martes, 19 de agosto de 2014

Susana Díaz se autoinculpa en los ERE....Por la boca muere el pez....¿¿???; Artículo recomendado.

Hechos no palabras = ....la Andalucia de siempre bla, bla, bla.....

La presidenta de la Junta de Andalucia, Susana Díaz (EFE)

¿Tolerancia cero contra la corrupción?/¿ Honestidad y decencia de Chaves y Griñan?


  • La presidenta ha defendido la ''honestidad y la decencia'' de los dos expresidentes de la Junta de Andalucía que la han precedido. ''Honestidad y decencia'', dice la mujer, como si estuviera defendiendo a Chaves y a Griñán de un asunto de faldas. 
  • Lo inmediato sería pedir disculpas a quienes confiaron en un partido que les engañó cuando hablaba de igualdad, de transparencia, cuando sólo miraba por sus intereses electorales, y con su silencio, Susana Díaz lo justifica.

La Andalucía imparable y juntera....; El Régimen....



¿,,,despilfarro del futuro de varias generaciones de andaluces....?

,,,,,A ver, lo esencial de ese proceso judicial no es que dos o tres, o trescientos, se hayan enriquecido con comisiones abusivas, con fraudes o engaños; no, lo importante de verdad es cómo unos dirigentes políticos han despilfarrado cientos y cientos de millones de euros por el exclusivo interés clientelar que los mantenía en el cargo, Bajo los gobiernos de Chaves y de Griñán se pergeñó la trama de los ERE, ideada para premiar la opacidad y el sectarismo, la gravedad mayor está en las oportunidades perdidas, en el futuro desperdiciado en las esperanzas frustradas de la región con más paro de Europa.Haber despilfarrado el futuro de varias generaciones no se mide por parámetros como la decencia, el pudor o el recato; en un político esa responsabilidad está por encima de los parámetros de moralidad a los que desciende la presidenta andaluza.

Gracias compañera por el envío.

http://blogs.elconfidencial.com/espana/matacan/2014-08-19/susana-diaz-se-autoinculpa-en-los-ere_177847/



