jueves, 5 de febrero de 2015

La Unión Europea deja de jugar con Grecia y le cierra el grifo = Syruza quiere no pagar la deuda y seguir gastando = ¿¿ Responsabilidad o irresponsabilidad....?? ¿El sin sentido ?

Curiosas Elecciones.....¿¿¿????


Lo moderno ahora ¿¿???



Conclusión = ¿El sin sentido?



Explicación y sentido de la deuda griega: si no pagan, que no pidan 

Explicación y sentido de la deuda griega: si no pagan, que no pidan

es difícil que, a este respecto, la Troika pueda hacer mucho más de lo que ya ha hecho: como decimos,en 2012 la deuda griega ya fue reestructurada por la Troika en condiciones difícilmente mejorables.....

En otras palabras, los Gobiernos europeos están subsidiando al Gobierno griego, ya que le están extendiendo crédito a unas condiciones más ventajosas a las que se están endeudando ellos para extenderle ese crédito. Es como si usted se endeudara al 10% para prestarme a mí al 5: es obvio que con la operación estaría perdiendo dinero. No parece que haya mucho margen para regalar, todavía más, tales condiciones.

Ahora bien, del mismo modo que los inversores deben aceptar la responsabilidad por conceder crédito a un Gobierno que en cualquier momento puede impagar impunemente su deuda, el Gobierno griego también debe aceptar las consecuencias de decretar una quita unilateral sobre su deuda: a saber, la imposibilidad de financiar su déficit público. Lo llamativo de Syriza no es que quiera impagar sus obligaciones financieras: es que quiere hacerlo al tiempo que postula la necesidad de aumentar de manera muy sustancial el gasto público sin subir los impuestos: es decir, quiere no pagar la deuda para seguir emitiendo deuda. 

Semejante cuadratura del círculo sí que es imposible: si Syriza opta por rechazar a la Troika como interlocutor y por aplicar una quita unilateral, se estará mostrando como un Gobierno poco confiable al que nadie querrá prestar cantidad alguna de dinero. Y, por tanto, tendrá que mantener estrictamente a raya sus cuentas: no podrá gastar un euro (o, más bien, una dracma) más de lo que ingrese. Así, la asfixiante "ultraausteridad" actual será la situación por defecto en la que tendrá que vivir Grecia durante años.

En suma, si Syriza no quiere pagar, que no pague; pero que dejen de pedir crédito a los demás para años más tarde no devolverlo. Ya lo dijoclarividentemente el vicepresidente de la CDU: "Los griegos tienen derecho a votar por quien quieran, pero nosotros tenemos el derecho de no financiar la deuda griega". Sea. Esperemos que, en esta ocasión, todos los actores estén a la altura de las circunstancias, se decida lo que se decida. Ni más componendas ni más presiones por ninguno de los dos lados. Eso sí, haga lo que haga Syriza, por favor, que lo haga lo antes posible para que así los demás podamos tomar buena nota.



La Unión Europea deja de jugar con Grecia y le cierra el grifo


Unos por otros y la casa sin barrer...¿¿??








Explicación y sentido de la deuda griega: si no pagan, que no pidan 

Explicación y sentido de la deuda griega: si no pagan, que no pidan

El profesor Juan Ramón Rallo lo explica a la perfección: "El principal objetivo del nuevo Gobierno de Syriza es "reestructurar" la insoportable losa de la deuda pública griega, actualmente ubicada en el 175% del PIB. Según se nos dice, Grecia no puede pagar, lo que hace imprescindible una profunda reestructuración de la misma: a saber, alargar los plazos de vencimiento, reducir los tipos de interés o incluso aplicar una quita al principal.
En realidad, buena parte del discurso sobre la insostenibilidad de la losa financiera griega está infundada. En las economías modernas, caracterizas por Gobiernos expansivos y monedas inflacionistas, el principal de la deuda pública nunca se devuelve, sólo se refinancia; de ahí que el coste de estar endeudado dependa únicamente del tipo de interés que el Estado deba abonar por el conjunto de su deuda pública.
En 2011 Grecia estaba obligada a pagar unos intereses equivalentes al 7,3% de su PIB, con diferencia la carga más alta de Europa y difícilmente sostenible. Sin embargo, con la reestructuración de su deuda pública orquestada por la Troika en 2012, ha conseguido rebajar su losa de intereses al 4% del PIB, que, si bien no es bajo, tampoco resulta inmanejable. De hecho, países como Irlanda, Italia o Portugal –que hasta el momento no han reclamado reestructuraciones en su deuda pública– están soportando ahora mismo costes financieros mayores.



