domingo, 9 de noviembre de 2014

El circo andaluz prosigue...el paro tambien...

La Andalucía del bla, bla, bla..



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POR EL CASO DE LOS ERE. Susana Díaz indigna a la 'vieja guardia' del PSOE andaluz

Susana díaz (c), con los expresidentes andaluces Borbolla (i),  Chaves (2i), Griñán (2d) y Escuredo (d). (Efe)


TRIBUNALES Los imputados que olvida Díaz La presidenta andaluza exige a los aforados socialistas que dimitan si son imputados Pero mantiene en la Junta y en la ejecutiva del PSOE-A a varios cargos investigados:

  • FRANCISCO TRIGUERO. Secretario de Universidades de la Junta, lleva meses imputado por presunto fraude tras firmar una ayuda para la sede de un instituto de innovación que no existía.
  • JESÚS Mª RODRÍGUEZ ROMÁN. Ex viceconsejero de Innovación imputado por el 'caso ERE', se mantiene como cargo de Veiasa, la empresa de la Junta encargada de la inspección de vehículos.
  • ROGELIO MENA. Secretario de Ideas y Programas del PSOE-A, se ha ratificado su imputación por un delito contra las garantías constitucionales en su calidad de alcalde de Albox.
        



  • Díaz se muestra convencida de la “honestidad” de Chaves y Griñán La presidenta andaluza intentar disipar las dudas sobre sus discrepancias con Sánchez ,"Lo digo alto y claro: tienes el apoyo de los socialistas andaluces y mi cariño y afecto"






  • http://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2014-11-08/susana-diaz-indigna-a-la-vieja-guardia-del-psoe-andaluz_441063/

    http://www.elmundo.es/andalucia/2014/11/09/545f2f38268e3e651c8b456e.html

    http://elpais.com/m/ccaa/2014/11/08/andalucia/1415450912_014373.html


    POR EL CASO DE LOS ERE

    Susana Díaz indigna a la 'vieja guardia' del PSOE andaluz

    La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (Efe)

    Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE andaluz, ha dado muestras de lo que ella defiende a capa y espada su “autonomía”. Es un hecho que la líder socialista goza de una situación interna que no han tenido ninguno de sus antecesores al frente del Gobierno y el partido en Andalucía. Es una de sus singularidades políticas. No tiene freno que la pare. No hay Gobierno socialista en Madrid, ejerce su liderazgo en las filas socialistas andaluzas sin críticos ni corrientes alternativas y ni siquiera rinde cuentas de sus decisiones políticas a Ferraz.

    Ninguno de los presidentes de la Junta, ni Rafael Escuredo, ni José Rodríguez de la Borbolla, ni Manuel Chaves ni José Antonio Griñánestuvieron, ni en sus mejores sueños, en una situación similar. Ese análisis político, que ella conoce, la llevó el jueves a anunciar, cuando nadie lo esperaba, que pedirá las actas de los diputados que sean imputados por el caso ERE si así lo decide el Tribunal Supremo o el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. De cualquiera. Sea uno de los cinco diputados que se sientan en el Parlamento andaluz o de los cuatro que ocupan escaño en el Congreso y el Senado. Incluidos los expresidentes Chaves y Griñán, que aún no salen de su asombro.


    Griñán y Chaves en una foto de archivo. (Efe)
    La declaración recorrió como un seísmo un PSOE que atraviesa un momento de máxima debilidad y ha abierto, según resumen algunos de los veteranos del partido, una “quiebra” que será muy difícil de superarLa palabra que resume el sentir de los afectados por ese anuncio de Díaz es la de“indignación”. No se explican por qué Díaz ha dado ese paso. No lo veían necesario. Sobre todo, advierten, porque el partido ya había fijado una hoja de ruta y había un acuerdo interno, que se plasmó en el código ético bautizado como la Declaración de Valencia, donde se decidió hace solo una semana que se pediría a concejales y diputados que abandonen sus cargos si son procesados o se les abre juicio oral por corrupción. No bastaría una simple imputación, como ella ha fijado. “¿A cuenta de qué?”, se preguntan en la vieja guardia del PSOE. “Se ha abierto una quiebra grande”, sostienen quienes antes dirigían el partido.

