién pactará? Un panorama tan fragmentado como el que se prevé según las encuestas (y cuidado con las encuestas) abocará a los partidos, según nuestro sistema electoral, a pactar para formar gobierno. Un acto que se ha convertido en natural en las partidocracias y que consideramos eminentemente democrático. Nada más lejos. 

La convención de la democracia, desde sus orígenes en Atenas como democracia directa/asamblearia, hasta nuestros días con la democracia representativa, las decisiones de la nación toman como convención la fuerza de la mayoría absoluta. Hoy en España hay fobia a la decisión de la mayoría, al mismo nivel que fobia a la democracia. Se considera que las mayorías absolutas son malas y no comprenden que sin mayorías absolutas no puede haber democracia. Las decisiones deben ser claras y responsables: representativas.

Precisamente el premio Nobel de Economía (1972) Kenneth Arrow, basado en los estudios del matemático Wilfredo Pareto, enunció la paradoja llamada de la “imposibilidad de la democracia”. Para que una decisión sea representativa, debe ser tomada siempre entre un binomio. El problema está cuando hay más de dos opciones. Para que la sociedad esté representada y nadie quede fuera de la decisión, la elección mayoritaria simple (que se produce por ejemplo en Inglaterra) da la representación al que tenga mayor número de votos respecto a los demás candidatos. Por lo tanto se ‘pierden’ el resto de votos. Pero aún así la convención justifica al ganador. Esta falta de consideración con el resto de votos, cuantitativamente, es a lo que Arrow le llevaba a pensar que no se pueden tomar decisiones democráticas. Pero hay una solución. 

En Francia se emplea el sistema de ballotage o doble vuelta. Consiste en que, si la primera vez nadie ha obtenido mayoría absoluta, los dos que más votos obtuvieran se vuelven a medir en una segunda vuelta donde vuelve a participar todo el censo electoral. Así la decisión final es consecuencia tanto de las pasiones a favor de un candidato como en contra. El resultado es fidedigno. Todo el mundo ha podido decidir. 

Claro está que he puesto ejemplos en los que el sistema electoral elige a personas, no a listas. Esto de elegir listas, tanto abiertas como cerradas, es algo incomprensible para un demócrata. Con partidos o sin ellos, los representantes de la nación (Legislativo) o del Estado (Ejecutivo) deben ser responsables directamente de las decisiones que toman y rendir cuentas no al partido sino a sus electores. Todo este circo de listas (tengo el buzón lleno de enumeraciones de personas completamente desconocidas) no es más que la gran trampa de los partidos estatales para intentar hacernos creer que elegimos. En todo caso votan (quienes lo hagan) a partidos, en bloque. Así no se diluyen responsabilidades. Se deben escoger a personas en distritos pequeños. Debemos saber dónde viven, de dónde salen, qué negocios se traen entre manos. 

Esta es la clave que tanto en Estados Unidos, Francia o Inglaterra aplican desde que se conquistó la libertad política. Nosotros, mientras, seguimos creyendo que tenemos democracia cuando todas las libertades que tenemos son concedidas y la más importante para la sociedad, la libertad política, sigue secuestrada en una torre del Estado. 

http://www.elmundo.es/andalucia/2015/03/14/550382bce2704e21418b4594.html

http://www.eldemocrataliberal.com/2015/03/mayoria-absoluta.html

ENCUESTA EL MUNDO - SIGMA 2

Elecciones andaluzas

Ciudadanos, clave para gobernar


  • A Díaz podría bastarle su apoyo de para gobernar y esquivar al PP y a Podemos
  • El PSOE ganaría con su respaldo más bajo a costa del desplome 'popular'

Susana Díaz puede tener la posibilidad de cumplir su promesa de no pactar ni con el PP ni con Podemos tras las elecciones autonómicas andaluzas del día 22. La campaña electoral ha elevado con fuerza en el tablero político a un nuevo protagonista que va camino de convertirse en la llave definitiva de la gobernabilidad en Andalucía:Ciudadanos.

Según una encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO, el PSOE ganaría las elecciones con entre 41 y 44 diputados, lejos de la mayoría absoluta fijada en Andalucía en 55 escaños. Sin embargo, Susana Díaz podría alcanzar esa cifra mágica si logra el apoyo del partido de Albert Rivera, que irrumpe con entre 11 y 12 escaños.