Fuente: Eurostat

Teniendo en cuenta que el PIB de Grecia está por los suelos (ha caído un 23% desde su máximo) y, ciertamente, muy por debajo del PIB potencial de que podría disfrutar en caso de que liberalizara y estabilizara su economía, es difícil concluir que la reestructuración de la deuda sea una absoluta e inexorable necesidad.
Acaso cupiera alegar que, pese a lo anterior, podríamos ser más generosos con Grecia y brindarle algo más de oxígeno, rebajar un poco más la carga de su deuda y blindarla frente al riesgo de refinanciación (pues, aunque hoy paga un tipo de interés moderado, si en el futuro refinancia su deuda a tipos de interés más altos, regresará a una situación de insostenibilidad financiera). Aquí entroncarían, de hecho, las exigencias de Syriza de alargar el vencimiento de la deuda y rebajar el tipo de interés medio sobre la misma. Pero es difícil que, a este respecto, la Troika pueda hacer mucho más de lo que ya ha hecho: como decimos,en 2012 la deuda griega ya fue reestructurada por la Troika en condiciones difícilmente mejorables.
El vencimiento medio de la deuda griega es, con diferencia, el más elevado de la Eurozona y, también, de otros países de nuestro entorno.
Fuente: OCDE
Lo mismo sucede con los tipos de interés medios sobre su deuda, los terceros más bajos de la Eurozona e incluso más reducidos que los que está pagando Alemania:






Fuente: Eurostat







En otras palabras, los Gobiernos europeos están subsidiando al Gobierno griego, ya que le están extendiendo crédito a unas condiciones más ventajosas a las que se están endeudando ellos para extenderle ese crédito. Es como si usted se endeudara al 10% para prestarme a mí al 5: es obvio que con la operación estaría perdiendo dinero. No parece que haya mucho margen para regalar, todavía más, tales condiciones.
Entonces, si no existe mucho margen para alargar los vencimientos de la deuda y para reducir los tipos de interés medios, ¿qué queda en pie de las demandas de reestructuración? Lo único que queda es una quita a su deuda, es decir, que no paguen. A este respecto, conviene no olvidar que la deuda pública griega en manos de acreedores privados ya fue sometida en 2012 a una quita del 53,5% sobre su valor nominal (que, computando el alargamiento del plazo y el recorte de intereses, ascendió al 75% sobre su valor actual). Siendo así, ¿hay que someter a Grecia a una nueva quita?
En general, creo que conviene desdramatizar las quitas de deuda. Todo inversor en deuda pública es consciente de que en algún momento ésta puede ser impagada por el Estado emisor sin que sea posible forzarle a pagar (dado que la soberanía estatal impide ejecutar forzosamente los contratos con el Estado): la amortización en plazo de la deuda pública apenas es una cuestión de buena fe y de responsabilidad del Gobierno de turno. Como digo, éste es un riesgo que todo inversor conoce y que tiene interiorizado, también cuando los inversores son otros Estados (como es el caso actual: el 80% de la deuda griega está en manos de organismos oficiales); por tanto, sólo cabe exigir a los inversores, públicos y privados, que sean consecuentes con los riesgos que voluntariamente tomaron al prestar al Gobierno griego.
Ahora bien, del mismo modo que los inversores deben aceptar la responsabilidad por conceder crédito a un Gobierno que en cualquier momento puede impagar impunemente su deuda, el Gobierno griego también debe aceptar las consecuencias de decretar una quita unilateral sobre su deuda: a saber, la imposibilidad de financiar su déficit público. Lo llamativo de Syriza no es que quiera impagar sus obligaciones financieras: es que quiere hacerlo al tiempo que postula la necesidad de aumentar de manera muy sustancial el gasto público sin subir los impuestos: es decir, quiere no pagar la deuda para seguir emitiendo deuda.
Semejante cuadratura del círculo sí que es imposible: si Syriza opta por rechazar a la Troika como interlocutor y por aplicar una quita unilateral, se estará mostrando como un Gobierno poco confiable al que nadie querrá prestar cantidad alguna de dinero. Y, por tanto, tendrá quemantener estrictamente a raya sus cuentas: no podrá gastar un euro (o, más bien, una dracma) más de lo que ingrese. Así, la asfixiante "ultraausteridad" actual será la situación por defecto en la que tendrá que vivir Grecia durante años.
En suma, si Syriza no quiere pagar, que no pague; pero que dejen de pedir crédito a los demás para años más tarde no devolverlo. Ya lo dijoclarividentemente el vicepresidente de la CDU: "Los griegos tienen derecho a votar por quien quieran, pero nosotros tenemos el derecho de no financiar la deuda griega". Sea. Esperemos que, en esta ocasión, todos los actores estén a la altura de las circunstancias, se decida lo que se decida. Ni más componendas ni más presiones por ninguno de los dos lados. Eso sí, haga lo que haga Syriza, por favor, que lo haga lo antes posible para que así los demás podamos tomar buena nota.
















