martes, 27 de enero de 2015

EDITORIAL Susana Díaz antepone los intereses del PSOE a los de los andaluces = al final, las mascaras, siempre caen....

CON EL adelanto de las elecciones autonómicas, Susana Díaz da la razón a quienes consideran que la líder socialista antepone los intereses electorales de su partido a los de los andaluces. Porque, como argumentan con razón los dirigentes de Izquierda Unida, ni ellos han dado «un giro radical» a su actitud, como les acusó ayer la presidenta de la Junta, ni peligra la estabilidad del Gobierno andaluz, ya que la aprobación de los presupuestos para 2015 hace apenas un mes garantizaba esa estabilidad para el resto de la legislatura. Como publicó este periódico, la propia Díaz se felicitaba en Twitter de «la estabilidad política, económica y social» alcanzada gracias al acuerdo de diciembre. De nada le ha servido a IU recordarle a Díaz que desde que gobiernan juntos no sólo no han votado ni una sola vez en contra de sus propuestas, sino que han guardado en un cajón sus promesas de regeneración democrática e intolerancia con la corrupción que enarbolaban desde la oposición. La presidenta andaluza ha fabricado un relato de desencuentros con sus socios de gobierno en Andalucía y ha argumentado un supuesto pacto nacional de Alberto Garzón con Pablo Iglesias para provocar una ruptura que justifique una decisión innecesaria para Andalucía, ya que nada obligaba objetivamente a un adelanto electoral. Por eso, muchos interpretan su decisión como un primer paso en sus aspiraciones nacionales, algo que ella ha negado reiteradamente en los últimos días. 


 Sea como fuere, la operación puede no salirle bien a la líder socialista. Aunque las encuestas le auguran una mejora de los resultados obtenidos por Griñán en 2012, aún queda lejos de la mayoría absoluta. Díaz pretende aprovechar la falta de implantación de Podemos en Andalucía y el escaso carisma del candidato popular para mejorar sus resultados. La situación es en principio propicia para los intereses del PSOE, pero si no consiguiese una mejora sustancial, Díaz podría encontrarse con más dificultades de las que tiene ahora para llegar a pactos de gobierno con una IU que había demostrado estar dispuesta a ceder en todo con tal de no perder sus parcelas de poder en el Gobierno autonómico. Si, por el contrario, la operación saliese como ella espera, reforzaría su posición interna dentro del PSOE, que afrontaría las elecciones municipales de mayo con una imagen de partido capaz de recuperar el pulso ganador, algo que Pedro Sánchez no ha conseguido todavía. 



 De ahí que sean muchos quienes interpretan esta decisión de la presidenta andaluza en clave nacional. A pesar de haberlo apoyado frente a Madina en las primarias, sus relaciones con Pedro Sánchez no pasan por su mejor momento, pero sería suicida para las aspiraciones del PSOEde cara a las elecciones generales forzar una salida de Sánchez cuando lleva apenas seis meses al frente de la secretaría general. Si el PSOE quiere recuperar el apoyo electoral de los votantes desencantados, ha de desterrar la imagen de división interna que ofrece ahora y escenificar el apoyo de toda la organización al secretario general elegido por los militantes. Y debe, sobre todo, clarificar su posición ideológica, desmarcarse de Podemos y dejar de competir con ellos por la izquierda para situarse como referencia del centro-izquierda, posición que dio a este partido sucesivas victorias electorales y lo convirtió en un pilar básico del sistema democrático español.



http://www.elmundo.es/opinion/2015/01/26/54c6a84f268e3ebb5b8b4575.html

http://www.elmundo.es/andalucia/2015/01/27/54c73da422601de20b8b456d.html


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