    “La condición humana es muy jodida”, resume uno de los afectados. Susana Díaz ha sumido al PSOE aún más en el “desconcierto”, le reprochan otros.Bastaba con que no defendiera públicamente a los exdirigentes afectados por el caso ERE y que se plegara al camino fijado por Ferraz, advierten. Pero ella ha querido otro gesto que iba más allá y que, según cuentan, a Pedro Sánchez le ha parecido “bien”. “No había otra salida, no había margen”, insisten en el círculo político de la presidenta andaluza. La calle, insisten, espera medidas de ese calado. “¿Y qué podía hacer?”, pregunta al unísono el entorno de la socialista andaluza.


    Susana díaz (c), con los expresidentes andaluces Borbolla (i),  Chaves (2i), Griñán (2d) y Escuredo (d). (Efe)



    Hay una vertiente personal y otra política. En el análisis de los actuales dirigentes del PSOE andaluz hay una confesión sobre el “desgarro interno” y hasta el “dolor”, según dicen, que supone tomar una decisión de esta índole. Susana Díaz ha optado por matar al padre con el convencimiento, defienden los suyos, de que “el partido ni en Andalucía ni en Madrid podía aguantar más ese debate”La dirigente socialista llevaba semanas, cuentan, “dándole vueltas a esa idea”. La posible imputación de los exconsejeros del Gobierno andaluz señalados por la juez Mercedes Alaya y que ahora mismo comparten bancada con la presidenta en el Parlamento (Antonio Ávila, Carmen Martínez Aguayo, Manuel Recio, Francisco Vallejo y Mar Moreno, que también es senadora) ha sido definitiva. “Esto no es Valencia”, aseguran quienes defienden el gesto político de Díaz. Admiten que esa foto sería insoportable para su carrera política. El hecho de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sacara a colación los ERE en su careo con Pedro Sánchez en el Congreso dicen que fue “definitivo”.

    Soltar lastres

    Susana Díaz se ha negado a una foto con el PP en un pacto anticorrupción y defiende que los ciudadanos están hartos de gestos y quieren medidas contundentes. Aplicando su propio guión, anunció que no daría tregua a quienes resulten imputados en los ERE. Dejaba a los señalados “a los pies de los caballos”, se queja un afectado. Llama la atención que, pese al anuncio, la presidenta se muestre convencida en privado de que ni Chaves ni Griñán serán imputados, defienda su “honestidad” y diferencie entre responsabilidades penales y políticas. “No ha habido enriquecimiento personal”, insisten una y otra vez en el PSOE. “Nada que ver con los Pujol o los Granados”, apostillan. Pero en la calle no están para oír esos discursos, subrayan en los análisis de los socialistas. Es “inasumible ese desgaste político”, concluyen.

    Pedro Sánchez y Susana Díaz juntos en acto Psoe en Sevilla. (Efe). (Efe)
    Cuando Griñán entregó el testigo a Susana Díaz, el expresidente ha contado muchas veces a quien ha querido oírlo que le advirtió sobre que antes o después tendría que “matar al padre”. Haz lo que tengas que hacer, no te engañes, me vas a tener que matar, es indudable, tiene que ser así. De eso no te preocupes”, cuentan testigos de esa conversación. Cuando ha llegado el momento, el expresidente, dicen, no lo ha digerido tan bien como anunció. Griñán y Chaves, señalan quienes han podido hablar con ellos, están “indignados” con Susana Díaz. Casi tanto como José Antonio Viera, quien fue su secretario general en el PSOE de Sevilla con Díaz como su número dos. Viera ha declarado públicamente a El País que no piensa dejar su acta si es imputado.

    El gesto de la líder socialista, como casi todo lo que hace, ha dividido a los socialistas entre quienes defienden fervorosamente su “valentía” política y quienes atacan duramente sus ansías de poder y de salir indemne del escándalo de los ERE. Sus detractores ganan armas para potenciar su perfil de killer política, de escaladora profesional del partido. Quizás ese análisis va tarde. Susana Díaz se sabe líder del PSOE. Y no se casará con nadie. “Caiga quien caiga”, acuñó Griñán en el caso ERE y su estrategia se lo llevó por delante a él, a su consejera de Presidencia, Mar Moreno, y a su club de tecnócratas, los exconsejeros de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, y Economía, Antonio Ávila. “Se llame como se llame”, defiende Díaz. El problema ahora, advierten, es qué consecuencias puede tener esta ruptura interna.   


