...¿¿¿El orgullo de Susana...???El PSOE-A = ¿el Partido natural de los andaluces ¿....un
35,43 % de votos en el 2015.....?¿Su ejercito burocrático = la Administración
paralela?
Y como puso de relieve la propia Susana Díaz, tras su
triunfo electoral, Andalucía es un caso único en toda
Europa. No existe otro precedente igual. En España, por descontado, es la única
comunidad en la que no ha habido alternancia.
¿Trabajador de la Junta si no me votas vas a la calle?
Y esto es lo que hay.....
Ver mas enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=mhZ6NODIp2I
Y como puso de relieve la propia Susana Díaz, tras su
triunfo electoral, Andalucía es un caso único en toda
Europa. No existe otro precedente igual. En España, por descontado, es la única
comunidad en la que no ha habido alternancia.
Tan sobrado ha ido
siempre el PSOE en las elecciones andaluzas que hubo una campaña electoral en
las que eligió como lema “Suma y sigue”. Como recreándose, burlón, en la hegemonía de tres décadas
largas al frente de la Junta de Andalucía; con el ánimo crecido de verse el
único partido europeo que gobierna, elección tras elección, camino ya de los cuarenta
años. “Suma y sigue”, que no debe haber mejor expresión en boca de un partido
político para resumir el ánimo con el que se
presenta a unas elecciones con la seguridad de que volverá a ganar y que, al
final, todo se reduce a un mero trámite de suma de votos que sólo pueden
confirmar una cosa, que sigue gobernando.
Tanto es así que las
novedades en las elecciones andaluzas siempre hay que buscarlas en la
oposición. Ha sido así siempre: esta de ahora es la décima legislatura de la autonomía andaluza y
los análisis que se realizan hoy en día no difieren de los anteriores. Las
principales noticias se refieren a la debacle de algún partido de la oposición,
al estado agónico de algunos de sus líderes, a la desaparición de algunas
formaciones, al fiasco de algunas nuevas…
El PSOE, entre tanto, entre tantos, oscila con subidas y
bajadas de porcentajes de votos y de escaños, por encima o por debajo de la
mayoría absoluta, pero siempre con la certeza del ‘suma y sigue’ en el
Gobierno. Pero ¿novedades, novedades? Esas siempre hay que buscarlas en
la oposición. Porque es lo único que se mueve
después de tantos años de gobierno del PSOE, como ahora con la debacle del Partido Popular y de Izquierda
Unida y el ascenso de Podemos y de Ciudadanos, mientras que los socialistas,
aun perdiendo más de cien mil votantes, permanecen igual; una mayoría
congelada, una mayoría de acero, como si nada le afectara, como si no estuviera
en duda. Y el caso es que, por mucho que ya hasta parezca normal la afirmación tantas
veces repetida por los dirigentes socialistas de que “el PSOE es el partido
natural de los andaluces”, todo esto no deja de traslucir alguna anomalía democrática.
A ver, hablamos
de ‘anomalía democrática’ sólo desde el punto
de vista de que si existe una convención generalizada en
un régimen de libertad, es que la democracia es alternancia. Y como puso ayer de relieve la propia Susana Díaz, tras su
triunfo electoral, Andalucía es un caso único en toda Europa. No existe otro
precedente igual. En España, por descontado, es la única comunidad en la que no
ha habido alternancia.
La lógica democrática lo que indica es que son los gobiernos
los que, en todos los países del mundo, sufren el desgaste de la gestión. En
Andalucía, sin embargo, sólo tienen desgaste los partidos que están en la
oposición. Y
eso es lo contrario de lo que impone el funcionamiento democrático. Lo
complejo, a partir de ahí, es intentar analizar por qué ocurre. Las dos explicaciones más trilladas son, a mi juicio,
claramente insuficientes. La primera explicación es la que hace referencia a la
red clientelar del PSOE, incluyendo la retahíla de tópicos como el PER y los
funcionarios de la Junta. Todo eso no es cierto, por mucho que se repita.
