domingo, 23 de noviembre de 2014

Recomendado. Poderse, se puede, pero... ¿Con dinero, publico, de todos? ¿A costa del contribuyente? ¿Con desprecio del mérito y el talento? ¿Incumpliendo las leyes = " Que todo cambie para que todo siga igual ", Giuseppe Tomasi di Lampedusa...

  • Estos pícaros de coleta, más que acabar con la corrupción, ambicionan posesionarse del negocio. 
  • A la Junta lo que le sulfura es enterarse que pagó la nómina del jefe de campaña del partido que le roba la cartera.




Paga la Agencia de Obra Pública = "Administración paralela e instrumental" de la Junta de Andalucía  = La Administración del Régimen.

...que  sufragas  tu, con tus recortes de nóminas y con tus impuestos.......



Tanto Tallón Moreno, directivo de la Agencia de la Obra Pública y concesionario de la subvención, como Montero Soler, adjudicatario, y Errejón, contratado, son profesores colaboradores que, difícilmente obtendrían un contrato en una convocatoria abierta, lo que avala que la corrupción llega de la mano del desprecio al mérito y al talento.
http://www.elmundo.es/andalucia/2014/11/23/5471a02022601d2e698b456c.html


A VUELTA DE PÁGINA

Poderse, se puede, pero...






DE  JOSÉ Echegaray, nuestro primer Premio Nobel, ya no se acuerda ni Dios (algún desaprensivo añadirá que ni falta que hace). Por eso, al distraído paseante se le atiesaron las orejas al pasar delante de la recoleta calleja a la que da nombre en Sevilla y oír a una chica preguntar a su pareja: «Mira, calle Echegaray. ¿De qué me suena el nombre?». Tras vacilar un santiamén, ella misma salió de dudas: «Ah, bueno, ya caigo: es un actor de la tele. ¡Estaré tonta!». Pobre Echegaray, matemático y probo gobernante, además de Nobel, si bien exagerado, lo que le valió la inquina de la República de las Letras en el país de la envidia, esa «malignidad hispana», a juicio de Gracián. La ojeriza adquirió tal desmesura que Valle-Inclán lo tildó de viejo idiota. Se jactaba de haberle enviado una carta con esa sola nota en el sobre y llegó al destinatario.

Mezquindades al margen, Echegaray, como ministro de Hacienda, dictó una frase digna del mármol: «No, si poder, se puede; también puede uno calentarse con billetes de banco, pero... es un poco caro». Más en época de turbulencias por la crisis y la degradación política que desata una tormenta perfecta para que arrecie el populismo. Empero, la prédica de Echegaray cayó en el mismo saco roto que su apelación al «santo temor al déficit».
Con la acerada crítica con la que algunos despacharon a Echegaray haciéndole penar el Nobel, otro tanto anhelan quienes buscan hacer tabla rasa de la Transición y de una Constitución que es un hito en la agitada historia de España, donde éstas pervivían lo que sus promulgadores subsistían en el mando. ¡Como si tuviera la culpa de los dislates de quienes rehúyen el interés general o su reforma fuera a transfigurarlos -y con ellos al pueblo español- en «justos y benéficos», según alentaban los doceañistas gaditanos! So pretexto de romper el candado de la Ley de Leyes del 78, según auspicia Podemos, se descerraría la Caja de Pandora de los demonios familiares y daría rienda suelta al cainismo. Ninguna Constitución debe responder a la noción política de una generación, sino afirmar el modo de ser de una nación por encima de la transitoriedad de cada quinta.

Estos pícaros de coleta, más que acabar con la corrupción, ambicionan posesionarse del negocio.

En este estado de abatimiento, confusión y desesperanza, el mismo pueblo que ha abrazado ciegamente a partidos sin penalizar sus abusos ahora se inclina a echarse en brazos de falsos profetas que le prometen la felicidad y ¡hasta el cielo! Confunden la fachada de las cosas con la realidad de éstas, sin escarmentar en la cabeza ajena de países como Venezuela, faro y guía de Podemos. Probado que a nadie parecen importarle los hechos, como anota Borges en su Utopía de un hombre que está cansado, no se quiere ver lo que revertirá en irremediable. Basta escuchar el llanto y rechinar de dientes de los antaño fascinados con las patrañas de Chávez en su irresistible ascensión para luego verle en la Presidencia instaurar una férrea dictadura con un candado tan real -nada alegórico- como los barrotes que recluyen a la disidencia.