En el caso de que tanto el PSOE y el partido de Albert Rivera consoliden sus respectivos pronósticos en la horquilla más optimista que establece esta encuesta, ambos podrían conformar la mayoría necesaria para gobernar la Junta. A pesar del discurso crítico que el líder estatal de Ciudadanos ha venido manteniendo con el Gobierno socialista en Andalucía, para su candidato a la Presidencia de la Junta, Juan Marín, negociar y pactar con el PSOE no supondría ningún trauma: lleva ocho años gobernando en coalición con los socialistas en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

El PP pasaría de la victoria en 2012 a su peor resultado de los últimos 20 años

La encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO -1.800 entrevistas realizadas a lo largo de esta semana, entre el lunes 9 (fecha de celebración del debate en Canal Sur entre los candidatos a la Junta) y el jueves 12- otorga al PSOE una ventaja de 6,3 puntos sobre el PP, formación que, con el 26,8% de los votos y entre 32 y 36 escaños, podría sufrir un auténtico desplome. Los populares pasarían de haber ganado por primera vez las elecciones en Andalucía en 2012 con 50 diputados, a retroceder hasta su peor resultado en los últimos 20 años en la comunidad, dejándose por el camino nada menos que entre 14 y 18 parlamentarios.

Ese hundimiento del PP, andaluz que ahora lidera Juan Manuel Moreno, explica por completo la paradoja que supone que Susana Díaz pueda ganar las elecciones con un 33,1% de apoyo, el peor resultado del PSOE en toda su historia autonómica. El imponente suelo electoral que los socialistas tienen en Andalucía resiste aún sobremanera al desplome del bipartidismo que reflejan todas las encuestas y le sirve para ganar las elecciones a pesar del desgaste que sufrirá con respecto a 2012 (entre tres y seis diputados menos), entonces con Griñán como candidato.

La irrupción de Ciudadanos

La pujanza de Ciudadanos que refleja el sondeo de Sigma Dos, y su condición de llave de gobierno como cuarta fuerza política en Andalucía con el 11,4% de los votos, no enturbia en cualquier caso la fuerte irrupción que también va a protagonizar Podemos en Andalucía. El partido de Pablo Iglesias sería la tercera fuerza en la región con el 15,2% de los votos y entre 16 y 18 diputados. No obstante, sus escaños, sumados a los del PP, no alcanzarían, ni siquiera en la horquilla más alta para ambos (sumarían como mucho 54 diputados), la fuerza necesaria para impedir un eventual Gobierno de Susana Díaz apoyado en Ciudadanos.

Además, si se toma como referencia el último sondeo de Sigma Dos realizado a finales de enero, Podemos habría tocado techo en Andalucía, ya que desde el inicio de la campaña electoral habría perdido casi medio punto de apoyo con respecto al respaldo que reflejaba aquella primera encuesta (15,6%).

Podemos condena a IU al nivel de voto más bajo de toda su historia en Andalucía

Como quinta opción en la comunidad autónoma quedaría Izquierda Unida, que de gobernar la Junta en coalición con el PSOE pasaría a reunir apenas cuatro diputados en el Parlamento andaluz, ocho menos que los que obtuvo en 2012. De todos modos, no habría que despreciar el escaso respaldo que le queda a IU en caso de que una eventual coalición PSOE-Ciudadanos no alcanzase la cifra de 55 diputados, que otorga la mayoría absoluta en Andalucía. De manera que, en ese supuesto, y aun por alambicado que pueda parecer, IU también podría acabar teniendo una última palabra que decir en la negociación de los pactos que se abrirá después del 22-M.

En el caso de UPyD, el sondeo de Sigma Dos no le otorga representación alguna, desbordado, como parece, por Ciudadanos. Lo mismo sucede con el Partido Andalucista, formación que desde 2008 no está presente en el Parlamento andaluz.

En cualquier caso, la fuerza que se antoja clave en Andalucía, a tenor de las encuestas y de las preferencias ya expresadas de antemano por quien se presume será la más votada, Susana Díaz, va a ser Ciudadanos, formación que parece destinataria de todo el respaldo que tanto el PSOE (1,6 puntos) como el PP (3,4 puntos) y Podemos (0,4 puntos) se han dejado por el camino desde la última encuestapublicada por EL MUNDO.

Un refugio ideológico para el votante

¿A qué se debe el espectacular crecimiento del partido de Albert Rivera? Sin duda, Ciudadanos va a cosechar el apoyo de buena parte del electorado que respaldó al PP en las últimas andaluzas y que puede sentirse ahora desencantado con la gestión de Mariano Rajoy.

Ciudadanos representa un refugio ideológicamente cercano para el votante que, aun contrariado con el PP, es reticente a apoyar a un PSOE que, pese a su renovación con Susana Díaz, sigue siendo el mismo que lleva 33 años gobernando en Andalucía. Además, el partido de Rivera es también, para una sociedad en el fondo conservadora como la andaluza, un voto menos arriesgado y aventurado que el que puede suponer Podemos.

De hecho, en los últimos días de esta primera semana de campaña ha sido muy significativa la andanada de críticas que Ciudadanos ha recibido por parte del PP, cuyos dirigentes se han lanzado en tromba -hasta el punto de haber admitido públicamente cierto desbarre en las formas- contra Albert Rivera, advirtiendo de que votar a este partido acabará siendo, en la práctica, como votar al PSOE.

