domingo, 18 de enero de 2015

Máxima difusión. Seguimos sumando...El demócrata Liberal abre sus puertas: los ciudadanos andaluces, tienen que despertar y empezar a andar, a defender lo nuestro lo de todos; porque a la Andalucía del Régimen, al latrocinio de fondos públicos y a la corrupción que soportamos, hay que ponerle punto y final.

En pie de Guerra.


Sin leyes; sin Justicia; sin amparo institucional alguno,los andaluces caminamos rodeados de sombras; al socaire de sindicalistas que se fuman el dinero de los parados; a merced de los usurpadores de escaños en el Parlamento autonómico, que nos desvalijan por delante, nos estafan por detrás, nos ningunean por arriba y nos lastran por abajo.

Los andaluces, verdaderos atlantes, llevamos sobre nuestros vencidos hombros la carga de la malversación de fondos públicos; soportamos el espanto de ver cómo una abeja reina gigantesca se nutre obscenamente, desde hace más de tres décadas, del futuro de nuestros hijos; sufrimos la vergüenza de llevar cada tres años al matadero de la opinión los informes internacionales sobre Educación. 

Los andaluces no tenemos Gobierno en Andalucía, sino una cueva de Luis Candelas que hace 30 años urdió una red inextricable compuesta por altos cargos, directores de agencias, empresarios corruptos, sobrinos, cuñados, fiscales, queridas, puteros, liberados sindicales ungidos al Poder, comisionistas, enchufados, alcaldes, inútiles, viceconsejeros, concejales y toda suerte de parásitos que viven escandalosamente bien en la tierra del paro y la miseria por mor de haberse arrimado a la fuente de la corrupción: la Junta de Andalucía. 




En pie de Guerra.



Sin leyes; sin Justicia; sin amparo institucional alguno, los andaluces caminamos rodeados de sombras; al socaire de sindicalistas que se fuman el dinero de los parados; a merced de los usurpadores de escaños en el Parlamento autonómico, que nos desvalijan por delante, nos estafan por detrás, nos ningunean por arriba y nos lastran por abajo.



Los andaluces, verdaderos atlantes, llevamos sobre nuestros vencidos hombros la carga de la malversación de fondos públicos; soportamos el espanto de ver cómo una abeja reina gigantesca se nutre obscenamente, desde hace más de tres décadas, del futuro de nuestros hijos; sufrimos la vergüenza de llevar cada tres años al matadero de la opinión los informes internacionales sobre Educación. 



Los andaluces no tenemos Gobierno en Andalucía, sino una cueva de Luis Candelas que hace 30 años urdió una red inextricable compuesta por altos cargos, directores de agencias, empresarios corruptos, sobrinos, cuñados, fiscales, queridas, puteros, liberados sindicales ungidos al Poder, comisionistas, enchufados, alcaldes, inútiles, viceconsejeros, concejales y toda suerte de parásitos que viven escandalosamente bien en la tierra del paro y la miseria por mor de haberse arrimado a la fuente de la corrupción: la Junta de Andalucía.



En nuestra desgraciada tierra no ha existido jamás la separación de Poderes: el Ejecutivo se comió al Legislativo con papas, mientras que el Judicial es un títere golfista con un cuello tan domesticado que es capaz de mirar hacia otro lado haciendo inauditas torsiones sin peligro alguno de tortícolis. Y el Cuarto Poder, la Prensa, es un rehén con síndrome de Estocolmo; amancebado, paniaguado y cautivo, el Periodismo, salvo contadísimas excepciones, ha dejado de llevar su libreta y su lápiz para manejar sólo una chequera y una pluma Mont Blanc. 


Si en España prácticamente ya no hay Periodismo, en Andalucía sólo tenemos voceros a sueldo. Ésta es la principal razón de que hayamos creado El Demócrata Liberal, un diario digital compuesto no por periodistas sino por ciudadanos hartos de andar disparando a la corrupción como francotiradores desde nuestros solitarios tejados. 

Fue Luis Escribano quien se preguntó (y me preguntó), allá por noviembre de 2014, “por qué no nos unimos en una sola publicación todos aquéllos que llevamos ya tanto tiempo escribiendo en nuestros blogs o publicando vídeos en nuestro canal? La unión hace la fuerza!” Pocas semanas después, empezamos a movernos para realizar el proyecto. Y hoy salimos a la luz!

Los que participamos en El Demócrata Liberal tenemos pocos pero esenciales puntos en común: somos demócratas; pero no en el sentido desnutrido que ya arrastra el término. Somos demócratas porque creemos que en España no hay verdadera Democracia; no la habido todavía. Nuestra malhadada Ley Electoral no permite que el ciudadano pueda acceder a la Política si no es a través del tren de la bruja que supone cualquier partido político. No hay separación de Poderes. No hay igualdad entre los ciudadanos de las distintas regiones. No hay independencia judicial. Vemos con claridad que es la desconfianza y no otra suerte de lírico concepto el que sustenta la verdadera Libertad: la desconfianza entre las Instituciones; y no el consenso entre éstas! El ciudadano no puede expandirse como tal en España!

Pero también participamos de una forma común de comprender la vida, la realidad: pensamos que el esfuerzo personal, el no depender de subvenciones y la minimización del elefantiásico Estado, que se ha metido ya hasta en nuestras alcobas, debería ser el paisaje habitual. El sólo hecho de constatar que los partidos políticos, así como los sindicatos, están subvencionados por el Estado, nos hace saltar de indignación. Comprobar que se premia al derrochador, que el malversador es aclamado como héroe popular, y que los delincuentes políticos se pavonean desde los estrados nos hace preguntarnos en qué clase de degeneración social chapoteamos! Subvenciones, ayudas, prebendas desautorizan el esfuerzo personal, el trabajo duro. No hay recompensa para el emprendedor, sino castigo y cárcel impositiva. La hipertrofia de las Administraciones hace que tengamos que sostener una Administración local, una autonómica, otra estatal y otra más europea! Y los andaluces, además, una Administración Paralela que se lleva 5.000 millones de euros al año, y cuya única misión es la de desviar fondos públicos para la supervivencia del partido socialista!!!

Casi ningún medio de comunicación habla de esto. Pocos son, muy pocos, los que se atreven. Y en ésas estábamos cuando ha llegado El Demócrata Liberal, una publicación irregular, compuesta por liberales que creen que la Democracia existe (pero no en España), y que están dispuestos a plantar cara a toda esa cohorte de sinvergüenzas, chorizos, usurpadores, matones y chuflas que hoy por hoy calientan los escaños de nuestro Parlamento. Incluida la oposición, que a lo único que se ha opuesto en treinta años es a que les bajen el sueldo.

El Demócrata Liberal abre sus puertas! Pasen y vean!

Salutem plurimam!

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