La Unión Europea deja de jugar con Grecia y le cierra el grifo


La Unión Europea deja de jugar con Grecia y le cierra el grifo
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado este miércoles que no aceptará la deuda pública de Grecia como colateral para financiar a los bancos griegos, eliminando así una importante vía de financiación del sistema financiero heleno.

Esta decisión se adopta porque, actualmente, no es posible garantizar la renovación del actual programa de rescate, según la nota publicada por la institución. Como consecuencia, a partir de este momento, los grandes bancos helenos dependerán, en gran medida, de las líneas extraordinarias de liquidez del Banco Central de Grecia (ELA) para no echar el cierre.

Sin embargo, cabe recordar que esta financiación de emergencia depende, en última instancia, de la autorización del BCE, y ésta tiene que renovarse cada dos semanas. Si el BCE cierra esta última vía de liquidez, la banca griega colapsará, desatando el consiguiente corralito financiero, tal y como avanzó Libre Mercado.

En principio, Grecia tenía de plazo hasta el próximo 28 de febrero para llegar a un acuerdo con la troika sobre la extensión del segundo plan de rescate. El pasado lunes, el BCE advirtió de que si ambas partes no alcanzaban a un entendimiento, cerraría el grifo de la financiación a la banca helena, y ésta, debido a su insolvencia y falta de liquidez, se vería obligada a cerrar, desatando el citado corralitoEste miércoles ha empezado a desenchufarla, en una clara advertencia al Gobierno de Alexis Tsipras.

Cinco grandes mitos sobre la deuda griega

Los griegos soportan el mayor nivel de deuda pública de la zona euro y de la UE, con un 175% del PIB en 2013 (320.000 millones de euros), debido al excesivo gasto en el que incurrió la Administración helena durante la época de la burbuja crediticia.

Ésta es, precisamente, la única cifra que exhibe el nuevo Gobierno deSyriza para exigir a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) una profunda reestructuración de su deuda, extendiendo los plazos de vencimiento, reduciendo los tipos de interés e incluso aplicando una quita sobre el principal.








Deuda pública en % del PIB en la zona euro

Sin embargo, aunque se trata de una cifra muy elevada, no se tienen en cuenta otras variables que son igualmente importantes a la hora de analizar si dicho volumen de deuda es o no impagable. ¿Puede Grecia pagar su deuda o es más bien una cuestión de mera voluntad política? Los siguientes datos desmontan algunos de los mitos más extendidos sobre el endeudamiento heleno.