En esta situación febril, ciudadanos con preponderancia de la izquierda, pero también de la derecha, dada la transversalidad del populismo, se confiesan resueltos a encomendarse a Podemos para que sean ellos los que roben esta vez. Evocan a quienes minimizaron las iniquidades de Juan Guerra en el despacho de su  hermano vicepresidente en la Delegación del Gobierno en Andalucía bajo la premisa de que, al haber dado la vuelta a la tortilla, era hora del desquite de los descamisados. Aquellos polvos trajeron los lodos de una corrupción cuyos lamparones sólo se advierten en camisa ajena.



A la Junta lo que le sulfura es enterarse que pagó la nómina del jefe de campaña del partido que le roba la cartera.

Pues bien, estos cándidos ciudadanos no habrán de aguardar a que Podemos toque poder. Sin llegar, ya pringan. Es enormemente ilustrativo lo destapado por EL MUNDO sobre Iñigo Errejón, dirigente de Podemos, junto a Iglesias y a Monedero. Percibía un sueldo de 1.825 euros de la Universidad de Málaga (UMA) sin poner un pie merced a la beca agenciada por un conmilitón, Alberto Montero, profesor de ésta y director del programa económico de la formación.

Sin ser caso único de conchabanza universitaria -mucho menos en la UMA, que los prohíja a pares, incluso a imputados de los ERE-, el hallazgo refrenda que, junto a una casta política y sindical, por usar la nomenclatura vulgarizada por Podemos y de la que hace bandera, figura otra universitaria no menos nociva. Incapaz de elevar la calidad y de dispensar títulos que valgan más que el papel que los acredita, esta Alma Mater aloja a una clase extractiva de rentas públicas que se adueña de ella como campo de experimentación política, a modo de nueva clerecía.

Tanto Tallón Moreno, directivo de la Agencia de la Obra Pública y concesionario de la subvención, como Montero Soler, adjudicatario, y Errejón, contratado, son profesores colaboradores que, difícilmente obtendrían un contrato en una convocatoria abierta, lo que avala que la corrupción llega de la mano del desprecio al mérito y al talento.

Pero, si turbador ha sido enterarse del gatuperio, no le va a la zaga la reacción de la Junta al parodiar la escena de Casablanca en la que el capitán Renault ruge al descubrir que se juega en este local, mientras que el croupier le desliza un fajo de billetes con sus ganancias. Desviando la atención sobre el hecho de cómo se dilapidan fondos europeos -284.604 euros del ala- por una Junta que se queja de no tener un duro, se indignan farisaicamente al publicarse esta adjudicación a dedo a un amigacho -por cierto especialista en Políticas- para que estudie como se desmercantiliza la vivienda en Andalucía.

En el fondo, al bipartito PSOE-IU lo que le sulfura es enterarse que, a lo tonto modorro, pagó la nómina del jefe de campaña del partido que les robó la cartera en las europeas. Si no, no dirían ni pío. Dado el nulo afán por la virtud, vale aplicar a la política la apostilla del sardónico esposo veneciano que le señala al amigo una pequeña efigie esculpida en un puente mascullando: «La única mujer honesta de Venecia es ésa». Desde ese día, desígnase puente de la Mujer Honesta.

Este episodio nada ejemplar del burlador burlado o del descastado que engrosa la casta lleva a plantearse si no pasa otro tanto en el bunker que Podemos ha fortificado en la Facultad de Políticas de la Complutense. Quien falsea en un punto, los falsea en todo. Puestos a desenmascarar una corrupción con infinitos disfraces, el caraniño Errejón encarna esa otra casta empotrada en el sistema y bien entrenada en vivir a cuenta del contribuyente.

Estos pícaros de coleta, más que acabar con la corrupción, ambicionan posesionarse del negocio como Chávez. Siendo astilla de tal palo, Podemos apunta una precocidad que malicia lo peor en quienes están hechos a vivir del Presupuesto, ya sea español o venezolano. La corrupción, aunque se ponga coleta, sigue siendo corrupción, como la mona no deja de serlo por vestirse de seda. Como sentenció Edmund Burke, los sabios aplican sus remedios a los vicios, no a los nombres; a las causas del mal, no a los órganos ocasionales por los que estos actúan.


No obstante, al beneficiarse de un estado de gracia, se disculpará a quienes presumían de una virginidad que ya traían perdida al cosechar un notorio éxito televisivo excitando y revolviendo los problemas, pero cuyos hipotéticos arreglos no aparecen allí donde aplican sus recetas al extender la corrupción, la violencia y la pobreza por donde pasan. Relegarían a España a ser un país del Tercer Mundo.


De ahí que, si echar a los de siempre es la parte fácil del problema, lo espinoso es sortear sustitutos que no hagan buenos a sus antecesores. En lógica consecuencia, poderse se puede, como admitía el Nobel Echegaray, pero... no es cosa de morir víctima de los remedios antes que de la enfermedad.

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