Las novedades en las elecciones
andaluzas siempre hay que buscarlas en la oposición. Es lo único que se mueve
Es evidente que una cosa y otra pueden tener incidencia en
unas elecciones a favor del PSOE, pero, simplemente por una cuestión numérica y
de lógica, no se trata de algo sustancial. Ni los que cobran el subsidio
agrario, entre cien y doscientos mil jornaleros, suponen un porcentaje
significativo con respecto al censo global de una región como Andalucía con
casi ocho millones y medio de habitantes ni nadie en su sano juicio podrá
pensar que todos los funcionarios de la Junta de Andalucía son del Partido
Socialista.
No tiene sentido ninguna de las
dos cosas, pero sin embargo se siguen repitiendo, muchas veces como insulto
grotesco a todos los andaluces. Si el PSOE gana en Andalucía no es sólo por su red clientelar,
que existe, sino porque es evidente que una mayoría de electores de esta región
se sitúa en el centro-izquierda, y así lo expresan, y porque
el PSOE ha logrado una evidente identificación con ese electorado.
La segunda
explicación que se esgrime para justificar las victorias consecutivas del PSOE
descarga toda la responsabilidad en la oposición. “Si el PSOE gobierna, es porque la oposición andaluza,
sobre todo la derecha, jamás ha sabido plantear una alternativa”, dicen. Tampoco es verdad. Es evidente, al igual
que en el punto anterior, que todos los partidos de la oposición han cometido
errores, algunas veces errores de bulto, pero ¿es que acaso no los ha cometido
igual el PSOE?
La derecha, por ejemplo, ha cambiado de líder en varias
ocasiones, como ahora tras la marcha de Javier Arenas, pero si esos cambios
fueran la explicación de su derrota, si el electorado andaluz castigara esa
inestabilidad, la misma consecuencia habría tenido para el PSOE cada vez que,
por disputas internas, ha quitado a un presidente para poner a otro. Escuredo
cayó y lo sustituyó Borbolla; Borbolla cayó y lo sustituyó Chaves; Chaves cayó
y lo sustituyó Griñán; Griñán cayó y lo sustituyó Susana Díaz. ¿Por
qué al PSOE nunca le pasan factura los electores por esos cambios, y sin
embargo un vaivén así puede ser letal para los partidos de la oposición?
La famosa red clientelar del
PSOE no puede ser algo sustancial, simplemente por una cuestión numérica
Lo mismo ocurre con la corrupción, o con los recortes por la
crisis. Podemos pensar que el mal resultado del Partido Popular tiene que ver
con los escándalos de corrupción que le han afectado y con los recortes
sociales impuestos. Pero ahí está el inmenso escándalo de los ERE, y todos
los demás casos de corrupción que gravitan sobre el PSOE andaluz, y nunca le
han supuesto un disgusto en las urnas. Ahí están los recortes de la Junta de
Andalucía, denunciados por diversos colectivos, y tampoco se traducen en un
voto de castigo en las urnas.
¿Cuál es entonces la
explicación a que el PSOE siga ganando en Andalucía? Pues no lo sé, la verdad.
Acaso una suma de muchos factores, entre ellos varios de los argumentos
anteriores que llevan implícitas no pocas contradicciones del pueblo andaluz y
no poco conformismo.
Aquellas elecciones
del ‘suma y sigue’ fueron las de marzo de 2008. Como en Andalucía las novedades
están siempre en la oposición, lo que ocurrió es que el PSOE volvió a revalidar
su mayoría absoluta y los andalucistas, que le habían servido de muleta en las
legislaturas anteriores, desaparecieron del Parlamento, como ahora ha estado a
punto de ocurrirle a Izquierda Unida, que también se prestó en este último
mandato para apuntalar al Partido Socialista en su peor momento.
“El pueblo andaluz quiere que haya cambio, pero que ese cambio
lo haga el PSOE”, interpretaron entonces los socialistas. “El cambio es
Chaves”, concluyeron, aunque Chaves ya llevaba en el cargo 18 años. Hace unos
días, antes de las elecciones, Alfonso Lazo, un histórico militante socialista,
un prestigioso catedrático sevillano, alertaba contra el triunfo del PSOE en
estas elecciones andaluzas. Y decía: “El voto a Susana Díaz supone aceptar dos decenios más de un
régimen paralítico”. Pues eso. Suma y sigue.
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