Susana Díaz se autoinculpa en los ERE


Que las palabras en política son más débiles que los hechos tendría que ser una máxima asumida como principio elemental por todos los que se dedican a la política. Pero no. Una vez y otra se despeñan por palabras huecas, grandes discursos pomposos y hueros que se desmienten al poco con las acciones. ¿De qué sirve, por ejemplo, a estas alturas de la degeneración, que un dirigente político afirme solemnemente que su disposición frente a la corrupción política es “tolerancia cero”?
Lo dicen, cuando se ven  rodeados de escándalos, como quien se encomienda a una poción mágica; como si con sólo mencionar esas dos palabras, abracadabra, la sola mención constituyera un cortafuegos efectivo que evita cualquier otra explicación.
Cuántas veces se han oído esos golpes de pecho y cuántas veces encerraban nada… Desde que llegó a la presidencia de la Junta de AndalucíaSusana Díaz lo repite a cada instante.  “Tolerancia cero”, exclama una y otra vez, y lo acompaña luego de otras frases hechas, igualmente vacías de toda sustancia, como el “caiga quien caiga”, “transparencia” o “colaboración total con la Justicia”… Todo eso es nada, al fin, porque los hechos que se suceden confirman que todo sigue igual. Y que no existe ningún arrepentimiento; ni siquiera arrepentimiento.
La presidenta ha defendido la ''honestidad y la decencia'' de los dos expresidentes de la Junta de Andalucía que la han precedido. ''Honestidad y decencia'', dice la mujer, como si estuviera defendiendo a Chaves y a Griñán de un asunto de faldas
Porque llega un momento, como el actual, una encrucijada como la que se dibuja con la remisión del escándalo de los ERE al Tribunal Supremo, por parte de la juez Alaya, en el que ya no sirven las palabras, el discurso floreado, sino el compromiso. En esas, lo que ha hecho Susana Díaz es defender a quienes encabezan la pirámide fraudulenta del escándalo andaluz de los ERE. Enuna entrevista en Canal Sur  (“su canal”, como recordaba siempre el incalificable Pedro Pacheco para remarcar el servilismo dócil de la cadena pública andaluza hacia el PSOE), la presidenta ha defendido la “honestidad y la decencia” de los dos expresidentes de la Junta de Andalucía que la han precedido, Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
“Honestidad y decencia”, dice la mujer, como si estuviera defendiendo a Chaves y a Griñán de un asunto de faldas, en vez de un escándalo político. Decente, decoroso, recatado, pudoroso, probo, recto, justo, razonable, honrado… Esos son algunos de los sinónimos que se utilizan para definir la honestidad y ninguno de ellos, como se verá, guarda relación alguna con la trama de los ERE en lo fundamental de ese escándalo.
A ver, lo esencial de ese proceso judicial no es que dos o tres, o trescientos, se hayan enriquecido con comisiones abusivas, con fraudes o engaños; no, lo importante de verdad es cómo unos dirigentes políticos han despilfarrado cientos y cientos de millones de euros por el exclusivo interés clientelar que los mantenía en el cargo. Bajo los gobiernos de Chaves y de Griñán se pergeñó la trama de los ERE, ideada para premiar la opacidad y el sectarismo, la gravedad mayor está en las oportunidades perdidas, en el futuro desperdiciado, en las esperanzas frustradas de la región con más paro de Europa. Haber despilfarrado el futuro de varias generaciones no se mide por parámetros como la decencia, el pudor o el recato; en un político esa responsabilidad está por encima de los parámetros de moralidad a los que desciende la presidenta andaluza.
Lo inmediato sería pedir disculpas a quienes confiaron en un partido que les engañó cuando hablaba de igualdad, de transparencia, cuando sólo miraba por sus intereses electorales, y con su silencio, Susana Díaz lo justifica
En el futuro penal del caso de los ERE, los dos expresidentes andaluces a los que la jueza Alaya quiere imputar, y por eso ha enviado el sumario al Supremo, para que dirima sobre los aforados, podrán salir absueltos porque se archive la causa contra ellos (que es la hipótesis de futuro más probable) o les pillará alguna implicación en el caso remoto de que se pueda demostrar la voluntariedad e implicación de todos ellos en el fraude masivo.
Pero con independencia del futuro penal de Chaves y Griñánla responsabilidad política de ambos es incuestionable. Y para eso no hace falta esperar ninguna sentencia de los tribunales; está ahí. Cuando Susana Díaz defiende la gestión y la probidad de sus predecesores, se está autoinculpando en el mayor escándalo de los ERE, en el político.
Lo urgente sería el reconocimiento de una práctica política fraudulenta para los ciudadanos, y con su defensa, Susana Díaz asiente; lo inmediato sería pedir disculpas a quienes confiaron en un partido que les engañó cuando hablaba de igualdad, de transparencia, cuando sólo miraba por sus intereses electorales, con su silencio, Susana Díaz lo justifica.
Sostiene la presidenta andaluza que su principal deseo es que el Tribunal Supremo ponga “blanco sobre negro” todo lo que ha ocurrido y que “los que de verdad se han llevado el dinero lo paguen”. Dice la mujer “blanco sobre negro”, una expresión equivocada, errónea, que tiene mucho de traición del subconsciente. Se dice “negro sobre blanco”, así lo recoge la Real Academia, porque se trata de que la tinta negra se impregne en el papel blanco para contarnos algo, para descifrarnos algo, para aclararnos algo, y comprometerse con lo escrito, con lo firmado.
Pero Susana Díaz lo dice al revés, “blanco sobre negro”, y en esa expresión,en esa negrura de fondo, va implícita la podredumbre que siempre se ha querido tapar y disimular. Blanco sobre negro porque Susana Díaz se siente partícipe del pasado y su propio subconsciente le dicta con sus lapsus que nada piensa aclarar. Blanco sobre negro ha escrito Susana Díaz su autoinculpación en el fraude político de los ERE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...