1. Los intereses más bajos de la zona euro

La sostenibilidad o no de la deuda depende, en gran medida, del tipo de interés aplicado. Cuanto mayor sea la carga financiera, más complicado tendrá un Estado cumplir con sus compromisos, ya que tendrá que destinar un mayor volumen de recursos al pago de intereses para devolver lo que debe.

En este sentido, el caso de Grecia es paradigmático, ya que su deuda soportar uno de los tipos de interés medio más bajos de toda Europa,inferior al 2,5% en 2013, a pesar de que el volumen adeudado es ingente.

En concreto, Atenas paga menos intereses que el todopoderoso Estado alemán o el muy solvente gobierno finlandés (cerca del 2,5%), tal y como explica el economista Juan Ramón Rallo. Tan sólo Holanda, Luxemburgo y Estonia pagan un interés medio menor. La razón no es otra que las ventajosas condiciones financieras que incluye el rescate internacional de la troika.

2. El coste de la deuda es inferior al de España

Pese a ello, muchos podrán pensar que poco importa el reducido interés que se le aplique, puesto que, siendo su deuda tan elevada, el volumen de recursos públicos destinado a su amortización será inasumible (un interés del 2,5% sobre 100.000 euros son 2.500 euros en intereses al año, pero sobre 1 millón la cifra sube a 25.000).

Pero la frialdad de los datos desmonta también este mito. Así, tal y como señala Rallo, "en 2011 Grecia estaba obligada a pagar unos intereses equivalentes al 7,3% de su PIB, con diferencia la carga más alta de Europa y difícilmente sostenible. Sin embargo, con la reestructuración de su deuda pública orquestada por la troika en 2012, ha conseguido rebajar su losa de intereses al 4% del PIB, que, si bien no es bajo, tampoco resulta inmanejable. De hecho, países como Irlanda, Italia o Portugal, que hasta el momento no han reclamado reestructuraciones en su deuda pública- están soportando ahora mismo costes financieros mayores". Dicho de otro modo, el Gobierno español destina hoy un mayor volumen de recursos públicos al servicio de la deuda que Grecia.

3. El plazo de devolución más largo de Europa

Y lo mismo sucede con los plazos de devolución. La deuda helena disfruta del mayor período de vencimiento de toda el continente, con una media de 16 años, casi tres veces más que España.

4. Una quita equivalente a cuatro de Alemania

Pese a ello, Atenas, con el aval de otros muchos políticos y analistas, insiste en que no puede pagar y, para ello, suelen aludir a lareestructuración de deuda que se concedió a Alemania tras la II Guerra Mundial.

Efectivamente, la recién nacida República Federal de Alemania alcanzó un acuerdo con sus países acreedores tras la 

II Guerra Mundial. A través del denominado Acuerdo de Londres de 1953 se aplicó una quita superior al 50% sobre la deuda externa germana, pero cuando se cita como ejemplo esta reestructuración se olvidan ciertos aspectos relevantes a tener en cuenta.

En primer lugar, que dicha quita se aplicó a la deuda externa total de Alemania, incluyendo deuda pública y privada. En segundo lugar, que dicha deuda bajó de 30.000 millones de marcos a cerca de 15.000 millones (-50%), pero si se compara con el tamaño que tenía su economía entonces, la deuda externa pasó del 20% del PIB germano al 10%. Es decir, se aplicó una quita equivalente a 10 puntos de su PIB.

Si a esta cifra se le suman las ayudas de reconstrucción que recibió Alemania de EEUU a través del conocido Plan Marshall, la condonación de deuda (pública y privada) aplicada a Alemania tras la guerra ascendió a una cuantía próxima al 20% de su PIB, tal y como recuerda el economista y presidente del Instituto de Investigación Económica germano (IFO), Hans-Werner Sinn.

La cuestión es que a Grecia ya se le han concedido dos reestructuraciones de deuda (exclusivamente pública) durante la presente crisis: una quita a los tenedores privados (básicamente, bancos) de bonos helenos en 2012 y un posterior alargamiento de plazos y reducción de intereses del crédito concedido por la troika.