La encuesta de Sigma Dos recoge, precisamente, las preferencias postelectorales de los votantes andaluces ante un escenario en el que ningún partido alcanzase la mayoría absoluta para gobernar. Y se da la circunstancia de que esa nueva opción que se le abre a su derecha a Susana Díaz, la que representa Ciudadanos, no es ni mucho menos la preferida de los electores, más bien al contrario.

Aunque las preferencias están muy repartidas, paradójicamente la coalición favorita para los andaluces (con un 18,3% de apoyo) sería la que formasen el PP y Ciudadanos, una opción que, sin embargo, no es aritméticamente viable según esta encuesta. La siguiente opción de gobierno con más respaldo de los andaluces (un 15,5%) sería una reedición del pacto PSOE-IU que ha mandado en la Junta en los últimos años, pero que ya quedaría muy lejos de poder materializarse de nuevo. Antes incluso que una eventual coalición PSOE-Ciudadanos, contemplan los andaluces la posibilidad de que Susana Díaz pacte con Podemos. Sería la coalición preferida para el 13,3% de los encuestados. Sólo un 10,9% vería como más apropiado un entendimiento entre el PSOE y Ciudadanos. Finalmente, como última opción preferida por los andaluces (un 10,7%), estaría esa gran coalición PSOE-PP que, al menos en Andalucía, se antoja en estos momentos harto improbable.


Mayoría absoluta


Cualquier entrevista que se le haga a cualquier candidato para las próximas elecciones tiene una pregunta flotando en el ambiente: ¿con quién pactará? Un panorama tan fragmentado como el que se prevé según las encuestas (y cuidado con las encuestas) abocará a los partidos, según nuestro sistema electoral, a pactar para formar gobierno. Un acto que se ha convertido en natural en las partidocracias y que consideramos eminentemente democrático. Nada más lejos.

La convención de la democracia, desde sus orígenes en Atenas como democracia directa/asamblearia, hasta nuestros días con la democracia representativa, las decisiones de la nación toman como convención la fuerza de la mayoría absoluta. Hoy en España hay fobia a la decisión de la mayoría, al mismo nivel que fobia a la democracia. Se considera que las mayorías absolutas son malas y no comprenden que sin mayorías absolutas no puede haber democracia. Las decisiones deben ser claras y responsables: representativas.

Precisamente el premio Nobel de Economía (1972) Kenneth Arrow, basado en los estudios del matemático Wilfredo Pareto, enunció la paradoja llamada de la “imposibilidad de la democracia”. Para que una decisión sea representativa, debe ser tomada siempre entre un binomio. El problema está cuando hay más de dos opciones. Para que la sociedad esté representada y nadie quede fuera de la decisión, la elección mayoritaria simple (que se produce por ejemplo en Inglaterra) da la representación al que tenga mayor número de votos respecto a los demás candidatos. Por lo tanto se ‘pierden’ el resto de votos. Pero aún así la convención justifica al ganador. Esta falta de consideración con el resto de votos, cuantitativamente, es a lo que Arrow le llevaba a pensar que no se pueden tomar decisiones democráticas. Pero hay una solución.

En Francia se emplea el sistema de ballotage o doble vuelta. Consiste en que, si la primera vez nadie ha obtenido mayoría absoluta, los dos que más votos obtuvieran se vuelven a medir en una segunda vuelta donde vuelve a participar todo el censo electoral. Así la decisión final es consecuencia tanto de las pasiones a favor de un candidato como en contra. El resultado es fidedigno. Todo el mundo ha podido decidir.

Claro está que he puesto ejemplos en los que el sistema electoral elige a personas, no a listas. Esto de elegir listas, tanto abiertas como cerradas, es algo incomprensible para un demócrata. Con partidos o sin ellos, los representantes de la nación (Legislativo) o del Estado (Ejecutivo) deben ser responsables directamente de las decisiones que toman y rendir cuentas no al partido sino a sus electores. Todo este circo de listas (tengo el buzón lleno de enumeraciones de personas completamente desconocidas) no es más que la gran trampa de los partidos estatales para intentar hacernos creer que elegimos. En todo caso votan (quienes lo hagan) a partidos, en bloque. Así no se diluyen responsabilidades. Se deben escoger a personas en distritos pequeños. Debemos saber dónde viven, de dónde salen, qué negocios se traen entre manos. 

Esta es la clave que tanto en Estados Unidos, Francia o Inglaterra aplican desde que se conquistó la libertad política. Nosotros, mientras, seguimos creyendo que tenemos democracia cuando todas las libertades que tenemos son concedidas y la más importante para la sociedad, la libertad política, sigue secuestrada en una torre del Estado. 

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