    TRIBUNALES

    Los imputados que olvida Díaz

    • La presidenta andaluza exige a los aforados socialistas que dimitan si son imputados

    • Pero mantiene en la Junta y en la ejecutiva del PSOE-A a varios cargos investigados


    La nueva directriz de la presidenta de la Junta y líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, para que abandonen automáticamente sus escaños «todos» aquellos diputados nacionales, senadores o parlamentarios autonómicos que sean imputados bien por el Tribunal Supremo (TS) bien por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), deja en fuera de juego tanto a altos cargos del Gobierno andaluz como a dirigentes del PSOE de Andalucía.


    El caso paradigmático es el de Francisco Triguero, el secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología adscrito a la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo que dirige José Sánchez MaldonadoTriguero permanece en el cargo nueve meses después de revelar EL MUNDO de Andalucía que había sido imputado por presunto fraude por el Juzgado de Instrucción 9 de Málaga, concretamente bajo la acusación de haber firmado una ayuda de 15,5 millones de euros destinados a un edificio para albergar el Instituto de Innovación del Bienestar Ciudadano (CIBIC) que ya no existía.


    El Parlamento andaluz llegó a aprobar el pasado 3 de abril una proposición no de ley impulsada por el PP en la que se instaba expresamente al Ejecutivo que preside Susana Díaz a destituir a Triguero en asunción de las «responsabilidades políticas» derivadas de un escándalo cuya «gravedad» ha resaltado hasta el propio portavoz parlamentario de IU-CA, José Antonio Castro, quien antes incluso de que la Cámara regional se dirigiera al Consejo de Gobierno también reclamaba en una rueda de prensa la destitución del secretario de Universidades.


    Sin embargo, el bipartito hizo oídos sordos a la petición de la Cámara y ni siquiera llegó a debatir en la reunión de los martes sobre la oportunidad de prescindir del alto cargo imputado. «La decisión del otro día del Parlamento tiene valor político, pero la medida que se tome corresponde al Consejo de Gobierno y no al Parlamento porque existe separación de poderes, y en el día de hoy no se ha tratado en absoluto esa cuestión», zanjaba el 8 de abril el portavoz del Gobierno andaluz, el socialista Miguel Ángel Vázquez.


    La posición de Triguero se antoja insostenible tras las nuevas exigencias de la presidenta andaluza en la lucha contra la corrupción, donde Díaz está yendo más lejos que lo que impone el código ético de su partido. En una tesitura no menos complicada que la del secretario de Universidades deja al almeriense Rogelio Mena, miembro de la dirección regional socialista en calidad de secretario de Ideas y Programas del PSOE-A y cuya imputación, como desveló este diario hace hoy siete días, ha sido confirmada por el Juzgado Mixto 3 de Huércal-Overa por un presunto delito contra las garantías constitucionales. En concreto, se le acusa de que, en su condición de alcalde de Albox, no habría facilitado durante un año la información solicitada por los concejales del PP en relación a las supuestas adjudicaciones a una empresa de familiares de un edil socialista.


    En una posición mucho más discreta que la de Triguero, aunque también dentro de la Administración autonómica, sigue igualmente Jesús María Rodríguez Román, uno de los ex viceconsejeros de Innovación de la Junta que han resultado imputados por la juez Mercedes Alaya en el caso de los ERE fraudulentos. Rodríguez Román fue relevado como consejero delegado de Verificaciones Industriales de Andalucía SA (Veiasa), pero el consejero Sánchez Maldonado lo ha mantenido a nómina en la empresa pública que se encarga de la gestión de las ITV y del control metrológico de los equipos de medida.


    Habrá que ver qué decisión adoptan el Gobierno autonómico y el PSOE-A después de subir Susana Díaz el listón de la exigencia política para los aforados, lo que le llevará a asumir riesgos. El mes pasado, el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) presentó en el juzgado de guardia de Sevilla una denuncia contra 42 cargos o ex cargos del Ejecutivo andaluz acusándolos de los presuntos delitos de prevaricación, usurpación de los funciones de los funcionarios y malversación de, como mínimo, 980 millones de euros de caudales públicos.

    Si un instructor avala esta macrodenuncia de los funcionarios contra el entramado de agencias y entes instrumentales que conforman la administración paralela de la Junta, consecuentemente Díaz podría verse obligada a afrontar una macrocrisis de gobierno.


    Sin citar los casos de Triguero o Rodríguez Román, el líder de UPyD en Andalucía, Martín de la Herrán, anunció ayer que reclamará a la presidenta de la Junta que repruebe a los altos cargos del Gobierno andaluz que estén implicados en casos de corrupción.