La primera quita (sumando otras condiciones) ascendió al 75% del valor actual de la deuda helena en manos privadas; pero, si se computa la segunda reestructuración, la reducción aplicada sobre la deuda pública total de Grecia equivaldría al 76% del PIB heleno, casi cuatro veces más que la condonación otorgada a Alemania en 1953.

5. Es más barato expulsar a Grecia

Por último, la única carta que posee Atenas en el arriesgado juego del gallina que acaba de iniciar con la troika es la salida del euro y sus temidas repercusiones económicas y financieras sobre el resto de los socios comunitarios. En las últimas semanas han surgido numerosas estimaciones acerca de dicho impacto, pero la clave es que resulta dudoso que la expulsión de Grecia sea más lesiva que la concesión de un rescate indiscriminado al país heleno.

Así, el Deutsche Bank, por ejemplo, advierte de que si la troika cede casi por completo a las reivindicaciones de Atenas, como la quita y, sobre todo, la anulación de las reformas estructurales, otros gobiernos exigirían el mismo trato, socavando con ello la estabilidad y supervivencia de la zona euro a medio y largo plazo.

Asimismo, el prestigioso IFO germano estima que ceder a la moratoria que exigen los griegos costaría a Alemania -su principal acreedor- algo más de 77.000 millones de euros, mientras que su expulsión del euro supondría una factura directa de 76.000 millones a sus arcas públicas, inferior, por tanto, a la extensión del rescate heleno, si bien esta cifra no incluye otras pérdidas indirectas.

No es la deuda, sino la economía

Por último, más allá de que la deuda griega sea o no sostenible en la actualidad, el auténtico problema de fondo no radica en su volumen, sino en la capacidad de la economía helena para poder pagar. La única forma viable para amortizar dicha factura consiste en registrar superávit fiscal y exterior para ir reduciendo de forma paulatina su abultada deuda, tanto pública como externa. La clave, por tanto, radica en garantizar el equilibrio presupuestario y contar con una economía competitiva para crecer y crear empleo sobre bases sólidas.

¿Problema? Syriza persigue justo el objetivo contrario. Poco importa que se conceda una nueva quita del 50% sobre su deuda si Atenas cae de nuevo en una insostenible senda de déficit y creciente endeudamiento, como la acontecida desde 1998, que es lo que explica la posterior quiera del país. El Gobierno de Alexis Tsipras promete más gasto público, más impuestos y mayor rigidez económica, una senda que, tal y como ha demostrado la reciente experiencia griega, conducirá tarde o temprano a una nueva crisis.

En este sentido, el economista jefe de Berenberg, Holger Schmieding, alerta de que "la ingente deuda de Grecia es resultado de sus arraigados problemas estructurales, como un sector público ineficiente y con excesivo personal, un sector privado excesivamente regulado y un mercado laboral inflexible. Si Grecia es un mal lugar para invertir y crear puestos de trabajo y si su burocracia y el sistema fiscal ahuyentan a las empresas, no puede obtener los ingresos fiscales y el crecimiento sostenido que necesita". El PIB griego se ha desplomado cerca de un 25% durante la crisis.










PIB anual de Grecia | www.perpe.es

Por ello, si Syriza revierte la senda de reformas y ajustes emprendida, estará destruyendo su potencial de crecimiento y, por tanto, su capacidad para financiar el servicio de la deuda, a pesar de que se apliquen nuevas quitas. El programa económico de Syriza, y no la exigencia de una nueva reestructuración, es la principal amenaza para la sostenibilidad de Grecia.


Alemania: o cambia de programa o Syriza no tiene nada que hacer

El Gobierno de Angela Merkel ha elaborado un documento base sobre la situación de Grecia de cara a la próxima reunión del Eurogrupo en donde, entre otras cuestiones, exige a Atenas el mantenimiento de la senda de austeridad y reformas que marcan los memorandos del rescate heleno.

Berlín insiste en que, para discutir una nueva reestructuración de la deuda griega, es imprescindible que Atenas garantice el saneamiento de sus cuentas públicas y la mejora de su competitividad económica. "El objetivo es el mantenimiento de la agenda de reformas acordado" en materia de recortes de gasto, impuestos, privatizaciones o reformas estructurales, según aclara el documento, informa Reuters. "El Eurogrupo necesita un compromiso claro por parte de Grecia para garantizar la plena aplicación de las medidas de reforma clave necesarias para mantener el programa [de rescate] en marcha", añade.

Este mensaje implica que Syriza tendría qe renunciar al grueso de su programa electoral para renegociar las condiciones del rescate y, de este modo, lograr reestructurar su deuda. Lo primero que anunció el Gobierno que lidera Alexis Tsipras tras llegar al poder fue el aumento del salario mínimo, la anulación de las privatizaciones acordadas con la troika, un plan de emergencia social que implica más gasto público, la reversión de la reforma laboral y de pensiones, o la suspensión del recorte de empleados públicos, entre otras medidas.

Mantiene sus posiciones

El documento elaborado por Berlín también aboga por mantener la figura de la troika y que Grecia registre un superávit presupuestario primario del 3% del PIB en 2015 y del 4,5 en 2016. Así pues, el Gobierno alemánmantiene sus posiciones ante la crisis griega -con su rechazo a una posible quita de la deuda y su principio de otorgar ayuda sólo a cambio de reformas- a la esfera de la visita que hará el jueves a Berlín el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varufakis.

"Hoy el tema de Grecia no tuvo ningún papel en el Consejo de Ministros, no era necesario puesto que Alemania no ha cambiado su postura ante la situación griega que es bien conocida", dijo el portavoz del gobierno, Seffen Seibert, un día antes de que Varufakis se encuentre con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble.

"Nos alegramos de la visita y tenemos mucho interés por lo que nos van a contar los colegas griegos, tenemos gran curiosidad por conocer la posición griega frente al programa en curso", dijo, por su parte, el portavoz de Finanzas, Martin Jäger.

Sin embargo, a preguntas de los periodistas, Jäger reiteró posiciones alemanas que implican un rechazo a algunas de las posibilidades que se han barajado en los últimos días. Así, Jäger subrayó el rechazo a una posible quita de la deuda griega y a una eventual conferencia de acreedores. "Si se me preguntan por otras herramientas que se han discutido últimamente sólo puedo contestar que no quiero entrar en debates eufemísticos", agregó Jäger.

Mientras tanto, dentro de los grupos parlamentarios y dentro de buena parte de los medios de comunicación ha venido cundiendo una actitud hostil ante el nuevo gobierno griego y un rechazo radical a nuevas ayudas. El jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Volker Kauder, ha calificado la actitud que ha mostrado el nuevo gobierno griego durante sus primeros días de gestión de "grosera".

La revista Der Spiegel ha calificado, en su última portada, al primer ministro griego de "conductor suicida", el diario Bild publica día a día informaciones sobre griegos que no pagan impuestos y el Frankfurter Allgemeine Zeitung saca un artículo de opinión tras otro contra posibles concesiones. Una encuesta del instituto demoscópico FORSA, difundida este miércoles, muestra que el 66% de los alemanes también está en contra de hacer concesiones, informa Efe.

El ministro de Economía y presidente del Partido Socialdemócrata (SPD),Sigmar Gabriel, aunque ha manifestado su comprensión con los votantes de Tsipras y ha dicho que sólo el ahorro no saca a un país de la crisis, ha dicho también que es falso que los griegos se presenten como víctimas de la troika y de la UE. "El nuevo Gobierno griego se comporta como si su país fuera víctima de la UE y de la troika. Eso es falso. Grecia ha sido víctima de sus propias élites políticas y económicas. Ellas saquearon el país", dijo Gabriel en una entrevista a la revista Stern.