    En declaraciones a los periodistas en Cádiz, De la Herrán censuró «el doble rasero» de la líder socialista, toda vez que apunta a que los ex presidentes Chaves y Griñán deben dejar sus cargos de confirmarse su imputación en el caso ERE. «¿Por qué no usa el mismo rasero para los diputados y altos cargos de la Junta que sí están imputados y que, sin embargo, siguen en sus puestos?», cuestionó el portavoz de UPyD-A.



    Díaz se muestra convencida de la “honestidad” de Chaves y Griñán

    La presidenta andaluza intentar disipar las dudas sobre sus discrepancias con Sánchez

    "Lo digo alto y claro: tienes el apoyo de los socialistas andaluces y mi cariño y afecto"

    Susana Díaz, intentó despejar este sábado dos inquietudes que atenazan a los socialistas andaluces. La primera se refiere a su apoyo a los nueve aforados y ex altos cargos de la Junta, pendientes de la decisión del Tribunal Supremo sobre su participación en el caso de los ERE, como mantiene la juez instructora Mercedes Alaya en su exposición razonada. La segunda duda es sobre su sintonía con el secretario federal de su partido, Pedro Sánchez, al que encumbró a ese puesto para cortar el paso a Eduardo Madina en el congreso extraordinario del PSOE, después de que ella decidiera no competir por el cargo. Ambas cuestiones las abordó en el primer mitin que compartió con Pedro Sánchez en Andalucía, desde que este accedió a la secretaría general, en apoyo a la candidatuda del socialista Juan Espadas a la alcaldía de Sevilla. 


    Desde los primeros minutos de su intervención, la presidenta de la Junta quiso resolver una de las incógnitas que sobrevuelan en el PSOE acerca de su apoyo al secretario general federal, después de que ella misma manifestara sus diferencias con Pedro Sánchez en relación con la estrategia de comunicación y evitara contestar a la pregunta de si lo apoyará en unas elecciones primarias en una entrevista a EL PAÍS. “Quiero que escuches alto y claro, porque algunos son duros de oídos: tienes el apoyo de todos los socialistas andaluces y mi cariño y afecto”, dejó dicho Díaz con la rotundidad que suele emplear cuando quiere que se la oiga sin interferencias. “Todos juntos le vamos a dar un vuelco a España”, señaló. Sánchez, que cerró el mitin, también dirigió continuas muestras de reconocimiento a Díaz y a las políticas que coordina desde la Junta de Andalucía. Ambos dirigentes almorzaron luego juntos.
    Sobre la primera cuestión, Díaz habló “desde el corazón” para defender la honestidad y la honradez de las dos personas que le han precedido en el cargo, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. El anuncio de Díaz de que los expresidentes de la Junta y siete exconsejeros tendrán que dejar el escaño si son imputados ha creado una auténtica conmoción en el PSOE, al tratarse muchas de ellas de personas muy queridas en la organización. Las dudas con este anuncio surgen porque el código ético del PSOE, recientemente aprobado, pone la raya roja de la entrega del acta cuando se abra juicio oral. La decisión de Díaz no se cuestiona en público, ni en los órganos del partido, pero sí en privado, algo de lo que la secretaria general socialista es plenamente consciente.
    Sánchez no hizo ninguna referencia a la situación de los aforados en el mitin, donde empleó media docena de veces la palabra “decencia” en relación con la política. Díaz sí dio explicaciones para “desde el corazón” defender la “honestidad” de Chaves y Griñán. “Las palabras de los políticos valen muy poco, no nos creen y por eso hay que dejarse de pactos y tomar acciones”, explicó ante los suyos. “No tengo ninguna duda de su honestidad y quien no tiene nada que temer no tiene nada que ocultar”, subrayó. La líder del PSOE andaluz se mostró convencida de que “más temprano que tarde” se esclarecerá la verdad sobre este caso y que por ese convencimiento no le “tiembla el pulso” a la hora de actuar.
    En la presentación de la candidatura de Espadas en su segundo intento por ser elegido alcalde de Sevilla, Díaz se mofó del actual regidor, el popular Juan Ignacio Zoido, al que lo comparó “con el pequeño Nicolás, de sarao en sarao”, mientras el aspirante del PSOE se recorre los barrios.
    Los populares se plantean las elecciones en la capital andaluza como un objetivo mayor, precisamente porque es la ciudad de Díaz. Espadas defendió su trabajo en la oposición y dio muestras de cierta preocupación con la posible presentación de la candidatura de Ganemos, con José Chamizo, al frente: “Otros no pueden venir a recoger el descontento sin patearse ni un solo barrio”.

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