El BCE pide diálogo constructivo a Grecia

Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, urgió este miércoles a Grecia a comprometerse constructiva y rápidamente con el Eurogrupo. "El presidente aclaró el mandato institucional del BCE y urgió al nuevo Gobierno griego a comprometerse constructiva y rápidamente con el Eurogrupo para asegurar la estabilidad financiera constante".

La entidad monetaria europea ha insistido en que no puede reestructurar la cartera de títulos de deuda griega que tiene el BCE por sus operaciones de política monetaria. El BCE ha dicho también que siempre es posible que un banco solvente acceda a más préstamos a través del programa de provisión urgente de liquidez, pero no facilitó detalles de si los bancos griegos los han utilizado recientemente.
Draghi se reunió en Fráncfort con el ministro de Finanzas griego un día antes de que el consejo de gobierno del BCE se reúna para debatir, entre otros asuntos, si aprueba que los bancos griegos accedan a más préstamos a través del programa de provisión urgente de liquidez. El ministro griego dijo que había tenido un debate "muy fructífero" con Draghi.

Los bancos de la zona del euro pueden recibir crédito del BCE a través de las operaciones de política monetaria ordinarias, pero también, de forma excepcional, a través de la provisión urgente de liquidez en caso de que tengan problemas temporales de liquidez. El consejo de gobierno del BCE, máximo órgano ejecutivo de la entidad, tiene competencia para limitar las operaciones de provisión urgente de liquidez si considera que interfieren en los objetivos y tareas del Eurosistema.
¿Preferirá Grecia a Rusia antes que la UE?

Corría el año 2010 cuando Gallup publicó una encuesta en la que el 34% de los griegos se mostraba favorable ante el liderazgo político-económico de Rusia. El desapego hacia la Unión Europea ya era evidente por aquel entonces, pues la valoración positiva de Bruselas se quedaba por debajo de Moscú, en niveles del 32%.

Un lustro y dos rescates después, la asistencia proporcionada por la UE para evitar el colapso económico griego no ha impedido que se hunda un 30% la valoración de Bruselas en el país heleno. Según la consulta más reciente de Gallup, el porcentaje de griegos que aprueban el liderazgo europeo ha pasado del 32% al 23% entre 2010 y 2015. A lo largo del mismo periodo, Rusia ha mejorado ligeramente su valoración, llegando ahora al 35%.

Por tanto, si Moscú se colocaba dos puntos por encima de Bruselas en 2010, los datos para el presente año arrojan un diferencial mucho mayor, de doce puntos.




Los griegos, cada vez más partidarios del liderazgo ruso

Los votantes de Syriza, entusiastas de Putin

No es ningún secreto que los partidarios del nuevo gobierno de Syriza creen que las medidas exigidas por la UE a cambio de los programas de rescate tienen un efecto negativo en la economía. Del mismo modo, la relativa estabilidad en el voto de Nueva Democracia apuntala la tesis de que los fieles a dicha formación entienden que los compromisos asumidos estaban ayudando a reconducir el rumbo de la economía.

Pues bien, entre aquellos griegos que creen que la economía va a peor, el apoyo al liderazgo ruso es del 37%, muy por delante del 18% alcanzado por la Unión Europea para dicho segmento de la población. Cuando Gallup hizo la misma pregunta entre aquellos que opinan que la economía se estaba recuperando, el resultado obtenido fue el opuesto: un 56% declaró que aprobaba el liderazgo de la Unión Europea, frente al 32% que valoró positivamente el rol de Rusia.

El rol de Alemania

El peso de Alemania en la crisis griega ha sido significativo. Partidos como Syriza han vilipendiado el rol del país teutón en los programas de rescate, lo que explica la baja valoración que recogen los germanos entre aquellos griegos que opinan que la economía de su país va a peor. Entre dicho grupo de población, la aprobación obtenida por Alemania solamente llega al 26%, claramente por debajo del 37% registrado por Rusia entre el mismo colectivo.

Por el contrario, para aquellos griegos que creen que la economía sí iba por el buen camino gracias a las medidas introducidas por la troika, la aprobación al liderazgo alemán llega al 50%, muy por delante del 32% alcanzado por Rusia.

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